viernes, 27 de junio de 2014

Coldplay – Ghost Stories [2014]




No diré lo que ya está dicho, ni tampoco me meteré con los aspectos personales y faranduleros de los integrantes de Coldplay, tampoco aceptaré alabanzas desmedidas, y revivencias de himnos Pop´s; porque nada de esto es necesario, es más, sería bochornoso que en este reseña dediquemos el tiempo a mancillar las características musicales por las extramusicales, aquéllas que son de gran importancia para los entretejidos mediáticos; tampoco afirmar que estamos en “una gran fiesta”… y que Spaggiari sólo se divierte sólo con catacumbas del 80´s apestosas. ¿Y para que darle más vueltas al asunto? 

Tal vez sea la banda más considerada en nuestros tiempos, junto con artistas pop del momento –Porque la etiquete rocky no queda, ¿entendido?- muchos de esos artistas norteamericanos, con planes de fiestas eternas, muy juveniles y “en mega onda”. Sí, sí, que Coldplay no sólo son bombazos de la era Parachutes (Creo que desde aquí, rara vez levantaron la cabeza) como dije antes, y siendo tan considerada, éstas agrupaciones ¿será que con el pasar del injusto tiempo, se vuelven más caprichosas? O ¿es que ya no tienen ni papilla que proponernos? Mejor si es así, tirándole ¡ya pa´fuera! 

Qué sí, que las bandas se renuevan, cambian de estilo, mutan de apariencia; ¿pero a eso, de perder su sofisticada esencia? Dejemos en claro, que el consumo babeante y lobotomizado, del estilo de vida Norteamericana, es un arquetipo para la diversión, cuya nominalidad es usufructo para cualquier grupo impío que desentrañe sus vísceras nobles, y las arroje por un puñado de barritas que producen luces de neón. Y eso que ni niego la prostitución por placer. ¿O será que ya de por sí estamos bien condenados? Desilusionador, pero, si no seguimos pesquisando, no hallaremos algo que nos guste a parte de nuestra zona de confort. 

En este caso, Ghost Stories, basada en la ruptura de Martin con su ex novia, es lo pomposo del momento. ¡Qué desgracia! No su ruptura, sino, ese aclamado poster sobre nuestras cabezas, que con títulos marrones nos dice: “Coldplay vuelve a la carga” ¡no me jodas! Pero, omitiendo todo el aspecto lirico de la obra (Simposio) lo demás cae bajo su mismo peso, bajo sus mismos vértices y su flaqueza. A nivel compositivo estamos dormidos, bien dormidos; a nivel propositivo estamos peor, en sí no proponen ni pepino; a nivel ejecutivo-ejecutor, sólo nos acostumbran a un mazacote de melodías simples y aparentemente intimistas. Pero, no es hasta su llegar que las canciones son más básica y haraganas que nunca. 
¿Qué clase de pereza es esta? Me parece que la banda se está muriendo o definitivamente entró en coma. 

Sí, y esas dos alitas de ángel o paloma que forman un corazón roto, pfff ¡qué rotundo, en serio! Ya saben el cuento… malo, aburrido, perezoso, intransigente, lloriqueón, en cierta parte medio marica. Pero de la misma manera, son emociones ajenas, y que quede claro que no prejuicio tales manifestaciones. Simple, no me gusta, por sonar así y asá. Buaaafff, paso, mejor me como un melón.






Nota: 4.6 arrastrado. 


Publicado Por. Albert Spaggiari.

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