miércoles, 2 de abril de 2014

Destruction - Infernal Overkill [1985]

El momento de la violencia extrema al Metal llegaría a mediados de los 80s: Possessed, Bathory, Hellhammer, serían uno de tantos animales que pasaban la línea que trazaban sus influencias: Slayer y Venom. El juicio llega cuando el Thrash tomaría rienda como un tren encargado de sobre-explotar las capacidades del Thrash a un nivel más lejano. Alemania, cosechó 3 tanques de los cuales contienen un extenso repertorio y una vida que los define: Ellos son, Kreator, Sodom y Destruction. Con ese orden de popularidad, pero todos ellos, diferentes uno del otro. En este caso, metamos a Destruction al costal..!!


Después del entrenamiento en los campos de batalla con un Ep nombrado “Sentence Of Death”, el grupo lograría entrar a la guerra de su vida: Enseñar su calidad en su primer álbum de larga duración. En pleno 1985 vería la vida una producción caquita, (que no lo salvaría las mil y una reediciones) y de alto nivel underground en sus años, pero más que suciedad y actitud tendría las agallas de retar a su compatriota: Kreator con su “Endless Pain” o los Slayer con su “Hell Awaits”. Era un reto duro no limitarse a imitar una técnica o hacerse clon de alguno, por ello tuvieron que crear un licuado diferente para ser de tal etiqueta del Tridente Germano.

Los jóvenes Marcel Schmier al Bajo y Voz, Mike Sifringer a la Guitarra y Thomas Sandmann en la Batería. Representarían un inicio para ese grupo de logo bruto y excelso, con un debut titulado: “Infernal Overkill”, llegando a un trío explosivo que se caracteriza en composiciones redondos de 5 minutos, con una gran capacidad de repetir majestuosamente ritmos guitarrescos sin aburrir claro, en algunos trozos podemos observar exquisitas intervenciones en la línea de la guitarra, melodías Heavys de duro contraste que duran segundos para romper el hielo duro que trazan sus secciones y unos solos altos como una pirámide de agudos y altos tonos. Mike se sobresale y se esfuerza por el equipo con una gran maestría en las 6 cuerdas, que no podemos negar que ya es un inicio del cual se despega del montón el sonido de la banda.

La segunda observación que le mereciera una corona o un puesto en leyendas Thrashers del viejo siglo, de los cuales partirían una característica definitiva, es: La Voz. Marcelito aparentemente padece de síndrome Mustaine, pero sin chillones de pelirroja follada. Pero nadita que ver, cuando nos acostumbramos al tipo y sus intentos fallidos de agudos cortos en algunos temas. Esa rasposa y afilada voz es cordialmente influida de la vertiente Black de la antigua escuela, cuando ni apenas el escándalo del mercado noruego no apareciera en el acto. Schmier no es un virtuoso y mucho menos un pendejo, se nota que su presencia no puede constatar las velocidades rítmicas como harían muchos, dando una fuerza. No obstante, intenta añadir su porción, con un vital rango en medio tiempo, que puede desagradar a algunos y pueden alegrar a otros, pero ese es el estilo del grupo y del vocalista, guste a quien le guste, así canta el cabrón.

La tercera y no menos elaboración resaltada, es Tommy con su batería rocosa, con mucho eco y precisión. Todo el conjunto trata de inclinarse de diferente balanza de lo antes hecho y eso es aplaudible, pero más aún, cuando nos lanzan himnos como: “Invincible Force”, “Death Trap”, “The Ritual”, “Tormentor”, “Bestial Invasion” y su instrumental ”Thrash Attack” que proporciona técnica sin abrazarse del flujo estúpido de las maniobras innecesarias. Si todas ellas no son nada para ti, puedes irte al carajo inmediatamente!!, El 80% del álbum se utiliza en los escenarios y la mayoría de ellos son garantizados con estribillos memorables como esos: “Priest, Priest, Evil Priest..!!” (The Ritual) o ese: “Hell storms, Rush over the earth… Bestial Invasion” (Bestial Invasion), todos con una gracia diferente que los une la suciedad y la agresión de diferente forma de ejecutarse.

Cuando en las mismas tierras se proporcionaban semi-guturales para el género, Destruction no perdió la batalla, la implacable batería desprevenida y veloz, la guitarra de acordes extensivos e ingenios rítmicos con el Bajo, logran estar en un estado instrumental de alta calidad, sin necesidad de contener un martillazo bajo la manga como un Petrozza o un Angelripper como frontman, igual tenemos su pizca productiva e influyente, con un latido levemente al Black Metal y de distintivo tono agridulce, Marcel se defiende con chillidos minúsculos, gritos y narraciones malévolas que nos paran a la hora de oír sublime añadidura a la devastación.

Los detalles más a fondos son incapaces de detectarlos, con solo nombrar ese interludio del minuto 4:10 del tema “Death Trap”, me quedo corto y sin duda esas solturas vocales, como dejar solo al micrófono en un coro devastador como: “Tormentor” o “Bestial Invasion”, me quedo aún más encorvado e insuficiente hábil para describir las hazañas, tanto por cada miembro como grupal. Esa pared sónica y ese ambiente sucio de la producción, empapa la maldad y empareja el motivo de sus letras y su música.

Para terminar de nombrar pistas, mencionare esa: “Antichrist” que trata de suavizar las secciones instrumentales, con un tema corto y directo, aunque lo que nos dejo fue mejor, esto es imparable, después de tanta variedad, siguen dándonos volteretas macabras y sueltas después de todo. Y para finalizar el peso y destrucción, obtenemos una épica, no ofrecen Power bajero, ni baladas frutales y mucho menos descanso, cuando me refiero a “épica”, trato de decirlo de una manera en que el tema quiere recapitular todo lo antes visto. ¿Cómo?, con reverendos 7 minutos que escupen tortura asfixiante que al diluir más de 4 minutos se presencia un maléfico “Black Death, Black Death”, que hace mención a la última pista del octágono de golpes feroces y creativos pasajes mugrientos.

Se me hace más fácil resumir su final, debido a que himnos tan enaltecidos por sus gruesas líneas creativas, componen algo que solo se puede llamar, como: Sublime y me resultará reiterante y molesto, más de lo que mi opinión ha dejado claro, que este material es un clásico de clásicos. Y no quiero redundar más. Pero debuts de los que te dejan inquietos a la primera por ese raspado e indiferente estilo, que no conocías, es de darle un premio, por su variante alejada de los demás, influir en grupos más extremos y todavía hacerlo magistralmente con una tétrica naturaleza que no pierde por cada misil que lanza este tanque hacía nosotros al paso de los tiempos.

Destruction es Destrucción, que no se diga más.






Nota: 8.8


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


2 comentarios:

  1. lejos la mejor reseña que he leido en blogs en español

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    1. Gratificante es el simple hecho de que dejes tu comentario al respecto. Ya sea por la crítica, el puntaje de la nota o lo que sea, la idea es difundir la música adherida a una crítica. Que Disfrutes de lo que hay en el Blog!!! Se te agradece

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