miércoles, 11 de septiembre de 2019

Fawn Limbs - Harm Remissions [2019]





No hace falta que nadie me lo diga, ni que yo lo diga, pero brevemente lo diré: Decir que para escuchar el feroz Mathcore sin que se te reduzca el sangrante ano al tamaño de una hormiga mientras cunde el aturdimiento en tus sucias orejotas de camello, tienes que entrenarte y que ni los mil discos de Death metal de manual harán la costumbre es un claro pleonasmo, y no hace falta extenderse más en ése punto. Cualquiera que haya acercado su olfato en éste género sabe que cuesta acostumbrar el tímpano a su sonido, y que sólo el tiempo y la dedicación logrará a tu incipiente morbo crear un gusto sobre el estilo.

Hay quienes prefieren inclinarse por la vertiente Jazzera, y hay otros (más locos) que optan por lo Caótico, y muchos otros prefieren otras opciones dentro de la gama que provee el género. Y es que, el género por identidad ofrece PESADEZ y TÉCNICA, pero el que ha olfateado trabajos sabe que la balanza a veces se inclina, o bien a: trazar y delinear pasajes puramente de Jazz o compositivamente una vena muy marcada, o bien a: cagar un tropel desproporcionado de pesadez y aturdimiento en un muro sónico incesante provocándote disnea continua. En éste último, los debutantes Fawn Limbs engloban su propuesta desde el primer puto segundo por si todavía al incauto pipiolo no sabe dónde se metió.

Según la traducción –probablemente errónea- del nombre de la banda es: Miembros de Cervatillos. Es decir, partes desmembradas de ciervos jóvenes, para despabilarnos un poquito con esa carta de presentación nos arremeten, como ya dije antes, con un jodido muro destroza-tímpanos, quiebra-ortos, ¿destruye-esperanzas?... Los oriundos de Pennsylvania sacan de la galera un Harm Remissions que brilla por su caos sonoro, su muralla de voz(ces) ininteligibles y atacantes junto a una base rítmica aplastante que se mueve como un tropel de jabalíes iracundos a la velocidad de la taquicardia de un colibrí. 

Durante los avaros 25 minutos que dura el invento con canciones cortas y cortantes encontraremos –después de cuajar bien la bonica mierda- un sempiterno sufrimiento y dolor que no dan cabida a ningún Riffs carnicero Deathmetalero y una pesadez abrumadora que incrementa más la opresiva atmosfera asfixiante a tal grado que creemos que ha pasado mínimo una hora. Y, sin embargo, la obvia efectista intención del Trío de Pennsylvania en marear, y sobretodo, aturdir al oyente al punto de desquiciarse se cumple sobradamente. Y es que, una buena interpretación de Mathcore abrasivamente ruidoso y casi sin concesiones la obtendrás.

Si bien, que sea una jodida tralla disonante no quiere decir que fuese perfecto, ¿no? La falencia más predominante es la ausencia imperante de Riffs machacones, Riffs malévolos o un involucramiento de la Guitarra en ése aspecto al que relegaron por sonar a una endemoniada roca fundida de magma en el que la instrumentalización se base en una estampida al unísono. Es decir, el recurso para la pesadez extrema le da un punto a favor y uno en contra. Y es que, Fawn Limbs reinterpretan el sonido del Mathcore con la idea predispuesta de atacar a como dé lugar sin importar cómo.

Otra notable laguna en este reducido CD de música extrema es: la redundancia del concepto compositivo. A medida que llegamos a la parte final del tracklist; la antepenúltima y penúltima con instrumentales modo Post-Metal como excusa de “respiros” a la bulla sónica y denotando la escasez de creatividad es un ejemplo, perdemos la sorpresa y dinamismo facturando ligeramente predecible una brutalidad que desfallece un poco cuando nos aprendemos la tónica instrumental que esbozan cada track (que a modo de brizna esperanzadora meten segundos de silencios en el final de casi todas, aunque produce un efecto sofocante que gusta y disgusta por ambas partes).

Sin embargo, tirarse salvajadas como: “Wisdom Teething” , “Ore Lung” (desde el minuto 1:27 empiezo a creer que esto no lo hizo un humano), “Threats Entrench and Renew” o “Gravitated”(¡Qué áspera la maldita voz invitada!) formará una jodida sonrisa y pondrá de contrapunto lo antes dicho. Y es que, no niego una obviedad que pareciese un reglamento del género: cambios de ritmos en reducidos y exactos segmentos dentro de las canciones, la insondable pesadez, cambios de tempos, velocidad desquiciada, el Bajo sanguinolento dando cotas de densidad, y etcétera.

La espectacularidad del cacahuate éste recae en: Eeli Helin con las voces de sesión/acompañantes y el baterista Lee Fisher. Por un lado, en el micro tenemos una soberbia animalada, un demonio, una bestia; el registro apegado al Hardcore no existe acá. Esto no parece ser emitido por un ser humano, es un constante torbellino que ataca y golpea el oído; encima, una guturalidad incomprensible que resuena e incómoda en todo el jodido metraje. Y del otro lado un Lee Fisher que martillea con una versatilidad y técnica sin despampanarse que hacen de Harm Remission uno de las dos causantes de la originalidad del sonido apabullante de los estadounidenses.

En conclusión, debut disfrutable y apetecible dentro de los cánones de un estilo musical que unos cuantos moscos se regodearán, cuál caca recién hecha. “Harm Remissions” es conciso y efectivo en su finalidad: ATURDIR, la palabra que define el primer paso de estudio de Fawn Limbs.






Nota: Un 6.0 plano como el piso


Publicado por: Zdzislaw Beksinski