miércoles, 23 de abril de 2014

Blue Cheer - Vincebus Eruptum [1968]



¿Led Zeppelin o Black Sabbath? Jajajajaja..!! Tu madre, pedazo de mierda, véase: Blue Cheer, para entender… Heavy Metal, Doom Metal, Rock Psicodélico y si queda más etiquetas: Stoner Rock. Pero no encerrare al trío en todas esas pendejadas, por lo tanto lo meto en el saco del Hard Rock, guste a quien le guste. Desde las tierras británicas el mundo veía el portal al nuevo mundo, pero antes de todas esas mamadas alabadas, quiero presentar a Dickie Peterson en la voz y Bajo, Leigh Stephens en la Guitarra y Paul Whaley en la Batería…Para muchos solo nombres de vagabundos, para otros la representación del inicio de una nueva era, y los que en verdad pusieron el sonido, para que todos esos europeos se abrieran paso con más fortuna que sus influyentes.

Después de presenciar en el Monterey Pop Festival, al power trío de la Hendrix Experience, a Peterson le resultó una gran forma de combinar la música que tenía en mente…Así, nos abrimos paso a un diamante oculto que encadena la importancia histórica de la música: “Vincebus Eruptum”, sacado del horno en 1968. Apareciendo como la banda más ruidosa del planeta, como un grupo fácil de odiar, de parte de la critica de aquellos años y que solo recordamos como chimpancés sin dientes, el cover de Eddie Cochran “Summertime Blues”, y eso si tenemos suerte de indagar como orejones de pie a cabeza.

Quiero aclarar que la situación en que me ubico, no es para hacerle justicia a este monumento. No obstante, trataré de desplegar algunos puntos y hacer reconocimiento y una que otra migaja que aporte a este semental álbum, para este puerco sitio. Empecemos desde el volumen y la distorsión que se ocupa con el estéreo apestoso que son las bases para las canciones. Lo cual queda magnifico en el año que es y el tipo de música que es. No podemos quejarnos, sobretodo con la electrificación de la guitarra, que le da un sabor Stoner Y Acido, recordándonos al propio Hendrix o los posteriores Sir Lord Baltimore, del cual se desprenden las notas con más intensidad, agregándole este “ruidillo” o afinación en la guitarra. En donde Leigh ocupa con un sinfín de ritmos que serían vistos por Black Sabbath, aún sin estar formados los de Iommi y los suyos.

Y es que, destacar la guitarra es fácil, pero como hacerlo es lo difícil. Eso, lo aprendí escuchando toda esa densidad y los amplificadores rompiéndome el escroto con una guitarra que gana cierto protagonismo, pero que es infinitamente mejor, acompañada de la sección rítmica. Y como anécdota quiero aclarar, que el guitarrista Stephens se retiro luego de componer 2 material con Blue Cheer, ya que no soportaba el ruido detestable que reproducía su amplificador para tocar. Se preguntarán: ¿Entonces porque no cambiaba de estilo?, Entonces, me surge una respuesta sencilla: El estilo del disco o del grupo, cambiaría. Y exactamente eso paso cuando Leigh salió. El rumbo se dirigía a toda esa mamada psicodélica al estilo Jefferson Airplane o Grateful Dead. Pero el comienzo de esta agrupación, es otro asunto.

Exceptuando las maniobras elásticas e inventivas que tiene su guitarrista, sin robarse el show. También se puede apreciar la gama Blusera que obtiene con gran fuerza en sus tempos y el bajo audible de acompañamiento con un grosor de vital importancia. Como también la batería que golpea muy bien los platillos y la destreza que mantiene Whaley en todo el camino. Otro punto que cuadra es la manera de cantar de Dickie, con un rango único e indispensable para el ambiente, pero que salpica su influencia de Blues, cuando oímos: “Rock Me Baby”. Clarísimo si nos fijamos que casi la mitad del álbum son covers de gentilla como esa. Y en la manera tan desenfrenada que adquiere el rubio.

Peterson es Rock en vida y muerte, el alma del equipo, el líder y sinónimo de Blue Cheer, que ahora nos deja el recuerdo aún sin estar en este mundo de mierda, de injusticias y de esclavitud. Nos ha mostrado un tono de recuerdo, una voz que penetra por su sentimiento pesado, de crear y hacer lo mejor de sí, sin tener una gran habilidad vocal. De lo mejor del álbum, pero ningún aporte se defiende solo, todos contribuyen ya sea de una u otra forma. Los momentos más apreciados y elevados del tracklist, son todos. Pero no ver la crudeza distintiva del sujeto, es una perdida de atención.

Prosiguiendo por el camino a la visualización imposible de “Vincebus Eruptum”, nos encontramos con improvisaciones extensas en medio de las canciones prolongando el círculo con tan solo 6 temas. 6 temas que me recuerdan lo mejor del Doom primitivo como esos 15 segundos de “Doctor Please” (que por cierto, Dick aquí, hace una de los mejores fraseos)y esas minúsculas densidades que se escurren en segundos por todo el álbum. Seguro Pentagram y Bedemon, mamaron fuertemente de esta venosa línea rítmica. Coo también me recuerda lo más duro que puede invocar un ser humano, teniendo en mente el Rock… Y algo que todavía me sorprende más, es que las bandas más pesadas y densas nacieron del Blues: Black Sabbath y este Trino de finales de los 60s, son prueba viviente de lo que afirmo.

¿Blues Rock cabrón? Seguro, pero ellos no contienen una solida manera de ejecutar esa influencia, por lo tanto no es lo mismo Cream, que huele a Jazz y Blues por montones, que unos extraños que solo conocen el LSD y el Ruido, por así decirlo. Así que no confundir esa influencia, como un protagonismo que se utilizaría en muchas otras. Blue Cheer, es una banda que solo podemos describir sin temor como: HEAVY y con mayúsculas pedazo de escoria. “Summertime Blues”, es el tema directo, del cual muchos dirían que es la primera canción de Heavy Metal en la historia, pero lo demás queda mejor…

En el Lado B con “Out Of Focus”, “Parchment Farm” y “Second Time Around”. Completa y se eleva la calidad que exponían antes. Esto es un tirón de nervios, Out Of Focus, que arranca con una pandereta y una guitarra expulsando un Riff melodioso, marcando un camino con la Batería y el fraseo pegadizo que seguirían con una coherencia para aclamar el titulo como excelente tema.

Luego esa “Parchment Farm”…Ufff... Que dolor, en que lío me metí. Mi canción favorita, sobretodo por su inicio veloz y furtivo que sigue y sigue hasta que llega el silencio del minuto 2:00, hasta oír la batería anunciando la melodía del bajo, que es MAJESTUOSA..Y cuando ya creemos que eso es todo, sale de la nada uno de los mejores Riffs con la guitarra en toda la historia en el minuto 2:34. Ya con esto, me deja el orgasmo más placentero que hubiera sentido.

Por ultimo con “Second Time Around” no tienen complicaciones con la dinámica guitarresca, Leigh le deja un poco más de camino en las improvisaciones a Whaley con un solo de Batería excelso que luego el Bajo patrocinaría el suyo con más elegancia. Aunque ya la carretera de la pista sea gloriosa para finalizar la obra maestra dorada de la música en general.

Un punto afuera y no recalcado, es que las canciones rondan con melodías y auténticos Riffs de guitarras de un extraterrestre que diferencia una de otra, apartando el gran cañón masivo que son los ritmos “secundarios” que emplea el bajo y la batería. La guitarra es más que espectacular…Y los extensos territorios de una sesión de instrumentos se ven por doquier en el transcurso del panorama. Todo ordenado en un poderoso muro de sonido que destruye a cualquier pendejo.

Aquí acaba otro intento fallido de expresar con líneas de limitado lenguaje y ayuda de autocorrección para descifrar otra de tantas OBRAS MAGNAS de la música. Sin embargo, maltratada por imbéciles que no exploran más allá que Mago de Oz o AC/DC. ¿La portada? Psicodelia pura en estado putrefacto, debido a su sonido…La Maravilla subterránea acaba nuevamente con la caquita de marea.






Nota: 11


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


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