viernes, 6 de junio de 2014

Bauhaus - In The Flat Field [1980]

Cuando exploramos los vagones del universo musical lo más seguro será toparnos con reflejos de lo corriente para nuestros oídos. Más no sabemos, que lo corriente deja de ser corriente, cuando nuestros oídos dejan ver lo que a simple vista puede ser sencillo y sin gracia, a transformarse en el verdadero reflejo luminoso especial que en realidad es. ¿En que momento los oídos dejan ver la belleza o el aspecto realista de la música que escuchamos?


Bauhaus parte de la columna vertebral del Rock Gótico, deslizaría desde Inglaterra de finales de los 70s su propuesta demoniaca con el sencillo “Bela Lugosi Dead”, tras siempre en el subterráneo de las aguas consiguen la flecha que abordaría uno de sus cuatros naipes que están en la mesa de culto: “In The Flat Field” año 1980. La maquinaria gótica daba pasos de moribundo años antes, lo que faltaba era aportar o cagar. El guitarrista Daniel Ash junto a David J en el Bajo y Kevin Haskins en la Batería, contratarían a un vocalista que contendría poder tonal y carisma propio para el proyecto, el mejor papel fue para Peter Murphy.

Es cierto que el Rock Gótico su fidelidad se debe a la subcultura y al sentimiento oscurote, eso es un plan seguro que obtendremos en cualquier disco que se precie de serlo. El asunto es como te va a caer el chorizo, ¿en que se basarán estos cacahuates partidos en tocar música atemorizante, con que utilidad harían esta labor tan exquisita que derraman las mil y un copias de blanco y negro de jóvenes de esta selección? Bauhaus nombre tomado de la universidad alemana de prestigio, no tendría nada que ver en sus ideales. El nombre es producto de gusto, la influencia producto del Post-Punk quebradizo, el Glam y otras chicharras que suenan en el apareamiento. ¿Qué maleficio instrumental o que espécimen extraño utilizarían para lograr el ambiente? A continuación….

“In The Flat Field” tiene una base deprimente y extraña desde el momento en que tomamos el pedal y nos sumergimos en las habitaciones del subconsciente de la portada: la surrealista y bizarra técnica de elaborar estructuras nada comunes con instrumentos o incorporaciones que no suenan a instrumentos musicales. La experimentación esta tomada de la mano con el fin de crear un aura extraño e inhóspito. Una clave más para absorber ese sonido espectral son las guitarras densas y la batería que adorna junto al bajo dibujando una gran línea que aparenta repetirse, por lo cual la eficacia la concluye las variaciones rítmicas con los sonidos minimalistas y experimentales que abordan un viaje a las letras.

Pero así como hay densidad en el pantanoso aire, también hay una multitud de arranques Punkeros a mayor velocidad, pero siempre justificando lo raro de su estructura y atmósfera. He aquí cuando el vocalista transfiere sus limitaciones en ruidos, gritos con agudos y alocados tonos logrando una diversidad más que necesaria en el álbum, acomodándose en las canciones. Peter padece de locura en ocasiones, en otros momentos de lucidez y poderío, en otros ángulos más que deprimente con una grave voz que encierra las influencias obvias de Iggy And Bowie, claras aguas que permiten la extravagante garganta de Murphy variar los contrastes del Rock And Roll Oscuro, del cual practican con este primer dardo. Decir “Spy” en un track, con la voz inhumana, hacer un grito afónico final como un simio castrado a pasar de cantar claramente con una melodía de gancho y efectos “sencillitos”, es prueba del camuflaje camaleónico de Peter Murphy.

Eso sí, detrás de sonoridades que no son parte de este sistema solar, añaden una gran porción de leche descremada de coros, estribillos y Riffs fáciles de masticar con los incisivos (si es que algún idiota come como ardilla), canciones como: “Small Talk Stinks” son prueba de la claridad directa que transmite el tema. Por lo tanto como toda obviedad, lo contrario es el track homónimo, del cual solo desprende detalles a fondos sin demostrar ramas Noise, Punk y Glam. Solo lo que fue alguna vez la estabilidad con los rincones oscuros en plana superficie que flota al son de la encadenada voz. Y como dije: Noise o rama metalizada que cuadrille ahí, es una ventaja que parte a combinar multitud de influencias en base al Gótico tronco que es Bauhaus.

Ritmos apetitosos llenos de repeticiones con finales dramáticos, con incursiones a pasajes ensoñadores, la voz en dos canales diferentes con rangos distintos. Y en circunstancias de tiempo o tramos sin voces, el teatro es una opción: Sea como sea… dinamismo, angustia, sonidos a trampolines, monotonía, retoques entre cuerdas y percusión, Sea como Sea. Con tal que no se pierda la extrañez del planeta lejano que pertenece este ondulado y enmascarado sonido que todavía subía entre la afición underground, todo queda complementado a la perfección. En gran parte todo este dominio teatral y oscuro se lo debemos a Murphy y su vertiginoso ingenio de atraer a los oyentes de alguna manera. Decir que es un licuado de noni, es poco para este Lp.

Desde la apertura con “Double Dare” y sus distorsionados y metalizados ritmos hasta gritos juveniles y rarillos de “God In An Alcove”, solo tres temas y presentan una propuesta que parece ilimitable, que solo prende fuego a la peculiar música, conociendo poco a poco lo que son capaces estos músicos. Si para usted el Punk es simple, si para usted el Rock es Más técnico que el culo, está equivocado, tanto el Rock como el Punk tienen de cada uno, todo es una diversidad mezclada y forjadora de crear nuevos mundos entre compañía o ayuda del otro. Bauhaus lo demuestra como ratona dientona con rabia y lepra. “Dive” feroz tema que conlleva velocidad y cortometraje minúsculo con un bajo trotando por los rascacielos de los 2:13. “Nerves” más espacial con pinceladas en piano u otros artilugios que se mueven junto a una fantasmal guitarra pisando el combate entre el desenfrenamiento y un fuera de común final que apresura las cosas al concluir con 7:06.

“In The Flat Field”, puede ser laberintico, pero sin ejecutar diestramente los instrumentos como unos gallos en lucha. No nos topamos con neoclasicismo barato, nada de guajolotes o precisiones de reloj. Pero tampoco son unos sacados de un inodoro ruso. La mayor comprensión de esta magnifica pieza que construye el Rock Gótico de tal manera que es considerado por algunos como el primer álbum de este jugo tropical, es fácil para cualquiera debido a sus alcances hacia todo tipo de espectador atrevido que se acerque. Recomendado hasta el mil, por su importancia y calidad. Detalles muy a fondos sobre el material, consúltenlo con el estudio diario detrás de la portada: Bizarra y Oscura.






Nota: 10


Publicado Por: Zdzsilaw Beksinski


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