El momento de la
violencia extrema al Metal llegaría a mediados de los 80s: Possessed, Bathory,
Hellhammer, serían uno de tantos animales que pasaban la línea que trazaban sus
influencias: Slayer y Venom. El juicio llega cuando el Thrash tomaría rienda
como un tren encargado de sobre-explotar las capacidades del Thrash a un nivel
más lejano. Alemania, cosechó 3 tanques de los cuales contienen un extenso
repertorio y una vida que los define: Ellos son, Kreator, Sodom y Destruction. Con
ese orden de popularidad, pero todos ellos, diferentes uno del otro. En este
caso, metamos a Destruction al costal..!!
Después del
entrenamiento en los campos de batalla con un Ep nombrado “Sentence Of Death”,
el grupo lograría entrar a la guerra de su vida: Enseñar su calidad en su
primer álbum de larga duración. En pleno 1985 vería la vida una producción caquita,
(que no lo salvaría las mil y una reediciones) y de alto nivel underground en
sus años, pero más que suciedad y actitud tendría las agallas de retar a su
compatriota: Kreator con su “Endless Pain” o los Slayer con su “Hell Awaits”.
Era un reto duro no limitarse a imitar una técnica o hacerse clon de alguno,
por ello tuvieron que crear un licuado diferente para ser de tal etiqueta del
Tridente Germano.
Los jóvenes Marcel Schmier
al Bajo y Voz, Mike Sifringer a la Guitarra y Thomas Sandmann en la Batería. Representarían
un inicio para ese grupo de logo bruto y excelso, con un debut titulado: “Infernal
Overkill”, llegando a un trío explosivo que se caracteriza en composiciones
redondos de 5 minutos, con una gran capacidad de repetir majestuosamente ritmos
guitarrescos sin aburrir claro, en algunos trozos podemos observar exquisitas
intervenciones en la línea de la guitarra, melodías Heavys de duro contraste
que duran segundos para romper el hielo duro que trazan sus secciones y unos
solos altos como una pirámide de agudos y altos tonos. Mike se sobresale y se
esfuerza por el equipo con una gran maestría en las 6 cuerdas, que no podemos negar
que ya es un inicio del cual se despega del montón el sonido de la banda.
La segunda observación
que le mereciera una corona o un puesto en leyendas Thrashers del viejo siglo,
de los cuales partirían una característica definitiva, es: La Voz. Marcelito
aparentemente padece de síndrome Mustaine, pero sin chillones de pelirroja
follada. Pero nadita que ver, cuando nos acostumbramos al tipo y sus intentos
fallidos de agudos cortos en algunos temas. Esa rasposa y afilada voz es
cordialmente influida de la vertiente Black de la antigua escuela, cuando ni
apenas el escándalo del mercado noruego no apareciera en el acto. Schmier no es
un virtuoso y mucho menos un pendejo, se nota que su presencia no puede
constatar las velocidades rítmicas como harían muchos, dando una fuerza. No
obstante, intenta añadir su porción, con un vital rango en medio tiempo, que puede
desagradar a algunos y pueden alegrar a otros, pero ese es el estilo del grupo
y del vocalista, guste a quien le guste, así canta el cabrón.
La tercera y no menos
elaboración resaltada, es Tommy con su batería rocosa, con mucho eco y precisión.
Todo el conjunto trata de inclinarse de diferente balanza de lo antes hecho y
eso es aplaudible, pero más aún, cuando nos lanzan himnos como: “Invincible
Force”, “Death Trap”, “The Ritual”, “Tormentor”, “Bestial Invasion” y su
instrumental ”Thrash Attack” que proporciona técnica sin abrazarse del flujo estúpido
de las maniobras innecesarias. Si todas ellas no son nada para ti, puedes irte
al carajo inmediatamente!!, El 80% del álbum se utiliza en los escenarios y la mayoría
de ellos son garantizados con estribillos memorables como esos: “Priest,
Priest, Evil Priest..!!” (The
Ritual) o ese: “Hell storms, Rush over the earth… Bestial Invasion” (Bestial
Invasion), todos con una gracia diferente que los une la suciedad y la agresión
de diferente forma de ejecutarse.
Cuando en las mismas
tierras se proporcionaban semi-guturales para el género, Destruction no perdió la
batalla, la implacable batería desprevenida y veloz, la guitarra de acordes
extensivos e ingenios rítmicos con el Bajo, logran estar en un estado
instrumental de alta calidad, sin necesidad de contener un martillazo bajo la
manga como un Petrozza o un Angelripper como frontman, igual tenemos su pizca
productiva e influyente, con un latido levemente al Black Metal y de distintivo
tono agridulce, Marcel se defiende con chillidos minúsculos, gritos y
narraciones malévolas que nos paran a la hora de oír sublime añadidura a la
devastación.
Los detalles más a
fondos son incapaces de detectarlos, con solo nombrar ese interludio del minuto
4:10 del tema “Death Trap”, me quedo corto y sin duda esas solturas vocales,
como dejar solo al micrófono en un coro devastador como: “Tormentor” o “Bestial
Invasion”, me quedo aún más encorvado e insuficiente hábil para describir las
hazañas, tanto por cada miembro como grupal. Esa pared sónica y ese ambiente
sucio de la producción, empapa la maldad y empareja el motivo de sus letras y
su música.
Para terminar de
nombrar pistas, mencionare esa: “Antichrist” que trata de suavizar las
secciones instrumentales, con un tema corto y directo, aunque lo que nos dejo
fue mejor, esto es imparable, después de tanta variedad, siguen dándonos
volteretas macabras y sueltas después de todo. Y para finalizar el peso y
destrucción, obtenemos una épica, no ofrecen Power bajero, ni baladas frutales
y mucho menos descanso, cuando me refiero a “épica”, trato de decirlo de una
manera en que el tema quiere recapitular todo lo antes visto. ¿Cómo?, con
reverendos 7 minutos que escupen tortura asfixiante que al diluir más de 4
minutos se presencia un maléfico “Black Death, Black Death”, que hace mención a
la última pista del octágono de golpes feroces y creativos pasajes mugrientos.
Se me hace más fácil resumir
su final, debido a que himnos tan enaltecidos por sus gruesas líneas creativas,
componen algo que solo se puede llamar, como: Sublime y me resultará reiterante
y molesto, más de lo que mi opinión ha dejado claro, que este material es un clásico
de clásicos. Y no quiero redundar más. Pero debuts de los que te dejan inquietos
a la primera por ese raspado e indiferente estilo, que no conocías, es de darle
un premio, por su variante alejada de los demás, influir en grupos más extremos
y todavía hacerlo magistralmente con una tétrica naturaleza que no pierde por
cada misil que lanza este tanque hacía nosotros al paso de los tiempos.
Destruction es Destrucción, que no se diga más.
Nota: 8.8
Publicado Por: Zdzislaw Beksinski
lejos la mejor reseña que he leido en blogs en español
ResponderEliminarGratificante es el simple hecho de que dejes tu comentario al respecto. Ya sea por la crítica, el puntaje de la nota o lo que sea, la idea es difundir la música adherida a una crítica. Que Disfrutes de lo que hay en el Blog!!! Se te agradece
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