domingo, 16 de febrero de 2014

Solitude Aeturnus - Into The Depths Of Sorrow [1991]

Aquellos que querían ser pesados para comer, para dormir, para orinar y sobretodo para tocar, aquellos que vieron el reflejo de la escamosa bestia brillante que trepaba por los juglares del Épico Dommer, aquellos que llegaron para el mismo asunto para otra generación, quellos que todavía sin pena de morir batallan por la misma causa…Ser o no Ser el Más Lento sin perder el Doom Metal tradicional, he ahí la cuestión.


Winter, Dream Death, Katatonia y un etcétera de juveniles provenían de unas ligas diferentes, a excepción de Cathedral, que propondría algo sobrenatural, como base del Doom. Estamos redactando y observando el escaso circulo de aquellos que todavía en los 90s hacían lo tradicional, añadiéndole por causas de épocas, más desarrollo al genero sin perder nunca lo que hicieron las grandes bestias del ayer…Solitude Aeturnus, comenzaría desde peque con la cabeza metida en el “Epicus Doomicus Metallicus”, de Candlemass y el sonido europeo que alborotaba las espumas, arrancando la raíz desde finales de los 80s con el nombre Solitude.

Pero que no les engañe el nombre anterior o posterior, ni aunque les digan los “Candlemass Estadounidenses”, son una copia o calca. Tenemos su debut “Into The Depths Of Sorrow” que contendría el porqué, no referirse de esa manera al grupo. Con esa imagen entristecida y deprimente nos conllevaría a unos de los trabajos del Doom Metal de mayor fuerza y teatralidad encima de la nueva década. Conteniendo el producto más severo en Riffs y con la voz tenor de Robert Lowe que desvanece como una fantasmagórica criatura al ser observada, y de una soberbia técnica de elevar sus registros dándole el toque parroquial y diabólico al mismo tiempo.  Magnifico rango que le valdría el pase a sus amados Candlemass para el 2007.

Los de las guitarras serían su fundador John Pérez y Edgar Rivera. ¿Que podríamos decir del planteamiento que ideo Pérez para su banda en este álbum?. Hacerse el rudote y machacarnos con semejantes riffs que llegan por decimas de millas al Metal Extremo y con la lentitud y los cambios de ritmos que sobrelleven tu atención a ellos por si te pierdes del hilo vocal de Lowe. Pero detrás de una ralentización poderosa, hay un juguito fresco que hace que no nos aburramos si el resultado proporciona monotonía en cantidades, ese jugo es la técnica que se realiza en sus estructuras compositivas.

Cuando me refiero a Tecnicismo, no me refiero a cosas como Confessor, que es el caso más cercano para estos estilos, que debido a su tecnicismo supersónico pierde la belleza natural de lo que propone en verdad el género… Ese no es ni por cerca el tema que se debería de cuestionar a Solitude Aeturnus, porque nos enseña la lección de lo pesadísimo, lentísimo, técnico y melodioso que puede ser en ocasiones. Haciendo de sí mismo una joya para muchos, por no seguir un reglamento tan ortodoxo y las variedades de influencias que proviene gracias a la fecha en que se situaban y aún deleitándonos sin perder la carisma. Claros ejemplos es la Batería y una que otra intercalada cuerda de bajo que empareja bien el look de las guitarras.

Desde una Intro de monjes, y con cortes como: “Opaque Divinity”, “Transcending Sentinels” y “Dream Of Immortality”, vemos lo opresivo que puede causar con esas tétrica atmosfera y varios tempos lentos junto a la emocional voz que se redondea por los versos de la penumbra, la soledad y la miseria. En estos segmentos nos percatamos de una bomba rítmica, solo nos apoderamos de Riffs que toman dominio en todo el álbum, con solos trotantes e hipnóticos que no pierden la secuencia del teatro que han creado junto a sus complementos de rítmica que hacen una excelente labor. Aquí es donde se puede ver que necesitas escuchar algo del pasado para agarrar esto, ya que la formula se ralentiza a la mejor manera y sin ninguna piedad de estribillos a lo Nirvana.

Luego del atrevimiento fúnebre, nos exponen canciones como: “Destiny Falls To Ruin”, “White Ship” y sin orden alguno también “Where Angels Dare To Tread”. Que es la tuerca girada en que los coros son los títulos y que son más vivaces en cambios a medios tiempos y de versatilidad asombrosa del manejo rítmico que junto a los versos complementan el conjunto sin perder la llama del Doom que transmiten en su lentitud exquisita que se acompaña de asombrosos cortes técnicos. Y de paso me llevo al balada rudona “Mirror Sorrow” que con ella termino de describir como ganso, ya que me siento sudado y no estoy de ánimo...Jajajajajajajaja.

Me sobran las palabras pero por motivos de tiempo, no quiero redundar y les quiero exponer este grupo que se rescata en estos 90s, sin ser para nada fotocopia de una u otra banda, pero resaltaría la forma en que resuelven las estructuras y composiciones de las canciones, es de detalle más a fondo lo que llevo el grupo y de suma importancia para los amantes del generín, que por el mismo hecho causa su mayores puntuaciones. Yo sin tanto revuelo que le he dado al pato, me he quedado satisfecho, pero sin imponerlo como la glorificación, solo como importancia de escuchar el material, que sin duda, si se hubiese quedado años atrás le montaría verga a más de uno. Pero como es la frase: Nunca es tarde para llegar… Y más aún si es interesante (por no decir excelente o bueno).

“Pienso que el Doom Metal requiere una mayor capacidad de atención que la mayoría del resto de los géneros del Metal…esa es probablemente la razón por la cual siempre se mantuvo en un status de culto en términos del genero.” –John Pérez (Guitarrista Principal y Fundador de Solitude Aeturnus).






Nota: 8.3


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


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