¿Led Zeppelin o Black Sabbath? Jajajajaja..!!
Tu madre, pedazo de mierda, véase: Blue Cheer, para entender… Heavy Metal, Doom
Metal, Rock Psicodélico y si queda más etiquetas: Stoner Rock. Pero no
encerrare al trío en todas esas pendejadas, por lo tanto lo meto en el saco del
Hard Rock, guste a quien le guste. Desde las tierras británicas el mundo veía
el portal al nuevo mundo, pero antes de todas esas mamadas alabadas, quiero
presentar a Dickie Peterson en la voz y Bajo, Leigh Stephens en la Guitarra y
Paul Whaley en la Batería…Para muchos solo nombres de vagabundos, para otros la
representación del inicio de una nueva era, y los que en verdad pusieron el
sonido, para que todos esos europeos se abrieran paso con más fortuna que sus influyentes.
Después de presenciar
en el Monterey Pop Festival, al power trío de la Hendrix Experience, a Peterson
le resultó una gran forma de combinar la música que tenía en mente…Así, nos
abrimos paso a un diamante oculto que encadena la importancia histórica de la
música: “Vincebus Eruptum”, sacado del horno en 1968. Apareciendo como la banda
más ruidosa del planeta, como un grupo fácil de odiar, de parte de la critica
de aquellos años y que solo recordamos como chimpancés sin dientes, el cover de
Eddie Cochran “Summertime Blues”, y eso si tenemos suerte de indagar como
orejones de pie a cabeza.
Quiero aclarar que la
situación en que me ubico, no es para hacerle justicia a este monumento. No
obstante, trataré de desplegar algunos puntos y hacer reconocimiento y una que
otra migaja que aporte a este semental álbum, para este puerco sitio. Empecemos
desde el volumen y la distorsión que se ocupa con el estéreo apestoso que son
las bases para las canciones. Lo cual queda magnifico en el año que es y el
tipo de música que es. No podemos quejarnos, sobretodo con la electrificación de
la guitarra, que le da un sabor Stoner Y Acido, recordándonos al propio Hendrix
o los posteriores Sir Lord Baltimore, del cual se desprenden las notas con más
intensidad, agregándole este “ruidillo” o afinación en la guitarra. En donde
Leigh ocupa con un sinfín de ritmos que serían vistos por Black Sabbath, aún
sin estar formados los de Iommi y los suyos.
Y es que, destacar la
guitarra es fácil, pero como hacerlo es lo difícil. Eso, lo aprendí escuchando
toda esa densidad y los amplificadores rompiéndome el escroto con una guitarra
que gana cierto protagonismo, pero que es infinitamente mejor, acompañada de la
sección rítmica. Y como anécdota quiero aclarar, que el guitarrista Stephens se
retiro luego de componer 2 material con Blue Cheer, ya que no soportaba el
ruido detestable que reproducía su amplificador para tocar. Se preguntarán:
¿Entonces porque no cambiaba de estilo?, Entonces, me surge una respuesta
sencilla: El estilo del disco o del grupo, cambiaría. Y exactamente eso paso
cuando Leigh salió. El rumbo se dirigía a toda esa mamada psicodélica al estilo
Jefferson Airplane o Grateful Dead. Pero el comienzo de esta agrupación, es
otro asunto.
Exceptuando las
maniobras elásticas e inventivas que tiene su guitarrista, sin robarse el show.
También se puede apreciar la gama Blusera que obtiene con gran fuerza en sus
tempos y el bajo audible de acompañamiento con un grosor de vital importancia.
Como también la batería que golpea muy bien los platillos y la destreza que
mantiene Whaley en todo el camino. Otro punto que cuadra es la manera de cantar
de Dickie, con un rango único e indispensable para el ambiente, pero que
salpica su influencia de Blues, cuando oímos: “Rock Me Baby”. Clarísimo si nos
fijamos que casi la mitad del álbum son covers de gentilla como esa. Y en la
manera tan desenfrenada que adquiere el rubio.
Peterson es Rock en
vida y muerte, el alma del equipo, el líder y sinónimo de Blue Cheer, que ahora
nos deja el recuerdo aún sin estar en este mundo de mierda, de injusticias y de
esclavitud. Nos ha mostrado un tono de recuerdo, una voz que penetra por su
sentimiento pesado, de crear y hacer lo mejor de sí, sin tener una gran
habilidad vocal. De lo mejor del álbum, pero ningún aporte se defiende solo,
todos contribuyen ya sea de una u otra forma. Los momentos más apreciados y elevados
del tracklist, son todos. Pero no ver la crudeza distintiva del sujeto, es una
perdida de atención.
Prosiguiendo por el
camino a la visualización imposible de “Vincebus Eruptum”, nos encontramos con
improvisaciones extensas en medio de las canciones prolongando el círculo con
tan solo 6 temas. 6 temas que me recuerdan lo mejor del Doom primitivo como esos
15 segundos de “Doctor Please” (que por cierto, Dick aquí, hace una de los
mejores fraseos)y esas minúsculas densidades que se escurren en segundos por
todo el álbum. Seguro Pentagram y Bedemon, mamaron fuertemente de esta venosa línea
rítmica. Coo también me recuerda lo más duro que puede invocar un ser humano,
teniendo en mente el Rock… Y algo que todavía me sorprende más, es que las
bandas más pesadas y densas nacieron del Blues: Black Sabbath y este Trino de
finales de los 60s, son prueba viviente de lo que afirmo.
¿Blues Rock cabrón? Seguro,
pero ellos no contienen una solida manera de ejecutar esa influencia, por lo
tanto no es lo mismo Cream, que huele a Jazz y Blues por montones, que unos
extraños que solo conocen el LSD y el Ruido, por así decirlo. Así que no
confundir esa influencia, como un protagonismo que se utilizaría en muchas
otras. Blue Cheer, es una banda que solo podemos describir sin temor como:
HEAVY y con mayúsculas pedazo de escoria. “Summertime Blues”, es el tema
directo, del cual muchos dirían que es la primera canción de Heavy Metal en la
historia, pero lo demás queda mejor…
En el Lado B con “Out Of Focus”, “Parchment
Farm” y “Second Time Around”. Completa y se eleva la calidad que
exponían antes. Esto es un tirón de nervios, Out Of Focus, que arranca con una
pandereta y una guitarra expulsando un Riff melodioso, marcando un camino con
la Batería y el fraseo pegadizo que seguirían con una coherencia para aclamar
el titulo como excelente tema.
Luego esa “Parchment
Farm”…Ufff... Que dolor, en que lío me metí. Mi canción favorita, sobretodo por
su inicio veloz y furtivo que sigue y sigue hasta que llega el silencio del minuto
2:00, hasta oír la batería anunciando la melodía del bajo, que es MAJESTUOSA..Y
cuando ya creemos que eso es todo, sale de la nada uno de los mejores Riffs con
la guitarra en toda la historia en el minuto 2:34. Ya con esto, me deja el
orgasmo más placentero que hubiera sentido.
Por ultimo con “Second
Time Around” no tienen complicaciones con la dinámica guitarresca, Leigh le
deja un poco más de camino en las improvisaciones a Whaley con un solo de
Batería excelso que luego el Bajo patrocinaría el suyo con más elegancia.
Aunque ya la carretera de la pista sea gloriosa para finalizar la obra maestra
dorada de la música en general.
Un punto afuera y no recalcado,
es que las canciones rondan con melodías y auténticos Riffs de guitarras de un
extraterrestre que diferencia una de otra, apartando el gran cañón masivo que
son los ritmos “secundarios” que emplea el bajo y la batería. La guitarra es
más que espectacular…Y los extensos territorios de una sesión de instrumentos
se ven por doquier en el transcurso del panorama. Todo ordenado en un poderoso
muro de sonido que destruye a cualquier pendejo.
Aquí acaba otro
intento fallido de expresar con líneas de limitado lenguaje y ayuda de autocorrección
para descifrar otra de tantas OBRAS MAGNAS de la música. Sin embargo, maltratada
por imbéciles que no exploran más allá que Mago de Oz o AC/DC. ¿La portada?
Psicodelia pura en estado putrefacto, debido a su sonido…La Maravilla subterránea
acaba nuevamente con la caquita de marea.
Nota: 11
Publicado Por: Zdzislaw Beksinski
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