domingo, 30 de marzo de 2014

Wolfmother - New Crown [2014]

La tripleta del Afro, la tercia del trío, las tres cartas en la mesa… En resumen, las 3 obras de Wolfmother, un grupo que vio la luz detrás de la inexorable oscuridad que empaparía el cielo con las novedosas ramas del Metal a mediados del nuevo siglo. Los australianos que ganaron reconocimiento gracias a su debut homónimo. En pocas palabras, es una banda joven del cual quiere ver que el Rock And Roll más frenético y eléctrico no ha muerto.


 El Hard Rock en vena psicodélica, que manejaban, se adueño del único miembro activo y del cual es líder y fundador del proyecto, nos referimos al vocalista y guitarrista Andrew Stockdale, el mero mero. El cual quería desprenderse de la banda y trazar su huella en solitario en 2013, pero un año más tarde y tras 5 años de silencio, Wolfmother se lanzó en secretillo: el jugo más novedoso, el cual su publicación hizo escándalos entre los fans del conjunto, pero en otro sector un buen sujeto se estaba masturbando con otras bandas, sin importarle el lanzamiento de los Oceánicos. En fin, el trío se estableció más maduro desde nuevos miembros, hasta diferente pasta y se presento al plantel 2014.

El macarrón nuevamente esta servido en tres miembros: Vin Steele en la Batería e Ian Peres en el Bajo, Teclados y Sintetizadores, para acompañar al rizado Andrew a componer ese “New Crown” en onda Stoner y Hard Rockera, como siempre se acostumbra… La valentía llega cuando entonamos nuestras orejas atentamente al álbum y vemos que en 5 años la formula sigue siendo la misma, con la ferocidad del buen Hard Rock setentero, (Ac/Dc, Led Zeppelin) y una sustancia Sabathiana mezclada en Rock Psicodélico de los años 60s. En conclusión el trayazo y rayo llega inmediato con Riffs a lo Guitar Hero, como bien acostumbra Stockdale a sacarse del pelo y nunca acabarse esas notas simples y efectivas que causan picazón al más tranquilo.

El Bajo es GORDO en mayúsculas enormes, pero no siempre derramando su tinta en todo el papel, en canciones como: “New Crown” (La estable, solo por su toque sensual bajistico), “Feelings” (punketoide a morir con efectos vocales en melodías cortas y directas), hacen que la virtud del grueso y espeso sonido que reproduce el Bajo, sea efectivo en cortos tramos como un Solo o en una audición estable y rápida. Peres, se entabla nuevamente con sus adornos extra-minúsculos en algunas canciones con sus aparatos electrónicos. Pero el labor queda satisfecho junto a el combo completo.

El baterista es apasionante, con tan pequeños momentos de gloria, se relucen sus aporreos intensivos del cual su añadidura no es simple adorno navideño, es un complemento para sostener una sección rítmica muy formidable junto a las rayadas cuerdas de Stockdale, que contienen mucho frenesí en sus dedos a medios tiempos y con más elaboración en los temas. Casi todo cuaja en el vaso, incluso la voz distinguida que le da Andrew al poder de su música, con un tono agudo, precoz y propio, que desenmascara esa creciente barba del frontman, en un tipo que no es más que un toque de adrenalina jovial a la música, con mucha diversión encima.

A medida que da paso el pie de dinosaurio, el asunto aborrece cuando bajamos por los calzones del Lp, o sea, cuando se baja a las profundidades del tracklist. Fijamos que la creatividad se ha nublado y solo aparece ser un enganche placentero para una salida en carro hacía el súper o algún caso de ambientación, con gran eficaz en el ánimo, para acelerar la sangre y sentir el peso de las guitarras, el bajo y los retoques percusionistas. Y el cuento parece ser una buena droga que baja su efecto a mitad del recorrido. En ocasiones puedes quedarte tan inmóvil como un pepino por esos efectos vocales, que no dicen ni pio, resultando ser una “variedad” más para no aburrirnos en lo que va de los 40 minutos.

Aunque canciones como “Radio”, “I Dont Know Why”, “My Tangerine Dream” u otros inquietantes momentos que desagradan, incluso para dormir tranquilamente. Siempre, pero siempre, el grupo busca echarte el sopón encima en el álbum con arrancones de la vieja escuela, con una consistencia en las 3 figuras. Porque tampoco el regalo se lo lleva el Frontman nada más, eso ya sería un arrebato de calidad para el grupo, o al menos, la que le queda… Insoportablemente esto te va a matar, si no le haz agarrado la onda al vocalista. Y si no eres de los que aceptan los nuevos grupos de Hard Rock, pues esto te va a empalagar tanto que te quedarás dormido.

La tercera placa saca reminiscencias de lo que había logrado alguna vez la banda, en su pasado. Pero, todavía no logra destacar como su homónimo trabajo que hizo que algunos estúpidos fundieran la etiqueta abrumadora de los herederos de Ac/Dc. ¿porque?, 1. Son idiotas, 2. Australia + Rock = Ac/Dc y 3. Son jóvenes y tocan bien. La reverenda estupidez que se le ocurriría a más de alguno que no este informado o que se deje llevar por la prensa. Una de ambas y por eso mismo, aconsejo que si usted no conoce a estos jovencuelos, agáchese y tome digitalmente, descaradamente y gratuitamente su debut “Wolfmother”, para referencia, y si no hace caso, tome esto ligeramente, que no es pan suizo, nada más es pan francés.

Para no desviarme del tema, diré: Agarrarlo como una mantequilla de maní, sin prejuicios y con ánimos de olor Sabbath por todos lados. Y tomar esas notas productivas de los instrumentos de cuerda en sus primeros 3 temas iníciales y sus consecuentes que apestarían a Stoner mal producido. Pura influencia de Kyuss y otros compatriotas del estilo, pero no por que este todo hecho ya, signifique que no se pueda levantar solito en esa pirámide musical, llamada: fama y calidad. En esta ocasión, canciones como: “Heavy Weight”, “Tall Ships” y otros tramos, son derivados del buen Rock que se circula simplemente por sus melodías atractivas en coros, solos y otras incursiones que no son gran cosa.

Lanzamiento a medias!!! La mitad más crujiente que unas papas Lays, la otra cansada y aburrida, pero todo en un bache que no logra competir con sus rendimientos compositivos, siendo músicos capaces de lograr más detalle a su música, se termina con graves faltas de emoción y poco ingenio en cambiar rutinas tonales u otros parentescos. Y para no enfadar al buen fanático, les reitero como pajarraco enjaulado: Diversión, Momentos Deliciosos y Rock Recapitulado en buena forma, pero todo ello podría ser tan efectivo como una prestobarba afilada, que se oxida al paso de los tiempos, por el hecho que su rendimiento es tan largo como una regla de goma. O le caes a los temas: “How Many Times”, “Enemy Is In Your Mind” (mi favorito, con gran tufo a los de Iommi y un toque de los del continente lejano) y las que mencione por su excelsa maestría. O te caes en el piso con lo demás…

Si eres fan, no lo dudes, no lo pienses y mucho menos, no me leas. Si eres alguien capaz de razonar, agarra la onda en plan chévere, porque de otra forma, te agotarás hallar el topo, donde no hay agujeros… Sección Rítmica: 8, espectacular, aparentemente técnica, pero todo ejecutado en dosis tranquila y de gran pegajosidad. Nada que pedirle a una joven propuesta que haga lo mismo, personalizándolo a su gusto. Voces: 6, como un reptil desenfrenado que se anda zumbando la cabeza de algodón por el trayecto, pero si cuadra mal o se pasa de la medida, el sorbete queda sin sabor.

Cuando una banda, traza su inicio inmaduro, musicalmente hablando queda chulo. Este no es la excepción, Wolfmother, de logo Psycho, se las trae a las primeras, pero ese buen trago que dejo su inicio, ¿podrá ser superado por sus póstumos discos?, todavía no ha sido capaz de hacerlo, ¿en algún momento lo hará?, Quien sabe, pero su madurez no fue resultado provechoso para hacerlo, o es que, ¿el Afro tendrá planeado algo diferente?, no lo sé y dudo en escuchar de nuevo esto.






Nota: 7.1


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


Cynic – Kindly Bent To Free Us [2014]


Bueno, ¿Qué nos trae este 2014? Cynic, legendaria banda de Death Metal progresivo, cuyos miembros participarían en la elaboración del género, tanto en colaboraciones yuxtapuestas, cómo en su propio membrete: en su legado, es su plenipotenciaria placa tectónica de allá por principios de los 90s, su incólume y álgido “Focus “hago únicamente esta presentación para aquellos que no conozcan nadita de la banda, ya que para los fieles zozobrantes y nostálgicos, la presentación es casi nula e inservible.

Sólo escuchando nombrecitos como: Sean Malone  en el bajo, Sean Reinert en la batería y Paul Masvidal en las vocales; se nos pone la cabeza como un trombo. Figurines tragicomédicos de alta e innata estirpe musical. Estos son los músicos que te sientas, oyes su apelativo y dices en plan seguro: Estos nos ofrecerán Ropita para el nene….. Sin embargo, qué difícil es tener un nombre, señores, un nombre que se basó en promesas y altitudes dignas de todo un rey de la experimentación; y es que si sus músicos son de alto calibre, por consiguiente tendrán que dar algo de mayor tamaño, no que “Focus” o “Traced Air” pero sí de igual escala, o por lo menos un sustantivo de esa línea.

Para los fans del ultranza de Cynic, de aquellos que perdonan todo y dan las nalgas por que Masvidal se masturbe enfrente del micrófono, pues allá ellos, este trabajo les gustara; aquellos que mordieron el hilo de los 90s y pasaron a secas el “Traced..” mejor ni se acerquen a este álbum, lo repelerán absoluta y seguramente; los que no conocen la banda y les gusta el prog, este disco es exclusivamente para ustedes. Y qué tipo de escucha soy yo? Pues yo le apuesto a la música, y a su fenética en general. Aunque tampoco daremos resultaros a posteriori para este punto.

Este disco engloba los caracteres del rock progresivo puro, “intrincadismos” y progresiones hartas en melodías y armonías complejas. Los pasajes están inundados de tenues contraluces y contrastes bajos, como guitarras melódicas parsimoniosas y endebles, también una batería escueta y salada, que se contonea sin tanta vehemencia, pero las vocales hacen de este rollo de un facsímil peripatético a  sudario “patético completo” como decía, su categorización dentro del metal se ha perdido afortunadamente/infortunadamente y se ha dedicado, ahora, a sacar discos similares a sus proyectos alternos como”Gordian Knot”  ahora me pregunto: ¿Qué razón o virtud tuviera Cynic para sacar trabajos de Goridian en cynic? Por favor explíquenme porque yo no lo veo claro, será que estoy obnubilado o empiezo a perder neuronas para disfrutar la “exquisitez” con la que este trabajo ha sido elogiado.

Con respecto al “Camaleonismo” de la banda, sugeriría que se le pusiera “Desfachatez”  porque los camaleones mutan, cambian, y cada cambio que hace es especial, inmanente y lujoso, por no decir sutilísimo; yo no he visto en Cynic a ningún camaleón, más bien vi a un oso perezoso que no deja de rascarse la panza por la diurna faena. ¿6 Años de espera? Y escuchamos el rock de cualquier bandita progresiva de nuestra era, por favor, un poco de seriedad. -Es que usted, reseñista, no entenderá la importancia y trascendencia de Cynic-…-Pues, a ver, explíquemela, porque lo único que oigo es la banda sonora de “Los Melodicos” en noche buena, así de insoportable y aburrida.

    Pero, ¿acaso habrá algo destacable para este álbum? El álbum para ser Cynic es una porquería rellenita y redonda, pero para ser Neo pogre de alguna basurita del 2010, pues le queda y cumple. Pero, no estamos hablando de una banda “X” sino que la mítica (Y no quiero ser yo el que venga a poner en tela de juicio este adjetivo milenario como las dictaduras coreanas) y eso deja mucho que desear… muchísimo. Sus partes notables      -para romper la cadena congojosa que me causa su otro componente “involitivo”-  como referencia de una banda progre están bien acentuadas, y no volveré a repetir porque lo sugiero de esta manera.
Sí, hay guitarras apacibles como laguitos manantiales y naturalismos subrayados de pasión, “entrega” y poco dinamismo…sin ni una puta gota ni de metal, sin ninguna puta y efímera gota de metal extremo; entonces a que vamos, ¿a crear concatenaciones con esas maricadas salidas de alguna trifulca sentimentalista y perecedera? Los punteos del bajo, a mi parecer son buenos, porque de lo poco que tiene este álbum éste hace que el sonido de la banda resuene aún en sus adentros, en sus sienes y en el poco espíritu, que a mi parecer ya no le queda. Esto esta sobrellevado con una producción destacable por pocos  y momentánea, ya que hay muchos requiebros por componente que opacan a otros, algunos que simplemente se vuelven tan monótonos con la sequedad y bajones de la misma producción. ¿Nos queda aún tela que cortar?

Creo que sí… ¿Dónde esta la variación experimental, señores? Y hoy no estoy hablando del “Focus” a la par de esta mierda, sino del “Traced In Air” que no tiene ni 7 años con el “Kindly” … y fácilmente dicotomizar estos ecuadores, porque lo que hace el Traced… aún suena más plano que el “Focus”, pero sigue la línea de experimentación por la cuál Cynic fue notablemente característica. Pero, aquí, ¿dónde encontramos esa vertiente dicharachera, suelta y naturalmente irregular? Es que están flojos… esto es muy mediocre para ellos, y atragántense con una sopa de proteínas porque parece como si fuera intencional (Lo digo por cortesía, porque sí me parece intencionalmente bajo)

Para mi este nuevo trabajo ha sido, junto con el especial de música moderna, en otras palabras de discos 2014, una reverenda mierda y perdida de tiempo. Y por último, esa portada: el fondo perfecto para el sueñito. Para mí esto no es Cynic, y no quiero ser ortodoxo y cerradón, pero para besarle las patas a esta entrega… no, mejor me pongo a escuchar salsa la noche del Walpurgis.

Una gran decepción, un trabajo que sólo hizo que me alejara un poco más del Cynic que una vez defendí.







Nota: Un doloroso 4.1 y  duele, pero yo no perdono la traición.


Publicado Por: Albert Spaggiari

viernes, 28 de marzo de 2014

The Skull Defekts – Dances In Dreams Of The Known Unknown [2014]


No era de esperarse un logotipo tan llamativo para estas fechas, tampoco era de esperarse un NEW movimiento. Las llamaradas de tuza ya no están con nosotros es más se han ido, y ahora lo único que queda es pescar en este incorruptible e inane mundo, alguna vidriera de plomo fundido, bajo los termostatos de unos 400º graditos. 
Pero, no, no engañemos al lector con lo que ahora les traigo: una bandita de sexta que mendiga por las hileras de algún vaho boscoso de nardos y álamos. “The Skull Defekts” es una banda, under para lo que se dice crema, como para lo que se dice queso cottage, como para ver a un búho apareándose en el día: se ve, se está presente, pero nunca se siente. Lema clave para entender este bizcocho.

¿Quienes son los integrantes? Ya de por sí su música me raja mis intestinos y hace que colisione y expulsen una masa indómita de caca bien caliente, recordar a los tipos se me hace lo más idiota del mundo, cuando ya de por sí este trozo de hez, me importa un nabo.
 ¿Y por qué digo esto?  Porque quiero, porque puedo, y porque me sale de los huevos. Antes de empezar a hacer una reseña, me gusta calificar el material y diseccionarlo como a muchos, pero, con material tan radial y poco alentador de lo único que me dan ganas es de postrarme en el sol y morir por inanición: La hueva eterna ha caído sobre nuestras espaldas. 

Me imagino que el reposo de este álbum tiene que ser eterno, casi sempiterno para nuestros oídos.Señores, ¿Cuántas veces me he quejado del “fanfarronismo” en un álbum? Y por desgracia  la burra más fea, hoy pare unas de esas amelcochadas, agridulces y enmohecidas pruebas de la fealdad mutante.

¿Primero, por qué “fanfarronismo”? se me hace de mal gusto promulgarse talentoso, innato, y mucho más hinchado, llamarse creativo. Porque bajo etiquetas de “Avant Garde”, “Rock Progresivo” y “Música futurista, adapta para cabezas de colofón enciclopédico” seamos diplomáticos: Vayan a martillarse los huevos, cabrones, pero no me vengan con utilitarismos patéticos y sobrantes, y después, sentirse abejorro y desplazarse a la vanguardia extrapolar… ¡Qué bochorno! De lo único que me arrepiento es de haber perdido mi tiempo escuchando esta inmundicia, y les recalco que no pierdan el suyo haciendo lo mismo. Ahora, sigamos perdiendo el tiempo escribiendo porqué esto es una porquería para mí.

“Inextricable rock” no le queda ni la manga del saco a éste ensalzado. Ya de por sí esa etiqueta encierra muchas dolencias y “posserías”, y tan sólo el mínimo y remoto hecho de llamarse “vanguardia” me revienta los sesos cuando no se cumple ni los primeros formalismos del contrato, y consecutivamente, las cláusulas más pateadas que estadio de carreras de caballos, son despojadas de las expectativas que nos aluden. Recomendación: si nos gustan los pandas, no siempre admiraremos el black metal, si disfrutamos de Nightwish no tendremos voz operática, si nos gusta el Art rock, no nos convierte en artistas. Ahora bien, ya separados los Fanboys (TSk), de los músicos, podemos proseguir ligera y donosamente.

Guitarras que sólo crean una tontita y picaresca melodía que se repite en las canciones, compases lentos del pop y usufructos del progresivo. Pero esta vez si hallamos una etiqueta le pondríamos como es debido: “Pobresivo” la batería da lastima, no sé que demonios hace, porque golpetear los Toms todo el tiempo se vuelve aburridísimo… y es allí donde debemos aprovechar para posarnos en alguna colchoneta y dormir olvidándonos completamente de esta caca. Las vocales totalmente aburridas, puras y bellacos susurros embrutecedores, que no oscilan más que entre un Indie factor común, y un poco agrandado y poco fructífero. La experimentación, o mejor dicho, la dizque experimentación “tribal” es tan simple y básica, que hasta resulta tortuoso disfrutar un disco sin perspicacia y virtud.

Este es otro motivo para que siga navegando en las aguas de la marea megalítica y antiquísima del mar negro de los 80s. Esa visión nos hace tener un criterio más crudo de las realidades, y de los fenómenos acontecedores, las corrientes entrometidas y pasajeras (Como este álbum). Y es que mi ánimo está por los suelos, no hallo ni fuerzas para seguir escribiendo, el sopor es nihilista y monstruoso… y este álbum apesta a culo de rinoceronte muerto con cáncer. Disco carroña, para la basura y con un rotundo no de catadura militar. Todas las canciones están horribles, ni siquiera son reflexivas, me entretiene más el Drone que esta desgracia de rock paupérrimo y sin nada que hacer.

¿Saben que les recomiendo?  Que se abracen  desnudos y se olviden de los problemas, escuchen cualquier reggaetón movido… y piérdanse, no los quiero ver comentando por aquí. Esto es para estar de malas, 

¡Qué perdida de tiempo!







Nota: ¿Y todavía preguntas? Un 2.0 bien clavado




Publicado Por: Albert Spaggiari

Nadja - Queller [2014]



¿Cuántos géneros, estilos, combinaciones, fusiones, etcétera.., puede tener la música?, ¿Qué tan extensa es la música?, seguro no sabremos nunca. ¿Pero que tanto puede hacer un aficionado por la música en general?, a lo largo de la historia este arte, como muchos otros, ha evolucionado de diferentes formas, y como verán, la gente tan apasionada a un género, siempre le quiere añadir algo a ello, para que no se estanque en la misma mierda. ¿Porque comenzar con una reseña de esta manera?, porque por primera vez en este blog caquita, presentaremos el Drone Metal.

¿Qué es Drone Metal?, lo resumiré en 4 factores que definen a esta música: Ritmos repetitivos, Pesadez, Ruido y sobretodo, Lentitud. Si no tiene estos caracteres, entonces, no sé que carajos es. Pero no alarmemos a las moscas, porque de todo buen frijol, siempre hay una semilla, esa es, la “Drone Music”, la cual se basa en su mayoría en ritmos repetitivos, y de ahí puedes añadir ciertos condimentos a la sopa, como flautas, violines, batería o lo que sea. Pero no tiene una intensidad y densidad como el Drone Metal, que nace con Earth, pionero en basarse en el Doom Metal y mezclarle el chiloso Drone de los años 60s.

Si todavía sigue leyendo y no sabe de qué mandarina estamos comiendo, váyase a su pueblo y se encierra bajo las sombras de la mesa o infórmese, que para eso tiene internet. Prosigo…, Este Drone Metal, parte a mediados de los 90s, ortodoxo como el culo y ruidoso y lento hasta provocarte un infarto, vómitos y daños cerebrales, con bandas como Boris o los Sunn O))), son de esos que te pegan con el latigazo del ruidito que reproducen los televisores cuando no sirven, esas bajas frecuencias insoportables para el oído humano. Para que nos demos cuenta que no es Metal Happy, ni ninguna similitud de sonido. Pero mi intención no es asustarlos, porque la manzana que traigo en la canasta es de otro árbol, solo que, con el mismo saborcito.

En fin, creo que deje claro lo que es el Drone y el Drone Metal, y de que se trata la chorrera de música. Informados y listos, nos adentramos a un hormiguero más reciente y diferente. Nadja, de nombre corto y desapercibido dentro de la marea canadiense, que no es más, que un dúo, comenzó a inicios del siglo XXI, y no paró nunca, dejando como prueba más de 25 materiales de larga duración que definen la personalidad y el carácter que representa el miembro fundador Aidan Baker (Guitarra, batería programada, vocales y sintetizadores), y su esposa Leah Buckareff (Bajo y Voces), a la música de este proyecto.

Ni de cerca le tengo referencia con sus anteriores álbumes, porque no me pongo a escuchar el sonido de los zancudos mucho tiempo, ni tampoco conocí a la banda en su momento. Por lo tanto toda descripción musical será directamente a su álbum “Queller”, del cual partió las alas de un búho desde Berlín, para poder presenciar de qué se trata todo el asunto. Primero antes que nada, sus composiciones consisten en ambientes ensoñadores y melódicos, con una influencia muy notoria del shoegaze, del cual Baker, todo el tiempo utiliza el efecto nublado de esa vertiente como una añadidura más a los temas.

Las Pistas iníciales: “Dark Circles” y “Mouths”, son ejemplares de música ambiental, pasiva y con un tramo memorable distinto, sus prolongadas notas a la vez diferencian una de otra, como si se tratará de un grupillo Ambient, con tintes Shoegazing. En el primer track vemos que la circunferencia del inicio del álbum tratará sobre lo pasivo y estruendoso que puede ser su música, con un prolongado ritmo repetido del cual se desprende una ráfaga de guitarra de semejante magnitud que lleva consigo un efecto ruidoso que se escuche extremadamente pesado y memorable, pero que estás circunstancias serían causadas para no llegar a la monotonía de un línea calma, lo cual deja ver que la vertiente esta clara en el Drone, de una forma más digerible. ”Mouths” es una lección sobre la combinación del efecto vocal omnipresente creando una melodía junto a una pared sónica, pero su base es una guitarra dictando notas claras, junto a una batería programada que lustra más la sección junto a una pequeña interferencia de distorsión.

En una entrevista, al vocalista le preguntaron como definía su música: él, respondió con la etiqueta de “Ambient Doom”, y señores sapos, tenemos Drone Ambiental en este álbum, del cual se impregna un sentimiento oscuro, sombrío y calmado, como si estuviéramos en el bosque junto a ese búho de la caratula, con un silencio adormecedor, pero con el peligro de terminar devorados por los misterios que oculta ese bosque. ¿A que me refiero con Drone Ambiental, acaso el Drone no es un genero del cual se siente como música ambiental?, lo que quiero decir, es que no tiene esa estridencia continua del cual su terreno es una distorsión. Para nadita, el álbum construye pasajes muy armonios, incluyendo melodías vocales, de las cuales casi ni se pueden tomar su pronunciación y riffs de medio tiempo, muy crujientes, todo bañado en un largometraje de pasajes y caminos diferentes.

La mitad del álbum nos deja inquietos, si en verdad a esto, se le puede llamar de tal manera, aunque obtenga un olor explosivo y desesperante. Todo queda claro, todo se equilibra con las canciones “Lidérc” y “Quell”, cuando el tercer tema quiere iniciar, despega la sucia interferencia de la típica nota distorsionada mantenida, mientras la batería sigue naturalmente, y todo con tonos agudos diferentes en la guitarra, tipo balada siniestra, pero el pan se lo come los Riffs ultra-mega-distorsionados, que son pausados y masivos. “Quell”, en cambio es la aparentemente más movida, con un Riff BlackSabathiano que se transcurre todo el circulo, con una Batería y un afilado tono desgolla vergas, que cambia el ritmo a que entre una elevación vocal fantasmagórica y muy pegajosa de Aidan, pero el Riff Base sigue desplomándose sin darnos cuenta, y nuestros oídos nos hace la referencia que solo escuchas eso, peo no lo es.

Distorsión y más capaz de distorsión tiene el Lado B, dejando clara la propuesta, comestible para el orejón e indigerible para el que tiene orejas de Patricio. Todo equilibrado en un desarrollo estructural templado en una formula reiterativa, de la cual podemos arrancar sus trozos más jugosos y sus pasajes más melodiosos, pero lo más recomendable es el bienestar del tímpano y tragarse las salchichas de alrededor de 10 minutos, para degustar mejor la obra. Influencias cercanas del Noise Rock y una idea diferente, incluso, de ejecutar este estilo. Hasta tal punto, que recolecta todas sus influencias extra-metalizadas y la endulzadora pizca de Metal bien cargado.

En resumen, “Queller” es un álbum que da lo mejor del Noise, con elementos agregados de distorsión u otras habilidades compositivas, para lograr un camino distinto de la otra pista, siempre obteniendo un resultado diferente. Música que no te puede despeinar, tan adormecedora y estruendosa a la vez, con una atmósfera tenebrosa que solo los Riffs demoníacos e hiper-brutales de máxima frecuencia pueden angustiar la vereda que siguen esas guitarras eléctricas que simulan una acústica soñadora, pero no es más que un tétrico cuadro surrealista de un inocente en un mundo salvaje.

Me sobran las vulgaridades y los términos de los desarrollos, pero en un disco Drone, Experimental o como quieran nombrarlo, da una sutileza y simple técnica en crear atmósferas, tras atmósferas, que me deja cortito como pepito. Densidad la tiene, Lentitud la tiene y de sobra, detalles pequeños, como los elementos sintetizados, bajo y los arreglos que sirven de contorno a toda una bola que rueda en 40 minutos. Si es fan del estilo, no se lo pierda, porque Nadja plantea su ideal en su música cómodamente. Si usted, está en sus horas más nocturnas y calmas, y requiere ambientación sin dejar a lado la pesadez, la solución es “Queller”.






Nota: 8.2


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


miércoles, 26 de marzo de 2014

Judith Holofernes – Ein Leichtes Schwert [2014]


García Márquez nos contó las peripecias de La familia Buendía en aquel mentado Macondo, como los Aurelinos, eso tipos curiosos que tras generaciones se dedicaron al estudio de los pergaminos de Melquiades; caso contrario, pero muy ligado, pasa en el Caso de Charles Dexter Ward de Lovecraft, un tipejo raruno que empieza a obsesionarse con un antepasado; en el caso del Dr Jekyll y Mr Hide pasa lo mismo, también  con ese alter ego, se permeaba de conocimiento arcaico; En el Golem, obra de Gustav, Pernath, olvidaba su pasado y sus espejismos arcanos iban surcando conforme sus descubrimientos en las callejas alemanas. Un trozo de la literatura nos ha puesto en tela de juicio, sobre sus personajes en escena en busca de un pasado, olvidándose temiblemente del presente, y desinteresándose notoriamente por el futuro.

Y ese clamor desesperado era el que se sentía aquí en blog después de no zambullirse en terrenos actuales, pasajeros para unos, e innovadores para otros. En cierta medida muchos no nos mezclamos con estas corrientes por el hecho de: Estar tiempo hurgando la basura de los chochentas, unos tocayos, por simple el rechazo mainstream; aunque la escena no está congelada, habrán otros por descubrir que las islas vírgenes siguen allí tan estáticas cual montaña de hierro inmutables, esperando navíos y lozanos náufragos  entusiastas.

Y por ello un poco de postre derretido bajo las hordas apabullantes de unos 40º bien cocinados en nuestras espaldas de latino sudoroso y bajacocos, no nos podrán detener para traerles como bandeja de platería fina, un polluelo del espacio bávaro, de la tierras germánicas de la águila imperial, hasta el mejor sistema de salud y por antonomasia pasando por el meollo de la influencia de la apoteósica filosofía contemporánea, sentándose en los bajorrelieves del arte con obras del expresionismo de los años 20 en la cinematografía… basta historia y pocas ideas son las que tenemos por expresar sobre este gran imperio teutónico, -de orden político estable-, añales de liturgia y bagajes culturales. Ahora bien, nos viene entre nuestro pescuezo un nombre muy interesante, en este pleno 2014: Judith Holofernes.

 Cuenta la historia de una polisemia en conceptos increíble sobre este nombre: Judith de Batulia, salva a su pueblo tras las órdenes de un malvado general llamado Holofernes, Goya hizo una reproducción de sus pinturas negras, tétrica y ominosa; Caravaggio hizo la suya con un trasfondo más personal, claroscuros impecables, rubrica modernista y tenebrismo en las gesticulaciones humanas, haciendo esta placa infinitamente superior que la del pintor Español; Pero, sin duda en temática artística el que mejor supo llevar estos valores, respetando a los 2 pintores, fue Donatello, el escultor italiano que reivindicó una tonalidad con un sentimiento más humano y corpóreo (Obviamente por sus dimensiones) en capas de cobre depurado del siglo XV.

Tenemos claro de lo que este nombre significa, pero, no obstante ¿Qué valor cuantitativo subyace bajo este plastificado de éste álbumente? ¿Acaso es una maravillosa y terca reproducción de esencia, como una vez fue llevada por arquitectos de la pintura y maestros de la escultura, será esta la placa definitiva para cerrar esta historia bíblica con las mejores intenciones? Naftalina, mi compadre, esto no tiene na qui ver con lo anterior. Así que no esperemos muestras de sapiencia y virtud para este empapelado de cuarta.

¿Por qué? Música genérica que circula por 40 minutos, mucho desperdicio, mucho relleno y poca actitud o personalidad. Sólo estamos ante un paso para cubrir los charts ingleses, porque la mayoría de ese público se traga hasta el prepucio de Carlos. Y no me malinterpreten la muchachita ésta, tiene mucho folclore, mucha pasta dinámica en su rollo, pero la música está por debajo de mis expectativas. Ahora bien, otro porqué tendrá que secundarnos. No me gusta porque son canciones de radio Europea, no es nada distinto, o con una elaboración llamativa, claro tampoco es una meretriz infausta y caudalosamente millonaria que avienta repollo  como joyas.

La música es tan llana que no tiene una base de ritmos ricos en variantes, tampoco innovan sobre sus tonalidades, o por lo menos y en el caso más forzoso, no hallamos algo que nos indique naturalidad y desplazamientos lúdicos y ambientales. Claro, con las constantes escuchas se la halla algo de saborcito, pero nada de filete miñón, tampoco se me ilusione. Claro, la producción no tiene mayor relevancia, pffff ¿de que jodida era es? Por allí se escuchan una baldas que pegan para sobrellevar una tardeada de hambruna y sin nada que hacer. Los instrumentos como bien ha estipulado el pop motriz norteamericano de baja calidad no recurre a ningún labor de musicalidad, de experimentación o de agitaciones turbias o rimbombantes, tampoco me lo esperaba. Pero, aunque sea me hubiesen echado ese indie pateado y mohoso que es tan usanza de los gafapastas intelectualoides del Siglo XXl.

No hay canciones a recomendar, sólo es un álbum genérico más que no aporta ni uvas ni caracoles… ya de por sí los vidoclips están del orto, ¿qué más falta? Y por momentos, en algunas canciones se me hace que de Alemania me fui a Tokio, dicciones orientales y tesituras aburridonas, como canción de esfera discotequera en quiebra. Quizás, pero quizás, la única rolita, para contradecirme seria: “John Irving” algo deprimente, con un toque Adeleano y pastoso, mohíno y de momentos acechantemente luctuosos… así se derrumbo el muro de berlin, con esa atmósfera tan única de esa rola; la única imprescindible, lo demás, es un rollo bailón y pueblerino: Guacatela.

En fin, aquellos que disfrutan de untarse con crema de ajo, éntrenle, a los que les gusta aprovechar su tiempo oyendo la discografía de Moderato también, y a lo que les gusta la música sin importar las fronteras, zonas marginales y pandillas sucias, pues este disco no es para ustedes, mejor óiganse los resabios de alguna banda de New Wave de los 00s… yo que sé, mis pepinos mutantes de 4 colas erizadas y peliagudos alaridos de medianoche taciturna. 

Descarga para chimuelos regordetes de un ojo.






Nota: Un 4.2 bien asustadizo.




Publicado Por: Albert Spaggiari.  

Computer Magic - Extra Stuff [2014]

Cuando el cielo se vea nublado, con una temperatura algo fría y te encuentres en un estado relajado, solo puedes hacer algo: Escuchar Computer Magic. Un grupo de esos recientes que andan en cosas Indie, pero con su estilo Pop que relaja las neuronas muertas y no estalla de manera vulgar como el Pop comercial que se vive en Estados Unidos. La persona encargada de este proyecto es una joven productora, DJ y diseñadora grafica, llamada Danielle “Danz” Johnson. Que a lo largo de su carrera ha dejado su huella en más de 5 Eps y otras fichas que le darían cierto reconocimiento y madurez musical.




Nunca esta joven se iba a pensar por la cabeza que tocaría en Japón y en tantos escenarios a tan temprana edad, gracias a su afición por componer música de forma electrónica a la edad de 15 años. Algo es mejor que nada y se lo tiene bien sabido la estadounidense, porque no goza de un nivel popular como el de la música frívola de Taylor Swift, Justin Bieber, Lady Gaga, Selena Gomez y un abundante etcétera que seguirá rondando por ambiente de intramuros, centros comerciales y estaciones de radio. A la edad de 18 años es donde su carrera profesional inicia, al mudarse de ciudad por sus estudios, Así, comenzando con una computadora portátil en el programa Ableton con el nombre de Computer Magic.

Algunos la conocerán, algunos ni sabrán que existe, pero el punto es que retornó sus influencias y finalmente se da el lujo de sacarse un EP, Álbum, Pepino, como quieran llamarlo y que lo presentaremos al blog. El nombre que titula es “Extra Stuff” con una portada juvenil psicodélica. Lo que presenta son influencias duras de New Wave, Electrónica y una rica base de Dream Pop. Esa etiqueta Indie viene de su voz hipnótica, pasiva y dulce que acompaña esa acolchonada y suave gama electrónica que resalta más su estilo futurista. Podemos describir el término medio de segmentos inteligentes electrónicos a la inglesa y del Pop con más juegos vocales, derivando una gran variedad cómoda para nuestros oídos.

Las secciones rítmicas pueden ser repetitivas, pero no tan agobiante como un Dj Tiesto dándole con el culo y echarse los 80 dólares por cada sujeto a verlo. Danz equilibra ese rango de diferentes modos, uno de ellos están en canciones como: “Time And Reason”, “Time To Decide” “All I Ever Wanted” y “A Confession”, que su versatilidad en agudos y fraseos poperitos, son ausentes por una pasiva línea vocal que prosigue en un ambiente tan rítmico que no produce aburrimiento. Luego viene el caso contrario y más movido con temas como: “Im The Pro”, “Summer Vacation” y “Living For A Second Day”, que se energiza con coros y tonos altos con mucha magia de parte de las composiciones, hacen que resalten por sus pegajosas melodías.

No le pongo más detalle, ni ojo de King Kong a la extensa capa de sonidos y efectos, porque son cosas que no se describe como: “El sonidito del primer track, suena un teclado a lo Mario Bros, pero de diferente nota”, o “Summer Vacation termina con un efecto simulando una flauta”. Simplemente me parece una estupidez, porque ese globo futurista que garantiza el teclado, las mezclas y las utilizaciones de enriquecimiento, no pueden ser descritos como tal. No, no estamos ante una gran vanguardia en donde incluso, se presencian tramos instrumentales, ni tampoco en un laberinto de sonidos encontrados. Para nada, lo que resaltó de esa virtud, es que su acompañamiento rítmico sea destacable, siempre bajo la tutela de la cremosa voz que se lleva el premio.

Como mencione antes, está entre la mitad pop “normalito” y el pop “inteligente”, y creo que se inclina con gran pesadez en la garganta de la muchachita, que simplemente podemos redactarla como una cereza, que no empalaga, pero la duda me surge cuando me pregunto: ¿Y si esos teclados/arreglos hubieren hecho más?, no por exigencias, pero se nota que si le agregamos más sal al aguacate, en vez de rellenar más la dona, tal vez hubiera elevado más mis expectativas con Johnson, pero claro, el dicho: “Mejor algo que nada”, se imprime mejor en este asunto. No dudo de la inteligencia instrumental, pero así lo quiso la artista y le salió reluciente, variado y sobretodo compacto.

Y ya que tocamos lo compacto, resalto el tema: “It Makes No Difference”, que su desenvuelto arranque y su cambio a un elevado coro, hace levantar una precisión de armonías y memorables momentos que el espectador puede degustar en sus días de música sofisticada y pegajosa como el chicle de uva, para mí, la mejor canción. Pero diferenciable a la “Summer Vacation”, que contiene una línea más zigzagueante en variedad de ritmos, que su belleza es distinta a la antes mencionada, pero no pierde ese gusto especial que tienen casi todas.

Para aprovechar el momento, diré que una característica notable en el material, es el seguimiento vocal con el teclado y efectos agudos, en un fraseo que la computadora habla con ella al mismo tiempo. Una de tantas virtudes que encubre esa música simple bien adornada que presenciamos ante nuestros lectores, llamada “Extra Stuff”. Recomendada aquellos que quieren salir de la rutina, aquellos que no tienen fe en la música del nuevo siglo. Puede que no sea un hilo que distinga a muchos otros, pero sí recolecta una bomba de buen estilo Pop, del cual sus texturas espaciales, satisface al más sediento. Si quieres arriésgate con lo nuevo de Shakira y vete tú, viendo solito lo que es la desgracia del comercio y la música popular.

¿Mejor momento para escuchar esta obra? –La Noche.






Nota: Un 8.6 elevado como una nube


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


martes, 25 de marzo de 2014

Regalos 2014 - Parte 1

¿Cuando se nos agota los tímpanos?, Ojala nunca se responda esa pregunta. Por ahora partiremos un especial diferente, que consiste en echarse más logos por el culo en los anuncios y que se saque el mejor jugo de este año en todos los estilos musicales. Para ello, tendremos que sacudir el panal para relevar algunas novedades de la música.

Aliste sus audífonos, estecé dispuesto para escuchar algo supremamente reciente de lo que va del año y aliste sus motores que van gustos, patos, sandalias y colores diferentes!!! 




Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


domingo, 23 de marzo de 2014

Slade – Slayed? [1972]



La poleada, el calor, sudor en las patas y un tiempo más corto que un recreo. Es lo que avecina la salida del lagarto escupe polvo, Un grupo que mereció ser más que un Come On Feel The Noize y cientos de horrores ortográficos. Birmingham otra vez luciéndose, ahora nos saca una jugada sencilla para el Glam Rock y el Rock en general. De nombre Slade con representantes como Noddy Holder en la voz y guitarra, Dave Hill en la guitarra principal, Jim Lea en el bajo y Don Powell en la batería. De a mediados de los 60s, pero nada que ver con el sensible Pop ingles de mierda que afectaba el cerebro a todo el mundo.

Slade más que etiqueta estúpida de Glam Rock, eran los magos y los hechiceros en poner singles a lo alto de la montaña, ya para 1972 nos regalan a “Slayed?”, del cual el manager, productor y puto, Chas Chandler del cual descubrió a Hendrix y toco en los Animals, estaba cubriendo a los ingleses por un largo tiempo, del cual se destacaría en la época de los 70s. Uno de ellos es este trabajo que aprovecho la oportunidad de sacar el lustre después de un Alive rojito que les estaba garantizando una cierta popularidad. La historia estaba trazada, pero no por ello se dejaría de seguir en actividad…

Que comience el deschonge y así se arma el sonido salvaje y coral hasta el velorio del vocalista...Nos alcanza unos ruidosos y alocados fraseos gritados con la sensación de otra semana sin trabajar, con esa energía que inspiraría a más de un grupillo de inexpertos músicos de Hard, tal vez como Ac/Dc, que de seguro tomaron nota en ese suplemento sencillo que evoca Holder. Pero más que alaridos y repetidas líneas, tenemos ese levanta-muertos eléctrico que maneja el rubio al cantar. Del cual lo hace con tal sentimiento que les pelará un guineo sueco que ganan o no fama, solo el disfrute de unos jóvenes que aprecian tal genero.

El cortometraje es adrenalina pura y exquisita que en ocasiones puede ser más que un hit suelto que ande por tu Mp4 en 2 días, es la llama que permanece y distingue al cuarteto, de tal manera, que me importa un marañón cubano si el sonido del álbum no encaja a perfección con respecto al especial, ya que de Glam tiene, pero en minúsculas porciones de las cuales no puedes medir cuando te relajas y disfrutas de la belleza natural que desprende. Si eres exigente y malandrín, vete para el Bowie de cada día, que aquí la calidad es lo que cuenta.

El duelo de guitarras, esa ferocidad en la batería y ese encorvado Blues detrás de ese Bajo. Más que 2x1, mejores promociones que la Nevería y un resultado cargado y lleno de melodías sabrosas. Si nos apetece veamos toda la labor guitarresca resumida en el tracklist, del cual se empapa de guitarras fáciles de recordar con una memorable gana de partir una sucia y distintiva guitarra que define al Rock más pesado. Ni que hablar de la actitud del Don batero que nos lanza platillos y golpes duros a la hora de quedar con el plomazo bien recibido. Pero para el conjunto hay pistas de medio tiempo y un poco más lentas, de las cuales el Bajo de Lea es el protagonista de suaves e inventivos toques que crean el aura Pop detrás de tanto desafío socado en variedad. Piezas ejemplares son los covers: “Move Over” de Janis Joplin y el corte final “Let The Good Times Roll” de un Bluesmen.

Hay que dejar claro algo: Este grupo fue más que una inspiración para los pipianes del Glam Metal y su cuadrilla de baladas fresonas, ni mierda, aquí no se asoma tal estupidez, se mezcla el buen Rock And Roll cincuentero, con la esencia Pop, siendo la vertiente más pesada la que domina al trabajo, exponiendo y patentando quien es más rudo, después de más de 10 años. Aunque pistas como: “Gudbuy T´jane”, “Look At Last Nite” y derivados, delatan el secretillo guardado que trae esas filosas guitarras con tal Bajillo que endulza una cubierta muy grave de Groove elegante, que no hace falta decir que de ahí y su ambigüedad sexual a la hora de vestir, nos trae el referente del Glam Rock.

Inglaterra nación de música popular y underground. Toda envuelta de casos representantes y de archivos de buen lujo, en pocas palabras de todo un poco: para la entonación de tímpanos y concentración, hasta para el disfrute bailón. El cual Slade, maneja ese termino como propio sello del cual te acelera los ánimos y la sangre, pero de un estilo tan prudente y pegajoso, que de pobre reconocimiento y de gran maestría en engancharnos con el combo bajo/guitarras, la alocada percusión y la desenfrenada y peculiar voz del frontman, hacen que se gire el vinilo hasta que se te quede en el coco.

No le doy más vueltas al asunto, que él habla por si solo y no da caso discutir que tan rockero es, pieza recomendable para el amante de Kiss, Ac/Dc u otras bandas que se bebieron el cuento de Slade, de tan sencilla manera que cuadren todos los instrumentos en una sola idea.






Nota: 8.5


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


Sweet – Desolation Boulevard [1974]


Y se habló de más, de poco y muchas veces en desperdicio sobre aquellas agrupaciones que gobernaron los 80s en el metal de glamur, excelsitud, parafernalia anti-rocker,de talantes fresones etc, etc. Ahora los tipos afeminados, que usaban lápiz labial tono carmesí, camisas escotadas, maquillaje vulgar y excesivo, y pelucas extravagante, eran los principales engranes negros de la música popular. Pero si muchos thashers pelones y de malas pintas se sintieron ultrajados con aquel estilo tan plastificado, y tan poco “ético” para la ideología del macho cabrío, pues póngase a pensar un minuto, en como salió ese tipo de corrientes, de dónde surge esa raíz; ¿acaso es maricona o tonta del todo?

Arrastrémonos 10 años atrás del fenómeno “Glam metal”, para saber y contemplar en realidad sus orígenes. El génesis estuvo desproporcionado, como siempre se ha vaticinado, y glorificado, “un pionero y no varios”, la música nos ha enseñado a ser juiciosos, a no dejarse llevar por significantes estigmatizadas, y la historia lo demuestra, y con manchas legítimas  no hay Dios que se meta en territorio ajeno. Hablamos del origen del concepto Glam, la verdadera connotación es: “Glam Rock” y su estampa en el chaleco es “Sweet”, Véase en el especial de Glam para tener una idea más amplía del tema.

¿Y qué hizo Sweet? Primero quiero hablar de su importancia como tal, después le dedicaré unas líneas al sonido, como es debido y común en las reseñonas. No nos situemos tan diplomáticos, y tratemos de dilucidar juntos (Porfa  échense coments para abonar más info) La influencia que Sweet tiene es más que proporcionar las bases simples y ligeras del contenido Glamero. Pero, si hablamos de gente que ayudó a “formalizar” –Por decirlo de alguna manera- los caracteres, efectos, simbologías e imagen del género posterior al Glam Rock, tenemos la vista pacha, señalar de pasón a Cooper (Sólo para no meternos en camisa de once varas) El Hermes, mejor conocido como Alice, es el que adopta el terror visual, Bowie la teoría sensual y espontanea.

¿Y Sweet? El sonido, y buena parte de la estética vocal, la tesitura y los falsetes propicios para dicho movimiento. ¿Y en qué se basa éste sonido? Primero surge de los yacimientos del Rock Prog, y el Dream Pop, una coalición entre pequeñas experimentaciones, inventos acertados; mucha carga rítmica, y composiciones que rellenan la originalidad y el glamur de una manera orgánica, poco fantasiosa y natural. Porque lo que se hizo después, fue poco musical, tan fácil de digerir como comerse pan con leche. Y esa relevancia es digna de todo grupo innovador, que también toma sus orígenes del Rock duro de los finales de 60´s, y principios oscuros de los 70´s y lo combina con la melodía exquisita de todo métrica y jugosa dinámica musical.

Para aclarar, lo que trato de decir es que sin bandas como Sweet hoy en día no tuviéramos gente como Motley, Posion, Cinderella… y esos escollos  más que salieron pretendiendo ser muy rockers y terminaron siendo la vainilla galleta de todo aperitivo. Y es así mis estimados, unos aportaron sementales obras, primigenias y capitales esfinges que marcaron el devenir, la factoría depurada a grados “rockers y melódicos” como entropía rotativa y afectiva. Pero, ¿qué hay con eso, amigo? - Fácilmente me puede de ser que tienen 10 años más Danger Danger, ¿pero suenan igual?, ¿eso los hace mejores?

Si usted creyó eso mis estimado, esta muy mal informado de lo que Sweet y sus pompas lograron hacer. Como bien lo indiqué, pasamos ahora al sonido del álbum, ya que establecer como patrón general, usando una sola banda, está cabrón. Pero, antes échemosle un vistazo a la mara que lo conformaría para esas alturas. También añadir antes que Todas las letras están distribuidas por los miembros en total, algo a veces muy peculiar, por lo general siempre se hallan estratégicamente compendiadas por un manager, compositor o un solo artista Su formación sería: Brian Connolly en las vocales principales, Stve Priest en el bajo, voz y coros, Andy Scott en guitarras, voz y coros también, y por último Mick Tucker en la batería, percusión, coros.

Cómo seguíamos aclarando la indiscutible diferencia y  la proliferación que fomentó esta banda, es de atribuirle un factor más: “La musicalidad” y esto es extremadamente importante, porque a parte de ser música simple, se escucha muy honesta con su fin –si es que lo tuvo- porque suena resonante, melódica, apasionada, emotiva, rocker, a veces, rápida y algo áspera; no hay espacios vacios, o infructuosamente llenados con malos acordes y bajos estilos de tempo; sus coros crean el panorama enternecedor, pero a la vez disfrutable y con mucha garra, con un sentido amplio de lo que el rock es para ellos.

Entonces las permutaciones, se vuelven efectivas combinaciones. El sonido se recrea con muchos matices dulces, y lo que pone en perspectiva es la presencia de los instrumentos con sintonía, demostrando la carisma que puede tener este género. Y esa es la causa de lo que hablaba antes, sobre el valor de esta música en sus inicios y la prostitución que tuvo en Los Angeles 10 años más tarde. El bajo es un musculo muy importante aquí, porque las guitarras siempre han tomado el eje, el encuadre de planos, sin embargo, el bajito se echa monedas a la bolsa, porque ejercita sus bíceps dando estructura, cuerpo y solidez necesaria para no caer en el chirriante y agotador esfuerzo que no llenan las guitarras

Ese es uno. Las guitarras también tienen sus fueros, tienen solos alarmantes, declamándose y exponiéndose con virtuosa y recatada faz, sin ser autocomplaciente, sin ser el mandamás y mesías, o el loco pastor energúmeno que se toma la capilla. Ahora bien, reconocer el trabajo que hace la batería en un espectacular solo vs improvisación, efectivamente en la canción “Man Whith the Golden Arm” que manera de redoblar, juguetear y hasta sentirse dueño de los cambios y señor de los compases. y esos elementos no complejizan ni simplifican nada, es rock melódico y punto y final. Puesto que también la vocal, a la pos es rigurosa, famélica por veces, pero totalmente apremiante.  Los teclados hacen su parte, un poco de esoterismo por acá, algo de determinismo por aquí...en fin. El sustento de éste es innegociable y obligatorio para su música aquí.

Yo creo que este disco tiene su referente, su importancia y su disfrute, y hasta ahí yo me quedo tan campante y lambisco.

¡Rico manjar de leche que no deben perderse!







Nota: 8.6




Publicado Por: Albert Spaggiari

viernes, 21 de marzo de 2014

David Bowie – The Rise And Fall Of Ziggy Stardust And The Spidders From Mars [1972]


Señores y señoras, ¿que hago en este puto mundo? Qué hacemos todos en esta corta vida, plena para los antisociales, insatisfecha para los constructivistas, y aporismada (Del tumor) para los estetas, ¿qué hacemos en esta puta vida? Todos conocieron el poco trabajo en las reseña que estuve realizando, y por ende, no puedo con esto, me tocó algo inenarrable e indescifrable: ¿por qué? Porque así es este “puto mundo” hay cosas que nunca se podrán explicar: sus significantes, símbolos y sentidos; La vida tal y como la conocemos hacía donde va, para qué y ¿por qué? Renunció a las respuestas, como así renunció a este disco.

¿Quién es David Bowie? Esta pregunta jamás tendrá que mencionarse en estos rincones asequibles, de frondosas dudas y complejas conciliábulos. ¿Quién es capaz de hacerlo? ¡Indudablemente que yo no! Y todas las notas, palabras, oraciones, adjetivos, comparaciones, síntesis, análisis, así como improperios, contumaces y “uroborosos” como criticas  desatinadas, fuera del blanco y el circuito profesional del manejo de formula 1. ¿Quién se esperó reseña de este disco?

 Pues el simple hecho de reseñarlo se ha convertido en una misión pletórica y dificultosa, de entelequias filosóficas, de materias indestructibles, de misterios crípticos, de aquiescencias y órdagos estratificados: Material con todas las proteínas y los minerales del universo, con la intensidad de supernovas, de magnesio carbonizado, del poder que manifiesta el núcleo del sol, estrella ominosas que jamás la ciencia podrá explicar con exactitud….

Pasa lo mismo con la “Arañas de Marte” si usted, señor, mantiene la miraba lánguida, fija y resonante, y cree saber y tener el poder en sus manos, venga, hágala, hágala, pronto, o en pequeños delirios oníricos le digo esto. No me pregunten por su sonido…. He fracasado, como oyente o como reseñista. Yo lo único que puedo decir por este sujeto, porque sinceramente no sé como llamarlo, Deidad o Cronos, ha acaecido como hormiga o lombriz, esto no se le puede decir a cualquiera.

Lo único, y la mejor manera, donde puedo explicar, sólo puede ser por mis emociones… ¿qué demonios sentí? (No le gusta, vaya a  donde quiera, aquí no lo respeto) y lo que sentí lo recuerdo, lo presencio y lo viviré desde el día de hoy hasta que mis huesos sean quemados en la Ira de Dios … pero, antes un pequeña reflexión: Cuando nosotros, los escuchas, los adictos a la música, invertimos nuestro tiempo disfrutando de obras que nos apasionan y nos llenan, llega un momento, por fugaz y atemporal que sea, por intermitente, perentorio o circunstante que llega a calcularse: pero, ese momento, llega… y hoy a mi me llegó, por eso no puedo excusarme, porque excusas no hay.

Y cuando se siente la autorregulación de nuestros sentidos, el nivel de la satisfacción, casi histérico, es donde damos vuelta atrás, y con un ardiente y soslayada faz, nos olvidamos de los figurativo, lo material, espiritual e ideológico…    ¿Viene a cuento? ¡Yo qué sé! Este es un disco que nunca se podrá reseñar y se le dará plena justicia… ¡nunca!
Me siento con el fuelle renovado, la crisma pulida, y con la sensación de haber transcurrido por mis oídos uno de los disco más grandes del rock setentero.






Nota:  No existe tal



Publicado por: Albert spaggiari 

Alice Cooper Band - Billion Dollar Babies [1973]

El estallo masivo y los problemas de una futura disolución de una formación que resultó ser más grande de lo que pensaban. Todo encerrado en una fecha: 1973, del cual ya venían tirando para arriba, de pasar a tener un centavo por mes, ha ganar dineral y obtener más fama que el diablo. Ya ha Vincent Furnier le susurraba la idea de levantar más la cabeza con una carrera solista tomando el nombre de la banda; Alice Cooper. Pero antes que todo eso pasará, tenemos la máxima explotación de ideas de un quinteto que logró demostrar sus habilidades a tiempo. La alineación consistía en Vincent en las vocales y armónica, Glen Buxton en la guitarra solista, Michael Bruce en la guitarra rítmica, Dennis Dunaway en el Bajo y Neal Smith en la batería.




El Glam Rock más que una etiqueta, arrasó con el potencial que ocultaban artistas como Bowie o Alice Cooper, que exponían diferentes tipos de teatralidades inspiradas en sus ideales u otras facilidades que ayudarán dar vida a un concierto y a una música que comenzaba hablar por si misma, con esta identidad que la distinguía de las demás. En este caso, bien se sabe que Cooper se inspiro de Jay Hawkins, un músico de los 50s que se atrevía a iniciar actuaciones levantándose de un ataúd y con una gran variedad de disparates macabros que desafiaban las convenciones sociales del momento. Todo un artista que reflejaría la idea central de Alice: Ser un villano del Rock, tal vez no el primero, pero sí, añadiéndole más cosillas tenebrosas a la estética visual. De ahí nace lo que algunos le llaman Shock Rock, que consiste en crear una teatralidad rockera, en vez de un simple evento musical.

Pero no vengo aquí a redactar los mil y un actos que hizo el señor de la cara pintada, porque no me gusta alargar el asunto, para no poder describir apropiadamente la importancia del maquillaje y las excéntricas coreografías del sujeto. Así, que vayamos al jocote musical: “Billion Dollar Babies” se llamaba  la cúspide de Rock clásico, del cual desprende hits como manzanas caídas, si nombres como: “No More Mr Nice Guy”, “Hello Hooray”, “Raped And Freezin” o “Elected”, no te dicen ni Jota, es porque eres sordo o no te gusta el Rock pesado, así de sencillo. Todas ellas disfrazadas de irónicas narraciones acompañadas de solidas secciones rítmicas muy detallas, del cual en el álbum, los instrumentos tratan de simular las historias con ritmos peculiares y de sobra solos de guitarras, con una base central al más estilo Hard Rockero de la época.

Si buscas un grupo que represente a perfección el estilo del rock setentero, no hay que perderse en la selva porque la Alice Cooper Band tiende a sacarte composiciones elaboradas con estribillos de fabula, con una producción que ayuda en los arreglos orquestales, toda una maniobra de sabiduría de Bob Ezrin en los arreglos. Y se dice por ahí, que Buxton tuvo problemas con el alcohol, por lo cual 2 guitarristas de sesión suplantaron algunos segmentos, pero cuando se evalúa el trabajo guitarresco, no podemos quejarnos. Para tararear el corito y la dinámica sobresaliente que se repasan las 6 cuerdas de Glen y Bruce. Todo bien elaborado y acoplado, porque Dennis escala los tonos graves del bajo con mucha sofisticación que junto a Smith se complementa el combo y nos saca sobresalientes maniobras. Fijarse en el tema “Unfinished Sweet” Canción que relata claramente el temor a los dentistas, con un sueño del cual el artista juega hacer James Bond, he ahí cuando comienza el laberinto en medio del camino, que muestra la importancia de los 4 detrás y cerrar como comenzó la pista.

Como dije anteriormente, el álbum contiene diferentes temas que tratar, influenciados en las perversiones de los miembros y de las personas como: ser presidente, el acoso sexual, la necrofilia y otras inquietudes que de seguro el lector no escupe, por temor a que lo vean extraño y enfermo. Y esa es la razón de la existencia de este sexto material, del cual su ideal es ese y su meta era hacerse famosos, hasta que lo consiguen de una forma muy divertida y extraña. Miremos temas como: “Sick Things” o “I Love The Dead”, que son más macabras que el Black metal de papel y su corpsepaint barato a la Gorgoroth. Esto viene de las tinieblas, aquí es cuando la maldad y lo sombrío ayudan darle un sabor diferente al pastel, terminando de este estilo, con mucha más orquestación y efectos sonoros que logren ambientar con la música.

En mi opinión personal, creo que es un disco de referencia de Glam Rock hecho a la medida del cual la temática es tan variada como el traklist, para ya matar los pájaros, sacarse de la manga la variedad con: “Billion Dollar Babies”, el cual la participación de Donovan, se saca el mejor jugo, con muchos juegos vocales y tonos diferentes, bajo la tutela de un ritmo espectacular del cual el bajo y la guitarra atraviesan esa melodía tan deliciosa que solo la batería rompe con un tamborileo de fotografiar, una de las mejores piezas del compacto. Otra que tratar con mucha más dulzura engañosa es la balada “Mary Ann”, donde se escurre un Piano elegante que se forra de melodías muy disfrutables. Y por ultimo tratemos de explicar esa “Generation Landslide”, porque esos fraseos de Cooper a la Jagger con más prioridad del conjunto Glamer, hacen una irreverente entrada a un coro que exhala imaginación y bases constructoras, para diluir una armónica blusera, un tema con mucha pasión y estilazo.

Sacarse la boa constrictora, decapitar bebes, asesinar personas con chaqueta de fuerza y dejarnos deleitar por esta obra, la que eclipso a la formación de reconocimiento extenso y elevado. Pero más que eso, Calidad derrochada en 40 minutos de pura gloria histórica. ¿A quienes se agradece semejante música? A los 5 combatientes, que esto es grupal, es lo que se manifiesta con toda esa sarcástica y gruesa línea musical. Para los que no sabes de qué carajos estamos hablando, póngase a descargarlo, porque este fin de semana se lo traigo eléctrico y maravilloso. Alice Cooper Band cierra doradamente la incógnita de cómo saber tocar ROCK. No discutiremos más, por más que lo descifre, es cuestión de masticar el dulce.

Pieza histórica para saber que mierda, es Alice Cooper Band y que representa en la historia de la música.






Nota: 10


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski