miércoles, 12 de febrero de 2014

Candlemass - Epicus Doomicus Metallicus [1986]



Corría el año 1986 y el Chino de Las Tortas se consagraría un vegete de la basura alimenticia ambulante, con un bigote y unos ojos similares a un emperador chino, pero no era más que un vagabundo que paso de comer mierda a vender mierda…Y la escena musical estallaba en todos los sentidos y casi en todos los géneros…Veíamos el Heavy más culey, el Thrash más Violento y unas semillas del Metal Extremo… La conclusión: Todos, pero casi todos querían ser los más rápidos de toda la galaxia. No obstante en ningún Ring de pelea se encontraba aislado y concentrado, la rama que daría a todos esos del Death Metal, una razón del combinar su agresividad con la lentitud, pero que resulta más que solo una mezcla, ese genero se llama Doom Metal.

Si, desde la partida del Cuervo Sabbath a principios de los 70s, cambiaron las cosas en la música…Heavy por un lado y Doom por otro rumbo escondido… Casi más Subterráneo que los mismos sapos de alcantarillas, Bedemon, Pentagram y otra mariscada serían parte de los amantes del sonido Sabbathiano y que tocarían en los 70s, luego llegan los 80s, tenemos los primerizos Saint Vitus, Pentagram, unos Trouble por un lado y una extrañísima escena Italiana con representantes como los míticos Black Hole, Dwar, Paul Chain y los suyos y unos pocos derivados más que se unirían a contradecir la rapidez y revivir ese sentimiento sepulcral que se vivió una década atrás con los de Iommi y sus Secuaces

Pero no olvidemos a una pieza fundamental para definir en su totalidad el sonido, ese era Candlemass, si llegaron unos pocos años más tarde, es porque tenían algo entre manos y algo muy peligroso, el año preciso es 1986 y había una solución para subsistir entre la marea Thrash que expulsaba trabajos como Reign in Blood, Obsessed By Cruelty, Master of Puppets, Pleasure To Kill y un etcétera que tiraba en alto, esa manera era seguir como oveja al pastor o lanzarse al abismo y ver si podías volar sin alas. Muy arriesgado no?, pues eso tuvo que tocarle en esa fecha Candlemass con su primer Lp, “Epicus Doomicus Metallicus”, nombre en latín macarrónico de Epic Doom Metal, nombre que define el sonido con exactitud de cómo hacer el Doom Metal y nombre que los definirían toda la vida a este grupo.

Antes de la etapa Marcolin, existía este eslabón cadavérico oscuro cavernoso Y una cosa hay que juzgar en este álbum, que no se hizo al estilo Pentagram u otros primos suyos, para nada…Justo cuando dicen Doom Metal, tu memoria visualiza 2 trabajotes importantes para la evolución del estilo: Esos son este “Epicus Doomicus Metallicus” y el “Born To Late” de la era Wino de Los Saint Vitus. Si me equivoco corríjanme ustedes escuchando lo que se hacia antes del 86´, a lo mucho verán al dorado “Land Of Mystery” de Measies y sus acompañantes, pero otros con esa formula que se echaron los de a mediados de los 80s es muy difícil encontrar.

Desmole la mordida al cráneo reposado atravesado en cruz… Leif Edling el capataz, jefe y dueño de la banda sueca, estaba a cargo del Bajo y de las escrituras del álbum, Mats Ekstrom en la Batería, Mats Bjorkman en la guitarra rítmica y los músicos de sesión Klas Bergwall en la guitarra principal y Johan Langquist como frontman portavoz. El sonido son cosas como: Una Maquinaria pesada y lenta, Riffs sombríos, lamentos que no reconocen la velocidad y una cosa ideal para consagrar la diferencia: Aniquilar al oyente atormentándolo con una atmosfera deprimente, densa y larga que recorre los pasillos de los ecos de las habitaciones, transformando el lugar en que este en una especie de una catedral diabólica y opresiva.

Una cosa hay que dejar en claro, todavía no existía la oleada Cathedral y ver semejante portada con maligno sonido era algo más que nuevo, era de otro mundo, porque no te podías creer que se hacia ese sonido en pleno éxtasis de rapidez agresiva. Pero el debut no se la jugo sin influencias, tuvo que agarrar los machacantes Riffs del Thrash, pero con una extensa gama de densos y fúnebres lapsos de medios tiempos y cambios de ritmos un poco más ralentizados, sin llegar nunca como un correcaminos y todavía deleitándonos con técnica rítmica, porque es la que más sobresale, tal vez por ser los miembros oficiales en ese entones, permitiendo más libertad de tocar a su modo, con su idea.

¿De que manera? Con el Bajo pastoso de Edling que recorre las pistas con un auditivo golpe que va galopeando sin ser tan extravagante, la otra cualidad que contiene el disquillo, es la guitarra rítmica de Bjorkman que simpatiza con el demonio para lograr el éxtasis y la columna vertebral del recorrido oscuro y maligno con esos Riffs tan pesados. La Batería con doble bombo y con una espectacular manera de tocar, una guitarra que reproduce solos teatrales y magníficos con el rango barítono de Langquist, ese vocalista que complementa con la atmosfera de una depresiva inquietud, dictando lamentos en frases e inquietudes de la vida.

No resumiré el álbum por cada pista ya que el rollo oscuro y todo eso, esta adherido en cada track, por lo tanto solo destacare algunos temas y una que otra pastilla, ya que no me gusta redundar como pelicano de una forma tan exaltada e idiota con metáforas que no van al punto para describir el asunto.

Así como Black Sabbath tuvo su insignia con el tema de mismo nombre en su primer trabajín, Así también tiene Candlemass con su debutero trabajo, “Solitude”, es la que define en su totalidad el sonido que se presentaría más a bajo…Es la nota suicida que narra Langquist con una majestuosa manera de cantar con un tono grave y triste, con un coro y cambios de ritmos espeluznantes, primero al flecharnos la agonía ese Tritono majestuoso que parte luego de la acústica guitarra que acompaña al vocalista en su tétrico verso, pero que volvería al final con ese arpegio funerario. Un magnifico tema que se debe de escuchar en la historia de los Suecos y en la historia del Doom Metal.

“Demons Gate” y “Crystal Ball”, son las que cierran la mitad del trayecto con más ingenio en composiciones percusionistas, con el alcance de Riffs disfrutables y coros que titulan el track, con mucho ingenio en separación de ritmos y la versatilidad se hace presente en los segmentos instrumentales de la batería y el Bajo, pero en sí, dan un propósito por seguir escuchando un portavoz de las almas lamentándose y con buena lirica de Edling que con el fantasmagórico plan que incluye a las letras el vocal, hace que el combo funcione con esa idea. Sin duda alguna un buen vocalista, tal vez no muy preferido ante los amantes del grupo, gracias a que más adelante sería Marcolin el que representará Candlemass con otra perspectiva, pero fijarse en Johan, porque tampoco menospreciemos la labor que ha hecho en este debut.

Los siguientes temas serían “Black Stone Wielder”, “Under The Oak” y “A Sorcerer´s Pledge”, que mostrarían el soporte y el ingenio vocal en estos tres cortes, en vez de cambiar la tuerca, como muchos pensarían, ya que se estaría haciendo monótono, pero logran sostener e incluirle más aderezos al estilo del álbum, de esta manera no nos aburriríamos, mucho menos con estas que parten cambios de ritmos a lo largo con un extensos trazos de instrumentación rítmica abismal y con unos ciertos alaridos agudos como prueba de que la formula no a acabado, de nuevo los acústicos pasajes del inicio y aún nos degusta con virtudes de la lentitud, que no hace falta la velocidad para sorprendernos, solo como moldear la lentitud para hacerla agonía pura y a la vez dinámica. Para mí, eso es lo que representa el final del tracklist y este “Epicus Doomicus Metallicus” que se ha hecho joya entre joyas e imprescindible para los amantes del Doom.

Es cierto que Candlemass más adelante fijará la mirada de muchos, pero el que sentó las bases de ese teatral, diabólico, denso, agónico y espeluznante sonido, es este mítico álbum. Es hora de que enciendas las velas de tu cráneo de cristal y que apagues la luz de tu casa o cuarto, con solo el silencio terrenal de la noche y reproducir el Epic Doom Metal, este que armoniza tu silencio y oscuridad. Que con solo oír ese: I'm sitting here alone in darkness waiting to be free. Te deja pasmado y cautivado hasta el final con esos coros femeninos góticos que cierran el álbum.

"Sentado aquí solo en la oscuridad, esperando ser libre,
Solitario y desolado estoy llorando
Anhelo que llegue mi tiempo, la muerte significa sólo vida
Por favor, déjame morir en soledad."






Nota: 9.0


 Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


4 comentarios:

  1. ¡Discazo!

    Una de las obras fundamentales para tratar de digerir el sonido más denso y encumbrado del Doom por excelsos atributos farragosos. Este disco levanta el tenue reflejo de la mirada del siniestro y lo catapulta hacía el sudoeste, centrifugándose corrompidamente entre grande de grandes; míticos Candlemass.

    -Spaggiari-

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  2. Respuestas
    1. De Nada Carlos, espero gustes del material de buena calidad y que felicidad ver un Doomero por aquí. Espero vernos posteriormente y Saludines-ines!

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