domingo, 3 de septiembre de 2023

King Krule - Space Heavy [2023]

Hay músicos que destacan por atrapar tu interés inmediatamente, por la forma distintiva en que desarrollan su estilo, y que no pueden pasar de largo por tus tímpanos. El cantante, guitarrista y compositor Archy Marshall es uno de ellos. En un principio quise comenzar la reseña haciendo una comparación de su sonido con Mac DeMarco y Lil Ugly Mane, pero a medida que escuchaba “Space Heavy”, me resultó imposible la analogía sonora, me incapacitó para fijar las influencias que bebe, o más bien, para relacionar el “estilo” de composición, que no fuera con la música experimental en general.

Si uno indaga en internet, incluso se ve la incapacidad de catalogarlo en un género y se adscribe como una mezcolanza heterodoxa de dream-pop, trip-hop, jazz, post-punk, y demás mierdas que ni van ni vienen. Cabe decir, que esta mención sobre la personalidad de su banda/proyecto artístico: King Krule, no es debido a que ofrezca un Avant-Garde Metal o unas chifladas de esa índole, sino, porque es la peculiar y original propuesta que ha forjado el londinense, que ha llevado a resaltar este punto, y que uno al escucharlo se lleve el agrado de ver un sello personal, una originalidad pura y dura, algo arduo y pesado cual castigo de Atlas, en la música.

Quinto discorro a manos de King Krule, y para sus adeptos: otro disco donde acentúa su personalidad musical llevada a otros senderos extraños; para los advenedizos: una aparente amalgama de estilos en una carcasa de pop, o rock indie, que se torna inhóspito. En ambos oyentes resalta la cualidad de lo raro, lo singular, lo atractivo que termina siendo el elemento único que imprime en sus canciones, donde esboza con soltura múltiples sonoridades de distintos géneros sin perder esa columna vertebral experimental y sombría.

En “Space Heavy” presenciaremos desde la inicial “Flimsier” con efectos aurales, el tono a lo MacDemarco de la guitarra (ya saben, eso de sonar a lo Dream-Pop sin serlo del todo), la pausa breve de silencio, el Bajo notorio, y la suave y melancólica voz al compás de una austera batería, dan una idea de los ingredientes que conformarán esta apesadumbrada atmósfera que esboza Krule, a los cuales, hay que añadir las cualidades excéntricas mencionadas, donde se manifiestan desde entradas de instrumentos sutiles que discurren todo el tempo rítmico, cual vacío se llena y se sustrae con elementos, hasta el carácter impredecible de sus composiciones.

Lo dicho, crea un ambiente desolador y desconsolador a base de ritmos lentos y jazzeros, efectos que enrarecen, las idas y venidas de saxofón, bajo, riffs pesadísimos, Solos imprevistos, violines discretos, batería alternada con caja de ritmos, y una infinidad de detalles discretos que enriquecen y conforman la música de King Krule, definiendo esa naturaleza impredecible e inaprensible, que junto a su grave, arrastrante y melancólica voz nos introduce en sus parajes sonoros oníricos, sin perder ningún ápice de sus trazos melódicos, como es en la Popera y más “normalita”: “Seaforth, junto a la casi psicodélica voz de sirena de Raveena en colaboración en “Seagirl”.

Dentro de los 15 tracks que conforman este singular trabajo, se destaca la estructura del mismo. Ya dije y reiteré el gen experimental en las irrupciones volátiles de instrumentos, y efectos de producción, al vacío anímico del sonido envolvente y aural. Sin embargo, el músico inglés no se limita a la inestabilidad sonora en tomar de improviso y por sorpresa al oyente, sino, que converge ese “saudade” con la rabia, frustración y furia más acorde al Post-Punk, o del Grunge, en gritos desgarradores con riffs afiladísimos e inventivos, como es el caso de: “Our Vacuum”, o “Space Heavy” que pasa de musitar a tirar alaridos, notando el perturbador canto. Asimismo, imposible no resaltar el saxofón esquizoide en “That Is My Life, That Is Yours”.

Por último, la sección concluyente del disquiño con las últimas tres canciones en las que engloban el extravío, la ingravidez espacial, la densidad, el espacio, en síntesis, la portada hecha música. Es donde prima el ambiente acogedor y opresivo a la vez, esa ambivalencia que teje el ambiente calmo, introspectivo, y atemorizante, logrando enfatizar Archy Marshall esa evocación de un mundo calmo, oscuro, silencioso, escalofriante donde discurren los efectos, patrones repetitivos, los ritmos somnolientos, y los sonidos que gravitan en el “Space Heavy”.

Propuesta, que invariablemente te guste o no, ofrece la peculiaridad de tener una identidad muy bien marcada. Y cuanto menos, eso es lo más valioso que uno se puede encontrar en los lares actuales. Puede que atragante al pipiolo que se avecine, con sonidos conflictuados con los estribillos, incluso, puede ser muy divagante, sus canciones como disgregaciones cual meteorito se le desprenden rocas que lo constituyen, pero es sumamente interesante, atractivo y disfrutable una vez te dejas absorber por esta “rareza asequible”.





Nota: 8.5


Publicado por: Zdzislaw Beksinski

sábado, 2 de septiembre de 2023

Pj harvey – I inside the old year dying [ 2023]

 


Hoy vamos con un disquito de Plly Jean Harvey, artista ya recorrida con una carrera de hace mas de 30 añitos, muy del estilo de gente como Nick Cave y con la notable influencia de Patty Smith, entonces la vena roncanrrolera viene de ese boato musical. Ya para este disco nos adentramos en el pleno presente de artistas con una visión mas profunda sobre sus trabajos. Generalmente estos artista ya algo empolvados tienen a cambiar o permanecer en su estilo musical.

Pero en honor a la sinceridad, es el primer trabajo que oigo de la muchachona, asi que no me tengo recorrido sus anteriores long play. Que nos trae estetrabajo en cuestión. Primero que nada un simposio rítmicamente lento, con unas tonalidades algo apesadumbradas como si se tratara de un trabajo de un solista trovador cremoso regodeándose en su solitud.

El trabajo en cuestión de estructura música muy armónico, ambientes muy aurales recordando a veces esos pasajes a estar en parques infantiles, o atracciones de ferias y cosas por el estilo. He de recalcar que el álbum cuenta de sinfonía interudica en cada canció. Es decir, muchas de sus rolitas están por un sendero apacible y aquietado, por lo que da la sensación de ser un disco muy acústico, de soniditos del bosque y letras mas poeticas.

El estilo Green eco frendly house no me atrae mucho, pero el paisajístico clima en esos pequeños detalles que transmiten son muy interesantes. Hay una queja reluce este disco y es que a veces sus canciones son de ritmos lentos, que parecerían que no avanzaran y eso quitta mucha atención de mi parte. Es por eso que Harvey en esta entrega cuenta con una colección de temas pero a mi no me logran enganchar, es mas de tanto oírlo me aburrida cada vez más.

Un disco que si bien no tienen temas malos, pero parece que fuera el halito de un muerto viviente, no transmite energía ni carácter musical. Y eso me deja bien seco, mas seco que las sardinas de semana santa. Tecnicamente esta bien, pero muchas veces le falta pasión y pisadas de fuegos para presenciarse.

Creo que es el disco perfecto, olvidable y cacoso del domingo. 

 

 


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Nota: 4.0 

 

 

Publicado por: Albert Sppagiari

 


 

domingo, 13 de agosto de 2023

Iggy Pop - Every Loser [2023]

¡¡¡A la mieeeeeeeeeerdaaaaaa hijos de puta!!! Ni mierdas intrincadas, ni debuts, ni bandas emergentes, nada de eso hijos de puta, vamos a lo facilongo, desempolvando, y exhumando, un ser precámbrico, un dinosaurio, o, mejor dicho, una iguana prehistórica. Hablamos del mítico Iggy Pop, un carcañal de casi 80 años que inextricable e inexplicablemente desafía las leyes del embalsamiento, de la preservación fósil, y de cualquier pronóstico de período vital. No hace falta presentación alguna, estamos ante un status de leyenda, frente a uno de los creadores del gen Punk, y dar explicaciones sobran.

Ahora bien, ¿Cómo ha caído el polvo en la iguana durante tantos años?, ¿Le vamos a sobar el escroto y el rifle por tener un renombre bien ganado, a pesar de cualquier falla que tenga, cual dios venerado?, ¿Es sólo el nombre el que reluce y el disco es irrelevante? En síntesis, ¿Qué mierdas es “Every Loser” ?, y ¿Qué hace en este 2023 un casi octogenario indestructible?

Ante las interrogantes expuestas, contestaremos que las expectativas ante cualquier leyenda que lleve un trote desde la prehistoria hasta nuestros días con una discografía que nadie la ha escuchado entera, salvo los mamagüevos fanáticos que escucharían hasta los pedos grabados, deja la impresión de que incurra en la autoparodia, en el riesgo de caricaturizarse, o tocar lugares comunes y clichés sonoros de su propio estilo, con olor a refrito cancerígeno. Sin embargo, estas expectativas e impresiones quedan disueltas por completo: “Cada Perdedor” es, con solvencia y sin caer en lo ridículo, un disco de rock que no ratifica esa aura de desconfianza.

Junto a los compinches de Duff McKagan en el Bajo (Guns N´Roses) , Chad Smith en las batacas (Red Hot Chili Peppers) y una estela de nombres de la camada del Rock noventero, y demás gente colaborando, el Padrino del Punk, logra cimentar un disco que mezcla las facetas más crudas, energéticas y punketoides junto a ese deje de David Bowie o Lou Reed, sin la genialidad de éstos: Es una simbiosis entre estribillos repetitivos enrabiados con tufo a lo que alguna vez fue Iggy en The Stooges, junto a los tempos más lentos, con voz grave y taciturna, como en algunos momentos de su carrera solista. Eso sí, junto a múltiples “detalles” que contienen las canciones debido al rimero de gente que hay en la composición.

Tengo que decir, para describir el sonido general, que ya se ha dado un bosquejo del mismo, es innegable no señalar “Frenzy” (Frenesí), donde arremete a lo bestia, al más puro Punk frenético, para que en canciones como en “Morning Show” se vea una calma melodía y una introspectiva voz grave nos guíe. Esa mezcla “hard/soft” en este Rockcito simplón y efectista, sin muchas pretensiones detrás, es la esencia actual de La Iguana a sus 76 años dejando su visión musical del rock.

Aunque todo queda dicho, no todo es: o ritmos cocainómanos (“Neo Punk”) o momentos más calmos y agradables con sintetizadores y coros flojos a más no poder (“Comments”), si no, una conjunción de ambos, evocando unos medios-tempos, riffs y solos bien trazados, la presencia de Duff al Bajo, y estribillos que sí cuajan, pegajosos, como es: “New Atlantis”, que hasta la típica tarola setentera que suena a lata vacía está presente.

Y aunque se pudiera desgranar “track by track”, no resulta muy entretenido ni necesario, tanto para la rata sucia quien escribe y describe esto como para el lector, pues, estamos ante un disco de Rock del montón que no destaca en nada, más que tenga el nombre mítico de “Iggy Pop”, donde su mayor proeza es no incurrir en su auto-felación, o auto-parodia, de sí mismo. Sin embargo, a uno se le esboza una sonrisa escuchar esos “Fuck the regency”, en el onceavo tema, esos desvaríos y repeticiones vocales tufo a Mick Jagger en “Modern Day Rip Off” durante una marabunta de riffs y teclado al más puro Rock mientras se recita “…Rip Off”, o en líneas generales, ver a Iggy con ganas, y maneras, de desempolvarse y seguir en el ruedo.

Sencillito y fácil para la deglusión. Llano y efectivo, cual pase con la pelota: raso y al pie. No te va a maravillar, sólo quitar el morbo de la resurrección de Iggy Pop, sonando a él con varias adiciones a su Rock, sin ser tralla pura, ni melancolía a lo Nick Cave, es la homogeneización de esos estilos sin perder el suyo. Cumplidor, normaliño, y para quienes tengan sed de oír a La Iguana de nuevo, esto entra sin vaselina por tu culo.



Nota: 7.0

Publicado por: Zdzislaw Beksinski

sábado, 12 de agosto de 2023

You win again gravity - Into the dancing blue [2023]



Hoy nos ocupa una banda inglesa que ya venía haciendo un par de discos de la índole metal progresivo con combinaciones de una extraña etiqueta que siempre puede hacer llamar la atención a mas de algún despistado borracho, Post hardcore. Ya en asadas ocasiones hablamos que repercusiones puede tener a veces poner estas etiquetas ostentosas para comercializarse, pero es muy fácil hoy en el mundo de la hipercategorización musical, todo aquello que lleve un banjo o un armónica ya puede ser considerado sinfónico o acústico, es una patochada.

Bueno, antes de empezar con la música, y se que a muchos les gusta que se delimite que tipo de caminata es la que lleva la bada para poder pinchar el disco mas segurinix. Pues, a mi me parecio una banda de meta progresivo con toques hardcore, no le veo esa etiquete post, pero bueno eso es lo demos.

Cual es la propuesta que traen estos muchachines medio emos tritontes, será que son uno de esos adoradores de 30 seconds to mars versión metallizer o será que son uno de tantos hardcoreros que ya no tienen metro cuadrado de piel sin tatuar. Pues, me suena mucho de estas bandas tipo muse, algo de Green day, un poquito de fates warning, un poquito de todo licuado por aca. La música como objetivo principal no esta mal, la verdad. Ahora bien, propuesta como nos la venden no es. Puesto que podríamos decir que lo hacen bien lo que se proponen, sí. Las categorías de metal progresivo son destacables y muchos aspectos rítmicos son los que nos hacen mantener bastante bien la atención en las canciones.

La voz del chimuelo no me gusta, me recuerda a estar oyendo Green day y cuando oigo esas bandas tan caladas no me dan por poner oídos en cuestión vocal, ahora bien destacar el labor del batero, le mete muchos cambios de ritmos consistentes, creador de atmosferas caninas y desestresantes;  pero lo único que tacho a este álbum es de tener ese toque juvenil que a mi me desagrada, y de esas melodías a los my chemical romance, y después esas voces agresivas bien heredadas del hardcore pero utilizadas en desuso.

A mi estos generosa si chavorrucos de maitrones treitones que están orgulosos de haber sido emos no me mueven, no me atraen y nunca me gustaron. ¿El concepto de la banda puede ser algo trascendental?  Esto no algo nuevo, nada de otro mundo. Aunque no se le puede negar que la combinación resulta apetecibles, pero es normal que en muchas de sus canciones en vez de apegarse al lado mas progrsivo de sus compases siga mas por la línea puente, melodía, coro, estribillo y pues estamos a nada de que sea radial. Me disgusta? No, pero tampoco es para encabritarse de la emoción.

La portada me gusta, elegante, azulada, muy al estilo de la viejas gloriasde las bandas progresivas tipo dream theater; pero el pajarraco es inevitable no pensar en Budgie. La duración, pues de estadio con papas fritas chucas con uñas porosas en los condimentos, 50 minutos. A mi me parece excesivo ya que es música zapateada, con sus tintes mas suavetones. 

                                              

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Nota: 5.0 


Albert Sppagiari