sábado, 31 de mayo de 2014

Ulver - Bergtatt - Et Eeventyr I 5 Capitler [1995]



En ocasiones el clima, los paisajes y la historia de la nación son claras inspiraciones para el músico. Hay circunstancias de grupos que rompen el molde de su género, como también hay gato por liebre. En este caso, desde la criticada, polémica y adorada Noruega, sale un lobo a disolver el ingenio dentro de un ortodoxo tipo de estilo, en este caso el Black Metal de la segunda oleada, pero la intriga no recae en sus conceptuales liricas e ideas que estén fuera del reglamento satánico. La incógnita súper-masiva es: ¿Será tan bueno esto, como para alabarlo?... Ulver, banda que aprecia el misterio, el inconsciente y lo oculto que no deja ver la naturaleza, logra encerrar esa temática con el primer rayo oscuro: Bergtatt - Et Eeventyr I 5 Capitler, donde retratan la leyenda nórdica de una niña que se pierde en el bosque, con idioma Danés antiguo y Noruego.

En este resplandor de 1995, Garm en las Vocales, AwairikiaR en la batería, Skoll en el bajo y las guitarras comandadas por Aismal y Haavard, sería el combo completo, con los seudónimos más pendejos y con la difícil tarea de mezclar el Black con el Folk (o algo por el estilo). En resumidas palabras de antesala, diré que el álbum no es apto para los ortodoxos a muerte de la esencia del pupu, pero sí para cualquier iniciador del género. Y para no esperar el viento helado lo que tenemos son cantos gregorianos a morir, voces más limpias que un vigilante. Acústicas empapadas, colaboración en flauta y piano (no quiero mencionar nombres, sino me da jaqueca), pasajes transcurridos en atmosferas tranquilas, y un etcétera pasivo que no proporciona nada de nada…

Quisiera recordar el buen tiempo que me lleve con el disco, pero sería mentirles como Ulver me ha mentido con toda su legión de enfermizos fanáticos al proponerme Black Metal u otra rama de perejil que se deguste por su buen sabor. En los “crudos” momentos que aparece la rasgada, típica y simplona vocal blackera, es momento de dormirse plácidamente en esa turbia batería caótica y la aburridísima línea vocal de Garm que no transmite el sentimiento de pavor que tendría que sentir alguien al ver un espectro misterioso de una cueva nocturna. Los elementos guitarrescos no dicen ni pio, a excepción de reducidos y escasos tramos que sobresalen su rítmica, darle ojo a la pasable: “Capitel I: I Troldskog Faren Vild”.

El cuento de cinco partes, no me convence musicalmente, aunque trate de innovar en el limitante Black Pedorro Noruego, pero los breaks y las fusiones no conectan ninguna relación que tenga con la venta de este cuento tenebroso y mágico. Porque negar la importancia es como no fijarse en el ámbito del folklore, atmosférico, experimental y toda esa burrada que vendría con muchos grupos, ejemplo: Agalloch y sus compadres. A mediados de los 90s, Ulver el Lobo del bosque, persigue su objetivo con el Black Metal, aunque no este ligado del todo en el disco, porque escucharemos más limpieza que una catedral en domingo. Por lo tanto venderlo de esta manera me parece ridículo, aún más, cuando el progreso de la banda cae en música Ambiental y otras semillas.

El problema no es el género, el problema es lo incompatible que padece el transcurso: Black Metal monótono en porciones diminutas, Perdida de tiempo exagerada para la media hora: en el intermedio del capitulo 3, se escuchan los pasos por el bosquecillo llevándose tiempo y calidad. Pero lo peor de todo es cuando llegamos al penúltimo track con el canto gregoriano a niveles Ultras y sin la microscópica melodía que tenían antes, solo como un acompañamiento de una guitarra de medio tiro acústico recitando notas dormilonas por 4 minutones. Acepto que ni en onda Black, ni en Shoegaze o en cualquier ámbito, no conecta ninguna delicia, a excepción de pocos momentos en donde la Batería y los adornos simples manejan un rumbo entretenido.

La sorpresa fue enorme para mí, saber que muchos alucinan con canciones más o menos pasables, solo por el hecho de “cambiar” la dirección del Black Metal. Eso lo reconoce hasta el más dientón con una sola ceja: La importancia no se discute, es más, es la única razón por la cual puedo recomendar este trozo helado de mierda de alce. La atmósfera, la tranquilidad con piscas vocales, son factores distintivos rescatables. ¿Por qué? Sencillamente no puedes agitar tu cabeza al ritmo de un colibrí, es sentir lo que te transmite. De seguro, si vives en una cabaña por el bosque lo comprenderás o si solamente te recuestas y dejas prendido el saborcito, pero más de alguna cosa que dije anteriormente frustrarán el intento de conectarte con la música del Bergtatt.

Simplemente quiero pasar este mal trago y observar lo único que vale la pena en totalidad la propuesta de Ulver: Su Portada.






Nota: 5.5 más plano que una regla y no sé que hago aquí.


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


viernes, 30 de mayo de 2014

Immortal – Pure Holocaust [1993]



 
 
Nombrar a Noruega (Especialmente la cuna estreñida: Oslo) una de las naciones, que cosechó, sembró, y cultivó, el Black Metal más “puro” (Para los acérrimos) podría ser una proposición un poco altanera y acrítica; sin embargo, no normarla, sería fatal. Por ello es indispensable, para el metal noventero la existencia de tal gélida tierra escandinava, y no sólo esa tierra, sino esa paridad con la violentísima escena nórdica que iban tomadas de la mano. Nace una banda llamada Immortal, que desde la fecha natal, ya empezaría a dar aletazos arrebollados con sus primeras manifestaciones, no sería si bien hasta su Primera placa tectónica, que colmaría al metal en la representación icónica de cortedad y macabrismo más bruto. 

La banda fue influenciada por una buena camada de Death Metal de vieja escuela, sacando muchos de sus tiempos veloces, parar tratar de plasmarlos debidamente a su oscuro ambiente  y tétrico dogma rítmico. Immortal se considera una de las bandas de segunda oleada; esto podría darnos a entender que Mayhem (Deathcrush) y compañía serían esenciales en el linaje directo de la banda.  Lo que cambiaría los sauces de Immortal, sería su impronta introducción de elementos indistintos al metal (Como algunas guitarras acústicas en su primera producción) pero eso llegaría muy lejos, incluso para los de Abbath. Ellos,  de alguna manera querían sonar mucho más “puros” y la ecuación no salió por arte de magia, si no por hartas ganas de romperse el culo en los ensayos. 

Esa mejoría vendría para su Segundo Long Play de 1993, sellado con el nombrecito de “Pure Holocaust” antes que nada, con un titulo así, de antemano se nos avecina una peste de ratas muertas, y aluviones de desperdicios humanos: puro holocausto. Para este álbum los intérpretes serían solamente dos pelilargos, con saña hasta por las manos, y rabia por las muelas. Así es, solo bastaron dos escarabajos cornudos para la creación de este holocausto, ni más ni menos que “Abbath” en voces, bajo y batería; y Demonaz en Guitarra. Grimm fue uno de los miembros que se incluyó en la portada por su colaboración en algunos en vivo, previo al P.H. Y otro canijo que sale a luz, que compuso una que otra nota.

Para reafirmar, los únicos que merecen reverencias son los dos ya antes mencionados. Lo demás, ni me los muestren. Centrándonos en la época, es difícil ver alguna banda que compusiera un álbum –Que caía bajo las connotaciones de Black Metal de Cepa- del género oscuro con tanta violencia y que heredase la caracterología idónea  de los genes perfectos del “Death Metal” , el hermano mayor. Immortal se dejó de cuento, ya que su primer disco “Diabolical Fullmoon Mysticism” sigue sonando muy tópico, muy a la de Dios.

Un paso agigantado si que dio, ya que “Pure Holocaust” no sin ser el mejor disco de su carrera, sí es uno de lo más directos y mortíferos que se hayan creado bajo el nombre de esta agrupación nórdica.  Para esta entrega escuchamos un metal más obscuro, rozando el “tenebrismo” dinámico de unos Gorgoroth, pero con la aspereza vocal de unos Darkthrone; aunque, patrones muy rítmicos asintóticos, rellenos y hercúleos. Como ala vez guitarras en plan enfermizo, de volteretas a rapones de cuña gruesa. Nuestro sacro bajo, se oye a la hora que suena las campanas el domingo para la iglesia: 1 vez a la semana (Una vez en el disco, quizá) pero, no hay problema, no desmerece en lo más mínimo, porque la sección refractada del otro peldaño de instrumentos, lo compensa con tronío, pero sin elegancia. 

Las atmosferas ya no se crean en base a sección acústicas, que afloraban y mimaban mucho la producción; el black metal sin ninguna impureza, pura carroña orgánica. Lo que ahora se hace es mucho más íntegro, y esto hace que el álbum se mantenga de pie en el trayecto, proyectándonos una fiereza solo antes vista por el Death Atacante, que prorrumpía a dos por tres. Los ambientes se crean a puras guitarras, a la escuela “Darkthroniana” y los cambios de ritmos desfilan con cautela, pero una algazara constante los incita a incrementar lo elementos fortuitos y descabellados. Otra de las sensaciones clarísimas que produce su música, ese presurizado hálito de Frío que llevan en sus mazmorras. Es como si nos trajeran una porción inconcebible de hielo, el de los bloques antárticos, con algo de nieve manchada en sangre polar. 

Ese viento invernal que hasta llega a quemarnos de tanta fricción con nuestro endeble cuerpo, no acostumbrado a la hilera frenética de la “aclimatización” congelada. Y esos sentimientos son los que se encontrarán aquí: aunque no es esa soledad deprimente que nos ahoga, sino, esa incrustación pitonisa de rabia y malevolencia derretida en añoranza desesperada y rígida. En parte, con una instrumentación que conserva a bajas temperaturas, los restos fosilizados y cenestésicos, de la gema más bruta del Black Metal: Pure Holocaust. 

La producción encaja, hasta “ennevado” puede sentirse por veces. Claro, lo único adrede que puedo decir es que, este se forja como un gran disco para la banda, y se enaltece como pieza importante dentro de su género. Y no está demás decir, que su portada es constrictora y cochambrosa; más que adecuada, pero feíta. Para los fanáticos del género “endiabliado” es una obra más que indispensable en su colección, y para los polimatas de la música, es una lección de cómo se hace música salvaje y macabra en una sola gota de agua negra. 

¡Ya empezó la cacería de osos!






Nota: 8.5




Publicado Por: Albert Spaggiari.

jueves, 29 de mayo de 2014

Countess - The Gospel Of The Horned One [1993]



Creerse el Rudo por escuchar gritos afónicos y adorar el corpsepaint es de Idiotas. Decir que en el Black Metal no hay variedad es una estupidez de parvulario y por último: Negar la importancia que tuvo para el Metal, es estar cerrado en sus criterios estúpidos de simio y sus gustos de colegial. (Dedicado a Orfeo, el Feo).Y bien, lo que tenemos en los archivos de las cloacas, no sería nada más y nada menos que otro grupo jugándola a la cruda. Countess es su nombre, como no es de imaginar inspirados en la mujer que batió record en asesinatos: Elizabeth Bathory para nosotros, para otros: La Condesa Sangrienta. Y Otra inspiración extra-musical clara es el seudónimo del bajista, vocalista y literalmente único miembro que hay en la agrupación actualmente: Orlok. Ni noruego, ni Vampiro, ni conocido: El Holandés Volador que rondaría a través de la historia del Black Metal más Underground para siempre.

Formando con Vercingetorix en los Teclados Y Percusiones, junto a Zenon en la Guitarra, “El Evangelio del Cornudo” sale como debutante y propuesta del capataz Orlok y sus Secuaces a destrozar cerebros en 1993: Cuando sus influencias obvias, Burzum ladrando un año antes y Bathory consagrado como Dios, estaban representando sus naciones… ¿Que haría este extraño espécimen sacado de una tubería para su país?, Respuesta: Hacer lo mismo… Simplicidad hasta el cansancio, Producción de corral y ser Ruidosos casi sin sentido. Simples características que todo germen de esa época era, a excepción de pocos. Y es que antes de desplegar las características que distinguen al álbum, es necesario aclarar que es joyita para el buen oyente de oídos rotos y podridos, del que es amante a muerte de la flema y un ritmo largo y repetitivo.

A disfrutar con el licuado: El ingrediente de teclados es fundamental: 1 - No se pueden describir simplemente como misteriosos, ni espeluznantes, ni sombríos, porque son más que eso. 2 – Le dan un sabor diferente a las composiciones, aún sin tanta presencia. Ahí concluye un factor distinguido que sería fácil de reconocer completamente la labor de Vercingetorix cuando apalea sus tambores en dos pistas, lo demás son retoques en los platillos. Una clara imagen que estos instrumentos servirán para crear ambiente macabro y armonizar el caos, aunque no como la manera en como pensamos. Lo siguiente a ver son los torbellinos de Zenon que tratan de captar una emoción o momentos memorables cuando repite los Riffs con una intensidad e infinidad de veces que puede llegar a aburrir, la guitarra es el dominio central del disco.

El Cornudo al ver semejante pedazo de mierda, estaría contento. Orlok con su Voz ahogada, asfixiante, desesperante, perturbadora y llena de locura recita inteligiblemente el ocultismo de cada día. Bien acompañado de un bajo que se centra en detalles minúsculos junto a los mínimos cortes de ritmos que tienen las canciones. Ensamblado de Thrash Metal, el mecanismo de las estructuras es sentir la crudeza y la poca atmosfera que logra aventar hacia nosotros. Si te gustan los ritmos presionados y apretados, una voz nublada por el caos, una guitarra masiva reiterativa, un bajo sucio que apenas se oye y un aire extraño. Esto es para ti.

¿Joya? Sea o no lo sea, es un manjar que no se cocina, “The Gospel Of The Horned One” es una insignia patentada de las labores de Los Países Bajos al responder sin temor al caer al vacio quien manda en este genero, con malas lenguas diciendo que se ven de cara a cara con Quorthon. Extremadamente underground que difícilmente veremos una calidad que proporcione adecuadamente el valor del material, sin haber ido al planeta Mercurio y comprar los vinilos limitados de su momento. No obstante con el esfuerzo que puede mi cerebro, les traigo 320 kbps como arte de magia negra. Con más de una docena de cacahuates de estudios, todavía lucha Orlok en la actualidad por la supervivencia Black Metalera de su proyecto. Portada: Oscura e Incomprendida, que razona la música que hay dentro…

No se puede decir más, si no hay más…






Nota: 7.77 y no apto para Orfeo


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


Satyricon – Dark medieval Times [1993]



 
 
De noruega y el black metal se ha hablado hasta por los ramales, se ha dicho de “tuto”, y está de más añadir a la enciclopédica y trumatizante (Qué puede llegar a ser para esos pandametal´s latinos que se siente el mero macho cabrío en ceremonia) información que abunda allí afuera. Por eso, de mi parte en todo el especial no quiero verme mezclado en esa calaña (No porque no quiera, es más, me aburre a montones) muy bien. Lo que nos compete es la musical, más que nada. 

Satyricon es una de esas bandas que rodó en plenos 90´s allá por patriarcal Oslo, Noruega, y dejó un legado, considerado por muchos fans del Black  Metal, como indispensable. También decir que fue muy criticado con el lanzamiento de “Volcano” (Lo poco que oí me dejó embadurnado en el suelo) por ser su disco más peñascoso; so que la antítesis de “Volcano” fue “Nemesis Divina”. Ahora bien, ¿dónde queda nuestro “Dark Medieval Times”? muy bien, acompáñenme para revelar me parecer de tal. 

No hace falta escuchar muchísimo black metal, para darse cuenta que Satyricon es una banda ligeramente diferente a sus compatriotas del terreno gélido, si bien sus coetáneos, o como se llamó una vez: La primera ola Noruega de Black Metal: de tipos duros; fue considera esfinge protectora y reservada de los más oscuros y prolíficos deseos de muerte y venganza en los mismísimos principios del género. Esto quiere decir que esos primeros embriones, estaban descosiendo ese cumulo infeccioso, a través de “griteríos” vocales áridas y raspadas. De este entramado se pueden nombrar bandas clásicas, y de cabecilla para todo aquel iniciático, como por ejemplo: Emperor, Burzum, Darktrone y Mayhem (Los principales cabecillas del Inner Circle) otras agrupaciones por esos años se dieron en Finlandia, como: Beherit y Impaled Nazarene. 

Éstas, haciendo un metal oscuro y tétrico, visto antes solamente en los 80´s por la escena Brasileira del Thrash más sucio, por la vampiresa  en Suecia, y Bulldozer en Italia, y claro, por los mitológicos Hellhammer-Frost. Particularmente el estilo de esa primigenia fase noventera de black metal, influyó gotas demenciales a todas las segundas, terceras y novenas olas siguientes, dentro y fuera de la impávida noruega, claro está. Así que el sonido de los Satyricon, calificado por muchos por se creación en la segunda ola, es placa sucesora de lo que dejó Burzum y Darkthrone, 1 ó 2 años antes.

 No incorporo a Mayhem porque el estilo que éste realizó era muy distinto a lo que los anteriores compinches componían.  Entonces una vez dicho lo anterior, podríamos afirmar que “Satyricon” captó lo mejor de esas dos bandas ya antes citadas, y por un lado se adelantó a Emperor, en crear ambientes obscuros y aflictivos; aunque los de Ihsahn explotarían éste recurso de atmósfera opresiva y mordiente, como ellos solos. (Chequear su primera placa congelada en el blog) siguiendo en los desfiladeros, “Satyricon” se escinde de sus progenitores, para dar paso a un estilo, desde muy temprano es de ver, propio; y bueno, acuérdense que la sobre-saturación de éste género lo llevó a la perdición en tan poco tiempo (91-94, sí, 3 putos años) por ello es difícil ser distinto con tan limitado yermo. 
 
“Dark Medieval Times” ¡es rico en una cosa! –y eso ni con el peso de los yunques se deja falsear tan pronto- como su nombre lo indica, (Aunque esto me parece ridículo en demasía) es un pequeño paso para la creación del “Medieval Black Metal” aunque alejándonos de esta pueril definición, el disco cumple con protagonismo inherente. Uno de sus factores claves para tratar de entenderlo, es la incorporación de elementos acústicos (Flautas y guitarras españolas) en los pasajes desoladores y desesperanzados del Cd. 

En estructura, cuenta con una variaciones incontestables, por el hecho de cortes paulatinos (Por cierto, muy deleitables y sobrosones) en sus tramos ligeros-pesados-ambientales.  Por una parte esto da estimulo al oyente joven o aprendiz, de tener en claro que el género más ríspido y bruto (Con cariño, claro, mis marmotas) puede, en lo más mínimo (¡!) cambiar su vista y dirección, y expansionarse como quiera. En parte (Y hoy si quiero meterme con esa manera tan absurda de pensar) ese radicalismo ideológico, estropea la muisca, ya que la limita como tal; Trabajos que se concentren en la repetición de acordes muy básicos y exasperantes, a veces demuestran la poco creatividad y propuesta que éstos representan (En este caso me mantendré callado y no diré nombre)

Siguiendo con “Satyricon”, sus riffs están centrados en bases agiles y reflejas con la ambientación, un caso idóneo sería la canción “Walk The Path Of Sorrow) donde la comparación con Emperor es innegable. Pero éste (Satyr y su glaucoma amigo) están por debajo, por la sencilla razón que su esmero se enfoca en la resonancia y no en la teatralidad –Y el mismo acto escénico en la música crea mucha epicidad, aunque no es un recurso de cualquiera para dominar- continuando con la misma canción, daríamos cabida, a esas litigiosas y mareantes esculturas ominosas, que nos atañen  por su informalidad: Aullidos psicofónicos y fantasmagóricos. Tal como su Canción homónima, (Segundo Track) con esa acepción severa de guitarras y parajes meramente liricos.

Y las facetas vocales; esos rugidos ahogados están riquísimos, con un timbre  afónico y nada tonal. A la vez, el bajo sentencioso: descollante y aural (En sentido figurado) que rompe espacios para ser aclamados, como en pequeñas intercesiones instrumentales; las guitarras por su parte crean solos, poco o nada memorables, pero demoledores y asfixiantes, y hasta agotadores (No tan cíclicos como Nocturno Oculto y los suyos) una cosa está bien dicha, y es que estos muchachines, a pesar de ser bulla escabrosa, tenían una idea clara de lo que querían aportar, y eso era: Música Oscura, y talentosa. Añadir que bien trabajada está.
La producción tampoco, como su portada, merecen queja alguna, están más que encajadas al performance que vienen trabajando. Lo demás es música revitalizante, sin muchas canciones que podría destacar, me quedo con la mayor parte del empapelado,  porque disfrutable si que está. Bueno, mis camarones, arriésguense (para lo que no la conocen… aunque lo dudo, en serio) y bájense esa prueba de buen Black Metal de Antaño.
 





 Nota: 8.3 



Publicado Por: Albert Spaggiari.

lunes, 26 de mayo de 2014

Taake – Nattestid Ser Porten Vid [1999]




 El ambiente dónde nos formamos tiene secuelas en nuestro inconsciente. Una vez Freud los describió como una “remoción” o un estado recesivo que permanece dentro de cada individuo, y tal estado yace petrificado por dos polos, uno activo (Qué sería el caso de una manifestación temporal) y otro pasivo (Al contrario que el Activo, éste tendría la cualidad efectiva de dicha “remoción”, aunque la garantía de tal es manifestarse a como dé lugar sin importar el tiempo) esto quiere decir, que obligatoriamente los segmentos que adquirimos cuando crecemos, o evidenciamos en el transcurso de los años, serán decisivos y casi pertinaces, para la expelida de “ideas” y “pensamientos”. Sin embargo, muchas de estas vivencias pueden ser fatales para el ser, a su vez otras pueden ser esenciales para la expresión, en este caso artística-mundana. Y Erigir esos sentimientos, en una manera fructífera con el ideal personal, es una proeza. 

Taake, conformado por Hoest, un músico noruego, adepto a la ola black metal noruega, se esforzó por realizar una banda cuando apenas era un muchachín de 12 añeles. La banda sería prácticamente de él, ya que muchos de los músicos que le acompañarían, serían puros renglones en la epístola que Hoest compondría. La historia de éste acérrimo edecán de las orladas mareas “Darkthronianas” vería la luz de su primer esbozo en el año 1995 (año ya avanzado para las entregas de la primera ola noruega) un demo nada más. Un año después uno que otro Ep, pero subsecuentemente, 1 año más tarde, la banda o el mismo Hoest firmarían con tinta manivela de cañón, su primera producción; la que hoy atañe reseñar. 

Con el primer párrafo, preliminar al comportamiento innato del hombre, quedó entredicho que el ambiente es valorativo y circunstancial en el desarrollo mnémico y emocional de cualquier ser consciente. ¿Por qué se dice esto? Pues, sencillamente para entender más de cerca el emprendimiento, y la razón de ser de los álbumes. Sí, en este caso el primer Full-Length de Taake. Como su nombre lo indica, traducido al español como “Niebla” ya que donde vivía nuestro protagonista, la neblina circunvalaría las esquinas de las montañas de Bergen (Segunda ciudad más grande de Noruega) y quiérase o no, por una parte, ese hostil sentimiento de bruma, impulsó a nuestro guerrero jónico, con una idea depresiva y maligna que lo llevaría a explosión psíquica de la que hace un momento hablamos. 

De alguna manera esa aspereza que se respira en los 7 capítulos, nos muestra un calco de la anterior idea que hemos formulado. Normal sería expresar nuestros traumas en el arte. En fin, pasemos a lo que nos compete. Taake es una banda que se ha respetado en el nuevo milenio, y claro, tiene su buen manojo de fans que le huelen las nalguitas, o cada pedo en concierto. Pero, hablar de esta agrupación (Para darle méritos a los paseantes de puestos) es como ir al mismo sastre: tal vez al principio no conocerás su trabajo, después de unas visitas sabrás que trabaja bien, aunque con el pasar del tiempo te darás cuenta de los limitantes de éste autor renombrado del hilo y la aguja. ¡Salten chinches! Las tostadas ya casi están preparadas.

Nivel de composición heredado de los mentado Darkthrone: simplicidad, dirección ejecutante en velocímetros, cambios con la pretensión de epicidad, y fueros estrechos en sus gritadas vocales ríspidas. Esa sería la definición peyorativa, o más bien, con la visión más oscura de la obra. Toquemos los puntos poco a poco. ¿Por qué simplicidad? Más de la que ya tiene el black metal, el disco es muy simple; aunque no le quito el grado rodante de expresividad;  pero, su monta es sencilla, y de vez en cuando melódica femenil (un contraste que simplemente no encuadra… para mí, ¡clarines!) Las guitarras crean ese torbellino de revuelos que se colman de repeticiones y rijosidades; están encima de las ubres tocando dos que tres acordes, y trasteando el muñeco del mástil. 

Dirección y rapidez: son veloces, en cuanto se ponen los blast a punta de ballesta, empieza el ciclo pestífero, posteriormente llega el saneamiento naturalista. Del panda más bravo al cachorro indefenso y quietico.  Cambios: no muy espectaculares, más bien muy desalentadores, porque esas melodías hiper-rimbombantes llegan a aburrir a sobremanera; no difiero de su estipendio y esmero por plasmar buenos decibelios de nudosas vistas palaciegas. He de agregar que la secuencia de capítulos, alejándose de los nombres en sus canciones, en llamativa; dícese que es la primera obra de su trilogía. 

Las vocales están sobrepuestas sin mucha variación y cambio, pero dentro del prototipo son aceptables y digeribles, no era de esperarse un registro timbrado y cristalino; no estamos para esas. Art regularón, aunque para portadas blackmetalera me quedo con las de Burzum y los ingentes de Bathory. Pero, esa hierba es de otro pastizal.  PD: la producción raramente no suena tan sucia. 
 Potable y quizás muy interesante para los admiradores del género.

¡De regreso en el block 14!


 



Nota: un 6.7 con ganas de tomar leche alpina. 



Publicado Por: Albert Spaggiari.