jueves, 30 de enero de 2020

Darktribe - Voici L'Homme [2020]





¿Se puede hacer Power Metal sin tratar mitologías de por medio, meter Intros o arreglos sinfónicos por huevos en un disco, ejecutar Solos velocistas de teclados a granel? Se puede pero no se quiere por temor de no salirse de los “estándares” de “X” género (no sólo el Power), provocando así los tan famosos clichés que se repiten hasta la saciedad. Darktribe no rompe con ellos hasta cierto punto, son ejemplo de sonar a un cliché pero sin serlos. A base de: lírica cristiana (que bien funciona como mitología), los mismos cuatro instrumentos de Metal (nada nuevo bajo el sol) y Power Puro Homogéneo Ario y Ortodoxo (entiéndase la mala broma) sin caer en composiciones onanistas.

Sin preámbulos ni florituras, voy al ajo cabrones “feios”: Éstos franceses sacan su tercera placa “Voici L´Homme” en 2020 con un Powercito con el máximo sabor de las vacas sagradas pero con producción y manufactura moderna, pero… Sin tener la genialidad de los mismos. Un mono con sus gesticulaciones y comportamientos puede imitar a un humano, pero no puede serlo (sin ofender a los simios que me leen). Y conste, la travesía jamás se plantea como un refrito ni como una novedad del género. Es la fehaciente muestra de un término medio, de un punto medio a plenitud. Un dote a favor (o en contra, según como lo mires) que tienen estos jovenzuelos.

Paridos en 2004 y experimentados con dos materiales y un Ep previos bajo sus espaldas, Darktribe gozan de facultades técnicas y compositivas aptas para saber de qué va esto, acá no cabe dudar o ningunear sus habilidades con pretexto de ser muy amateurs. Dentro de 50 minutos delinean compositivamente constantemente un ritmo a tono con una llaneza en Riffs que focaliza su intención en tralla en pro de sonar “metalizado y moderno” adoleciendo de Riffazos memorables, pero en vez de ello desperdigan unos Solos y un timbre agradables y enfáticos en melodías. 

De la producción de Scarlet Records hay que destacar que no aturde al mosquito que se asome, tanto el Bajo con sus intervenciones sencillicas y atractivas junto al golpeteo de la Batería se dejan reposar distinguiéndose cada quién con su correspondiente y competente labor. Otro punto que acrece a estos cristianos powermelosos es el voceras: Anthony Agnello. Un tipo que no ha de repeler ni a una hormiga con su rango provisto de melodía y timbre agradable. Ni barroco, ni chillón, ni gruñón, ni asombroso, ni malo. Al igual que sus compinches, está en la MITAD de una vara de medición: ni tan bajo ni tan alto de calidad. Y es que, parece mentira que 50 minutos de un Power Metal agradable y competente con creces no aburra pese a sus falencias.

Entretenido, capaz, competente y agradable serían las palabras más adecuadas que un servidor puede aglutinar para describir a una banda que irá al olvido pero que la calidad ejercida en su lineal y disfrutable propuesta no se la quita ni el pájaro irreverente ni el hipopótamo ancestral que ya ha marcado territorio. Darktribe puede provocar divagaciones mentales en recuerdos extra-musicales, puede funcionar en banda sonora mientras obras en otra cosa, funciona si le ponés oreja y entras en inmersión, si dejás correr de manera secundaria casi la hora de Power mientras cocinas, mientras te bañas o mientras te quitas los pelos de los huevos, pa´todo. 

Tracks que despliegan en su media de 5min buenos trazos de Riffs, Solos, estribillos, secciones del vocalista más coreables, partes más Thrashers, fragmentos de inclusión y cooperación instrumental con el Bajo de Bruno Caprani, Ritmo cadencioso, los temitas  se diferencian entre sí aun cuando repiten fórmula, el cantante se lleva una guirnalda de coronación, la producción acopla bien todos los instrumentos. En fin, álbum asequible y destacable de Power Metal.






Nota: 6.0


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


jueves, 23 de enero de 2020

Mammock - Itch [2020]





La explicación del incontable aporte a la humanidad que ha dado Grecia es certeramente anodina. El simple nombre del país nos remite a los orígenes de disciplinas y estudios como: la ciencia, la filosofía, la medicina, la astronomía, las matemáticas, de todito papá. Pues bien, abrimos espacio ahora para la música con Mammock, agrupación de la aupada y ancestral ciudad de Atenas, que irónicamente es testigo de una de las primeras publicaciones del mero 2020. Ni más ni menos que el 1 de Enero de 2020 sale a la luz “Itch”, debut de Post-Hardcore que reza con jactancia en su presentación conceptual con la frase: “El mundo es un lugar maravillosamente extraño”, prestada del libro “Naturaleza muerta con pájaro carpintero” de Tom Robbis.

Mammock proveen en 30 minutazos condensados en 6 canciones a qué juegan y qué muestran dentro del ambiguo “Post-” Hardcore. Al ajo: Un disco corto y entretenido que expone progresiones y armonías melódicas propias del Rock Progresivo cohesionadas con la rudeza de la actitud Punk. Fiereza no faltará, pero más que ello, dotan de algo muy deudor de los cimentos del “género”, y eso es una perseverancia en la sección rítmica en ser lo más dinámica y fluctuante de ritmos, llegando a recordar a gente como NoMeansNo pero con una identidad –obviamente- acoplada al espectro moderno sin oírseles forzados, ni calcas de los canadienses.

Desde que atrona la inicial “Caterpillar” hasta que acaba el invento se huele de antemano que NO nos topamos con tres acordes a lo bestia junto al tipejo gritón de la esquina, pero que pese a ello hiede esa rudeza con la que se ejecutan los ritmos más que por sus sonoridades. Transiciones rítmicas con el Bajo/Batería mientras Andreas sin ser áspero del todo es indócil y con espinas en su registro vocal. Canciones como la más Hardcore: “Dirty Shoes” y “Shark Attack” evidencian lo dicho. 

Aunque, pese a tener el ADN Punk instaurado la ortodoxia del mismo no existe, en la misma “Shark Attack” al finalizar se diluye con un saxofón una atmosfera calma y –si se quiere- extraña. No sin antes (como TODAS LAS CANCIONES), el track se estira, se moldea, es totalmente maleable a variopintos cambios rítmicos que incrementan la valía de “Itch”. Producción perfecta y homogénea que además de la pulcra distinción y audibilidad de cada instrumento logra preponderar a Klearhos y a Vangelis, en el Bajo y la Batería respectivamente. Y es que, estas dos bestias sin ser virtuosos se adhieren excelentemente con la Guitarra delineando ese absorto dinamismo musical.

Al llegar con “Inconstant State, Hot Summer” y “This Letter” (con sus casi 10 minutos y un Andreas imitando de forma plana y sosa a un Bruce Dickinson tirado a la cuneta) terminan de explayar el tono de Rock Progresivo que llevaban en todo el álbum pero si sonar a ello, manufacturando una homogeneidad compositiva con la “intención” del Progressive” para dar riqueza y variedad con tramos que enfoquen melodías a base de una movilidad y proporcionar una identidad más marcada en cada track, pero sin la grandilocuencia del género setentero. Sin embargo, el despliegue técnico no es del otro mundo, ni siquiera quieren pretender un virtuosismo, pero toman del “recurso” para no evocar una rauda simpleza. 

¿Es la extrañeza un discurso de experimentación en el sonido de éste disco?, Posiblemente no. ¿Es el concepto de “extraño” una inspiración conceptual de Mammock?, Sí, ¿Se logra plasmar? No.

“Itch”, o “Picazón”, no trata de vender Riffazos a granel, ni elaborar una telaraña compleja en virtuosismo superfluo, sino dotar de musicalidad un bien logrado Punk que a día de hoy está más que mutado con otros estilos y proporciona una mixtura y madurez que no gozaban antes, y que éstos griegos hacen alarde de ello en 6 cancioncitas bonicas. Y como los mismos Mammock dicen: “No hay solución para esta picazón”

Restando la presentación en el Bandcamp y distintas webs en las que ellos se dan a conocer como una banda “extraña” (lo que mierdas signifique eso) y de enfocar un holismo conceptual medio abstracto –que incluso denota la bonica portada- en su obra, resulta que bajo esas expectativas es, como dicen en mi país “llamarada de tusa” para atraer al pipiolo que indague en el Post-Hardcore, género que por sí bebe de muchos ríos y que los Atenienses no aportan ni papa a la movida más que cimentar un debutazo entretenido y poblado de un dinamismo musical que no sorprende ni atrapa hiperbólicamente pero compone un grano más de Post-Hardcore disfrutable y bien plantado en la escena.






Nota: Un 6.5 tan grande como un colibrí


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski



Cachada del 2020


Chulón e inclinado hacia el piso exponiendo mis nalgas en la ducha me agarró de imprevisto el 2020 con su inexorable presencia. Inevitable. Misma dinámica chicos y chicas, ofertaré la música que se escuche en los lares más sórdidos y en los más preciosos de la urbe "Música" para degustar y coleccionas la recientes promesas y la actualidad de este hermoso arte.

A la expectativa de mi recurrente ausencia proveeré de disquitos de diversos estilos para los cipotes del ganado. Sorprendente que el ficticio y onírico 2020 haya arribado al blog y a nuestra existencia. Aprovecharemos de los novillos que se asomen para degustar de sus jovenes carnes y demás ralea que se digne en facturar música para las reseñitas y para el deleite de los timpanos 

2020 no será ganancia de publicaciones de mi persona pero trataré de traer la suficiente costalada de ripio y diamantes que nos ofrezca este inaudito año.

A las fosas sépticas a ver que cahamos por ay compinches y alertas con las ofertittas venideras.




Publicado Por: Zdzislaw Beksinski