domingo, 8 de junio de 2014

Virgin Prunes - ...If I Die, I Die [1982]



Irlandeses, cheros de U2 y de paso en el ojo del huracán de muchos estilos musicales, demasiados diría chepito… Las pasas vírgenes eran una formación que pretendía ser del oleaje Gótico, pero mil y un cosas sucedieron en el transcurso: “…If I Die, I Die” sale de oscuras en el 82´, con mucho chicle que masticar con ese nombre tan tentador. Nuestras mentes en blanco no recordarán los nombres de los dos vocalistas al frente. Pero una cosa declaro desde este instante: No es nada de otro mundo tener 6 o 50 sujetos cantando para ti, si no hay nada a cambio. En otro rincón los nombres de Dik Evans en la guitarra, Strongman en el bajo y Mary D'Nellon en la batería son los encontrados, las maquinarias de ambiente u otro cloro a la piscina no incluye en los seudónimos o nombres que circulen por la web, solamente los encargados de la ingeniería y producción del estudio.

Este debut no es ni en lo más mínimo la evolución de algo y mucho menos si no hay intención de meter mano a la construcción Gótica, Post-Punk, DarkWave, NewWave u otra inspiración lejana que salga, no habrá que sorprendernos tanto. Todavía no prendamos la mecha del cañón, porque el detalle más importante es que la artillería no es la adecuada, teniendo menos de un 15% de Rock Gótico, ¿Cuál es el causante? El Glam? No, el Pop. Si a usted amigo cuerpo espín rojizo le gusta los muros de sonido encima con coros más que suficientes para irritarse o quedarse con la melodía por jornadas, está es la opción lujosa que tiene: “…If I Die, I Die”. No culpo el Pop, culpo al que lo maneja, por cómo lo maneje.

No arranquemos pelos del culo, que es doloroso y penoso quitarlos sin ninguna necesidad. Virgin Prunes sale con una propuesta inclasificablemente mala: Punk a rayar en dúo como idiotas repitiendo a morir, Oscurito por residuos, ¿ Rock? No lo sé. No se que tenían en mente la banda a meter dos tipos que servirían en ámbitos completamente Pop o Punk. 1. Póngale sintetizadores al mono de coleta o al otro y te cuadras en un grupo más o menos decente que incursione en las batallas actuales del Pop Mierdoso. 2. Los agudos o desgarramientos vocales son muy útiles para reventarte la madre con un generador de energía y ser la decima quinta parte de lo que fue Sex Pistols en sus peores momentos.

No quiero coser mal el arroz, pero el disgusto fue enorme cuando los calzones resultan ser bóxers abultados. Que decepción de rienda, teniendo un baterista en seco, una bajista que hace honor a su estúpido seudónimo y un guitarrista que eclipsa los armonizadores eléctricos del estudio, se puede sacar más jugo de lo que parece. A medida que la influencia ABBA y la capa sónica infecta el tímpano, a la larga padezco de aburrimiento excesivo y si no trato a tiempo el problema, me da derrame cerebral y amanezco transformado en dromedario bisexual albino. No saquemos la lupa en circunstancias tan pobres como algunos rescatados elementos que no se ahogaron en el mastodóntico vomito de Osama Bin-Laden: Los efectos sonoros pellizcando, el Strongman salvando el día, algunos fraseos y moléculas de estribillos.

¿En que lío de Domingo me metí? Calor, Rambo II y III, Fractura Vertebral, Virgin Prunes…No sé si la lista sigue, solamente sé que esto es para el ámbito nocturno pasado de copas, violado, secuestrado y muerto. Decayendo cada vez más cuando escucho este abominable ser que se hace llamar Post-Punk y que suena a New Wave de Belice. Tal vez las 7845 estupideces que diga en este texto digital me recuerden el lado feo de la caratula fea, pero no hay lado bueno. O al menos para lo que represente en su totalidad el paquete, ya que ingerir adecuadamente el producto no hay daños estomacales, ni cerebrales.

El rancio sabor gustoso lo hallaremos casi en todo el esplendor de la vela, pero sus mantequillosos coros y estribillos no captan del todo el progreso de los detalles que se incursionan a lo largo de cada tema, siendo probablemente un muro el que aplaste la calidad, así con escasos tracks que presentar que sean favorables a mi criterio sería el comienzo de la intro y esa “Decline And Fall” que entorna un viento gótico, con la letra exacta y la voz precisa a su ambiente jugando su doble rostro: Gruesa y Chillona. De este modo mis expectativas se entusiasman, se elevan. Cae “Sweethome Under White Clouds” y el giro cae reposado con el estallo de ambos vocalistas, procesando la diversidad es aceptable.

Luego, ¿en que nos vemos? En la calca figura de su tercera pista. Y el exceso abrumador de incorporaciones vocales, obteniendo peor fatídico tiempo con los ritmos fijos sin pisar más a fondo o picar de otro cultivo. Base rítmica asolapada, llena de simplicidad que malhumora el ambiente con sus cooperaciones entre miembros repitiendo las secuencias por un lapso innecesario. Y como dije anteriormente: Detalles profundos y misteriosos salvan el día. Pero atrocidades como “Caucasian Walk” (lo peor de lo peor) te borran el satisfactorio enjuague de “Baby Turns Blue” y su suave entrada vocal. Diversidad debajo de las piedras, ocultas en espantosos tramos largos. Post-Punk será en esta entrega, pero no seamos malpensados.









Nota: Un Sorprendente 5.0 y ya no pierdo mi tiempo


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


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