sábado, 3 de marzo de 2018

Vektor - Black Future [2009]




Dentro de la nueva camada de Thrash Metal encontraremos mayoritariamente un sector aferrado a la “nostalgia”, mejor dicho al refrito, en el cual practican música más para el desvergue de coverear a sus vacas sagradas en un bar fétido, antes que componer en realidad algo que se despeje del pegajoso semen de sus dioses. Si bien, es cierto que para crear el invento debes de tener una creatividad superior a los demás; y en ése aspecto los incipientes ni se deben de fijar. El punto y meollo del asunto, no es quién creó y quién no, si no, ¿Quién tiene los huevos de dinosaurio para interpretar un género bajo tu personalidad? Pocos cerotes se dan los trompazos con éste punto que tantas veces reitero en las críticas, y uno de ellos que ha logrado éste fin, es VEKTOR. 

Provenientes de –que raro- Estados Unidos, la bestia del Thrash escupía de sus fauces por el 2009 su debutazo en una escena de replicaciones a tope, de los revivals entretenidos y uno que otro loco sonando con ingenio, éste último es el caso que nos compete. “Black Future” embellecido por el aura Sci-Fi, Voivod, Técnica, y hasta Violencia y Brutalidad por todos los costados. Me pregunto: ¿Cómo carajos, después de mi discontinuidad de escribir (mal, que quede claro), se puede redactar o plasmar por escrito una semejante obra hora y ocho minutos de puro Thrash? Imagínense y figúrense un tramo tan largo al cual no aburre en ningún momento, siendo un género que peca de un supuesto minimalismo en sus composiciones.

Vektor lo tenía y tiene claro: Hacen Thrash sin preceptos ni prejuicios a la hora de componer. Claro como el culo de un gato albino. Laudable y plausible aquél que diseccione cada rincón de técnica enrevesada, la cantidad exorbitante de matices progresivos y la inherente pesadez del Thrash más virulento y extremo que factura el monstruo David DiSanto y Cía. Y es que extender tracks como: “Forest Of Legends” o “Dark Nebula” para incursionar en parajes y texturas ambientales de perdición y desolación, como auguraba la magnífica portada, logrando una hibridación de la técnica más depurada con la áspera garganta de DiSanto que roza el Black Metal. Y ya no digamos la grandilocuencia que contienen estos dos temas, ufff…

     Thrash Progresivo de alto nivel compositivo. Encontraremos momentos puntuales del disco, desde el crudo y directo cañonazo como: “Hunger For Violence” o “Black Future”, entre otras tesituras del headbanging más clásico y los BATAZOS del señor Blake Anderson, hasta múltiples cambios rítmicos y una ambientación lúgubre acompasada al deslumbrante virtuosismo instrumental de Nelson y DiSanto en las guitarras, sin dejar atrás una soberbia base rítmica que muele a trompazos junto a esa raspada y visceral voz, ufff… ¿Se nota la excitación ante un trabajo tan bien marinado? Y es que, no solo sorprende el arduo labor que supuso interpretar música sin hedor a influencias vetustas o a interpretar un estilo que ya había pasado su gloria por más de 20 añetes, y vienen estos tipejos, que claramente beben de los aventurados de su tiempo para ser ahora ellos, los aventurados de su/nuestro tiempo.

Que no se nos vaya el pulso!, no estamos ante la excentricidad pura, no estamos ante la cobra de dos cabezas. Pero, por la gran puta!! Estos cerotes son un remolino de aire fresco que merece su valía como uno de los pocos especímenes del Thrash actual que innovan con lo poco que ha quedado en el pozo, y ojo, no quiero ahondar y sumergirme en el impecable virtuosismo que constantemente palpan. Y es que, ESO, sin carecer de todas las características de un estilo al que supieron bien REINTERPRETAR.

Me privo de detalles, escúchenlo ustedes mismos. 

Enserio, si a alguien le gusta el Thrash Metal, y no le gusta esto, no lo entiendo.    







Nota: creció con el tiempo, 9.9


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski