miércoles, 26 de marzo de 2014

Judith Holofernes – Ein Leichtes Schwert [2014]


García Márquez nos contó las peripecias de La familia Buendía en aquel mentado Macondo, como los Aurelinos, eso tipos curiosos que tras generaciones se dedicaron al estudio de los pergaminos de Melquiades; caso contrario, pero muy ligado, pasa en el Caso de Charles Dexter Ward de Lovecraft, un tipejo raruno que empieza a obsesionarse con un antepasado; en el caso del Dr Jekyll y Mr Hide pasa lo mismo, también  con ese alter ego, se permeaba de conocimiento arcaico; En el Golem, obra de Gustav, Pernath, olvidaba su pasado y sus espejismos arcanos iban surcando conforme sus descubrimientos en las callejas alemanas. Un trozo de la literatura nos ha puesto en tela de juicio, sobre sus personajes en escena en busca de un pasado, olvidándose temiblemente del presente, y desinteresándose notoriamente por el futuro.

Y ese clamor desesperado era el que se sentía aquí en blog después de no zambullirse en terrenos actuales, pasajeros para unos, e innovadores para otros. En cierta medida muchos no nos mezclamos con estas corrientes por el hecho de: Estar tiempo hurgando la basura de los chochentas, unos tocayos, por simple el rechazo mainstream; aunque la escena no está congelada, habrán otros por descubrir que las islas vírgenes siguen allí tan estáticas cual montaña de hierro inmutables, esperando navíos y lozanos náufragos  entusiastas.

Y por ello un poco de postre derretido bajo las hordas apabullantes de unos 40º bien cocinados en nuestras espaldas de latino sudoroso y bajacocos, no nos podrán detener para traerles como bandeja de platería fina, un polluelo del espacio bávaro, de la tierras germánicas de la águila imperial, hasta el mejor sistema de salud y por antonomasia pasando por el meollo de la influencia de la apoteósica filosofía contemporánea, sentándose en los bajorrelieves del arte con obras del expresionismo de los años 20 en la cinematografía… basta historia y pocas ideas son las que tenemos por expresar sobre este gran imperio teutónico, -de orden político estable-, añales de liturgia y bagajes culturales. Ahora bien, nos viene entre nuestro pescuezo un nombre muy interesante, en este pleno 2014: Judith Holofernes.

 Cuenta la historia de una polisemia en conceptos increíble sobre este nombre: Judith de Batulia, salva a su pueblo tras las órdenes de un malvado general llamado Holofernes, Goya hizo una reproducción de sus pinturas negras, tétrica y ominosa; Caravaggio hizo la suya con un trasfondo más personal, claroscuros impecables, rubrica modernista y tenebrismo en las gesticulaciones humanas, haciendo esta placa infinitamente superior que la del pintor Español; Pero, sin duda en temática artística el que mejor supo llevar estos valores, respetando a los 2 pintores, fue Donatello, el escultor italiano que reivindicó una tonalidad con un sentimiento más humano y corpóreo (Obviamente por sus dimensiones) en capas de cobre depurado del siglo XV.

Tenemos claro de lo que este nombre significa, pero, no obstante ¿Qué valor cuantitativo subyace bajo este plastificado de éste álbumente? ¿Acaso es una maravillosa y terca reproducción de esencia, como una vez fue llevada por arquitectos de la pintura y maestros de la escultura, será esta la placa definitiva para cerrar esta historia bíblica con las mejores intenciones? Naftalina, mi compadre, esto no tiene na qui ver con lo anterior. Así que no esperemos muestras de sapiencia y virtud para este empapelado de cuarta.

¿Por qué? Música genérica que circula por 40 minutos, mucho desperdicio, mucho relleno y poca actitud o personalidad. Sólo estamos ante un paso para cubrir los charts ingleses, porque la mayoría de ese público se traga hasta el prepucio de Carlos. Y no me malinterpreten la muchachita ésta, tiene mucho folclore, mucha pasta dinámica en su rollo, pero la música está por debajo de mis expectativas. Ahora bien, otro porqué tendrá que secundarnos. No me gusta porque son canciones de radio Europea, no es nada distinto, o con una elaboración llamativa, claro tampoco es una meretriz infausta y caudalosamente millonaria que avienta repollo  como joyas.

La música es tan llana que no tiene una base de ritmos ricos en variantes, tampoco innovan sobre sus tonalidades, o por lo menos y en el caso más forzoso, no hallamos algo que nos indique naturalidad y desplazamientos lúdicos y ambientales. Claro, con las constantes escuchas se la halla algo de saborcito, pero nada de filete miñón, tampoco se me ilusione. Claro, la producción no tiene mayor relevancia, pffff ¿de que jodida era es? Por allí se escuchan una baldas que pegan para sobrellevar una tardeada de hambruna y sin nada que hacer. Los instrumentos como bien ha estipulado el pop motriz norteamericano de baja calidad no recurre a ningún labor de musicalidad, de experimentación o de agitaciones turbias o rimbombantes, tampoco me lo esperaba. Pero, aunque sea me hubiesen echado ese indie pateado y mohoso que es tan usanza de los gafapastas intelectualoides del Siglo XXl.

No hay canciones a recomendar, sólo es un álbum genérico más que no aporta ni uvas ni caracoles… ya de por sí los vidoclips están del orto, ¿qué más falta? Y por momentos, en algunas canciones se me hace que de Alemania me fui a Tokio, dicciones orientales y tesituras aburridonas, como canción de esfera discotequera en quiebra. Quizás, pero quizás, la única rolita, para contradecirme seria: “John Irving” algo deprimente, con un toque Adeleano y pastoso, mohíno y de momentos acechantemente luctuosos… así se derrumbo el muro de berlin, con esa atmósfera tan única de esa rola; la única imprescindible, lo demás, es un rollo bailón y pueblerino: Guacatela.

En fin, aquellos que disfrutan de untarse con crema de ajo, éntrenle, a los que les gusta aprovechar su tiempo oyendo la discografía de Moderato también, y a lo que les gusta la música sin importar las fronteras, zonas marginales y pandillas sucias, pues este disco no es para ustedes, mejor óiganse los resabios de alguna banda de New Wave de los 00s… yo que sé, mis pepinos mutantes de 4 colas erizadas y peliagudos alaridos de medianoche taciturna. 

Descarga para chimuelos regordetes de un ojo.






Nota: Un 4.2 bien asustadizo.




Publicado Por: Albert Spaggiari.  

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