miércoles, 8 de agosto de 2018

Arraigo - Fronteras y Horizontes [2012]





Folk + Metal. Hace 40 años o menos; Nadie, absolutamente nadie, se iba a imaginar la simbiosis de géneros tan disímiles que gozamos actualmente, y que a día de hoy, tan asequible para los morros. O eras un superdotado topo de nariz estrellada o tu cerebro veía multiversos paralelos. Ni si quiera estamos presentando Mathcore, ni Free Jazz, ni Djent, ni nada de esas raleas. Estamos presentando un llano Folk Metal, que en su tiempo, o en el contexto en el que nació o se popularizó, dio rienda suelta a la creatividad. Pero, no todo lo que nace como “innovación”, es necesariamente innovación. Quiero decir: El Grunge no es un género y se vio como la galaxia recién descubierta cuando pegó en los medios. Caso similar, pero no tan afortunado, el del Folk Metal. 

Cambiando el tema de toda la polémica y la bulla de pubertos en defensa de la debatible existencia del género, o del aporte, o “pureza” que éste pueda dar en el Metal o en la Música, hoy nos encontramos con una dosis de Metal Argentino. Precisamente de Arraigo, grupo el cual se formó por el 2004, logrando hasta el 2012 su debut, confesando ellos la ardua labor que se tiraron al lomo estos argentos para manufacturar: “Fronteras Y Horizontes”. De antemano, sabiendo eso, NO encontramos el laberinto compositivo de un Progresivo, pero tampoco es simplón sin gracia.  Estamos ante una agrupación profesional que se esmeró.

Pues bien, Mariano Trangone (Vocalista, Bombo Lenguero, Teclados y Cajón Peruano) y compañía, no solo ejecutan el característico sonido del Heavy Metal, sino, adhieren todos los elementos y las fuentes folclóricas de su país. Encontramos tonalidades a milongas, zambas, murga y sonidos andinos con instrumentos tradicionales como el charango o el bombo leguero, inclusive, hay una portentosa simbiosis de Tango con el Metal dentro de las estructuras. La efectividad de todo esto radica en la solvencia para mezclar los ingredientes y no afectar el contenido. Arraigo conjuga aceptablemente las fuentes andinas y nativas con el Heavy coreable y Metaloso, aunque éste termina de desfallecer un poco en creatividad con unos Riffz flácidos que solo aportan presencia, pero no imaginación; caso contrario con los Solos de Mariano Perret, en los que destila cuidadosa melodía. Canciones como “Zamba para los Huérfanos” o “Para Aquel que sabe Oír” son ejemplos de tracks bien conjugados de lo que se llama Folk Metal Argentino. Y no es casualidad que se tomen más de 7 minutos en los dos temas para elaborar la fórmula.

En cuanto a la destreza vocal, Trangone expele el sabor argentino pero con dotes y expresividad en cada tema que evidencian la pasión, potencia y presencia cuando narra o les da ritmo a las liricas. Excelente.

El disco fluye naturalmente, ya sea si lo dejas reposar o estas en un mascón con esto de fondo. La verdad da igual, es asequible y sencillo para el oído Heavy. Lo facilita bastante Trangone con la expresividad de sus estribillos y coros.

Ahora bien, Arraigo peca de extender el tracklist hasta la hora y pico. Molestia de metraje para un servidor. ¿Por qué es largo?, Neles, sino, porque carecen de dinamismo y magia con ésos 20 minutos que ofrecen desde “Los gritos del Sótano” hasta “Cadenas y Antifaces”. Se repite el esquema y se palpa la llanura compositiva. Haciéndonos creer que más allá de retomar la historia andina y demás folclore, ocupan ése mismo aderezo como excusa o pretexto para no sonar como banda de Heavy de tercera y caer en el olvido. Además, “Te llamo Eternidad” es horrenda a rabiar.

Cabe destacar, que la riqueza de “Fronteras Y Horizontes”, es la de ofrecer impunemente música puramente acústica, tanguera y folclórica con charangos, bandoneones o acordeones, el canto de Trangone a cappella con el bombo y meterlos lógicamente en una estructura de Metal. Y repito, salir ilesos es un logro, pero salir victoriosos, creo que es mejor. Me refiero: Las pretensiones del grupo son claras y prácticas, pero habiendo logrado una textura homogénea entre el folk y el jebi, se quedan casi en la llanura de lo simplón. Debido a que la fórmula no es ambiciosa (ni espero que sea), y crean ésa sensación de haber podido hacer más, y terminan con un, por ejemplo: buen estribillo que es interrumpido por un charangito bonito acustiquín. No es nada malo, pero se presiente que hay más, hay más cosas que un estribillo bien logrado y un acordeón infiltrado entre la muralla sónica. No lo sé, impresiones puramente subjetivas.

Destaco “Que sangre Madera”, un Tango como Diosito lindo manda. Eso al menos es variedad, no los putos 20 minutos de Heavy aguadón que sobran en el CD. No obstante, entretiene y se disuelve en la memoria esos cambios folclóricos y ésas melodías sutiles.
Arraigo cumple.
Recuerden: Folk Metal no es Metal cantado por Trolls y duendes sobre la mitología celta, hay un mundo más allá de los estereotipos, y demole sentido a las asquerosas etiquetas musicales

(que bonica portadica)




Nota: 6.6


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski