viernes, 31 de enero de 2014

Suicidal Tendencies - Suicidal Tendencies [1983]

La Charamusca helada requiere calor del trasero de un camello…Los Ángeles, Inicios de los 80s, venía con bermudas, camisas holgadas, gorras bien levantadas y una estética que influiría a las masas posteriores… Perras y Cerdos, hablamos de Suicidal Tendencies. Los mismos que aportarían más adelante para el desarrollo Crossover y otras ramas musicales, que se sumergirían con el Metal.




Esta vez se corrían por el polvo frente a la frontera, el debut homónimo, que a su alineación contaba con el peculiar y único miembro activo, Mike Muir en las voces, con la pañoleta azul distintiva que más tarde Axel Rose copiaría...Acompañado de integrantes como: el guitarrista Grant Estes, el Bajista Louiche Mayorga y el baterista Amery Smith. Primordiales en manifestar el Skate Punk y el Hardcore a nivel televisivo.

Censuraros, Versionados y Alabados.. De cada escalón pasaron Los Suicidals con su música a medida que pasaban los años y es innegable la presencia de rebeldía y de mensajes directos hacía este Lp. Con Riffs serruchadores y plasmados bajo el contraste de las dictadas y agresivas letras de Mike. Con la decente batería que marca los trazos fondos y un Bajillo disuelto en la sopa, que es entonable y gustoso para el primer lanzamiento de cualquier trayectoria que se admire y se respete.

En 1983 y menos perros y malditos que sus compatriotas D.R.I, pero con una gran chupada al Punk más clásico en sus capacitadas velocidades que puedan definirlos como una banda que empezaría con un Hardcore más dulzoso con mucha más participación y con tempos más lentos en sus cambios de ritmos, que los llevaría por las tablas del evolutivo Punk orientado al creciente Thrash con mucha más pega que Anthrax y a la vez rabiosos, pero menos valorados que otros.

El grupo no se preocupaba en lo más mínimo por la popularidad, se realiza más el esfuerzo por transmitir la realidad y las injusticias sociales que veían a diario en sus barrios y en la comunidad gringa, por medio de un electrificante Punk, muestra lo que son capases los Californianos, dentro de una inmensa y explosiva ola de música que vivía en esos años. Queda claro que en la carrera también competían los de la Bay Area, que algunos todavía andaban en escenarios cerrados y pequeños, juntos con ellos, estaría Suicidal Tendencies, pero con la ideología y la música más al otro rumbo…

Canciones destacadas: “Suicide´s an Alternative”, “I Shot Reagan”, “Subliminal”, “Institutionalized”, “Memories Of Tomorrow” y “”Fascist Pig”, recomendable hasta en los huevos, para entender mejor el comienzo de una banda tan influyente en sus temáticas, sus letras y su feroz Hardcore Punk. Portadita, adecuada al estilo y el mensaje de los que querían ya otra manera de hacer las cosas…






Nota: Un 8.5 de ajustada talla


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


jueves, 30 de enero de 2014

The Exploited – Troops Of Tomorrow [1982]

Indudablemente que parte circunstancial del hardcore punk, o el punki más macarro y cochino, no se hubiera gestado sin la salida de la banda estatuilla Escocesa “The Exploited” hoy constatada como un referente para el género y un oblicuo pertrecho de lucha constante y violencia implícita. Como mandaban los hijos desobediente, menos obsecuentes y enfurecidos del punk, los explotados (Estuvo muy vinculado con esa temática obrera, de enyugue y represalias frustradas) fabricaron un estilo muy particular, y hoy un distintivo sonido entre los fieles seguidores de la humareda punketerra.


Después de ver conciertos y llanos establos pulverizados por la garra de gente como Sex pistols y Ramones bandclub, los Exploited claudicaron a sus feos oficios y encontraron una menara agradable de pasar el rato: haciendo musicón. ¡Ojo! no cualquiera bulla inentendible, estropeada y chirriante, que sonaba enfrente del vecino, cuya vida pasaba enaltecía la bandera y gritaba al son del la marcha militar. Hoy laman lo: “Ay, Coronel” Más bien, los explotados vivieron con furor sus vidas, para pertenecer a una ola de insensible y rudos muchachones desordenados.

Y cuando todo ese look punki  de cabellos cortos y teñidos más de antaño mutó hacía una forma más subversiva y protestante: asteadas y encrespadas melenas rojas, verdes, amarillas, eran ahora de los chicos más malos. Todo estaba admitido menos “la maricada de andar los pelos largos del rock prog” vaya tipos, se lo tomaron más en serio que la piel de burros y vida de asalariados que mantenían en sus horribles trabajos subordinados.

La alineación para “Troops Of Tomorrow” estuvo compendiada por: Wattie Buchan en las vocales gritadas, Big Duncan en la guitarra desordenada, Gary Maccormack en el bajiño babuino, Steve Roberts en la maquina para hacer ruido con bombazos y platilladas. Aunque, no cambió mucho su alineación desde su primer Lp “Punk´s Not Dead” aquel primer álbum mantendría la ferocidad y astucia de la mohicana fetidez del punk: himnos clásicos que inmortalizaron una obra a plenitud y de abanicada constancia irreverente.
      
Pero para “Troops Of Tomorrow” los escoceses mantendrían el nivel, o lo elevarían? La fuerza era notable, la depuración no muy aliciente, pero si podemos afirmar con acervo ahincó que con estos sujetos no se podía confiar: no podías prestarles tu automóvil, dejarles a solas con tu hermana, o invitarlos a tu casa sin que las vasijas de oro de tu madrastra Antonia desaparecieran, y no muy afortunado serías que la colección de sapos de tu padre Jaimito desaparecía con ellos o de mejor manera, aparecerían aglutinados, en el patio de la Tía Gertrudis, unos cadáveres, de aquellos amistosos anfibios que croaban en las madrugadas de domingos.

No eran tipos de fiar, ni su música lo era. Pero, Las tropas del mañana, traerían consigo unas notas muy interesantes: Guitarras desplumadas a todo vapor macilento, bajos entrometidos y bravucones; blast, redobles y baquetazos intransigentes y derramados en unas básicas y destructivas notas; vocales forzosas y muy ásperas, llenas de cansancio, tos y tal vez con olor a resacas consecutivas. Estábamos enfrente de los más malos del vecindario. Uno de sus bateristas a la postre fue a prisión después de un asalto a mano armada, consecutivamente le otorgaron una condena de 6 ó 7 añitos tras los muros.

Hay completa destrucción: pequeñas y mutadas guitarras que después serían símbolo icónico y parte fundamental, así misma del “Thrash Metal” ya que en pleno agujero y principios de los 80s, con el permiso de Venom y otras alimañas, no todos curtían velocidades y potencias retumbantes de fragores y ruidotes molestísimos. Hastiados de la complejidad y candentes adoradores de la simplicidad como medio de expresión directo y justo al ojete.

Y mandando a la mierda a cualquier entidad de seguridad, leyes, estados, gobiernos, políticas capitales, reglas de comunas Etc. Estos cabrones no respetaban ni a los parquímetros. Y sus conciertos cargados de ensimismada y corrosiva agilidad y dinamismo colérico. Salir vivo de botas rugosas y cepilladas con algunas muelas de algún inocente despistado. Y para concluir: Arte y gráfica singular y representativa para su manifestación sónica. Agrada mucho ver esas tropas ya lista para librar alguna batalla.

 No hay quejas, dejémoslos entrar con cara reprobatoria, pero segura de su extraordinario potencial Una respuesta sincera y agradable para los harapientos de Edimburgo. Hasta el día de hoy conservando los dientes y las actitud, mis queridos insectos. Bájenselo porque la cosa está algo rota y descosida de los lados, pero una vez encuentras a la chinche dentona, ya lista para meterte todo su amor por la boca; me cuentas.

 ¡Baja el zipper!






Nota: 7.7 como un visco que se roba las monedas de los teléfonos públicos.





Publicado Por: Albert Spaggiari

martes, 28 de enero de 2014

Discharge - Hear Nothing See Nothing Say Nothing [1982]

Había que tomarse las cosas por las buenas, así tiene que ser siempre, tomarse todo por las buenas, porque el único limite que detiene al hombre en su búsqueda por la verdad y la identidad es su ruptura con la enajenación. Cuya enajenación puede estar descansando con el “Status quo” y si éste imperioso y omnipotente ente nunca nos dejase respirar, ya no hay que tomarse nada por las buenas; ahora hay que ¡¡¡Destrozar!!! Y el uso de la violencia como alternativa será lo indispensable.




Lema que debieron llevar tatuados aquellos inconformes y rebeldes jóvenes. Pero ya no eran los jóvenes del punk tradicional los que asteaban la bandera de la anarquía y en contra de la corrupción social; era una generación más promiscua, indecente y obscena, una generación, que al igual que sus predecesoras nodrizas, se descontrolaron para hacer todo añicos. La violencia fue parte de su genoma: de su constitución fisiológica incendiaria, de su anatomía envenenada y de su enardecido sentimiento de ira.

En contraposición de todo. Una ineluctable situación callejera, vagabundez y perdición fueron los elementos perfectos para manifestar en oposición a: Guerras nucleares y experimentos inhumanos. Execraciones atípicas y contraculturales se vivieron; hacía una afrentosa realidad cargada de oído y mezquines. Discharge fue de aquellas bandas que orinaban en el sonido de ramones (Cuál una vez fueron fieles seguidores acervados) y de todas las banditas de punk de finales de los 70s. Y si se creía que el Hardcore, ese hibrido sanatorio e inocente se dio con bandas como Black flag, Bad Brains… y esas mamadas, pues qué mal estábamos.

“Hear Nothing See Nothing Say Nothing” podría formar parte como una de las manifestaciones más claras para el género, y su trascendencia para el metal extremo se sale por los cuatro costados, y está de más agregar que sin discharge, quizá el mundo de la música pesada como la conocemos hoy no hubiera tenido la misma faceta.  No es sorprendente y estimulante darse cuenta cuán adelantado puede estar un disco, lo que es sorprendente es porque no se referencia éste entre la coalición de género rudo por excelencia: “Metal”
Estos ingleses desde un principio tenían en cuenta que su “música” (en aquel año de interdicciones constantes, siempre consideraron a los Discharge como una bola de mierda ruidosa) nunca iba a ser llamada música* Qué bien estaban al no querer obedecer. Vaya demostración fétida y cruda sobre la desobediencia. Permítanme un momento y decir: que siempre es propositivo esas aguerridas ideas destructivas, que al principio nos acobardan por miedo a un horizonte desconocido, a una tierra totalmente ignorada, y nunca allanada.

La filosofía del punk siempre tuvo dos caras: 1) – La presunción de unos imbéciles, guiadas por un montón de ideas sin bases, sólo justificándolas como “revolucionarias” 2) – La cara explorativa, fiel a una doctrina revolucionaria en cambios, hechos y actitudes basadas en la praxis punketoide. Siempre hubo esa tergiversación, y ese doble filo, que quiérase o no, muchos claudicaron ante los primeros ideales, sin ponerse a cavilar “los porqués” de su condición como seres transformadores, no consumidores ligeramente “distintos”.

Y toda esa morada de pensamientos que fluían tenían que ser dichos o hablados, pero la intempestiva violencia era más fácil para llamar la atención de las masas inermes y ajenas de todo, excepto de sus triviales “dificultades” que se van dan día a día. Y como se iba a llamar la atención: “Gritándola” así lo predijo y actuó Discharge. “Cal Morris” cómo vocal áspero y rúcano de bronquios metálicos, era el que lanzaba el escupitajo directo al ojo electrónico; Bones en las guitarras; “Rainy” en el bajo y Garry Maloney en la batería. Garry Maloney, tenemos que mencionarlo aunque sea a la ligera, fue el redentor y expansionista de ese “mítico” D-beat (Tempo acelerado en la batería que fue crucial para el Thrash)

El sonido de Discharge es la reunión de 4 marginados que rompen las sillas de un evento políticamente proselitista: ellos entran sin invitación, eludiendo a los guardias, con sus camisas rotas y desmangadas y jeans desgastados y sucios, entran con impronta volatilidad que destruyen tarimas, adornos, mesas, y todas esas gentes que se encuentran tragando mierda por parte del “poder inquisitivo” pero en el sentido literal es: monotonía a lo ancho de la travesía, guitarras que sin melodías creando sólo delirios caóticos y déspotas-
Todos los instrumentos caen en paredes atacantes de sonidos roedores y ondas constantes de láseres porfídicos, rompiendo el tejido de las membranas auditivas y marchitando el tímpano en 2 escuchas, a lo mucho una agradable sordera crónica. 

Producción al igual que el arte simple y llana, sin mucho detalle. Ya no importa si lo escuchan o no, lo que importa es cuanto tiempo más este disco seguirá siendo una obra incolora, que permanezca entre clásicos de clásicos. Álbum de culto, y de pulsaciones rojizas intermitentes que demuestran sólo una cosa: “Actitud”       

Y así empieza la música pesada…..






Nota: 9.0 



Publicado Por: Albert Spaggiari

domingo, 26 de enero de 2014

D.R.I - Dirty Rotten LP [1983]

La leche se corrompe y en Texas solo queda una esperanza, 4 tejanos que ensayaban en un garaje. Sí, como muchos y como pocos, los hermanos Kurt y Eric Brecht, voz y baterista respectivamente, con la compañía de Spike Cassidy en la guitarra y Dennis Johnson en el Bajo. El nombre tan ingenioso proviene de los insultos del gran padre de los hermanos Brecht, motivándolos con palabras como: “Pandilla de Sucios y Asquerosos Imbeciles”, por el estruendoso sonido que provocaban...Perros y Duendes, gracias a eso nacen las siglas D.R.I.




Formados en 1982 y con la mente casera de la producción Rotten Records, que era de los miembros, pudieron sacar un boludo de 22 canciones y con la duración de 17 minutos, en el año 1983, ese año, en que ya se movía la masa con el Thrash y algunos enfermos que acompañarían a D.R.I a su aventurada jungla de Hardcore con toquecillos Thrashers. Suicidal Tendencies y muchos periquitos más hicieron abrir más el hoyo, junto a los de Texas.

Antes de comenzar, por si alguno no lo sabe, antes de que el grupo hiciese sus trayectos definidos como Crossover y Thrash a mediados del glorioso 80, eran aquellos que marcarán un Hardcore entrando a las raíces Metaleras, pero que todavía no definían ese estilo con el que los influyo… En fin, si te atreves a descargar algo que creas que es y no lo es, yo ya te lo advierto.

¿Como explicar algo tan cortísimo como ir al baño a orinar y a la vez importante?
Bueno, intentemos... Trabajo totalmente rudo y excesivamente diluido y escaso. O te vas un minuto y te pierdes 5 canciones o te exploras y escuchas hasta que acabe. Así de simple y si no te gusta esto, te puedes ir con tu Tool y quejarte a otro lado. Riffs burdos, sencillos y de corta presencia de solos, pero con mucho movimiento distorsionado. La batería es el capataz y el jefe de la violencia y el ruido sucio que tanto amamos… ¿Grindcore?, Quien dijo que no. Nace el Blast Beats con la pista “No Sense” y nace el formidable Thrash y clavazos hacia el cerebro con el señor baquetas: Eric Brecht.

La importancia del álbum y la banda en este principio musical, radica mayormente en la Batería y en las voces, ambos ametrallan bien con cruda, sucia y grasosa melodía. Y son los mayores representantes del estilo que crean. ¿Coincidencia que sean los hermanos Brecht los que más empeño y sabor le dan a las canciones?, No lo creo, ellos formaron el grupo y por lo tanto ellos resaltan sus capacidades con sus instrumentos de una forma no tan compleja, pero ingeniosa.

El Bajo no apesta como los demás y falla su labor. Pero el combo queda perfeccionado con lo directo que penetra el sonido con las liricas políticas, enojadas y con la idea divertida e irónica que añade la banda. Y no le damos más el cuento de que se aburrirá, porque si usted esta fascinado con el “Thrash Zone”, le digo desde ahora, que empiece averiguar la línea de carrera que tuvo que afrontar desde un inicio D.R.I. Como ya sabrán muchos, la banda tiene una popularidad merecida, pero se debe de  demostrar el porque es tan influyente…

No les cuento las pistas una por una, porque me secuestra un Elfo y me mastica, y creo que es tan absurdo como comer 2 hamburguesas al mismo tiempo…22 trallazos, 17 machetazos de rudeza vocal, de un enfadado Kurt y una pandilla de sucios que sacan la mejor velocidad Metalizada con los mejores tintes Punks, al combinar estas ramas tenemos un buen vergazo y puñado de música que roza el Thrashcore y que divierte en su mejor momento sin perder la calma. Canciones recomendadas: “Who Am I”, “Money Stinks”, “Closet Punk”, “Sad To Be”, “War Crimes” y “No Sense”.

Bueno, buenazas, aquí acortando la escritura y relajándose uno, un poco… Pero siempre metiendo y sacando y para el más orejón, les dejo con un álbum lleno de variedad extrema, por decirlo de la manera más entendible. ¿Hablamos de la portada?. Pues démosle…ASQUEROSA en todo el sentido de la palabra, Es una maravilla ver semejante mierda pálida como portada, toda empolvada, rota y sucia…Eso te deja ver como será por dentro y felizmente con toda la plenitud del mundo diría que satisface que sea así. Sucios Podridos Imbéciles, eso te lo dice todo..






Nota: 8.4


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


sábado, 25 de enero de 2014

Minor Threat - Out Of Step [1983]



Ándate a la mierda o te vas al carajo, dame el carnet para que entres en las zonas sucias y nos ponemos en acuerdo ojos saltones, de otra forma es que te hagan en anal, te secuestren y te maten en la cera de tu casa…Así de estúpida se nos volvió la masa que todavía anda diciendo mil y un pendejadas…A La Mierda Pendejo!!!!

Nos tomamos la alka-seltzer y nos relajamos con el Hardcore nuevamente de Washington D.C, con Minor Threat, formados en 1980 por Ian MacKaye en las voces, Lyle Preslar y Brian Baker en la guitarras, Steve Hansgen en el Bajo y Jeff Nelson en la Batería. Ian como buen maldito, crea su compañía Dischord para grabar material con su grupo y otros en la escena, por eso contaría la banda con varios Eps y Singles, y sin ninguna dificultad de presión, sacan Out Of Step en 1983, exactamente meses antes de que se retirarán por relaciones internas entre miembros.

Vamos directo a abrir el grifo, que no me gusta esperar mucho y escribir tanto como un armadillo enojado…

El único álbum de esta banda nos presenta la propuesta que resbala hacía el Punk Rock más classicc con toques Rockeros a la antigua, pero se destaca en varios puntos, primero..Los guitarristas no se molestan en chutarnos solos cortos y durisisisimos, se visten de escultores y gracias a la incorporación de un Bajista, se puede apreciar mejor la rítmica con mucha más ingeniosidad en no aburrirnos, con riffs más trabajados en la sección, para que no nos metamos en el tubo de la misma línea caotica que representan muchas bandas.

Segundo, como bien antes dije, no se sigue mucho una misma nota y acaba en 1 minuto. Tiene más molde el Bajo, uno que machaca y se trascurre con la batería a lo más suelto, con mucha dinámica y participación, ambos se meten bien al combo, que cuando toca de enviar directas a los pendejos y a los estereotipos, está el señorito calvito MacKaye que conjuga bien con sus tonos y varios ritmos extrovertidos que cambian los tempos a la firma coral.

En mi opinión, son menos de 30 minutos y nos pone la piel de cerdos, áspera como el pan vencido de tu torta. Pero a mi se me puede olvidar en vez en cuando las canciones, pero no se olvidará el pensamiento de que “Out Of Step” hizo energizar hasta el meñique de mi pie.

Himnos se podrían llamar? No lo sé señora, pero si usted quiere conservar ese status de CULO, perdón de CULTO, puede tatuarse en la piel esa portada simbólica que va ad hoc con la ideología y música de Minor Threat, no son del rebaño. Pero si giramos bien nuestras tuercas, podemos ver que las estructuras están bien trabajadas, no aburren, te despiertan y mucho coro solemne, dando la pre-presentación con muchas cuerdas y golpes que impactan nuestro oído con mucha facilidad.

Aquí acabo, por que quiero cucarachas de mierdas y no digo ni mierda más de las canciones, solo que destacaría a “Cashin In” la más digerible y “épica” (por decirlo de un modo más fácil), que hoy traigo ante ustedes en buena calidad y junta a la homónima pista, ya que es la versión del Vinilo, pero eso no dificulta nada, se diferencia cuando termina. “Betray”, “It Follows”, “Think Again”, “Look Back & Laugh” y un cortísimo etcétera, fueron los que hicieron que pasará un buen rato con la charamusca, los doritos y una quebrada en la espinal dorsal.

Posdata: Advierto que si usted es un imbécil que chupo testículos de ancianos y de orugas, póngase recto y firme, no sea un bayunco y vea clara la situación, yo no voy a poner una nota más alta que una asta de 400 metros, solo por su importancia. Si ese fuese el caso, Bad Brains tuviese más de 10 de nota, así que reflexione sus traumas, relájese con una cola-champán de a Cora y tómelo con el mayor entusiasmo y déjese de mierdas, que recomendación y que pájaro..Usted, descargue lo que le interese y guache por si solo…Opinión Personal, tampoco sea retardado en esto.






Nota: 8.0


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


viernes, 24 de enero de 2014

Black Flag – Damaged [1981]

“¿Quieres columpiarte en mi tronco?” por ahí escuché decir a un colega, que esa era la manera de cortejar a una damita en plena era punketucha, allá por finales de los escabrosos 70s y principios de vomitones 80s. Posiblemente una visión un poco inexacta de esos tiempos, pero acuérdense que pelones patanes siempre han existido. Pero en los 80s no sólo se mugaban frases desorbitadas ni se frezaban escamoteadas oraciones sexuales, hubo un punto donde el sexo, la violencia y la simplicidad se fundirían en dos bloques cronológicos distintos, pero de igual útero, asimismo nació el Punk y unos años más tarde el hermano ceñudo y rapado, el hardcore.


Y siguiendo en mi son de jodedera, también escuché por allí, que sapos parlantes, ojudos, tranzones, de labios leporinos instigaron y referenciaron al Hardcore (y lo Identificaron) con mazmorras de gritos sinsentido: datándolo por inicios del 00s con la vena Slipknot (Nu) y el consabido Metalcore y esas gestaciones (Véase especial de las primeras semanas de Enero de 2014). Por ahí oí que los bienes comunes eran el aire (Oxigeno) y la luz solar, y las reacciones fisiológicas, al igual que estas muy libres, así que me reiré un poco; sólo un poquito Señor Sapo. 

Puesto que la historia del “Jalcol” no se hubiera fermentado en una sola olla metálica con adornos de mimbre, y fieltro rasguñado. Fue necesario para la creación de éste nudillos, sudor, calcetines mojados y ennegrecidos, romper las camisas e instalarte en la cabeza el emblema madre, ese que regiría tu vida o que tu vida regiría: “Hazlo tú Mismo” Así es, ¿si no lo haces tú quién lo va a hacer? (Para los desinformados, el hazlo tu mismo fue una doctrina que promulgaba fabricar de manera individual tus materiales. Referente a la industria musical esto quiere decir producir tus propios discos, producciones, grabaciones, basándose en tus recursos y no contando con una disquera que patrocinase tu esfuerzo) Y Black, no Sabbath aunque si mucha influencia para su siguiente albumzete “My War”… Black Flag.

“Se conoce el mito de que si pronuncias su nombre la tierra temblara por unos escasos minutos”
  
Los Flag fueron de aquellos pimentones gordos negros envenenados que no podrían faltar en nuestra cocina madrigal, de esos pimentones que no podíamos olvidar en el patíbulo de los indecentes icónicos; cociéndose a todo vapor: tratando de matar la maleza, las ponzoñas hierbas, el irreverente y descalabrado pasto y los mohínos hongos verde-rojos. Pero, Los Flag echaron pus, sangre y tejidos gangrenados e inservibles, y la mirada puesta contra las alevosías “industria-despojamientos” y erráticos cambios inoportunos. Una fichada salvaje para las rivalidades entre bandas locales.

Como bien, no sería hasta la llegada de “Henry Rollins” como vocal principal y permanente en las filas caldeadas de los Flag. Éste vendría a revitalizar un espíritu, sino bien de inteligencia, pero si de estilo furioso al momento de cantar, o escopetear su alarido más bien. El futuro de Henry junto a la banda se perlongó (prolongó) a tal manera que éste loco desaforado con bermudas y botines baratos encabezó papel de frontman hasta el día del juicio final (La separación de la banda por completo) Pero Blak Flag (empieza a temblar levemente. Habrán notado que su nombre no es un juego, ya se los advertí. Tengan cuidadito.)

Pero, no sólo sería Rollins fue quién mantuvo a la banda con la cabeza firme y derecha, Greg Grinn es el autor de la mayoría de canciones en contexto literario y principal guitarro de la banda, sin él, Black Flag (Agárrense de sus asientos) no sería lo mismo. La idiosincrasia punketa exigía un liderazgo palmeado en dos huestes del barco de distintos extremos: por una parte el volcán de Rollins que comía clavos de desayuno y Grinn, solapado guitarrista de armonías bistrechas y gulosas. Dos esferas brillando en dos auras distintas, pero en un mismo estadio. Vaya usted a saber como sería sumergirse en “bailes mosheanicos” en ese apogeo juvenil y desplomado. De una patada te rompen el mentón.

Un pequeño paréntesis: por ahí se habló mucho sobre la intervención de la policiaca en los conciertos “violentísimos” (No dudo de que no hayan sido, pero a veces la intromisión mediática sucumbe ante los deleites del espectador) de los Flag, muchos de estos –considera Henry- fueron escrutinios malintencionados y saboteos, ya que la policía en efecto nunca levantó un dedo para proteger al contrario destruía más que los mismos punkis. Increíble, ¿no? Yo creo que esos hijoputas hacían mosh del bueno con sus bacanas, y ni se diga que ellos, tal vez, hacían rodar sus cascos por “el salón de baile” Al menos tenían las botas, ¿o también se las quitaban? Que fetidez entonces, azules.

Siguiendo con la emplazada, también no olvidemos a músicos que colaboraron en este raruno “Lp”, cómo: Dez Cadena en la guitarra rítmica y coros, Charles Dukowski (qué parecido con el escritor Bukowski, ¿no? Pero todos sabemos que los 2 charles eran punkis hasta en sus huesos), Robo en la batería (¿Robo Zombie? Quítemele la “o” por favor barbón de 15 años), Mugger en los coros (quién más falta ¿Zimba?). No olvidemos a la línea de “ingenieros/artistas y colaboradores” en el contexto secundario del álbum, como lo son los: Spot que serie su productor e ingeniero, Francis Buckley cargándose la mezcla y por último Ed Colver en los “covers” o las fotografías de portada. (Ya hablaremos de éste un piquitin más adelante)
El sonido de Damaged viene a hacer, como bien lo dije, fundamental para la creación de su estilo: Es desproporcionado, feroz, marchito, endurecido, cagón y encementado con una ojeriza ajena de mil años. Sus letras recorren a veces los paisajes irrisibles, vulgares, patanes, “changoleonicas” vociferantes y desmesurados, como tienen que ser: pura actitud punkerrona. El tejemaneje de Grinn es picoso, con melodías tronantes y  vapuleadas, que recorren con sus yemas la clamosidad y el volátil rifeo machacón. Es un punk bien primitivo y duro, por veces oxidado y situado a la vez en un refrescante puñetazo en los dientes.

Pero el álbum no es la ostentación del extremismo más importuno, ya que desvela un poco más de su material –Gracias a legado que dejó la banda y a los exabruptos de Greg por seguir insistiendo en la superación colectiva-  34 o 35 minutos de un calibre de hardcore en pañales y mirón, aunque sin cautela y desprovisto de todo uso de razón: a destrozar cada insignia de música disco, sazona y dulcita, para remplazar el prematuro índice de música extrema y voraz.
La terminología de las guitarras está cosechada para el advenimiento del metal, porque el ritmo que dirige es constante y ensordecedor, capitulando una oda de riffs pre-metaleros extremos, punteos y des-punteos característicos de inverosímiles trasteos de la música extrema/pesada ochentera. Pongámonos en cuarentena, ya que aquí obtenemos esa aceleración que la música, especialmente el metal, necesitó para el avistamiento del Thrash/Death/ A lo lejos Grind (Paradójico por le contextualización que se rige entre ambos)

 El bajo rudo, y solariego por veces, hace una función reemplazable y de torpe seguimiento rítmico, aunque, disfruto mucho sus líneas y cortes, así como sus intrépidos inicios enconados y acalambrados. También los coros, que ocupa parte sustancial del emporio, están ensalmados en incoaciones machistas y retumbantes de fiestas de santiamenes, cerveza en abundancia y chicas fáciles para todos: “yo invito todas para un cabezón” óiganse los Beats y baquetazos de una batuca algo despolvada y tomada a la ligera, como si te echaras un sopón de gallina el domingo en la noche y te despiertas cagando picos y crestas por doquier.

Hay una ideologiza que envuelve este disco, y una historicidad imprescindible, y entrar en detalle sería tautológico y repetitivo, pero hacerles concienciación que no estamos frente a cualquier bullicio de las “malasvidas”  o los vagos de los 80s, o de los sucios migrantes de estado. El repertorio desde cualquier balcón que se mire da siempre los resultados adecuados: “Roca colosal” e infaltable para todos aquellos pescadores del viejo rock, punk, o metal.  Y por último, ya dejemos de dar vueltitas, vayámonos a la portada… “Icónica” para una revistila de esas que dicen que Ramones fueron la primera banda de punk. Ahh, y antes que se me olvide, tenemos una producción loable y violácea en contrastes: nada mal, no tiene mucha mierda como algunas infortunadas legiones de punkerrones.  

Mmmm ¿Qué dicen ustedes? Rollins rompiéndose o cortándose los nudillos con un espejo de gimnasio después de un sendo impacto a 200k/h (Tal vez) y de mirada más observadora, vemos una sangre obscura que rodea el puño de nuestro “Steelman” onerosa portada, con un mensaje así como ese puñal de golpe de directo. Bueno, en fin, túmbense en la arena, bajen su reproductor quebrado de los lados, pongan el disco de la portada con la banderita negra de rayas (anarquistas por cierto) y rólense ese buen vieja de callosidad y lucha, con el único fin de desmantelarte los dientes, mi cuate. 






Nota:7.9 y las cuerdas del ring se vinieron abajo, levántalas o te cae otro vergazo, mi estimado inocente.




Publicado Por: Albert Spaggiari 

miércoles, 22 de enero de 2014

Bad Brains - Bad Brains [1982]



La concha se abre y nosotros como muy buenos estúpidos la escupimos, en vez de apreciar su florecimiento…El Punk un caso firme en que veía el cronometro y no pasaba por los rumbos más agresivos, andaba en otros asuntillos y seguía pegando fuerte en todos los sectores. El Thrash era un embrión todavía y solos algunos jefes alteraban las aguas…

Por un lado extremo ya andaban unos rasgos sueltos de lo que sería inspiración para el nacimiento del Hardcore, pero en los más aventuraros y los menospreciados (en ese momento), estaban Bad Brains, unos afroamericanos que empezaron tocando Jazz hasta que oyeron los Ramones e hicieron todo lo posible para grabar material, mientras muchos de ellos pasaban lavando autos, ropas y otros oficios, manteniendo en vida su música tocando en un garaje, y ya cuando agarraban fuerza, fueron prohibidos en tocar en su tierra natal Washington D.C.

Pero antes de partir a una nueva ciudad, dejaron un material gratuito para los que lo veían, ese era el Black Dots de 1978/79 y después de telonear a The Damned finalmente se fueron a New York, donde había posibilidades de fichar y de tocar en clubes, terminando en la oportunidad de oro con la disquera ROIR y sacar su homónimo debut: “Bad Brains” en pleno 1982 teniendo en su fila a Paul “alias H.R” en las voces, con su hermano Earl Hudson en la batería, Dr. Know en la guitarra y Darryl Jenifer en el bajo.

Aclaro que no estamos hablando de Reggae por si todavía un idiota no se ha dado cuenta, estamos en el Hardcore, esta vez en la línea de inicio…

La batería y la voz de los hermanos Hudson son las principales características de un Hardcore veloz, violento y caótico, estas dos figuras son los que alejan más allá el Punk que se vivía, dándole más fuerza y carácter en sus estructuras compositivas, duro hasta no perder la paciencia la tarola y los acompañantes percusionistas de Earl, presencia el taladrado y compacto sonido que golpea. La voz, de lo más variado, tonos graves y algunos chirriantes agudos que desafinan y actúan con mucho poder al ahora de palabrear con agresividad y rapidez. El bajo, se ensancha en los moldes más lentos (los pocos que hay) y en ciertas situaciones acompañando de la manera más apropiada para el estilo que ejecutan…Y Llega el honorario Dr. Know a sacarnos sus literalmente relámpagos: cortos, precisos y con mucha electricidad.  

Y cuando arrancamos la cabeza de Ajo, se nos para 5 pistas de un cortísimo tiempo con la actitud y la energía de sacarnos de la silla y pararse los pelos, en plena situación de éxtasis con muchos sorbos al Punk más clásico en sus momentos corales y algo que inclina la balanza de la diferencia de estos: los tempos, son lentos y veloces cambiando radicalmente la base rítmica que seguía el trascurso. Las pausas y cambios de ritmos literalmente de un segundo para el otro. No es en su totalidad el uso, pero sirve como inspiración y diferencia de cómo  se desenvuelve el álbum, con un poco más de creatividad.

Lo simple se huele a montones y borbotones a nivel compositivo, pero el candente circulo que marca Bad Brains es como para que te enganche en ese ambiente violento, político y extrovertido. Y exactamente ese es el problema cuando finaliza el cuarteto explosivo en su inicio, da una vuelta al Reggae, con tres temas: “Jah Calling”, “Leaving Babylon” e “I luv I Jah”. La incursión de este estilo no se marca en combinación al Punk, como lo hacia The Clash u otros compatriotas, que lo mezclaban en una misma estructura del mismo track. No sé si me explico bien, pero lo que deberán de entender es que si quedaste colgado, te pierdes de las pasivas y calmadas semi-baldas dedicadas a Jah y con un entorno 100% Reggae. ¿Y por que digo que es un problema?, porque pierdes la secuencia en la que te ibas adaptando y esa es una observación importante porque en ambos ámbitos tiene que pegarte bien. Y aquí, es cuando no comparto ese genero, no porque no me guste, más bien porque no se resuelve a la medida. Pero, bueno, cada quien con su oveja…

Ya nos dio una cachetada y una vuelta por las calles más tapizadas del Punk de un minuto y medio rosando el crossover más extremo y una voltereta que ya veíamos venir con los títulos, sí, esa especie de Reggae que sirve para aplanar y suavizar el sonido para aquellos que todavía no soportan ni entienden como gira la tuerca en el Hardcore, o para otros que simplemente pensaban que era sucio y sin gracia. Equivocados aquellos que esperaban eso o los que todavía creen que no pasará nada… Vimos corrientes cortas, directas, corales y rápidas, también vimos pasivas, relajantes y suaves…

Se extiende el sonido más caótico y menos digerible al comer el pastel y no nos da opción, nada más que tragarse la electrificada y cruda guitarra de Dr. Know que enchufa junto al Bajo en la orbita con más suciedad y golpe con muchas texturas tirándole al Thrash. La batería y la voz otra vez destacan en aumentar un poco la agresividad y el minutaje con un collage incluido de melodías frescas y desenfrenadas.

Señores, todo un clásico para entender y moldear mejor lo que vendría siendo el Hardcore en su plena menstruación y creo que estos rastafaris se echaron un plan y una vertiente más influyente para que no se muriese el Punk. Incluso hasta el orden del tracklist se planteo adecuadamente para el oyente, dando una visión perfecta de lo que querían presentar. Canciones recomendables: “Sallin On”, “Banned In D.C”, “I”, “Attitude” y “Big Take Over”. La portada y la idea se centra exquisitamente en las liricas, aunque la portada ya de por sí, da mucho que pensar…Buenaza como el sonido adentro y sucia como la producción.






Nota: 8.0


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


martes, 21 de enero de 2014

D.O.A – Hardcore 81 [1981]

Uffff, vayámonos ya cargando con aquella vieja maleta que tenemos guardada, acumulando polvito y arañas acompañada con una que otra factura del viejo encaje plastificado de discos rotos y desvencijados y olvidados por medio motón, por miradas inescrupulosas, mentes frágiles y observadores ingrávidos. Junto con un quepis marrón, color semi-rouge, y los viejos jeans rotos, Iremos muy lejos, en esa maquina del tiempo, retrocediendo unos 25 años a lo que era el meollo “punk” ese estilo desordenado e icónico que una vez, en el punto erguido colmado de poder y rabia invadió todo Norteamérica, reino unido y parte de América latina.


Pero, esta vez, volquemos la esfera, la redonda y situémonos en la gélida y montañesa Canadá: grácil en épocas intempestivas de calumniosos vientos y brumosas tormentas glaciales. D.O.A de Vancouver, precedente de un punk más boludo y cavernoso, junto con anglosajones hizo ver al mundo un tipo de música más radical, extremista y en contra de la fatídica censura, tan molesta e inquisitiva como siempre. Sin lugar a dudas, ésta fue una de esas tantas bandas que por motivos de obviedad pasaron totalmente desapercibidas, y no pudieron jactarse de haber tenido un puesto respetable para el mainstream, quizá los únicos y más concisos ejemplos fueron los ingleses Discharge, The Damned y los norteamericanos Black Flag. De allí, la olla está embetunada, maitros.

D.O.A por consiguiente no tiene una historia tan trascendental que las anteriores, y por ende no podemos decir que Discharge y compañía no se merecen tal reconocimiento. La estipticidad para aquellas que cultivan el grano más prolífico y desmesurado, Influenciarían en toda la granja capitalina del Punk-Hardcore o Hardcore Punk de inicios de los 80s. D.O.A más bien, fue banda “X” con un trabajo que sin duda contribuye de manera esplendida al desarrollo del jarcor; No obstante, estamos en la libertad de decir, confirmar y reconfirmar, que D.O.A sea la infinitésima potencia charcal no será más que ninguna, pero no le negamos su punto referencial e histórico para su hoyo.

Hardcore 81, bien acuñado en ese año (1981) sería la prueba fehaciente, lejos de proselitismo comercial y eslóganes acampanados de vociferaciones, para la culminación y el semillero conturbo de la movida punketa extremista. Como bien nos presentan aquí, un punk más acelerado, más disuelto, menos granulado y denso, pero con una turbiedad juvenil, puerca y cochina diversión como ninguna otra vertiente. Se estaban creando las bases de la música extrema y por razones más que evidentes el hardcore, como respuesta del rock “pobresivo”, perdón, progresivo, sería un pilar fundamental para el advenimiento de un género astado de simplicidad y rock n roll, o ¿rocka rolla woman?  

Pero no se me hinchen, infortunadamente no tenemos 30 o 40 minutos de velocidad rítmica básica, ni coros cargados de vorágines ni torpedos de D-Beat en batucas medianamente aceleradas. Qué más quisiera, pero la ideologización de esta música muchas veces no lo permite, ya que como muchos sabrán, el Hardcore se basó directamente del punk, cuyos criterios de composiciones eran de corta duración, esto reflejaba la violencia, la simplicidad, a veces el minimalismo y la oposición estricta hacia la música, no sólo progresiva como ya dijimos, sino también orquestal y con muchos arreglos en sus ejecuciones.

Por eso no es de sorprenderse, aunque yo no soy nadie para impedir que abran la boca de par en par, por estos 19 minutos de punk canadiense rural y horizontal. Vaya, emplazada que se montaron. Ahora, desvelamos una sencilla y llana opinión tendía bajo el poco material existente y concierne con la crítica.

Y no quiero reiterar tanto e recovecos, si caigo en esa falta, mil disculpas. Si bien, entre ese lapsus tan acortado y de mecha chica, nos apresuramos a oír micro-canciones (La más larga de 2 minutos) con una esencia muy primitiva de la música; esto quiere decir: Composiciones basadas en R&B, (Pequeñísimas) también una línea similar a los Dead Boys, y a los primeros Ramones con algo de los Pistols, dos o tres acordes como escalas principales del rock n roll de los años 50s. Una simplicidad y técnica de estudiantes, o de incipientes chicuelos con guitarras. Pero, a pesar de eso, no es música mala.

Resaltar las canciones es absurdo, se vea por donde quiera verse, no me pondré en plan ridículo de desfragmentar cada pedazo, pero si podemos allanar y detallar las que más me interesaron, aunque también hallo un poco de desperdicio en esto. Me gustó ese cover a la vieja usanza de los “Zeppelins” Comunications Breakdown al garete de su esencia y con unos desopilantes coros emulando ese risueño espíritu de los Led! Ni idea que carajos se traen, pero me entretiene esa desenvoltura vulgar y poco inteligente.

Los instrumentos no tienen cavidad sólo tratan de crear esa atmosfera aflictiva y sopesada en un único objetivo: en Destrozar. Si considero éste disco bien jar, y rudote, pero creo que el hardcore, a pesar de este pelambre llegaría con más fuerza por gente con un tipo de pegada más resistente en la praxis punketa. Por otro lado, miren, tenemos una especie de recopilación que abarca sonidos fluctuados en una convulsa reacción sociopolítica y por veces ambientalista. Estos D.O.A también anduvieron pellizcando temas ambientales, antirracistas, a favor de la libertad de expresión, y opuestos a la globalización (sus letras no serán las más recatadas e inteligentes y sutiles, pero tienen una fuerte conmoción de la realidad. Aunque para la tiranía no hay edad)

¡Disco rarito y excepcional para todos aquellos arqueólogos de la música!







Nota: 7.3 ¡pero aquí también hay bulla!




Publicado Por: Albert Spaggiari

lunes, 20 de enero de 2014

Churrillo Engrasado con Hardcore Punk Atraviesa-Culos

Las presentaciones de los géneros cada vez se hacen más aburridas, pero...Vale verga! lo que cuenta es que partiremos desde el punto ciego de tu india vista de topo, para chupetear las paletas del Hardcore, sí el que consumió el Punk para liberar la rama violenta de aquellos años de desarrollo, por favor no confundir con otras cosas, mejor antes de escribir o hablar póngase al corriente del tema que se discute..No sea pendejo!

Especial Hardcoreo se ha dicho..!!




Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


domingo, 19 de enero de 2014

Rage - Perfect Man [1988]



En medio del flujo de corrientes musicales, crecía una raíz alemana de lo que vendría siendo más adelante el Power Metal, era una masa de a mediados de los 80s, con grupos como Running Wild, Grave Digger, Helloween, Angel Dust, Lucifers Heritage (los pre-Blind Guardian) y miles más… Pero, esta vez tenemos la ocasión de sacar a uno del costal, hablamos de Rage un grupo germano de 1984, que inicio como Avenger en sus tiempos y se convirtió más adelante en la banda más prolífica del Power Metal, contando con 20 álbumes, varios EPs y ciertos material como compilaciones y DVDs. Y todavía debajo del moco, pero que desafortunada e inexorable carrera en que han cabalgado a los pasos de los años y sin tener mucha popularidad.

“Perfect Man” se titula su tercera placa junto a un Peavy Wagner en la voz/bajo, el Guitarrista Manni Schmidt y junto al baterista Chris Efthimiadis se armaría el Power Trió de los de Westhpalia, sabiendo que anteriormente pertenecían más miembros, ahora con el trabajo de tres miembros lograr algo que gire la mirada de algunos, ya que Helloween estaba en pleno Climax de su vida con su segundo Keeper, robando muchos oyentes de la movida..Y llego el momento en 1988.

El amanecer abre con 14 pistas de corto tiempo y rapando el Speed Metal más feroz y 
melódico que puede trasmitir a tus oídos con una carga de temas muy diferentes del otro. La practica de solos invencibles y entretenidos se hace presente con Schmidt dando furia Thrash y solos al estilo Power con toques más cortos y deliciosos que puedas encontrar. Una exquisitez de trabajo que se suda con las cuerdas rapiditas y con esencias Heavy al punto y al vergazo en la cara.

Las canciones no llegan ni a los 5 minutos y no tiene virtuosismo por el culo, ni tiene una influencia inclinada por lo que hacía Helloween, como muchos. No, Peter el grande elige a los músicos adecuados para llevar su idea de crear un Heavy/Speed/Power/Machetazo con varias vertientes a su disposición, así que para dejar claro la cosa, las influencias varían desde Priest, Accept, Maiden y tal vez una sustancia de Megadave y Mierdallica, eso es lo más semejante al sonido de Rage, pero en esta ocasión golpea con cortes más directos y corales.

Siguiendo con la observación…El Baterista es el que atrona y palpita la energía para hacer levantar a sus compañeros en estado de goma y seguir con el Speedico sonido que llevan con algunas tácticas que hace que se luzca a la hora del bombazo instrumental, en la que se basa de pegar el tiro sonando todos los instrumentos, sin ninguna urgencia de vocalizar en esos minúsculos espacios, pero logrando acompañar perfectamente.

Y llega el momento de hablar del jefe Peavy, si ese malandrín con estética Steve Harris/Dave Mustaine, que luego al pasa de los años pareciera a Kerry King con su calva... Pero que su Bajo hace sonar hasta el punto adecuado en que debe trazar sus engrosadas y elaboradas notas, pero su mejor habilidad sería su voz de canario con agallas, ese tono agudo y agresivo que acopla inmediato con los coros, haciendo de este uso muchas veces, que en ocasiones puede aburrir a aquellos que buscan donde no hay y que incluso esto puede hacer que el material lleve más diversión de lo que hacen con la instrumentación.

Aclaro algo, no hay mucha ferocidad Thrash (por si confundí a mas de alguno), pero si hay un toque adictivo para TODAS las canciones, concluyendo los 50 minutos con puras melodías y coros que se repiten como Loros enfermos, pero siempre añadiendo la receta a cada una, con la cual se te puede quedar como un infante la canción hasta por semanas y semanas sin aburrirte. La manera en como se desenvuelven los tracks son de alta e inmediata escuchada que hace más que digerible el trabajín.

Si nos ponemos orejudos, vemos Riffs ricos, Batería extrovertida y bailarina, un Bajo crudo y grueso y eso es la formula para que el titulado Power Trío, no sea en vano. No, Rage derrocha sus capacidades haciéndose percibir cada sección e instrumento, hasta las dinámicas de las líneas que siguen son de mucha atención, no es solo el vergazo, también incluye en el paquete, unos cambios de ritmos notables en que se pueden ver las influencias o en cada apunte verás que no es un Heavy Metal como el debut de los Exciter, para nada, ni sé a que viene eso… Cada género que influyo al grupo se puede plasmar en ciertas pistas. Una huele al Heavy de la NWOBHM, una al épico Power y la otra al Thrash más clásico.

¿O te entra a la primera y a las vueltas te aburres o la escuchas a la primera y sigues dándole seguiditas, llevando más de 10 reproducidas? Una de ambas, pero no puedes odiarlo y a la vez amarlo, o te entras o te sales, así de sencillo, y que no se discuta más. Masticable y proporcionadamente más directo y sin enredos que el género en pleno ambiente tecladista. Si nos ponemos a discutir si es parte del genero o no, tendría que emplear mi trabajo en la extensa carretera que ha arrancado Rage y yo no sabía ni pio de ellos (musicalmente hablando), hasta que termine enganchado con este “Perfect Man”, el cual hizo que manifestarán su sonido más allá de lo que estaba anteriormente.

Indudablemente ese 1988 trajo buenas regalías hacia nuestros oídos, una de ella es el material dicho, con 3 hombres que derrumbaron esos muros, para lanzar esa gorda y deliciosa salchicha Frankfurt hacia nosotros y que solo algunos podrán comerse toda esa carne y grasa, aún siendo gustable para casi todos, puede que para otros no les apetezca el manjar para disfrutarlo por tanto tiempo seguido.

Nada de redactar canciones pendejos!, no hay animo, ni necesidad ni para que destaque las que más me gustaron, porque simple y sencillamente me ha encantado todo el álbum sin parar. El sonido y la idea trasmitida, es excelente ya cuando uno lee las letras que van acorde a la portada sucia y fea de un maldito ser robótico que si no mal equivoco, tiene unos audífonos puestos, dando la metáfora de un “Hombre Perfecto”, como ellos la quieren mostrar.

Finalmente cierro recomendando para todos los amantes del género que nació hace más de 40 años, si ese que te levanta después de estar en coma, ese que se hace con la mayor intención de hacer música y no vender, sí. Creo que si me entiendes que genero hablo, pues estamos en sintonía y sabes o sabrás según en donde se ubica Rage, no es la excepción, es más tal vez ni has oído de esta banda. Ahora es tu oportunidad de entrar al equipo alemán de Peavy y los suyos y ver si le entras o no le entras.






Nota: 9.0


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


Rhapsody Of Fire – Legendary Tales [1997]

 Rhapsody, o, a partir del 2006 Rhapsody Of fire, es una banda de power metal, symphonic, epic… bla bla y toda es mamada que le quieran poner; hasta escuché, leí o miré sin querer, una etiqueta de Hollywood Power Metal. Ni comentar vale la pena eso. La banda hoy en día tiene una popularidad exagerada, mundial, tremendísima, en todo el planeta musical. Hasta el podador de la esquina, uno de bigotillo bosquejo y acento mexicano, carga la música de éstos en su reproductor. Sin embargo, sería bueno hacer unas reflexiones sobre esto, un poquito más adelante.


Rhapsody, para su debut estaría conformado por: Fabio Lione en las vocales, el nuevo redentor de algunos Luca Turilli; Alex Staropoli en los teclados; Sascha Paeth en la guitarra; Hunnecke Rizo en el bajo y Danielle Carbonera en la batería. Creo que a partir de esta banda, Italia tendría mucha más acogida por parte del Power metal, epic patrañas/caballeresco/fanfarrón/dulces de canela metal… etc.  

Legendary Tales está basado en la primera parte de “La Espalda Esmeralda” una historia, en cuestión de concepto que creó Rhapsody. Este tipo de temáticas compuestas por trilogías, éxodos, aventuras y cosas similares. Para aquella ávida gente deleitante en materia literaria, con respecto a la música, tiene que fascinarles este tipo de rubros para tener un disfrute más amplio y versátil. Si no es así, estoy completamente seguro que les aburrirá en demasía. Personalmente prefiero bañarme con pingüinos, volar con hipopótamos, o leer fonemas y lexemas, o mejor aún, leer piropos de los años 50s.

Pero, lo importante es su música, ya de por si el sistema letristico, para mi está muy soso,  “nerdoso” y cochambroso. Aunque, quisiera o no esto afecta mucho en su música, porque a veces la Turilli y los suyos tratan de emular este tipo de abstracciones y ser fehacientes ejecutores de esos deseos por secundar una temática fantástica e inverosímil. La música que trabajan, a partir de este álbum (perdónenme los fieles si hablo de la banda sólo habiendo escuchado éste único disco) notamos una cantidad de recursos que se salen de los convencionales. Este tipo de power metal, (No diré Epic como categoría) está bien trabajado, porque cuenta con mucha implementación de elementos barrocos y clasicistas.

Mucha influencia paganini por un lado, temerosas composiciones folclóricas, y mucho metal adecuado para su música por otro costado. Si bien, no tenemos el disco más creativo de la historia o tal vez de su carrera, pero lo que desvela el sencillo es una serie de formulas por no encajar en una cómoda casilla que los ubique en un estilo prosaico y vetusto. Puedo asegurar fielmente que muchos de sus fisuras, interconectadas sigilosamente entre Clásico Metal vs Power Veloz y directo, se efectúan con una voracidad legible, palpable y con entereza.

Quiero decir, a pesar de lo que tramen mostrarnos aquí, se oye, una serie de cadenas inteligentemente conectadas, pero ojo u oído, no estoy hablando que sean creativos, más bien virtuosos. Son músicos perfectamente calificados para tocar en una banda grande. Si la combinación saldría buena o mala, ya no sería cosa del virtuosismo, sino de la prospera creatividad que ostenten, cualquiera que sea el individuo.

Teclados capacitados para tener una línea muy conductiva y acoplada a cualquier sonido emulado de los bosques; guitarras y solos que muy a menudo se pierden en su maleza, opacados infructuosamente por el vaivén de teclados ya mencionados; unas composiciones que siguen patrones muy similares como: Entrada/puente/Estribillo normal y Coro-Épico, para cerrar con un himno de victoria lamentable. Baldas, de estilo folk,  aburridas sin mucho sentido de la noción y orden (A mi gusto estas debieron de ir de últimas o en comienzos y finales) Las mariconaditas que se hacen a veces dan sensación de haberse echado un disco instrumental, porque esos edredones exigen y no protegen la rudeza, que quizá tratan de mostrarnos.

El bajo y la batería son los papeles más decepcionantes de todo el álbum, joder. Pero, para que están allí, no pasan del primitivismo power atascado, 1) - la batería: atascada en una velocidad simple y sin ninguna regurgitación, o cambio circunstancial en ritmos sabrosos. No!!! 2) – Bajo: sólo acota una cuentas líneas, se va haciendo condescendiente y muy flojito. Cómo qué nadie la ha puesto mano al instrumento. Por otro lado los arreglos técnicos en la orquestación sucumben antes la hirsuta radiación de poder en la presencia de cualquier otro instrumento. Puta, que egoísta me sabe esto. Parece un aforismo genético de la música clásica, Aquella situación donde se tendrían que explotar solo violonchelos y o demás caducándose por su ausencia.

Si vas a trabajar con esa estructura Rhapsody, yo mejor prendo la tele y que me sigan escupiendo mentiras los corruptos, no los artistas. Ya sacamos lo que teníamos que sacar de ellos, ahora la parte benefactora, benevolente y amigable sentimiento original. Ya de por sí la prensada imagen de “Conan el bárbaro” en su portada no está mal, carnosa y cierto rasgo de “epicidad” y con ese dragón escupe fuego que está al otro lado de la confrontación. Digan lo que quieran, pero el arte está bien chulo y “cachimbón” aunque sus historias para granear frijol en el campo.

El factor que salvaguarda a Rhapsody es olvidarse de su nombre y escuchar las pocas composiciones decentes, a mi parecer: “Warrior Of Ice” y “Lord Of The Thunder” escuchándolas como disco pasadero, de camión o en busca de una finca en trayectos lejanos y aburridos, creo que cae como agua a gargantas sedientas. Pero, ahora, déjenme formular y tratar de entender, por qué este disco está clasificado como un OBRA indispensable del género. Vaya, no hace falta mucho y un conocimiento estrictamente el género para saber que la única cualidad que éste tiene es su informal estructura Power/Classic Metal, Lo demás está en creencias religiosas tal vez, o fanatismo.

Yo sinceramente, no creo que sea un debut para alardear tanto, creo que sólo hay que disfrutar y sacar lo más que se pueda de su música.  Este estilo de power metal está mediano, muy alabastrado y  por otro costado, enlodado por los haters más estúpidos. En fin, aquellos que se masturban hasta con los pies con la banda, bájenselo, pero Aquellos que empiezan con el power metal, mejor péguenle una escuchada anticipada a lo que mi colega y yo hemos puesto pre-rhapsody (antes de Rhapsody). Y los que juegan dragones y calabozos y no conocen la banda tal vez le interese.

¿Bajarlo o no, que más da, ustedes tienen la última palabra!








Nota: Un 6.7 y la cumbre y parroquia del power metal cayó o calló… ¿?




Publicado Por: Albert Spaggiari