miércoles, 11 de mayo de 2016

Sigh - Scorn Defeat [1993]





Una cosa quiero dejar clara: Si aca', alla' o acuya' te ponen cualquier misero material de gente japo raruna, tienes por obligación existencial, escucharlo, chutarlo, masticarlo, inyectarlo, y si es posible, practica el coito con el artilugio. Porque absolutamente toda, TODA, cosecha de esa culta y fértil tierra, nacen genialidades casi-divinas de toda una extracción cultural de siglos. Y es que, hablando estrictamente en lo musical, TODO lanzamiento -independientemente de que estilo provenga- que sea expulsado por Japón, es cuan menos, la mar de intrigante e interesante.

Alla' por inicios de los 90s, cuando se gestaba a todo furor la escena Blacker definitiva en la Madre Noruega, con sus predominantes piezas claves; al mismo transcurso del tiempo, nacio' en el medio oriente: Sigh, con una perspectiva ma's amplia del Black Metal que se conoci'a en Escandinavia. Tanto asi', que se coronan con la etiquetilla de "Avant Garde", puesto que, Mirai & sus colegas estari'an aprendiendo a romper los moldes de co'mo se coci'a el Black en esos momentos. De esta manera, Sigh, al igual que unos Ulver, estaban vertiendo otras especias al platillo. Eso si', cada quien con lo suyo..

Sin embargo, y como preámbulo, antes de destapar el "Scorn Defeat", es necesario saber -como bien intuirán-, siendo este el debutazo del trío Shinichi (Guitarra)/Mirai(Vocalista,Bajista y Teclados)/Satoshi(Baterista), lo que ofrecen a primeras no es un "Unexpect Blackero", Puffff... No, cada cosa a su tiempo. La cosa se progresa de poco a poco, y como bien sabra'n, o no, SIGH termina destilando la proeza vanguardista hasta limites alienigenas con un "Hail Horror Hail" que pone en duda su etiqueta "Black Metal". No obstante, desde que olemos esa peste que expele la portada macabra-mitológica-guerrera, sabemos que este pedazo no tiene que envidiarle a sus trabajos ma's "experimentales", ya que en esa negruzca caratula yace un mundo igual de interesante que en sus posteriores álbumes, y e'ste, con ese aroma a debutazo juvenil que trata de entablar su estilo. Ese sonido que a tantos melo'manos les gusta oír, cuando empiezan de forma cronológica a un grupo.

La mecha empieza a quemarse con el corte: "A Victory of Dakini", y de primeras intenciones, podemos apreciar que las guitarras resuenan en Riffs Cíclicos como "At My Funeral", con un Mirai desenpolvando un shriek con aires al de Chronos de Venom, pero con un estilazo, y una dicción aterradora y legible. Eso si', el plantel no se pone a dejar la mu'sica en una atmósfera de guitarrazos tipo Mayhem, no cipotes. Los tortillazos del batero marcan junto a Shinichi en las cuerdas, un medio-tempo so'lido como un panteón, y bien conjugado con efectos ambientales, tales como voces corales intercediendo de manera fluida en la composición, u otros despliegues del estudio que embellecen ese ramaje Doom, que tanto exhalan las pistas.

Esto así es, Sigh son así', cuando menos pensamos que predecimos la típica canción movidona con sus rotundos riffs, se nos aparecen tramos, cambios de ritmos y breaks repentinos que solo desembocan a mejorar las canciones. En "The Knell" vemos la aparición del Master Mirai en los teclados, tipo Exorcista (la película), para cortar abruptamente con un despliegue de brutalidad y velocidad. En "At My Funeral" nos aplasta incesantemente con e'se Riff "made in hell" que nos va asentando ese Shinichi; mientras, intercalan una tonada como si fuese xilófono, para luego desembocar en un aura Doomer Blacker.

Ahora bien, donde si que hay que ahondar seriamente, es cuando Mirai se nos expone claramente como la cabeza pensante del combo. Ya no solo la vertiginosa versatilidad vehemente del vocalista nos muele del susto y del asombro, con sus dotes espectaculares con el Bajo y el Piano. Hay que oír, como una canción de meollo tribal/ritual como "Gundali" tras casi aborrecer con sus simples y repetidos versos hablados, Don Mirai casi de hundir la calidad del material con ese relleno sombri'o (como excusa de cesar la pesadez del producto), en el minuto (3:50) se convierte en un semi-Dios, cuando expulsa tras una harta oscuridad inherente, una composición inefable de piano, como si de Beethoven se tratase o cualquier otro maestro del piano que se les ocurra, causando con esas dulces melodías, algo inexplicable con las palabras, sin duda. Dejando en claro, sin tanta vuelta, que Sigh para fabricar este Black Metal, no lo hizo a lo tonto; influencias variopintas se intercalan con creces en cada track. Se manifiestan, aunque sea unos segundos, aromas a Sabbath, y de "música clásica", como en este caso, como también un compendio de influencias que hicieron capaces de influir enormemente en definir el sonido oriental que percibimos.

Las evocaciones de los espíritus japoneses se trasladan en dos tracks: "Ready For The Final War" y "Taste Defeat", el Black Doom, es poco para lo que representan estos 2 temas. Impregnan por el transcurso la atmósfera y la pesadez aleadas en su máximo esplendor, todo basado en medio/tempo, narrando quie'n sabe que perturbadora letra ("into the nigths of the depths"), hilando a la vez esa grandeza que pueden haber en 8 o' 9 minutos: Monotonía suculenta aunada de épicos y memorables momentos, como la pegajosa y olímpica melodía del minuto (6:19), del tema "Ready For The Final War", o el final con el piano del mismo track. Desde ya lo digo, estos seguramente no inventaron nada, pero dime tu' chicuelo fanático de Gorgoroth, acaso e'se tema no es un himno, un pedazo colosal de mu'sica?, Que no? Pues.... A la mierda contigo!!

En "Taste Defeat", la guitarra se proclama dominador del sonido; desde que abre el tema, ya nos clava uno de esos Riffs "sencillicos" en nuestra cabezota, con el plus de Mirai cantando al son de la armonía reiterativa de las cuerdas. Eso si', las flautas, canticos, y dema's rarezas se diluyen tan extrañamente a la misma altura que la esencia ma's cruda del Black, haciendo de SIGH, un grupo que tan solo escucharle, podemos diferenciar su insignia. Como he dicho: posiblemente no sean los inventores, pero que marca han impuesto!!! La originalidad esta' a tope aca'.

Para acabar de recalcar las pistas, se exhiben estas fulminantes piezas rocanroleras y brutas de la placa: "Weakness Within" y "Seven Gates Of Hell". Ya sin mucho decir, sin abastecer tracks prolongados y de manera concisa. Aunque quisiera enaltecer e'se poderi'o de "Seven Gates Of Hell", con Mirai Kawashima desgañitando sus cuerdas vocales al estilo Quarthon, con una eficiente y matadora combinación musical. Hijo de puta! e'se Shinichi tengo que mencionarlo cada instante, al igual que su compa. Es que el hijo de puta, es todo terreno, Uff....

Sin lugar a dudas, "Scorn Defeat" oculta grandes dotes, de grandes músicos. Que por fortuna!, son de Japón. y digo por fortuna, puesto que, tales aberraciones no pudieron salir de otro lugar místico, como lo es el sello de Sigh. Ese toque inconscientemente oriental que resuena tras el muro puramente Blacker. Y es que, desde un inicio dije que esta placa no era la ma's pretenciosa y desafiante, pero..... Un camino tiene un inicio, y e'se inicio, es este demoledor y disfrutable "Scorn Defeat", sacado del horno en 1993.




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Nota: 8.6


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski