jueves, 5 de octubre de 2017

Myrkur - Mareridt [2017]





Amalie Bruun es el clásico fenómeno del cacareo de una figura que se está abriendo paso en un ámbito que desconoce. Cuando esto sucede, le preceden historias, cualidades, mitos y demás parafernalia hasta extra-musical que le atribuyen, para provocar impacto entre conocidos y desconocidos de la materia. ¿Es necesario engañar o atraer público con éste tipo de cosas infundadas por la prensa y el músico (mayoritariamente éste último lo hace)?, ¿Acaso necesitamos que el mercado promueva otro Slipknot, Ghost, el actual Arch Enemy, entre otros, que destacan por el humo que dispersan, en lugar de por cómo queman? Respondo: Ciertamente, no. No necesitamos ni la bulla ni el enfoque excesivo a grupos nada innovadores. Eso sí, que los mandriles rifen es otro pedo aparte. Que exista la música, ya sean Revivals, Recocinadas, vanguardismos o solo para pasar el rato.

El “éxito” que ha cosechado el proyecto pseudo-blacker que emprendió hace tres años la danesa, le lleva consigo las mismas consecuencias que los susodichos; detractores a morir que sienten que su bando elitista ha sido mancillado por una modelo que “tocaba” Pop, y que no le ofrece a los buitres la misma carne cruda y putrefacta que los tiene acostumbrados. Sí amiguitos, Al “True Blackero” se le revuelca el hígado escuchar las referencias, y peor aún, la oferta “tramposa” que es Myrkur.

Después del irregular “M” del 2014 con sombritas introvertidas de Black Metal, en éste “Mareridt” terminaría de soterrar esos rasgos lejanos del Black, para focalizar y madurar las composiciones sin la abundancia de los Riffs asesinos, ni los Shrieks más clásicotes. ¿Qué hay entonces? Sabiendo la gala de colaboradores, la influencia notable de los todopoderosos Ulver y la dirección contra la marea ortodoxa, nos topamos con Pop Metal asequible con aderezos entretenidos, coherentes, y un disfrutable ambiente.

Dentro de las características principales que encontraremos, está ése “Pop Black Atmosferic Doom Metal” que se tranza en canciones como: “Funeral”, “The Serpent” o “The Crown”, que hasta el tono de voz lo adecúa en múltiples melodías a un Pop inundado en la instrumentación llana y atmosférica con un chingo de instrumentos, tales como: El arpa de boca, el contrabajo, el violín, el piano, el órgano, el teclado, y hasta una Nyckelharpa. Escuchar “Crown” es como escuchar a Lana del Rey metalizada y resumiendo en casi 5 minutos un hedor a Folk atmosférico. Haciendo que la manada de músicos-de -sesión están ahí para hacer Folkie el invento, en lugar de orquestarlo.

Y ojo, hay que subrayar la labor vocal. La apertura “Mareridt” y “De Tre Piker”, son plenos cantos preciosos a cappella, en las que las cuerdas de Amalie Bruun no se han visto tan pulidas y con ése tufo celta como lo hacen aquí. Los onanistas de las voces pulcras, se divertirán acá. Como también, el tufillo nórdico, con: “Kaetteren” en el que los colaboradores se despachan a su antojo un instrumental folclórico.

Y para los momentos en los que queremos: épica, un coro bañado en una bruma de instrumentos interesados más por el aura “black/doom” que por la composición, un dos que tres shrieks en segundo plano, y una dinámica más suelta, tenemos: “Ulvinde”, “Maneblot” y “Elleskudt”, que reparten (sin exagerar) el mejor rostro de Myrkur: sintetizan lo que es el disco.

“Mareridt” supone una nueva entrada para los incipientes al Metal. En síntesis, Amalie Bruun le picó el interés por el Metal, o solo quiso embarcarse desesperadamente a que los reflectores se centrasen en su capacidad vocal (como lo demuestra en todo el puto disco) y en ser la “rara especie”, cuando no es otra cosa que música para atraer mosquitos. Asequible y atmosférico a morir. A eso se adhiere el centro de atención: La voz de Myrkur. Por lo demás, todo bien ejecutado, entretenido, cohesivo y disfrutable. ¿Pero para qué engañar? Esto no es Black Metal, y si me apuran, esto es indescifrable. Son olores, sabores y sonidos, pero que no concretan en un género en específico. Lo dejaré en Folk a la ligera, porque es lo que más apunta. ¿Lo mejor?, El trabajo vocal, en todo el álbum nos recalca eso Bruun  ¿Y qué otra cosa va ser?!!

No esperaba un Black Metal chillón, ni tampoco un Ulver 2.0, pero eso de sonar a Pop Metal con un fondo oscurete, como que no se saborea mucho. Más cuando las pretensiones son otras, y la música: REGULAR.

Recomendado para todo público.






Nota: 6.0


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


miércoles, 27 de septiembre de 2017

Troldhaugen - Idio+syncrasies [2017]



Volvemos Cerdas!!!
Ofrendando las novedosas cosechas que nos trae la música! Al Vacilón, examinando y saboreando todos los géneros que se me ocurran mientras vea al Cipitío sediento de orina rojiza y de música chungona. Pues eso. Desde el otro extremo del mundo se nos erige como los cangrejos virgos de Troldhaugen. Que no es más ni menos que un grupo que se enfoca en la changoneta, en el humor y en tocar Metal con swing, cambios abruptos, y toda movida que le etiqueten de “Avant-Garde”.

Los australianos ponen toda la seriedad de su propuesta con un cangrejo montado en un scooter haciendo una pirueta bajo un fondo rosado chillón y dos triángulos tras él. Si alguien no conoce nada de ellos, se acerca a una tienda y ve este artefacto en la zona de metal, puede intuir TODO, absolutamente todo, menos seriedad. La imaginación de la portada. Objetivo cumplido por los oceánicos, con sus títulos ridículos y su desconocida presencia en el Metal, dejan entrever que son una banda enfocada al despelote musical que las cuidadosas y sutiles composiciones.

Empecemos a desmenuzar el contexto y texto del grupo: Dice la leyenda (y mis oídos) que éstos tipejos antes de sacar este aberrante espécimen, se empeñaban en sus dos anteriores discos a figurar como Folk Metal, pero siempre con ese impulso ansioso de maniobrar “moviditas” a granel del linaje más experimental. ¿Qué pasó? Que en este 2017 al sacar su tercera placa discográfica, terminan de encaminarse al sendero humorístico antes que hablar de los mitos de los bosques y demás parafernalia Folkmetalera. ¿Resultado? Mmm… Esclarecida está la propuesta, pero cómo hacerla es otro asunto.

A ver… La guitarra y la batería manejan el paso intermitente de un tempo y dinámica hasta bailable. Cosas puntuales como los exuberantes efectos de producción, la harmónica de boca, simulaciones de llamada y un largo etcétera de implementaciones de instrumentos y efectos sonoros, que enfatizan la ironía y el chistorete que es la música de Troldhaugen. Solo hace falta escuchar una canción para darse cuenta. Puesto en materia, encima se nos asoma el culpable de patentar a los crustáceos metaleros con un sello característico. Hablo de Reventusk, el vocalista que imita a un Troll paranoico y a un cantante formal en sus dos facetas más plausibles. Nada virtuoso, pero con un carisma y unas ganas de changonear que se delata con abruptos tonos y melodías.

No quiero explayarme en bosquejar una aparente imagen del sonido, partiendo de señalaciones en cada canción, porque a pesar de ser innecesario, sería estúpido de mi parte. Estamos ante unas cataratas de “breaks” irónicos, conjugaciones de pop, rap y principalmente electrónica, giros bruscos de efectos y cantos locos, y estribillos pegajosos como la puta pega loca.

Eso sí, la virtud y el cague, es precisamente ése toque: La casi-base musical que tiende a dar giros desenfrenados mediante esos manojos de "efectos de estudio" que interponen o comandan, mejor dicho, toda la música. Careciendo de riquezas musicales experimentales, similares  a unos Unexpect o Igorrr. Sencillo: No cuesta nada diluir "soniditos" con el son irónico de entretener con los híper-pegajosos-rítmicos estribillos y cambios abruptos en demasía. Entiendo que el trasfondo es un sinsentido cómico, pero, hasta para eso hay que ser buenos. En Troldhaugen la comedia correlacionada con la música es la prioridad. ¿Se lelva de encuentro matices que se pueden explotar? Sí, pero así son los (éstos) australianos de bayuncos, te guste o no te guste. Nada difícil de descifrar, Al tímpano le corroerá la teatralidad y melodía vocal del frontman en un santiamén.

Ahora bien, colar cohesivamente: Interludios de puro chiste sin sentido, teclados, una exuberante y extensa amalgama de “soniditos” de estudio, unas decentes labores en la bataca y guitarra, un histriónico vocalista, y un ADN de rareza y humor; los hace Avant-Garde? Mmm… Pue, No. No sé está innovando nada, y a fin de cuentas, eso es una tarea casi una ardua, espinosa y casi imposible tarea para cualquiera. El Término: “Avant-Garde” y “Experimental” hay que escudriñarlo con una tesis de 8 años o más, porque para mí, no veo diferencia ni definición alguna. Se le clava a todo grupillo que ande en movidas similares a la de Troldhaugen, porque no hay con qué agarrarlo, y pare de contar!
Lo mejor del disco: Reventusk con su teatralidad y locura de troll, los bombásticos estribillos y lo ameno y entretenido del disco.

Bueno mis cucarachas, acá dejo una mariscada con cangrejo bien servida. Fácil para el paladar, pero engorroso y rayado para los que no gustan de los mariscos. Incluye buen sabor de mariscos, pero nada especial. A tararear las locuras se ha dicho!!! "Metal Experimental" Oceánico como los canguros y los koalas mandan!!!! 






Nota: 6.666


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


lunes, 4 de septiembre de 2017

Cigarettes After Sex – Cigarettes After Sex [2017]





Dejemos resquebrajar esas últimas fisuras de imaginación que tiene cada ser viviente. Dejemos todo malestar que pesa y aplasta en nuestro finito cuerpo. Y por favor, dejemos que el vacío nos contemple, para que nosotros lo contemplemos a él. Cerdas y Cucarachas, con ustedes: “Cigarros después del sexo”. No se confundan, esto no es un Pornogrind Guatemalteco (sin ofender), mucho menos la nueva compilación de Los Chicos del Sexo. Nada que ver mis gecos morenos. A continuación, nos situaremos en la siguiente escena para esclarecer y figurar una idea de lo que es la música de estos gringos taciturnos, para no confundir a los más despistados: Al despertar de un placentero reposo, se respira el alba invernal con sus gélidas caricias, mientras, contemplamos el néctar del clima que nos evoca recuerdos mientras el gobierna el silencio y la melancolía… Pajas mentales aparte, El sonido de esta banda se define en solo cuatro palabras que sintetizan todo: Reflexión, Tranquilidad, Tristeza y Nostalgia.

Estamos ante uno de los debuts más sinceros que se pueden divisar por este año. 2017 nos regala una agrupación que debuta sin ningún atisbo de presunción instrumental, ni mucho menos asaltar al mercado musical. Pero sí, a resaltar con su luminosidad particular. ¿A qué putas me refiero?, que al divagar por internet te puedes topar con sapos multicolores que destacan por tener un culo, cabeza o lengua que irradie entre los demás. Eso, sin necesidad de aportar el nuevo ingrediente a la música; es ahí cuando entran en acción Greg González y Cía, que se les ha visto deambular con una liviana popularidad entre los más “Indies” de la web, “Los Trues Indies” (etiqueta lacerante para la vista). Y es que, eso es lo que tiene el mar de inmenso, y no podremos agotarlo aunque queramos. Un grupo puede pasar de ser un encuentro fortuito con los vagos cibernéticos, a tener mayor proximidad en su música mediante un estudio e interés que éstos adquieren al descubrirlos.

¿Cuál es la identidad y “gancho” de este negruzco disco homónimo?
Nombre y Apellido: Greg González, el guitarrista, vocalista y letrista. Simple, hay que diseccionar la labor de éste frontman, partiendo desde sus dotes.

 Empecemos: 1 – Guitarrista: A ver… En todo el puto disco se acompañan punteos llanos en las cuerdas, que cargan inherentemente en todas esas reverberaciones, efectos de pedales como unas brumas, ecos (y demás efectos sonoros); una influencia obvia del Shoegaze y derivados, cargando un factor primordial junto al Teclado de Phillips Tubbs: La Atmosfera deprimente, oscura y tranquilizante que transmiten con mucha naturalidad. Dicho sea de paso, excelentísimas maniobras ambientales de parte de ambos, conjugando los instrumentos para protagonizar un “Ambient Pop” como núcleo idóneo para precisar el ADN de “Cigarettes After Sex”

Número 2 - Vocalista: Ploouff..!! Esta es la razón por lo que el grupo es lo que es. Greg se presenta con la intimidad de nuestros pensamientos, en nuestro estado de ánimo, y en nuestras emociones con los protagónicos susurros clarividentes que comienza a proporcionarnos su canto andrógino, con una ligereza inmutable similar a la de un nenúfar. El protagonismo, el estilo y tono de su voz puede que no sea similar a la existencia de un Dodo en pleno siglo XXI, pero sí que crea un sello autentico que ningún dios avaro le puede arrebatar. Te duerma o no te duerma, el canto del barbón en un 0.00% de la población mundial no les ocasiona irritación. Si con la guitarra creaba atmosferas, con la voz crea belleza. Nada, acá si hay que escuchar por mucho “cuete que tire al bicho”.

Número 3 – Letrista: No. Aquí no hay poesía barroca o deslumbrante de entes que son capaces de ver un pedazo de pupú seco de un zebrasno como un diamante pulido. Las intimistas letras de Gonza responden al lado pesimista del amor o de las relaciones amorosas en sí. Nada de especial, claro… Pero cuando se toca un tema que a casi medio mundo le pasa, y encima, transmite una depresión amorosa de forma rotunda e impactante, hay que visionar bien que se cuela…

Solo hay que ver los “Lives” o Conciertos. El tipo parece un tristón que ha podido lograr compactar todo ese malestar que siente, a través de la música. La música en sí intuye los textos, y no es por casualidad que ambos factores concluyan en un ambiente opresivo, oscuro y deprimente. Creo que hay que ser un despistado o un completo cerote para no darse cuenta de que se cuece un Pop Ambiental casi suicida. Hay que ver las portadas!! Todas son negras sin ornamentos, hay un “En vivo” en blanco y negro, y hay letras!!! Si pareces de cataratas está bien, pero sino, algo ocurre…

Sí focalicé ostentosamente al cerebro del grupo, por algo será, no? Prácticamente el responsable del sonido relajante del grupo es él. Ahí no hay discusión. Y se desmenuza el material bajo la óptica hacia el vocalista para entender TODO el contexto de la música en general.

Ahora bien, ¿Qué es soporífero ese tempo lento de parte de la base rítmica y del sonido en general? Claro, sí hasta para eso hay que ser bueno. ¿Monótono? Mira, en casi un 90% la monotonía y el conciliar el sueño con un disco, se cataloga a éste como un trozo fétido de excremento sin creatividad. Pero… “Cigarettes After Sex” son de la minoría a la que agrada sin tener una espectacular oferta que entregar. Solo se disfruta ese “felling” o sentimiento que emiten. Parece que no, pero tiene la misma importancia ese sencillo golpeteo de la batería de parte de Jacobo, como lo tiene el melodioso canto de Greg, o las líneas voluptuosas del Bajo, o las telarañas que creaba el Teclado. El Tempo lento y la monotonía es parte fundamental para sentir las pesadumbres que exhala el álbum, si no te gustan, no te gusta el disco.

Sin más, No hay porqué detallar exhaustivamente hasta el pedo del bajista, y queda comunicado el parecer y la idea central de lo que es el debut sincero de los “Cigarros después del Sexo”. Les aseguro a los primates que gustan de las auras expresivas de bandas como: “Slowdive”, “Lana del Rey” y todo el Indie Pop que se les ocurra, que los Estadounidenses transmiten a plenitud lo susodicho en el primer párrafo: Reflexión, Tranquilidad, Tristeza y Nostalgia.




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Nota: 8.0


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


domingo, 27 de agosto de 2017

Ded - Mis-An-Thrope [2017]





Nu Metal para los jovenzuelos, como no. Y lo que hay en el costal es un disquito disfrutable para cuando nos pide el cuerpo algo facilón, sencillo, directo, pesadín y meloso como una dona rellena de crema pastelera. Y es que, es eso lo que nos avienta esta banda, debutando en el mercado con Nu-Metal azucarado, violento y gritón. Encima a eso le añades toda un aura de puberto misántropo y capas, y capas, de repetidos estribillos bajo un muro sónico pesado como la caca del cipitío, y tienes como resultado a unos gringos que se hacen llamar “Ded”,no Deffffff, sino “Dead”.

No hay que darle vueltas a la misma hoja en blanco, eso sí que me lo han enseñado los grandes de la llaneza y simplicidad musical. Precisamente Ded contiene todas las características de un disco Pisado/Pesado pero con altas dosis de juventud y rebeldía inocente. No me voy a extender con este material: Disfrutable hasta cierto punto.

Me gusta, me gustan los jugueteos electrónicos, los pegadizos coros, la producción revienta-tímpanos (junto a su música), incluso hasta cuando está rapeando Joe Cotela, y de repente se tira una voz desgarrada cargada de odio y luego diluye ese cañón de tramos coreables. Música? No lo dije antes? Batería y Cuerdas con sonidote 2017 pero violentas y repetitivas. Y he ahí el pedo gordo.


Nada, un disco que se ve muy centrado en plantar la cara este año a base de repetidos y tediosos estribillos que proclaman letras tan vacías como: "Fuck Me, Fuck You Too", vapuleándonos con su sobreproducción y su focalización a odiar todo a lo pendejo como un adolescente que lo acaban de echar de su casa, y con la idea central de arrojarnos canciones modo: "Singles", tan frágiles como cascaras de huevo, y tan pegajosas como las yemas del mismo para jóvenes incipientes en el Metal.

Y antes de que arruine la recomendación para documentar, o ya bien, para deleitar; no remitiré en perder mucho tiempo en redundar cómo el disco es tan cansino después de tantas vueltas, o bien, tan disfrutable en reducidas dosis, con milimétricos detalles que no existen en el disco. Porque de lo contrario, pecaría de esa extraña "magia" que tienen los debutantes DED

Paradojicamente: ¿Qué es lo peor y mejor de todo? Que no es necesario tardarse un mes para capturar la música de los gringitos estos, ni escucharlos tantas veces para llegar a mi conclusión.
Para los amantes del Ñu-Metal!!! Y eng eneral, disco correcto y finito como él solo.







Nota: De buenas un 8, de malas un 4, sacamos la media = 6.0


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski

jueves, 27 de julio de 2017

Synopsys - Le Temps Du Rêve [2017]


(Estos cerotes ni se les encuentra foto del grupo, porque ni sus tatas los conocen)

Volvemos a cagar otro trozo de música en el blog!!!
La inconsistencia ha perdurado, las ganas de execrar palabras y contemplar la mierda asoleándose siempre ha estado. La cachada francesa tiene su protagonismo ahora, y hay que presentar las cosas como se deben: Pueda que nos tardamos hasta meses para colgar vomito anfibio o manjares para el paladar, pero, siempre, nos tomamos ése tiempo para apreciar en su totalidad el trabajo.

Synopsys, no es la excepción. Pese a ser un grupo con un nombre cacaso, nos tira su más reciente mortadela: “Le Temps Du Reve”, que al traducirlo puede ser: “Tiempos Ideales” o más acorde: “Los momentos del sueño”. Y es que si tomamos en consideración su nombre ultraplano, su título casi-representativo, y su portada deplorable, ya estamos hablando de un concepto más profundo y algo desalentador para el oyente. Pero, ojo, esta estética no es un adorno superfluo para ahuyentar al metalero ortodoxo, sino más bien, el CONCEPTO mismo del grupo.

¿Cuál es el error y el motivo por el cual desfallezco de calor e irritación al escribir de estos tipejos?

Manejan el concepto predominante de la naturaleza que se deja entrever con obviedad en los títulos, como una fuente o motor musical. Cuando en realidad, esto se debe de converger de forma precisa en la instrumentación. Se despellejan canciones de 4 a 8 minutos que parecen durar 10 todas, y con un valor desbordante y exaltado de bosquejar ante todo: La atmosfera casi-selvática o casi-espacial que ahondan hasta que el tedio y el aburrimiento llegue a dormirte.

Las profusas sucesiones de notas o capas de guitarras y ruidos programados construyen una telaraña ingeniosa de composiciones sin necesidad de ser virtuoso, pero ese núcleo ambiental como meta es muy difícil de lograr cuando no penetra en el oyente. Más cuando se meten cosas tan pendejas como la intercalación de un tipo hablando como si estuviese en una radio, o lo cansino que suele a llegar las capas paulatinas compenetradas en un muro de sonido. Las claras herencias del Shoegaze y el enfoque a muerte del Ambient hacen estragos la obra dormilona, o simplemente Synopsys no saben mezclar el metal con las hojitas de eucalipto.

Eso sí, hay momentos que inyectan lo Ambiental con la dureza del Metal a perfección, un ejemplo de ello es el inicio (y toda) de la instrumental: “Impulse” que dejan las molares temblorosas, solo hay que escuchar ese “efecto” de violín tan grave y cortante que en ese aura de templo en la montaña, emula o me recuerda bastante a los cantos tibetanos. Y uno solo se puede preguntar si eso lo hizo una computadora, un ser humano o directamente es el pene del diablo el que resuena hasta llegar a la canción “Leviathan” donde eyacula unos Riffs de guitarras para poner el mando.

Pero, OJO, en general, solo me quedo enteramente con 2 canciones: la inicial “Morning in the Wildenerss” y la que cierra: “A Whisper in the Evening”, porque compactan la dureza estrambótica de Julien y Vincent en las guitarras junto a Gregory Lonegro en las batacas con el aura predominante del tecladista y programador Francois, y se desplazan a un ritmo perteneciente del Progresivo actual, sin tener que despojarse de esos muros de sonidos y voces ásperas que retumban el tímpano tejiendo a su vez la melodía central.

En fin, no sé por qué darle largas a esto, mi descontento no es con el grupo, más bien con la forma que lleva su concepto y suena indefinido su sonido, pese a ese aire pretencioso y nuevo que quieren inyectar a la música no terminan de concretizar el álbum. Al ser su debut, tiene un bagaje que pueden moldear a su gusto  y trabajar en su propuesta o quedarse postrado como están para que el dueño del cibercafé se crea el conocedor entre sus compas y no progresar, bajo mi punto de vista.

Synopsys no se puede definir en un género, y no es precisamente porque hagan malabares con 700 estilos, sino más bien, porque huelen a varios pero sin realizarse, podemos meterlo en un Post-Metal, pero ni siquiera sé si existe tal aberración bajo esa etiqueta estúpida. “Los momentos del sueño” es llanamente Shoegaze Metalizado, pero para resumir toda la parafernalia que se deriva con las horripilantes etiquetas, Synopsys lo vamos a tirar al costal del Metal Progresivo y Post-Mierdas(Rock, Metal, Pop, Punk, etcétera), para no caer en las ridiculeces que abundan en internet, con llamar esto como: “Experimental Sludge Shoegaze Post-Metal”

Concluyendo: Bajo mi percepción subjetiva “Le Temps Du Reve” en líneas generales lo defino parafraseando a un viejo cerote con lentes y con aires de pseudo-intelectual: “Esto no me mueve ni una neurona”.






Nota: 4.0 por hacerme perder el tiempo...


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


sábado, 15 de julio de 2017

El Mito y La Mita cumple 4 años!!!!!

Señores y señoras, en esta ocasión, pese a la enorme e irrefutable inconsistencia de su servidor: Zdzislaw Beksinski y del co-fundador y colega del material: Albert Spaggiari, tenemos un historial y un ciento de discos que hemos ofrecido a todo aquel melómano aturdido. Maldita sea, si estamos hablando de 4 malditos años en un blog, es es cuán menos, un recórd de insistencia, voluntad, esfuerzo y ganazas para seguir combatiendo en el terreno fangoso de las dificultades personales de cada uno.

Acá hay legado del bueno, malditos zancudos chupa-música, apartando el esmero colectivo que tenemos como reseñistas, hemos colgado un centenar de material que a más de alguno lo dejó con un orgasmo inolvidable o con arcadas del asco. Al fin y al cabo, Celebramos en grande por todos los motivos y la recurrente de nuestra existencia en seguir promocionando, comentando, criticando y subiendo, lo que a nosotros más amamos: LA MÚSICA

4 AÑOS!!!, una razón más por la cual seguimos en actividad!!

SEGUIMOS EN LA BATALLA!!  Y QUE SEAN MÁS AÑOS DE MÚSICA!!!


"Que se haga la música"




Publicado Por: Zdzislaw Beksinski

lunes, 3 de julio de 2017

Suffocation - ...Of The Dark Light - [2017]





A Callar a los nietos a puros cinchazos como a la vieja escuela!!!!

Este fue, al parecer, el enunciado que hicieron Suffocation al salir de “La Luz Negra” en la que estaban, para no solo reventarles el hocico a los monos cerotes que se les rebasaba la arrogancia con sus breakowns deathmetaleros chafas, sino, también a lustrar todavía más a su legado de más de 20 años, con la placa hoy presente. Y es que, admitamos los hechos… Terrance Hobbs y Cía. Nunca más en su puta y cochina existencia harán otro “Effigy of the Forgotten”, ni aunque le recen a Chuck Schuldinner para saber el secreto de la divinidad en el Death Metal. Pero pese a ese innegable reproche que tiene todo mortal, “Suffo” no se satisface con solo el mero hecho de sacar material vigente. Eso no, Los Newyorkinos en el 2017 no querían cagarse en su gremio ni con un pobre Deathcore que olfatee pedos de popularidad, ni macerar el pescado maloliente con los mismos ingredientes en piloto automático.

La sangre nueva corre tras las vetustas y míticas arterias aortas (en este “cuerpo” son 2): Frank Mullen y Terrance Hobbs, en este caso, tenemos a los desconocidísimos: Eric Morotti en la Batería, Charlie Errigo en la Guitarra, y al ya curtidito Derek Boyer que ha estado desde el resurgimiento de la banda desde 2004. Con este plantel se disponen a sacar: “…Of The Dark Light” con una portada moderneta que nos ofrece lo que todos esperábamos: Un Death Metal Técnico al más puro estilo de la banda. En la placa está latente la conformidad y la homogeneidad de su archi-conocido sonido en todo el trayecto… No hay ningún mestizaje de géneros, ni rumbos extraños del grupo. Con Suffocation solo habrá grava caliente y pesada para despescuezarnos y aplastarnos en una fracción de segundos.

Hablar del disco, y precisamente de Suffocation, es hablar, no solo de los grandes maestros inexpugnables del Metal Extremo, sino también, de una escuela patentada por Dioses, por sonidos que ellos mismos patentados como propios, y que alumnos de alumnos choricearon la fórmula sin el sazón autentico del ingrediente que podemos apreciar en: “…Of The Dark Light”, Y es que esto es así, todo el artilugio se centra en expulsar una incesante e irrefrenable estampida de brutalidad de parte del Calvorotas Mullen y Cía.   

Tenemos en el menú cosas añejas y machacantes que todo acérrimo a la brutalidad adora, cosas como: Riffazos sacados del culo del discreto dragón Terrance Hobbs, el clásico manejo de los tempos y las velocidades; desde blast-beats hasta cortes densos, y el entrañable calvorotas que espanta a la manada de osos grizzlys con un vozarrón legible pero sin perder la guturalidad y la potencia. Pero Ojote, el retoque y la implementación de gente nueva, no  están solo para encajar y animar la maquinaria, no, no y no. De parte del recién contratado Errigo en la guitarra, conjuga un tono más sombrío y melódico, que hace una dupla más dinámica con Scooby Hobbs, prueba de ello están “The Warmth Within The Dark” y “Some Things Should Be Left Alone” para corroborar lo que digo, y de parte de Eric Morotti en las batacas, en general se ha adaptado al plantel perfectamente. Aclaro, nadie quita el sello técnico y demoledor que palpita el disco.

Puesto que, la monstruosa conformidad en ningún momento palidece la creatividad y el ingenio, tenemos destellantes himnos como: “Clarity Through Deprivation”, abriendo todo de un vergazo en la mesa, provocando la destrucción de la misma, sin contemplaciones ni consentimientos para la escena actual. ¿Quién mierdas dijo que el pelonchas Mullen perdió fuerza con los años? Pues, no, de repente nos hallamos en el minuto 2:15 y un Break o macabra y densa pausa ingrávida nos ha poseído, mientras en medio transcurre la atacante y voraz vociferación de un estribillo atronador que solo el peloncito puede hacer… Ufff.. Ni hablar de cómo se desplaza la batería hasta concluir en un Solo de Charlie Errigo que nos deja saboreando cada segundo.

Otro momentazo que destila la carajada, el track homónimo, que tras empezar con una embestida de Riffazos y metrallazos del Bajo y la batería, terminan los golpes a nuestro ya débil cráneo con un apoteósico Slam en toda regla en el minuto 2:10 hasta caducar el minutaje de la pieza. Pero ESCUCHAR!! Ese entrecortado Riff que se mueve como un gusano venenoso de 3 metros. Esto es hablar de palabras mayores, de manejar los tempos hiper-veloces con la estampida y la dinámica que nos ofrecen con su técnica hasta finalmente clavarnos un pedazo de hierro oxidado en nuestro oído con esos momentos culminantes.

Y para no aburrir en largas y minuciosas descripciones, tenemos a la orden a Derek Boyer como protagonista principal, y héroe del tema: “Caught Between Two Worlds”, donde acá, ya no solo la instrumentación se zigzaguea como quiere, sino, que EL BAJO de Boyer, se trepa por 4 minutos con una virtuosidad endiablada a las cuatro cuerdas, como si estuviéramos presenciando una tarántula peluda, fea y grotesca, pero con tal encanto morboso que nos da gusto saber que existe. Eso sí, el rubio igual que la batería, se deambulan con una rapidez y técnica sobresaliente en TODO el puto álbum.

De este ejemplar, podemos extraer la idea de que cada track, en su homogeneidad se diferencian más que en otros discos debido a que construyen fácilmente una línea divisoria entre cada una, con una particularidad que identifica cada canción, ya sea: las recurrentes agresiones sónicas de la profunda garganta del monstruo Frank Mullen en canciones como: “The Violation”, “You Last Breaths”, Los catedráticos y gigantescos Breakdowns y Slam sin rebalsar, el sonido oscuro en el trasfondo con aire armonioso y sofocante de la mano del nuevo fichaje de Charlie, El asombroso pero discreto Bajo de un Derek que se viste de campeón y la insignia de Terrance como el jefazo del sonido junto a un Morotti que marca los ritmos y se acopla perfectamente a esta mitica bestia que tiene por nombre: SUFFOCATION

Finalizando, Solo cabe escuchar el regreso de los dioses del Brutal Death Metal en este 2017 que tras 4 años del “Pinnacle Of Bedlam”, estos gringos solidifican más su notable discografía con este pedazo de “…Of The Dark Light” que puede parecer muy grumoso y en su conforme sonido devastador de siempre, pero le rebalsa los destellos de magia, con un tracklist sólido y extremadamente redondo. ¿Acaso se espera un Rock Folclórico de los amos del Brutal Death? Pues ahí está…Esto no está en piloto automático, ni mucho menos para sacarle el jugo a las billeteras de los viejucos anclados, NO, esto es un regreso en serio, de una de las bandas más representativas del Death Metal.

Si aprecias el Death Metal, apreciaras este regreso impoluto de los nada más y nada menos que los Dioses: SUFFOCATION






Nota: 8.3


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


jueves, 29 de junio de 2017

Regalos 2017

Especial dedicado a prestarle atención a la cosecha del 2017, de la actualidad, como van las movidas del mar actualmente. Por lo tanto, nos echaremos placidamente el tiempo que se nos pegue la recochina gana, ya que hay bastante artefacto que vale lo que podría costar un diamante para la música, como también hay mugrosidad abarcando en el extenso mar musical

Atentas!!! Malditas cotorras, a investigar que se está gestando...

A Actualizar el tímpano!!




Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


domingo, 25 de junio de 2017

Simon & Garfunkel – Sounds Of Silence [1966]





En la música hay 3 cosas fundamentales que repercuten a la hora de ejecutarla: 1 – El Sentimiento y pasión antepone tus capacidades como “músico”. 2 – instrumentos onanistas, composiciones grandilocuentes y exaltación del virtuosismo, y 3 – Una aleación ridícula de ambas o una coherente y sublime. Del cajón de los recuerdos rescatamos el susodicho primer punto, con el dueto: Tom y Jerry, o más conocidos por todos como: Simon & Garfunkel.

No demos casaca aguada, si a mitad de los 60s estos pájaros no agarraban de la garduña, se iban directo al pozo de los desdeñados. Y no es hasta que la bombástica “The Sound Of Silence” se haya promocionado como un single. Y que el transcurso del tiempo la haya catalogado como himno y patrimonio de la música. Pero más allá de limitarnos a ver un árbol, teníamos frente a nosotros un bosque. Al cual el material presente esconde un contorno musical más complejo que una simple adornación al tema homónimo.

El disco del 66’ en sí se centra en potenciar 3 cualidades que lo caracterizan: 1 - Las intimistas y dulces vocales duales, y sobretodo la de Garfunkel. 2 – El maldito rapsoda de Paul Simon que destila versos poéticos y profundos. 3 – La simpleza y la pasión con que se plasma cada composición de la mente de Simon. Enfatizando esos tres puntos, ejemplos? Los hay y por doquier.

Resumido los tres factores en 3 minutos tenemos a “The Sound of Silence”, que tras 4 acordes llanos, en segundos nos introducen a su mundo solitario, reflexivo y casi melancólico con ese: “Hello darkness, my old friend” y de ahí en adelante lo único que tenemos es historia… Música pasional y poética de forma directa y sencilla.

Tenemos también en el repertorio a canciones monumentales como: “Somewhere They Can’t Find Me” y “Richard Cory” que dinamizan con zigzagueantes tramos que explotan los estribillos reiteradas veces junto a una sección rítmica formidable, dando a entender que los chamacos no son unos simples “contratados”, en especial el Bajo que se entromete a los deliciosos movimientos Poperos. Y llevando a colación esto, nos topamos desde tracks Rockerros made in 60s, tanto la naturalidad del canto de los compas sin necesidad de tocar mil notas por cada milisegundo, como para rematar con calmadas piezas sentimentales que retratan el paso del tiempo y la soledad en sus letras.

Las cualidades de “Los Sonidos del Silencio” que más énfasis se pueden mencionar son casi imposibles de dibujar en la mente del lector, porque son las que más se adentran a nuestro ser. Que solo son capaces de percibirse si se escuchan, más allá de una aparente y más que obvia estructura Folk Popera consumida por destacables e ingeniosas melodías inmediatas. Porque no engañamos a nadie, Simon & Garfunkel no son ni los mejores de su faceta, ni los más virtuosos, ni los mejores compositores, ni mucho menos los mejores vocalistas del universo. Pero pese a su música en cadencia a las armonías y pegadizas canciones no más de 2:30, tiene lo que pocos pueden tener y presumir: Pasión encarnada en la música.

Concluyendo, para los adeptos a las ligerezas instrumentales y de las tonadas rápidas que nos ofrecían allá en la década de los 60s, acá les tenemos en el menú. Recomendado a todo público, el disco es ameno y corto en toda su extensión, pero saturado de “profundidad nocturna” que no puede tener cualquier disquillo clon de The Beatles que apeste a Folk Pop de cuarta, NO, estamos ante grandes de la música, no plebeyos que aspiran a ser una “One Hit Band” que le lamen el ano diarreico a cualquier simio para ganar un millón.  

Los Sonidos del Silencio:

   Hola oscuridad, mi vieja amiga,
He venido a hablar contigo otra vez.
Porque una visión arrastrándose suavemente
Dejó sus semillas mientras estaba durmiendo.
Y la visión que fue plantada en mi cerebro
Todavía permanece dentro de los sonidos del silencio.

En sueños sin descanso caminé solo
Por estrechas calles de empedrado,
Debajo del halo de una luminaria
Me levanté el cuello (de la prenda de vestir) al frío y la humedad
Cuando mis ojos fueron apuñalados
Por el flash de la luz de neón, que resquebraja la noche
Y acaricia los sonidos del silencio.

Y en la luz desnuda ví
Diez mil personas, quizás más.
Gente hablando sin conversar,
Gente oyendo sin escuchar.
Gente escribiendo canciones que las voces jamás compartirán
Y nadie osó molestar a los sonidos del silencio.

'Tontos,' dije, 'no saben
Que el silencio es como el crecimiento de un cáncer.
Escuchen mis palabras que podría enseñarles,
Tomen mis brazos que podría alcanzarlos.'
Pero mis palabras como silenciosas gotas de lluvia cayeron,
E hicieron eco en los pozos del silencio.

Y la gente se inclinó y rezó
Al dios de neón que crearon.
Y el cartel encendió su advertencia
Con las palabras que estaba formando.
Y los carteles decían que las palabras de los profetas
Están escritas en las paredes del subterráneo y en los conventillos.
Y murmuradas en los sonidos del silencio.






Nota: 7.5, y posiblemente sube, sino baja al Tártaro... 


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


Pentangle - Pentangle (1968)



Echándonos un día de estos unas buenas vomitadas en el rincón de una casa vecinal, me acordé de Pentangle. Lo que traducido a nuestro fragoroso idioma, significaría el pentateuco, que quiere decir lo que se desprende de 5 partes, como los libros antiguos de la biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio. En este caso, la banda usaría esta apelación de pentateuco para representar a los integrantes, que lógicamente eran 5 pimientos.  La banda nace en la capital populosa de Londres, de finales de los 60s, con la Beatlemania en plena ebullición severa, contagiosa y casi ineludible para cualquier londinense. 


Sabiendo de donde venían los Rolling y los Beatles, todo banda que saliera sería, automáticamente comparada con estas dos. Lo curioso es que la mayoría de importación musical, centrada en los países bajos, emigraba de manera efectista a las tierras lluviosas de Inglaterra, bandas experimentales, de folk vacilante y casi errante, estilos noise, y la aparcada influencia de Bob dylan hizo mella tremenda en los opositores al rock más comercial. La cuestión se resumió a unos cuantos elegidos, a unos cuantos afortunados que desarrollaron el estilo musical con creces; pentangle no lo hizo.
Yo pudiera calificarla de banda del montón, banda que aportó por el hecho de ser nuevo género (Aunque el folk ya tenía gente más experimentada “Joan Baez”) sin embargo, es una banda que no amaga, tiene rimbombantes melodía, una trascendencia musical-historica de seguir a pies juntillas, y una buena dosis de experimentación.

 El sonido, generosamente como todo el folk, es suave, y a veces puede rayar en lo raquítico. Aunque generalmente la banda hace esfuerzos incontenibles para salirse del límite del rock y centrar sus fuerzas en darse a conocer. La banda tiene mejores versiones, también inglesas, como los hoy olvidados “Comus” Quizás esta última banda escuchó a estos Pentangle, o también a coven y a los enormérrimos Resident. Pero de ahí , todo lo que propone Pentangle es caldo de pollo mal matado. Lo que pudiera entenderse como banda genérica, y para los oídos de este cavernario, muy olvidable. 

 Sus temas son interesantes, tocan con orgullo. Pero cuando uno no se siente motivado, hasta es muy difícil que algo salga de las líneas forzadas de medianoche. Aunque sebe de reconocer la creatividad; lastimosamente las ideas, a mi modo de ver las cosas, aún no terminan de cuajar. Las canciones rondan los 5-8 minutos, haciéndose unas muy temibles de escuchar de tirón: llegan al cansancio. Si bien el disco no cubre quizás los 30 minutos, para mí como que están muy por debajo del nivel. No me mueve un pelo, la voz de la chamaquita, que quizás no me molestaré en escribir acerca de ella, no me causa nada, no me hacen sentir nada. Creo que está demás dejar mi opinión sabiendo que todo lo que viene es deplorable para mí….
Me muero….. 





Nota: 5.0 (Lo intenté… pero morí en cada encuentro)




Publicado Por: Albert Spaggiari.

Folckorón

Hijos del maiz!!!

A escuchar Rock Folck, Folclore Rockero para los adeptos a sus tribus!!!
A ver que putas hacemos con este género, traeremos sorpresitas folcloricas para la familia y para el jovenzuelo de raíces mestizas

Ay! Hijos del maiz y del Folclore Pixado Rock !!!!



Publicado Por: Zdzislaw Beksinski



domingo, 18 de junio de 2017

U-Men - Step On A Bug (1988)



Antes de empezar mi reseña tomaré un poco de tiempo, egoístamente, para expresar cómo se siente regresar al Mito y La Mita. Siento hasta extraño volver a redactar acá, y mucho más, cuando pasó tanto tiempo desde la última vez, pero como dice en Sonsonate: De vuelta al comal, entrado en el yegual. Bueno, En fin. Hoy toca reseñaca de antaño. Banda un poco en desuso que fue clave para el Grunge, o así dice Wikipedia. Mas, como todos sabrán, nos reservamos el derecho de publicidad a páginas ya consabidas llenas de información, así que, lamento defraudarlos, pero la línea Grunge que se curte aquí, si bien es cierto es notoria, creo que ni una banda consolidada haya tomado patrones significativos, ya que hasta estos mismos U-Men estaban en ascuas de un relajo, más bien, haciendo lo que cayera. 

Banda de Seattle de finales de los 80s, no cuentan con más de un Long Play de menos de 30 minutos. Muchos, en la red, alaban a la banda. Bueno, si hasta alaban a Yandel en solitario, bien romanticón, qué no alabarán. No es más que eso, cada quien tiene su santo preferido. Infortunadamente, el mío no es U-Men, mucho menos su estilo e influencia. Primero, no hay mucho que sacar, punk cutre, con melodía del heavy metal, letras sarcásticas, instrumentalización ajustada, muy limitada (Que se puede esperar) y, sobre todo, dinámica muy acorde a la época. Está bien, sé que mis palabras no son muy alentadoras, no incitan a escuchar mucho del disco, aunque para mí me es grato oírlos quizás después de una solaz siesta, muy apta para despertar a los adormilados. 

Como les cito allí atrás, la banda promete un poco de desenfreno; hay muchas guitarras que se acoplan muy bien a la carrocería investida de punk y el ligero aire nada diáfano de las voces recrea mucha solidez para con la música. Es decir, se trabajan unas vocalizaciones muy efectistas, pero enfocándonos de lleno en canto de “John Bigley” me hace pensar de manera fugaz en el parecido con la voz aceitosa de “Tom Verlaine” (Vocalista de la mítica banda de punk Television) chéquenlos, son parecidos, o quizás la influencia de la última banda matizó en los norteamericanos una mella muy presente. 

Lo jacarandoso no podría faltar, sus letras lúbricas y muy satíricas nos hacen pensar que estos muchachos nacieron para eso: presentar un trabajo, cuando todo trabajo de esta índole, por muy insensible que suene, era presentar propuesta. Si una banda lo hubiera hecho un mes antes, no se mencionara ésta dentro de ese Inner Circle de los olvidados. Muchos Riffs si es que no nos recuerdan al Grunge de los Soundgarde o Nirvana, son heavies o casi groovies, recordándonos a Pantera e incluso a Overkill. 

Como les dije, un disco musical de punk chatarrero con pizcas de MELVINS (Aunque éstos ya no son tan chiches de hablar) Revísenlos, a ver que les parece, a mí no me legaron al sombrero y se los dejo a los más empedernizados en géneros bruticos.
Sección de domingo, muy buenos para dos chelas y un día caluroso. De ahí no pasan. 



Nota: 6.1 Al menos por el esfuerzo, ¿no?




Publicado por: Albert Spaggiari.