miércoles, 11 de junio de 2014

Depeche Mode - Speak & Spell [1981]



De las entrañas de la música Disco, Electrónica y Pop, emerge el otro diluyente que se precie de ser original, sea o no vendido de tal etiqueta que funcione su uso. Siempre y cuando su propuesta sea distinta. La New-Wave de los Poperines, no es más que una licuadora en base a frutos como los antes mencionados, pero no por ello tengamos que ver de menos. Su importancia, calidad e innovación consta de sus construcciones armónicas con instrumentos de alto nivel melódico. El nombre de Depeche Mode se le hará conocido a más de alguno, su estancia en la cuadrilla inglesa de los años 80s no fue otra cosa que la construcción de la escena Popera y que mayor reconocimiento tuvo a lo largo de su discografía, por su inmensa demostración de rendir hasta en la actualidad con un estilo propio.

Sin embargo, no tendremos la flecha sobre la definición de su carrera con un trabajo que redondee la labor de los músicos, pero tengan por seguro que a continuación lo que fue el inicio de esta sobrevalorada y a la vez infravalorada banda, es el arranque imaginativo y productivo que presentaba en sus años de colegiales: “Speak And Spell”. En el año 1981 la formación estaba a cargo del cuarteto de Vince Clarke, Martin Gore, Andrew Fletcher en los sintetizadores y David Gahan en la voz. El ingenio compositivo estaba en Clarke como figura central en la electrónica base que se utilizaría en este disco, no obstante la sorpresa fue tan grande que muchos aseguran ser producto del mismo tipo que del juvenil grupo.

¿A que se debe esto? Trallazos electrónicos, pegajosos, detallistas, virtuosismo en su área, creativo, el tipo tenía de todo. Cuando salió del barco, la quebradiza maquinaria de los Mode trataba de buscar su huerto. He ahí porque este debutante producto no tiene asimilado la dinámica que tuvo en su popularización o definido el estilo de años posteriores. Eso sí, el rumbo en cuarteto trajo algo que es totalmente obvio y claro: Tutti-Frutti, Ideas Lúdicas, Relaciones Joviales en funcionamiento…Solo faltaba Jehová y victoria. ¿De que demonios hablo? Tres sintetizadores arreglándoselas para la rítmica-laberíntica y simplona bajo un gran fondo de melodías infantiles, el causante era el propósito precoz e imaginativo que tenía en los dominios Clarke Kent como pieza fundamental en los teclados.

Toda la elaboración de línea central y captable, se la debemos al sujeto antes mencionado. Añadiéndole algo que tal vez sea un contra en el cacahuate: Infantilismo, ritmos a Kindergarden y Diversión. En sustancias medidas, el efecto es tan placentero que el refuerzo de Gore y Fletcher en las sombras tratan de emocionar el ambiente juguetón, pero si revolvemos y digerimos el tema: Sintetizador como instrumento principal, nadie se quejará antes de reproducir la bola. Tenemos que tener en cuenta que no hay bajo, guitarra y batería. Por lo tanto la observación arranca de la cabecera de los moldes, capas, detalles e inundaciones de sonidos electrónicos a galope, a ritmo cardiaco y a pulso de tortuga. Todo cuadrando cuando la Cara A se inclina profundamente en las ñoñerías, terminando o no de cuajar desentendiéndose del factor variado que concluye la Cara B del álbum.

Pero antes de incursionar en la tubería de la rojiza e incomprendida portada del ave. Lancemos algo favorable en toda la pelusa: La Voz de Gahan a un clima calmado y diverso de emociones amorosas e inocentes que conjugan muchos ritmos bailables. Apoyos vocales entre los colegas y la parranda comienza a destrozar la sociopolítica, la religión y otros temas más que debatidos y usados en el puto mundo, transmitiendo simple y sencillamente letras adecuadas para el Dance con el coronel y sus señoritas arrugadas con el chofer del mercadito volante y su voz árabe de tortillera andrógina. El aura es el movimiento con el cuerpo, con el rayo de “New Life” absorbe saltos y jugueteos entre la voz, aclamando lo que vendría más adelante: Letras sin transcendencia y a mover el culo.

El dardo de “Hablar y Deletrear”, no es más que disfrute con su motor encendido en una noche de silencio. ¿Acaso es capaz de hacer algo más la idea de Fletcher y compatriotas? Exactamente la escurridiza virtud de maniobras y variación a un oleaje de proporciones niñatas en 0.00% acaba de resplandecer el objetivo del cual no nos aburrirá ni el más mínimo minuto del chicle masticado y rehusado: “El Lado Oscuro del Lado B”, no hay interferencias DarkWaverianas, no hay que asustarse. El ligero movidón se relaciona con las aportaciones del círculo excluyente de Vince Clarke, es por eso que la sintonización pasaría a manos del trío Flecther/Gore/Gahan en sus vigorosas influencias en las composiciones, enfocando en canciones como: “Photographic”, “Tora! Tora! Tora!”, “Big Muff” (instrumental), “Any Second Now” unas reminiscencias de lo “oscurito” que plantearían años más tardes, gracias a la salida del Rubio.

La circunferencia total, es gracias a las mariconadas en teclados. El lado oscuro de Depeche Mode saldría a la luz en su momento debido, en 1981 solo disfrutaban los placeres, no hay una compatibilidad completa con una radical forma de teatralizar la atmosfera lúgubre. Para nada! Es más fácil recibir los ganchos con el engranaje en distintos pasajes: la calidez es una virtud en el tracklist, puede que sea reiterante en este punto pero Gahan con su grosor de voz y a la vez susurrador timbre el pastel es aguadito y bien recibido y sin imaginar aún pincharse “Any Second Now”, donde la letra es la única rescatable, elevando una continuación con la imperdible fragilidad del canto de Gore como participe al frente. Como dije anteriormente la variedad de las estructuras simplonillas son la fuerza del disco.

Supongo que decir las influencias hasta este momento me parece ridículo, pero el Punk de The Clash con el Glam fueron porciones diminutas del levantamiento a la balanza New-Wave de finales de los 70s. DM, no es el primer grupo, es tal vez el más conocido de su área limítrofe, pero tiene rasgos a Glam y los tuviera a Punk-Fresita si no fuera por David Gahan en frente. Supo lo que es suyo cuando prende con un estilo desprendido de esas características con bombazos directos, sin contemplaciones con ganchos masivos y repetitivos con una oda al sintetizador. Sin atormentar a nadie en el transcurso, combina en un re-toquecillo a dulce actual, a Pop Mierdoso y Fiestero con Pop de Calidad más trabajado. Aunque por ser la época y la electrónica revuelta, no cae en un abismo, ni está cerca de él.

Regresamos a la excelsitud de coros, y la maestría rítmica del Lado A, manifestando ese hit maldito que es: “Just Can't Get Enough”, donde el torbellino de la conceptualización del álbum radica en el video payaso de la pista final. Claramente la temática es incuestionable, es fácil de adivinar y acertar de qué va esta chorrada de juventud con sus relaciones tomando un helado. Y por ahí unas trompetas acostadas que sale en 2 mínimas y cortantes ocasiones. Es aquí donde la faceta vocal se deleita, en esos estribillos frescos, jugosos y los 3 sintetizadores por todos lados. Subrayar el track final con la melodíllita de Plaza Sésamo, que siempre me ha fascinado, junto a “Whats Your Name”, que me recuerda vagamente cuando yo iba al Kinder. Lo digo sin exagerar a tal punto que me agrada el: “tal vez contra” del disco, del que mencione anteriormente, que tiene su belleza antes dicha.

Y por ultimo quiero añadir por mi cuenta esa “Dreaming Of Me” que es igual de magnifica que el himno de “Just Cant…”, donde alcanza un nivel compositivo igual al álbum, dándome señas del funcionamiento que tenían los miembros. Todo sin perder el jueguito del Pack Teclista que redondea las ideas, con gestos de apreciación por los combates progresivos-electrónicos de aquel entonces como Kraftwerk y compañía mucosa europea animaban por todos lados a los de la New-Wave, ya con el Disco y el Pop a sus orejotas. Depeche Mode sea o no una entrega del todo madura, transportan bocetos e ideales en este “Speak & Spell” con una frecuencia altamente Danzante y de Calidad.

Que no se diga más de lo que se ha dicho de esta banda, que no se alabe más de lo que es, que no se pierda más tiempo que aquí esta la banda. Con su flecha bien atinada, en alto y en manos del 30 veces nombrado Vince Clark, que por muchos será el “Mago de los Teclados”, pero su cooperación fue triunfante terminando de una u otra manera con un Clasicón del Pop y de la Nevera Británica de los años 80s gracias a su contribución y la aportación de los 3 soldados que siguieron…A DARLE DURO AL AVE!!!






Nota: 8.8 y si subo, llamo al 911


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


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