martes, 15 de julio de 2014

Ñu - Cuentos de Ayer y de Hoy [1978]



La música no solo es entretenimiento, es una herramienta para dar un ejemplo y mucho más… No diré la cantidad de cosas que experimentemos con el arte sonoro, porque averiguarlo por su propia cuenta será más satisfactorio a que se lo diga un tipo que ni le ven el rostro. Esta vez, la escena española del ayer será convocada con gran placer por el padre de la evolución de su tierra y de otros aromas. De la era de escasos revolucionarios que probaron suerte con el Heavy Metal, la banda del capitán José Carlos Molina: Ñu, es de las más sorprendentes que me he encontrado. 1. Por lo influyente que sería posteriormente, 2. En 1978 España veía a una de las primeras bandas de Metal y 3. Por su inmensa calidad musical.

Pasando por muchos baches en el camino, Ñu derramaría un clásico que casi hoy nadie aprecia, que su partida de nacimiento dificultaría llegar a las masas, que sería incomprendido en su momento y menospreciado por otros grandes. Difícilmente sé con exactitud quien es el padre indiscutible del Rock/Heavy de España, nombres como Rosendo y otras personalidades mantienen ese puesto, pero nunca jamás olvidemos este titulo: “Cuentos de Ayer y de Hoy” sacado del horno de Chapa Records en pleno 1978, y por favor, inexorablemente el genio de Molina contribuiría a la construcción del Metal, aunque lo niegue el más máster de la materia, sabrán que es verdad lo que afirmo cuando escuchen el álbum.

José es un tipo que debemos de conocer por obligación, no solo por tocar la concertina, la harmónica, la flauta, las percusiones, los teclados, si no por su increíble dramatización y carácter que produce con su voz. Su importancia es dominante, su teatral estilo, su desgarrador lado, las cálidas historias que transmite con tal poesía y emoción. Como buen hijo del vecino, se debe forjar sus influencias: Jethro Tull máximo exponente, pero ¿acaso el alumno supera al maestro?, Si esperamos una dosis más Pesada, si. José García en las guitarras y mellotrón, Jorge Calvo en el Bajo, Enrique Ballesteros en la batería y el violinista Jean Francois André, son los representantes de este clásico olvidado.

No hace falta decir que Mago de Oz chupó de aquí y de allá. Es una tarea difícil recolectar los momentos inspirados y sobresalientes del patrón Molina y los suyos, porque absolutamente toda la instrumentación enfoca una temática que lidera el Frontman. Las letras son una carga de emotividad que da con el acto que proclama: el tiempo pasado, la libertad y muchas otras liricas que se desglosarán cuando pinchemos las melodías y veamos como el Power bajero que hoy conocemos tomo nota de pie a cabeza de esta obra. Sección rítmica solida: un bajo escribiendo su influencia Jazzera con una batería impecable, el virtuosismo dejémoslo a un lado. La guitarra aparentando sencillez, cuando en verdad atruena con Riffs maquiavélicos.

La producción no es la mejor, pero cabe destacar el subidón en el Bajo y las raíces de música clásica y celta con un violín muy rítmico, sobrio y abundante con una flauta imponente y medieval. ¿Acaso estamos ante una odisea del ayer? Comparaciones e historial entre “Beethoven fue un poeta musical, Juliany un flautista medieval, Mozart, un idiota sin igual, Bach creo que fue un sacristán” –Algunos músicos fueron nosotros. De este trazo se transportaría a la actualidad sucesivamente hasta referirse como un músico actual. Y si eso no hace falta, la atmósfera transpira desde danza, oscuridad, rock pesado y folklore nacional.

Los interludios, los solos, los cambios de ritmos, los apabullantes momentos memorables, los estribillos, el ambiente juglar. Fácilmente ocuparía la etiqueta de Hard Rock Progresivo, pero las limitantes no existen en este disco, podemos hallar desde lo más viejo y aturrado de la música hasta lo más novedoso de nuestros tiempos. Y parlotear tema por tema, me parece fastidioso, extenso e inservible. Imaginar todas las melodías y construcciones fabulosas que se están perdiendo, me hace creer que Ñu merece su espacio por aquí. La multitud de instrumentos trabajando como engranajes, la lirica para subrayar, el poderío y la fuerza que no baja. En fin, imposible e inclasificable, quiero ahorrarme las molestias y dejarles lo mejor a ustedes: La Escuchada. Dejo sin vibraciones mis tímpanos, dejo de irritar mis ojos, dejo en paz este sitio dejando un diamante subterráneo de la música, que bien vale la pena cerrar el ciclo.

“Resulta concebible pensar en la supervivencia de tales poderes y criaturas, una supervivencia de una época inmensamente remota en que la consciencia estaba manifestada. Quizá, en formas y figuras que desaparecieron hace mucho ante el avance de la humanidad. Formas de las que sólo la poesía y la leyenda captaron un fugaz recuerdo llamándolas dioses, monstruos, y criaturas míticas de todo tipo y especie…”
-Algernon Blackwood






Nota: 10


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


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