miércoles, 4 de junio de 2014

Siouxsie And The Banshees – The Scream [1978]




Sería muy obtuso agregar a una banda como “Rock gótico” simplemente, ya que éste fue un estilo subsecuente del Post-punk o el mismo punk, que desató una quimérica soga de interpretaciones posteriores. Como es bien sabido, siempre han existido los “rompemoldes”, éstos nunca se limitarán a los cánones estrictos de un independiente, y “encatalogado” estigma musical. Estos rompedores de todo son base importante en nuestras previsiones, y muchísimas veces de éstas nacen los demás bichos. Ahora bien, dejaremos le etiqueta gótica afuera. Pero, para darle seguimiento al especial, se introducirán lo más rico y afín a ésta sub-corriente que se dio en el rock. 

S.A.T.B fue uno de esos grupos que tuvieron que chuponear la vena Punky, en su extensión, para poder buscar, aceptar, discernir, y posteriormente, adoptar un estilo que los identificase con las raíces que les salían a cada uno por los pies. Esas raíces son los innegables “datos” que están reservados, para selección de juicios y preferencias; ya sean artísticas o benevolentemente, para decidir algo tan atípico e incongruente como una taza de café tibia de una caliente. Si bien la banda fue mezclilla de tapiz de los Pistols; asistiendo a todos sus conciertos de finales de los 70´s, lograron mantener una línea ósea, o una base regular, para el cimiento de su música. Claro que su única influencia no se limitase a los pistoleros. Bandas mitológicas como Velvet underground, y The Stooges, también serían argamasa sólida, ya no sólo para su papel tapiz, sino para los muros de su factoría. 


Aunque la corriente “gótica” no sólo tenía su herencia de los sonidetes menos agradables y más propensos al caos. Gente como Marc Bolan, sería inspiración racional-pasional para los músicos de ésta corriente, especialmente para los de Siouxsie. Basandose en las armonías de los tempos, y en la estructura “limpia” y la clara sinfonía muralista que se consolidaba entre sus intervalos y precisos cambios instrumentales. Para aclara, diríamos que el “Punk bruto” y “El Glam chapucero” sacarían lo mejor de esta nueva ola, que no se catalogaba ni Punkeotide, ni mamona. Perdón, Glamera. Como mencioné hace un momento: estas corrientes serían la depuración (impelida con sustrato fino, compa) de un subgénero como el “Post-Punk” esta definición me gusta mucho más por el hecho que trasciende en su connotación. Ya que Rock gótico, me hace indicar más que todo una preferencia hacía lo tétrico y lóbrego. Pero, hoy no es el día para abarcar todo de un jolooo (Solo)
Más bien, es el día de enumerar una agrupación que se perdió en los submundos del underground; su fiel admiración sólo llegaría  por los consabidos exploradores de rarezas. S.A.T.B, en su debut (The Scream) estaría integrado por: Siouxsie Sioux en las vocales principales y únicas, John Mackay en las guitarras, Steve Severin en el bajo, Morris en la batería. Los miembros de mayor importancia serían Severin, el bajista y Sioux la eternal vocal. La mayoría de los miembros estarían en constantes relevos. Lo que hace muy especial a la banda es su particular indumentaria: dejándose las vestiduras punketas, y orillándose a una figura desoladora y escapista de medios rock, punk y glam. Podríamos decir que es un dato muy relevante. (Ese concepto es irrelevante)

A parte de su peculiar “vestimenta” hay que decir algo de su único sonido; aunque, es menester que esta palabra describa toda su música, si hay que enfocar algunos datos que pueden pasar desapercibidos, para el oyente más inescrupuloso. Antes que nada me gustaría hablar de su disección, o corte mortal, entre los géneros ya antes indicado. Primero con el punk: lo que “The Scream” recapitula, y hace hincapié, es en el dramatismo inexistente del punk macarro y zafio; más bien coloca los afiches de teatralidad por encima de todas las cosas, llevando una limpieza magistral en variaciones y dinámicas instrumentales. Esto quiere decir, no obstante, que la música de “..Scream” entrelazada mayestáticamente con el punk, no pierde su “centro de sincronía rítmica” por ejemplo, podemos hacer mención en la canción “Carcass” donde los pequeños y cetrinos, “tiempos” son undívagos, pero manteniendo un estadio regulador y pertinaz. Sincronía que se agiganta con los tempos rápidos del punk, y con espacios para tesituras vociferadas. 


Pero, lo que sería de vital importancia es su tonal sentido del espacio y ritmos; esto es heredado del Noise de Dragón de los 60´s. Lo más interesante de todo el asunto aquí, es que el revival o cover a los Beatles, empieza con los masónicos cortes irregulares, para crear, en el espacio propicio, una atmosfera inesperada y muy agradable. Y reitero lo dicho, cuando hablo que juegan con el espacio, también he de decir que implantan, la “espontaneidad espacial”, esto se hace notar especialmente en el factor de “incertidumbre”… como me encanta que estos mantengan las bandas, esa imprecisión, indecisión y vacilaciones a la hora de componer música. Esto indica que el movimiento intuitivo se ve nulo, y casi apocado, ante la idea de precisión y acierto. Les recuerdo que esto nace del punk (Algo que muchos llamarían música cutrona y sencillota como lavarse la dentadura después de un sábado de tortas calientes)


Ahora dedicaremos unas líneas a su relación con el “Glam” y aquí se ve interceptado, en la claridad de ejecución, o como muchos puristas lo llamarían: La forma de plasmar sus ideas en notas. La ejecución es muy importante en este punto; esto calibra a que los instrumentos rezumen un complejo aditivo de satisfacción y desenvolvimiento más allá de lo colectivo, para asemejarse a la virtud personal e individual. O tal vez quede rígida en los principios de la banda de aquel entonces. El factor de “desenvoltura” crea el ambiente de extraversión a su música, haciendo que todos los elementos aquí se desarrollen en su fase primigenia, pero más pura. La batería agudiza, con repiques sencillos, junto con el bajo y los solos desabridos de guitarras, ambientes lúgubres, y espectrales. 


Por último sería aclamar la voz gótica (Hoy sí le doy interés a esta connotación, pero muy a la ligera) de Siouxsie; que cambia en relieves montados para romper la monotonía; y es que con esta vocal fémina esas palabras de monodia con monotonía, no entran. Pero, que la rola “Nicotine Stain” hable por sí sola y que nos empuje hacía una almalgama de aristas incontables, cuantías y todas, absolutamente todas extensiones de espacio, llenas de cualidades exigentes y desmesuradas del derroche vocativo que yace aquí.



Pero, más intrigante que su música es su portada; tal vez tardaría mucho tiempo en saber que carajos representa, esa minimalista y simbólica representación del ahogamiento. Quizá dejaré eso para los doctos del arte, y para los trotamundos musicales, no estaría de más, escuchar uno de los álbumes más únicos y extraordinarios del rock. 





Nota: 10 



Publicado Por: Albert Spaggiari.

        

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