domingo, 29 de junio de 2014

Archspire - The Lucid Collective [2014]



Una vez un gnomo me dijo: “Comerás elotitos tan picantes y deliciosos por mucho tiempo que dejarán de gustarte”, la profecía de aquel ser extraño se había cumplido. No, no he llegado hasta el tope de música extrema para venir hablando mierdas, me refiero a las pequeñas causas comunitarias de la actualidad que se enfrentan en un atasque de ideas y tratan de tirarse un millón de notas en 3 minutos a la velocidad de una avestruz y no causar ninguna emoción al oyente. Me preocupa que halle más gente que centre su técnica que la música en sí. No es hora de bombardear a un grupo que raya lo virtuoso a un nivel patético, pero siendo una escaza posibilidad de toparme con semejante aberración, quiero aclarar ese punto desde que conocí Archspire.

Cuando me dicen los Estados Unidos, me rebota por la cabeza más de mil bandas, sean buenas o malas en todos los sentidos. Cuando me dicen Canadá me pica la duda de muchas cosas que no sé, pero si hablamos de Tecnicismo Death Metalero estamos hablando de una era importante que ha generado una gran influencia para la extensa ola de jóvenes que hoy conocemos como: “La nueva Propuesta”. ¿De que referentes importantísimos hablo? Del periodo Gorguts-Cryptopsy. Luego de este acto de maestría, llegamos a ese punto descafeinado de una carnada jugosa por ser brutales, veloces y sobretodo cagar sweeps u otras habilidades en menos de un parpadeo. Archspire una banda que comenzó alumbrando en 2011 es perteneciente de la natal tierra del Alce y de las exuberantes prepotencias con sus instrumentos.

Si quisiera recalcar un trabajo no lo haría, no tengo ni una pizca de conocimiento con su primera entrega. Pero, este su segundo paquete titulado: “The Lucid Collective” que desglosa una gama de temas para el tipo que pueda seguirle la pista al cantante, desde misantropía hasta ciencia ficción y otras curiosidades que deja pre-visibles la portada. En fin, que clase de banda te deja descolocado en poco tiempo con un Riff memorable hasta crear una cadena difícil de crear. Guitarras, Batería, una pelea de perros entre la voz gutural de Oli Peters y Jaron Evil con el Bajo deslizándose y todo tan rápido como un chasquido de dedos. Creo que pocas agrupaciones lo hacen con un vocalista que literalmente persigue los instrumentos a 299km por segundo.

Y como buenos que son, se olvidan de muchos detalles que provocarían un álbum entero sin masturbaciones. Ir al grano no es cosa de ellos, alternar voces raspadas junto a la guturalidad, manejar pausados ritmos después de correr un maratón como Usain Bolt y escasos riffs memorables que diluyen por la violencia sónica. En pocas ocasiones hay un estribillo o sección que separe del todo una canción de la otra. Eso sí, el estilo dominante de las guitarras no es una telaraña de Riffs, ni muchas variaciones que se noten. Lo que causa con la mayoría de instrumentos, especialmente la batería. Todo parece centrarse a la velocidad, por lo tanto dificultamos de una audición de melodías pegadizas en todo el campo de la composición.

El bajo audible y las notas calmadas son las excepciones, la batería es imparablemente abrumadora. Spencer trata de verse como un músico preciso con su destreza en los golpes llenos de esteroides y adornos pequeños con los platillos, pero a veces exagera. Aunque parezca imposible la variedad y lo sublime de la gracia de estos canadienses, radica en sus irregulares cambios que servirán como aperitivo si a alguien le gusta cierta sección. Si algun tipo aquí presente le gusta el sonido Old School como malandrín, no recomiendo para nada manosear por estos rumbos. Lo destacablemente distintivo es su aura llena de sweeps, Riffs andando, Batería atronadora que encapsula el soberbio muro y sobretodo un vocalista que sus alcances son inteligibles y con furia. Directo en el culo sin lubricación y sin ningún paro, solo una instrumental que refrigera la técnica en armonizaciones, como deberían cumplir en las otras 7 pistas.

No voy a mentir, tenía preparado algo más extenso con este asunto de las novedades Brutales. Pero poco se puede resumir en un álbum vertiginosamente capaz de sobrellevar la velocidad y la brutalidad con dedos virtuosos que se les escurre lo más importante: El verdadero sentido de la música. Que diminutamente lo hay, pero en grandes cantidades de técnica apagan esos memorables circuitos y ritmos que deleitan. Porque tampoco esto de tocar a la velocidad de la luz con introducciones de solos magnéticos y masivos ritmos cortados, son la esencia pura de la mierda. Se disfruta, pero sin exagerar la malteada por favor. Si eres un maldito orejón capacitado en las redundancias de notas con virtuosismo, guajolotes, batería de concreto, bajo eléctrico que quiere lucirse y voces brutas, esto es pa ti tarántula






Nota: Un 8.0 plano, plano como el piso


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


Vader – Tibi Et Igni [2014]





Voy a ser claro, y no diré las cosas dos veces, mucho menos ante la agrupación del maestro Piotr. Señores, y señoras, cuando tenemos la valentía, osadía y por extensión el atrevimiento de tocar, sin manosear por supuesto, una de las bandas míticas del género roñero, es que sin dejar las nimiedades, damos el paso  del territorio infante hacía la jungla de Vader. No hace falta mención, u otro tipo de presentación para este lagarto metalero de más de 30 añetes, sino la suma pleitesía y respeto inmisericordes unánime de la abadía Death Metal. Y si me vienen los tratadistas con las etiquetas irresolubles y necias como: “Esto es Deathrash. Nunca una banda podrá ser profeta en su tierra” si es de este modo, el castigo arrojará estragos sobre ellos.

 Ojalá, nunca se nos pase esa lacónica idea pontificada; se nos podría caer la mano por faltarle el respeto al padre que nos acuñó. Pero, este no tenía un cálido seno materno, sin ser una creatura hermafrodita, ésta para alimentarnos nos lanzó azufre a los ojos de sus poros… era la única manera de supervivencia que teníamos. ¡Rechazarla era un pecado! También, podrán venir los estudiosos y cabezotas, a decirnos que Vader en lo que va de la década 00´s sólo nos ha dado reflujo, y aguita destilada del brutalizado tronco con que lo conocimos. Otro craso error, mi estimado. VADER (Por que desde ahorita lo escribiré así, con creces) lo que ha herrado es metal de cepa Morbid, lajas afiladísimas, y pura herrumbre inoxidable como sello de candado inamovible e impenetrable para su legado pirático Que no cualquiera puede llegar a los 30 y tantos haciendo lo que te gusta, añadiéndole a eso la consistencia y la entrega que han sabido espaldar. 

No estamos antes cualquier banducha post pure Death, o cualquier estúpida agrupación de revival, estamos antes el pilar indiscutible de Polonia, ante la armadura europea bélica, que se desgrana la piel, y te tritura sus huesos en las notas, en los Blast Beast, en las entronizaciones, en el micro, en el estudio, en cada puta placa que se ha marcado con una firma lacrimosa y oxigenada de enfierraduras a través de los años. Y si el estatus de VADER se desmitifica, será porque Piotr lo diga; nadie puede venir y decirnos cuál es el fracaso de han tenido en su intachable discografía. Y aquel infortunado, que venga y nos replique sobre alguna placa tectónica y sus déficits… pues, volvemos a contradecir el primer mandamiento “Amarás a VADER sobre todas las cosas” y así tiene que ser, te ha quedado claro. 

Pero, este no es el caso, ya que las bandas de pisada marcial, esas cristalizadas de prístinas refracciones, o mejor conocidas como “la vieja escuela”, hoy en día, a aproximadamente 3 décadas de su aparición, muchas nos han dejado (Death), otro tanto han abdicado su patriarcado (Morbid Angel) y nos han traicionado con horteras producciones, y en el peor de los caso, muchas han perdido su huelle simplemente (Obituary) son pocas, las bandas legendaria, como los Cannibal, Nile, Pestilence (Por mencionar algunas) y VADER la que nos han contestado que aún no están desintegradas, y que su yugo perdurará como los imperios chinos: Milenios. El caso, es seguir después de tantas calaveras, rompiéndose el lomo y entregándonos maravillas como el pasado.

VADER no innova, no propone, no cambia, no va más allá de otros estilos en conjugación con el Death Metal; y si quieren saber, me imagino que nunca va a cambiar, ¿Nunca se aventurará? Esa aventura odiseíca ya la tomó, y mira como le fue: El trono está compartido, pero a diferencia de Deicide, VADER si tiene el Trono. Y que quede claro, que el papi Benton es un sacro Dios Blasfemo. ¿Y cual es el único subterfugio que han tenido para mantenerse así? Ser honestos con sus principios y de tal manera plasmarlo en su odiosa música. Eso es todo, no hay más química que la de hacer justicia con lo que crees que saldrá bien. Piedra por piedra, así se formaron las rocas de Costa rica, esos fenómenos agigantados que hoy permanecen como escultura prehistórica. 

“Tibi Et Igni” primer titulo latín, que vienen siendo “Lanza el disparo” y con esa bala nos indican que están en su trono, en su gobierno, en su plena y larga vida. No hay más excusas, no hay más peros, no hay más nada! ¿Qué es lo que nos traen? Claro, que no un “De Profundis” (¿¿¿Por qué demonios existió esa maldita obra capitular y magna???) esas embarcaciones fueron dispuestas en las manos de los jefes del género, para que las forjasen y ejercieran su territorial munición ante las plebeyos y lacayos menos sublevados. Fuerza ciclónica, sin opúsculos ni redundancias; todo es directo y sin vacilaciones. ¡Como siempre han sabido desarrollarse!  

Riffs típicos del género, pero con Groovies destacados, alborotados, turbados y con dramática ejecución bilateral. Quiero decir, con un sentido de la predisposición en materia guitarristica, que sus senderos buscan la saciedad insatisfecha  desde ya hace añales En este pequeño pergamino nos otorgan una movilidad en las seis cuerdas llenas de solos comunes, pero contundentemente sugestivos y percutidas líneas debajo ensuciando el material  a la pos. En aras del destino, dejamos esa batería indisoluble, atascada, pero ya sin el trémolo maldito/bendito que era punto de largas discusiones sobre la tesis VADERIANA. Posiblemente, los abuelos no estén en las condiciones físicas del “Litany” pero, más claro está que su nivel y calidad no se han disipado. 

El maestro Piotr se luce, con aguerridos canticos y con berridos ubérrimos. Sonantes y sincrónicos tempos  colmados de algarabía, de rabia, furia y enojo rencoroso.  Me encanta este estilo de canto, tan vaporoso, que te cala el tuétano. No hay hilos negros, ni verdes ni “nimierdas” más. VADER ES VADER, Sinónimo de Death Metal aleccionador. Portadota chungastica, no sin ser la mejor, es un digno fresco impreso del los artistias aledaños a la banda. 

Váyanse a la mierda, ¿que esperaban, mala nota? ¡Tu abuela!





Nota: 8.5 fieles



Publicado Por: Albert Spaggiari. 

viernes, 27 de junio de 2014

Black Label Society - Catacombs Of The Black Vatican [2014]



Dentro del gran campo musical que se ha abarcado lo que va del año han parido mil y un bestias destrozando su colonia o barrio con sus cuates los más malos del área. El destino de ellos no era más que disfrutar como pelele hacer música de tres notas, más pesada que el hierro y creerse los guapos por tener 3 o más guitarristas. Con todo el cuero fundido de los 80s, yace un tipo de aspecto vikingo, oso y matón que es más sensible con sus amigos que una mariposa moribunda: Zakk Wylde, guitarrista rompe-ortos virtuoso y con mucho show. Black Label Society fue, es y será el único lugar donde se pueda lucir tocando una guitarra que derrama plante de niño rudo. Si bien han caído en la actualidad un sinfín de tipos tocando Heavy Metal del ayer, los Black Label se han rayado desde finales de los 90s y no comparte ese ADN. Aunque esta vez ofrece su decima placa discográfica.

Las piezas que comandan en la alineación 2014 son: John DeServio en el Bajo, Chad Szeliga en la Batería y el reciente reclutado Dario Lorina en la guitarra rítmica. El jefe barbón queda incuestionablemente en su posición, los demás le siguen el juego. Las catacumbas del Negro Vaticano es un titulo más que atractivo para cualquiera, yo inclusive me lo compraría pensando que se trata de un Revival Doom Italiano u otra joyita rescatada, más con su portada rayada y chafa con unos cráneos y el adorno de pestilencia con su color amarillento orinado. Pues, nada parece ser lo que es con la imagen de la portada. Eso sí, la imagen de los integrantes concuerda del todo lo que veremos: Heavy Perrón.

Mi primer acercamiento con el proyecto Wylde es con este álbum, toda comparación con sus antecesores materiales queda expulsada de mis fuentes. No negaré que me he echado a los oídos una que otra miel, pero nada se compara a destrozar la bellota entera. Y bien, lo que veo a primeras es olor sudoroso del cuarentón a Black Sabbath, Ozzy en porciones, El espíritu de Dimebag Darrell y el toque sensible y sureño. El protagonismo es increíble, pero nada de fanfarroneo guitarresco con muchos solos. Adecuarse a la producción y a la mentalidad. Esto no es nada que reinvente la esencia misma del Metal, esto es para disfrutarlo de jaloneo mientras conduces en una autopista soleada. La simplicidad y lo rítmico funcionan si les añades la densidad y pesadez, una formula visible en BLS.

Antes que nada, no se presencia una gran cantidad de Groove o Sludge, por sí quieren apantallar con etiquetas que no corresponden, háganlo en otros jocotes del grupo, aquí es una columna vertebral que consiste en influencias pre-visibles del vocalista y del Heavy más anticuado y agresivo. Las líneas vocales son típicas y con rastros notables de un Ozzy en su carrera en solitario, como que se le pegó mucho el “13” de Sabbath y la estancia en la carrera solista del Madman. Sabemos que la voz no es nada del otro mundo, es la versión rasgada de Osbourne. Los estribillos y algunos arranques de furia emotiva son prueba de lo dicho. Aunque trata a ciegas no reflejar ese aspecto limitante con graves tonos característicos del Gorilón.

El cañón empieza con mucho sebo radial: “Fields Of Unforgiveness”, “My Dying Time” y “Believe”, 3 temas que te traen lo más simple y jugoso del Jebi, con mucho coro delicioso y muro de cuerdas entre batería, que sus minutos declaran una entrada para conformarse un poco y no entrarle mal al juego. En esta sección o capitulo no se muestra la palpitante influencia del come-murciélagos, inclinándose como una bienvenida y no como un núcleo primordial del álbum, aunque deja patente que no vamos a esperar a la banda más grande del universo o un drástico cambio de cuerpo. Ni el tirón de agarre salva las declaraciones finales del sector dominante: Ser Puto, Agresivo, Rítmico, Simplón y echar pa atrás con unos exuberantes solos de Zeus que por suerte no se prolongan como el cáncer o sino, acabaría esto para ver telarañas.

El lado más cálido, sureño, blusero, melódico en acción balada es el repertorio acústico de Zakk con sus tres canciones: “Angel Of Mercy”, “Scars” y “Shades Of Gray”, que no es casualidad el orden y la suavidad de su rollo. Su variedad y su inclinación por estas ramas son obvias de encontrarse cuando el disco está al frente del peludo oso gringo que destella su afónica y sentimental maestría en captar por las zonas Sureñas con medios tiempos y avances vocales con memorables destellos. Gracias a esto el pedazo no es un bruto cascarón de guitarras paseándose, la infravalorada batería que escupe truenos y la voz agrietada, grave, rasposa de monumental estilo que aparta la carne de la lechuga, lo que podría ser una música vibrante de chicuelos si no estuviera el musculoso con su tono.

En fin, Absolutamente todo me parece una ventisca que pasa y termina su fuerza. Y no es porque no me parezca el acústico “cambio”, pero su fin es una línea plana que no alborota alguna cualidad que distinga fácilmente entre la inmensa laguna profunda llamada Heavy Metal. El producto adaptado para niñotes malotes, para el fan de Black Label Society y para el señor barriga con sus años reventando sus tímpanos con musiquita ochentera que no pasaba de Accept, Exciter, Iron Maiden y las otras pirañas de bajo reconocimiento, que solo él se las podrá. Les haré más sencilla la visualización del decimo mango de BLS con estas comparaciones: Plano más que la pantalla de mi monitor, Duro más que mi Cpu y más Pesado que toda mi computadora y eso que es un dinosaurio empolvado.

Para pasar un buen rato te lo dejo, si eres más Jevi que Bon Jovi, Michael Jackson, Linkin Park, Bullet For My Valentine, Korn, Rammstein, Nirvana, Shakira, etcétera… Entonces, lo dejo seguro entre manos viciosas que recapitulan el buen sabor del Metal más sencillo y duro: “Catacombs Of The Black Vatican” no es la gran cosa, ni mucho menos la peor de todas, pero sí te entretiene como un simio en columpio, que luego pasará la diversión y será hora de echarse el buen elote caliente, por ahora dejo las legumbres y espero contribuir por el Jevitón con olor a esmegma Sabbath. Lo destacable lo dejamos para el picoteo analítico entre los seguidores, yo mejor boto la cascara y me lo como, como es.






Nota: Un 7.0 más alto que Robert Wadlow


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


Coldplay – Ghost Stories [2014]




No diré lo que ya está dicho, ni tampoco me meteré con los aspectos personales y faranduleros de los integrantes de Coldplay, tampoco aceptaré alabanzas desmedidas, y revivencias de himnos Pop´s; porque nada de esto es necesario, es más, sería bochornoso que en este reseña dediquemos el tiempo a mancillar las características musicales por las extramusicales, aquéllas que son de gran importancia para los entretejidos mediáticos; tampoco afirmar que estamos en “una gran fiesta”… y que Spaggiari sólo se divierte sólo con catacumbas del 80´s apestosas. ¿Y para que darle más vueltas al asunto? 

Tal vez sea la banda más considerada en nuestros tiempos, junto con artistas pop del momento –Porque la etiquete rocky no queda, ¿entendido?- muchos de esos artistas norteamericanos, con planes de fiestas eternas, muy juveniles y “en mega onda”. Sí, sí, que Coldplay no sólo son bombazos de la era Parachutes (Creo que desde aquí, rara vez levantaron la cabeza) como dije antes, y siendo tan considerada, éstas agrupaciones ¿será que con el pasar del injusto tiempo, se vuelven más caprichosas? O ¿es que ya no tienen ni papilla que proponernos? Mejor si es así, tirándole ¡ya pa´fuera! 

Qué sí, que las bandas se renuevan, cambian de estilo, mutan de apariencia; ¿pero a eso, de perder su sofisticada esencia? Dejemos en claro, que el consumo babeante y lobotomizado, del estilo de vida Norteamericana, es un arquetipo para la diversión, cuya nominalidad es usufructo para cualquier grupo impío que desentrañe sus vísceras nobles, y las arroje por un puñado de barritas que producen luces de neón. Y eso que ni niego la prostitución por placer. ¿O será que ya de por sí estamos bien condenados? Desilusionador, pero, si no seguimos pesquisando, no hallaremos algo que nos guste a parte de nuestra zona de confort. 

En este caso, Ghost Stories, basada en la ruptura de Martin con su ex novia, es lo pomposo del momento. ¡Qué desgracia! No su ruptura, sino, ese aclamado poster sobre nuestras cabezas, que con títulos marrones nos dice: “Coldplay vuelve a la carga” ¡no me jodas! Pero, omitiendo todo el aspecto lirico de la obra (Simposio) lo demás cae bajo su mismo peso, bajo sus mismos vértices y su flaqueza. A nivel compositivo estamos dormidos, bien dormidos; a nivel propositivo estamos peor, en sí no proponen ni pepino; a nivel ejecutivo-ejecutor, sólo nos acostumbran a un mazacote de melodías simples y aparentemente intimistas. Pero, no es hasta su llegar que las canciones son más básica y haraganas que nunca. 
¿Qué clase de pereza es esta? Me parece que la banda se está muriendo o definitivamente entró en coma. 

Sí, y esas dos alitas de ángel o paloma que forman un corazón roto, pfff ¡qué rotundo, en serio! Ya saben el cuento… malo, aburrido, perezoso, intransigente, lloriqueón, en cierta parte medio marica. Pero de la misma manera, son emociones ajenas, y que quede claro que no prejuicio tales manifestaciones. Simple, no me gusta, por sonar así y asá. Buaaafff, paso, mejor me como un melón.






Nota: 4.6 arrastrado. 


Publicado Por. Albert Spaggiari.

miércoles, 25 de junio de 2014

Serpent Warning – Serpent Warning [2014]



 
Volvemos a la música, y a los tiempos que se van desenvolviendo con ella. En esta ocasión toca hablar de una agrupación muy tierna, en su haber con un pequeño `Ep´ de 3 canciones, lanzadas en el 2012, para dos años después sacar su primera estampa, titulada homónimamente, “Serpent Warning”. Banda, por supuesto, contemporánea que se apega a un Doom Metal de la vieja escuela, un Doom plantado con las garras de los gametos del Stoner clasicón. Grupo que no debe nada, y que por ello, tendremos mucha más ligereza a la hora de datar y referenciar su puesto en el tabernáculo Doomie. Y al sacar conclusiones, por opuestas que fuesen, trataríamos de reivindicar uno de los movimientos de revival, que con el paso del tiempo se han ido desestimando. 

La intención agrede a retribuir al género del Doom, piezas que le hacían falta. Estas piezas son aquellas bandas que conmemoran el estilo que no se supo apreciar. Déjenme exponerles uno de los temas menos concurrentes, muy desapercibidos y tan poco considerados en las síntesis de varios entusiastas musicales. Señores, en la media centuria que lleva el rock, las personas, naturalmente los Rockers, han muerto y nacido varios, por lo que  aparecen nuevas generaciones; pero, el quid de la causa no es reverencia la obviedad que esto conlleva, sino acercar, si se quiere decir, a los femémonos destinados por pura evolución de cadenas. Quiero decir, que las bandas de resucitación, por estar en nuestros tiempos, proponen al escucha jovencísimo a ponerle a tención a un género, que hoy él puede adaptar como nuevo gusto personal. 

Por ello, es tan importante que existan este tipo de agrupaciones, y no sólo en el Metal, queda claro que sería a nivel general. Por la misma línea inexorable de la muerte y la vida, son fundamentales que las mismas viejas lagartijas descansen, para dar su blasón a los sucesores, aquellos que tengan más estima, y que su deseo sea la prevalencia de una especie, y claro, las que especialicen sus dotes con una pasión autentica. Así, evitamos por un lado, la extinción de un género (aunque éste nunca desaparezca del mapa, pero sí de nuestros puntos concurrentes de indagación, de tal menara olvidándonos del devenir del mismo). Por otro extremo, tampoco es saludable tener un montón de renacuajos clocando al unisonó orfeón, y que no existan distinciones una con la otra. Esto, claro que sería un punto del cual no apoyo. Entiéndase a lo que trato de referirme. 

Ahora, para aquellos viejos curtidos que se han pasado media vida surcando, izando su bandera de la perdición a mar abierto, y se han desavenido en el oleaje remoto e incorruptible, pueden estar seguros que esta banda será de su agrado, y posiblemente elogien su costura en composiciones clásicas. Tanto así, que no reprocharían por el modelo prosaico del estilo. Porque en cuentas finitas, como dije anteriormente, es una banda que no quita ni pone nada. Es más que agrupaciones así revitalizan, y acrecientan la marcada hambruna por el Doomie. Bueno, eso me impropera a mí. Nacionalidad Finlandesa, ¿a qué les suena? Muchos sabrán, que en esa meca se dio el “True Doom”, como me gustaría llamarla para este momento.

La escuela finesa  del Doom tuvo auge con bandas consagradas, aunque simultáneamente con los tiempos, ninguna de aquí pertenecía a la viaja escuela, ya que surge el Inner Circle de Puristas del sonido 70´s, 80´s, o sea los Druidas del Doom. Spiritus Mortis y Minotauri serían de esas de mediados de los noventas, que recalcarían en el sonido más alquitranado del género; pero, la que hizo temblar las cuestas y los montes de la tierra de los bosques de nieve, fue “Reverend Bizarre” banda que me gusta poner en analogía con Näkki, una ciratura del folclore estonio/finlandés, que se caracterizaba por ser una rígida figura temible que asustaba a los pueblerinos de la comerca, con su rugidos y apariciones.

“Serpent Warning” no siendo tan terrorífica que las anteriores, si es una pozo envenenado de excelentes riffs y tempos del mandato doomero. Banda de composiciones arcaicas, trabajando mucho la influencia de los Bizarre, pero infortunadamente no logrando ese decoro dilatado, tartico y hondísimo que sólo los de Peter Vicar supieron adoptar. Vocales emulando la frágil desesperación del antaño, con Hooks siniestros y aletargados, como si estuviesen despertándose de una anestesia general, y si entiesen la parestesia en las coyunturas, en los ojos y los dedos. Pero, más allá de esa manera de trascender  en extremos pasajes sombríos, tenemos un sonido articulado, sincronizado con el bajo que apuesta  a hacer materia de hormigón, u alguna estructura muy sólida y estable.

Claro, que el clima del que cuenta este trozo del 2014 es perfecto: aclimatando esa calumnia literaria que nos cuentan, sobre los desvaríos contra natura, y el acecido e ignominioso destino. Como dije antes, acomodando los resabios que una vez fue la música más severa y castigadoramente lenta del metal (No incluyo el Drone, porque sabemos que es género es el lenguaje alienígena). La batería será también de agrado, porque su circulación es muy decente, sin llegar a indultar el vocalista fragoroso y casi ahogado. Lo que alude, también serían que los medio tiempos  hacen las venas de su sección rítmica; aquí se puede notar clarísimo la influencia del Inner Circle. 

Al igual que su portada, el sentimiento desagradable y oscuro permanece con una potencialidad digna de toda banda de honor y representación. Ojalá no sea de aquellos proyectos que por mantener un nombre de culto, se despiden de la agrupación y nos dejan con una placa; mas, sería disfrutable tener una 2da ó 3da entrega de esta mortuoria serpiente. Y si se retirasen, pues, me quedo con un buen sabor de boca.
“Laughter of children is fading away

Trees tall as towers surround us”…”La risa de los niños se está desvaneciendo, los árboles altos como las torres nos rodean” 







Nota: 8.2



Publicado Por: Albert Spaggiari.