No todo en la vida es
carne, viseras, tripas, cerebros, vaginas e intestinos podridos, como tampoco
todo debe de ser en menos de 1 minuto para romper nucas, o mucho menos seguir
estrictamente el reglamento al pie de la letra. Poco antes de entrar a la
década del oro Death Metalero, Atheist estaba dando pasillos para otro rumbo,
en este caso tecnicismo en el genero. Como hubo un cambio tan extraño en el
Death Metal, también hubo un archivo no registrado por la gente, que fue
ignorado en todo el paso del tiempo dentro del Grindocre…Hablamos de uno de los
primeros materiales de Grindcore Experimental, específicamente remito el nombre
como Exit-13.
La Salida
decimotercera era de los Estados Unidos, pero no por eso, el ocaso debe de
dirigirse sobre Inglaterra o sobre otros reptiles de Gringolandia, ya que la
formación de Bill Yurkiewicz a la voz, Steve O´Donell en la guitarra, Joel
DiPietro en el Bajo y Pat McCahan en la batería, cambiarían el mapa hacia la nueva
ruta que tenían preparada. Dejando a finales de los 80s unos tantos Demos de
prueba a luchar con encorvados mecánicos como Terrorizer o Repulsion. Llegando
a su inicio el primer álbum de los de Pennsylvania, El titulo directo como la
lirica: “Green Is Good!” lanzado en 1990 por su propia disquera Ecocentric
Records.
De los más
ambientalistas y fumados de la escena Grindcorera, Con letras relacionadas a la
despenalización de la marihuana, la política y otros olores. Sencillamente
cualquiera hubiera sospechado semejante lirica que se asomarían, por la portada
que delata todo lo que tenga que ver con la naturaleza, pero en ella encierra
algo tenebroso, en ese pálido contraste de blanco y negro, se encontraría un
álbum catastrófico, del cual las guturales y los gritos desesperados hacen ver
en definición un trabajo del genero mismo, como situarse en el siglo XXI, como
si se tratará de un material 2000, solo que sin cerdos a las paredes. Pero las
voces son de otro mundo, sin duda alguna.
Apenas la raíz gringa
tomaba forma para familiarizarse y en Reino Unido era su estilo por excelencia.
Por lo cual Exit-13, no resistió más y tuvo que chupar un poco del mango que
ofrecía Bretaña, para evolucionarse en un monstruo completo, lleno de identidad
propia y majestuosidad, proponiendo atmosferas esquizofrénicas, lúgubres e
inhóspitas, junto al chorro vocal de Bill puramente gutural hasta referirnos
posteriormente a bandas como Demilich o Adramelech, pero con el tinte Grind,
que muchos tomarían ejemplos. Dando una importancia merecida a cualquiera para
tomar nota, para aquellos que no lo hicieron con Reek Of Putrefaction de
Carcass.
2 años después, 3 o
como quieran, pero estos hijos de perras, ya nos traían maldad auditiva en
pleno 1990 con su debut, impulsando mayoritariamente a la definición que
esculpirían grupos posteriores a este y con la misma base del genero.
Sorprendentemente se inclinaría su referencia por las voces revienta-tímpanos
distorsionadas, agudas, graves y a veces growls. Semejante catalogo de rangos
nos carga la chingada el gris material, que le faltaría una pintadita de verde
si se cumpliera la justicia a este grupo inactivo y si se legalizaría la
marihuana. Pero nada de eso se ha cumplido globalmente.
Lo sobresaliente no son
sus grandes cañones tonales, tanto del frontman y supongo del que hace las
aguditas preciosas, Pat el baterista. Se incluye un punto que endulzaría y
acaramela las sondas sórdidas del vocalista. Este punto tranquilizaría el
ruido, pasándolo por el azúcar, no de Pop barato, de secciones entretenidas y
rítmicas. Hablamos de lo experimental, de la etiqueta que fije en esta banda
desde un principio. En momentos podemos apreciar un sabroso Death Metal con
growls parecidos a Benton con Riffs asesinos, literalmente, como lo es la pista:
“Inbreeding Populations”, también el puro Grindcore que deja sin aliento a todo
el mundo, el de la gruesa y estridente capa que define a la perfección al
genero con solo más de un minuto.
Para no unir el
palabrerío en un párrafo, continuare como quiera sin importar el seguimiento
del tema, apartándolo por parrafitos de mujerzuelas. En fin, lo que decía es
que aparte de contener el aire bien humeado al cannabis y al Grind, tenemos
mezclas alternativas, rockeras, hardcoreas y sobretodo lo que se nota a saltos
grandes, es la mezcla Funk que resalta en su bajista y su extrovertida maniobra
junto a los demás instrumentos, pero sin perder la fuerza o la continuación del
genero que practican. Tomando como brazo derecho la gama Funky detrás de todo
desatornilla muelas. Es diverso el movimiento rítmico con fusiones como estas,
incluso hay una canción que se titula: “The Funk Song”, que arranca severamente
de tu coleta y te engancha crudamente, con el bajillo galopeando e inundaciones
de melodías guitarrescas.
Ya que hablamos de
instrumentos, chequeamos una guitarra MACHACONA y sombría a la vez, que fácil diferencias
el color que le da a la música, dando retoques agresivos a lo Death Metal o el látigo
de extensos derivados del rock que puede manejar Steve, observamos que aparte
armar un caos bien hecho, también son virtuosos en lo que se refiere a crear
composiciones con melodías, ya que el recurso más cercano para que te mole esto
como un castor, es siguiendo el ir y venir de esa guitarra de los cambios,
secciones y tipos de ritmo que conllevan. La batería no es kit relampagueante,
pero se defiende con platillos y blast beats, aparte de chichar suciamente en
los tracks, si es él, le amerito la labor.
¿Vanguardia o
Creatividad? Yo digo que ambos y un poco de cerdos y política bien dicha con tétricos
pasajes y atmosfera lúgubre, casos son las pistas que inician con una guitarra
aparentemente acústica con un chillido de cierra o como puede aparecer más
extraño; los pequeños tramos de una programación antigua en que canta un hombre
y la estática de un televisor acompaña ese ambiente. El asunto también dispone
de terrenos bizarros cuando hay “peleas de perros”, los detalles más minuciosos,
deberán experimentarlos. Bizarro, funkero y extremadamente brutal a la vez, y
todo, caninos míos, funciona perfectamente, acoplándose con precisión.
Grindcore del extraño
y del bueno, inconcebible para el que se aprecie de la violencia musical, un
archivo perdido entre la odisea de reclutamiento granjero extremo, y no solo
perdido bajo aguas negras, también se fortalece por si mismo, dando una lirica
y composición diferente para tocar este tipo de música, sin seguir el rebaño y
con la actitud y bolas más grandes que una sandia nos quedamos parapléjicos por
tal obra desapercibida, de robusta agresividad y pesadez en el genero con supermegahipnotizas
melodías. Sigo sin creerme a mi mismo que esto se hizo en 1990. Ahora sé lo que
dijeron las abuelitas de aquellos tiempos al ver a su nieto reproduciendo las
primeras cintas de Carcass. Han pasado décadas y todavía transmite pavor esta
música, sea o no ortodoxamente hecho a la England o hecho 100% al pie y brazo derecho,
Exit-13 se culmina como otro GRANDE que batalla en su campo musical,
representado a Estados Unidos.
Escuchar para Creer...
Nota: 9.5
Publicado Por: Zdzislaw Beksinski
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