viernes, 9 de mayo de 2014

Sui Generis – Vida [1972]




 El rock también se fermentó al otro lado del hemisferio europeo, en las antípodas de los EE.UU, y en las cercanías de las tierras amerindias. Infaustamente pudiéramos excavar en Alemania, en Inglaterra, Suiza e Irlanda, y encontraríamos una escena consolidada y proyectada al unísono con el movimiento progre; o simplemente la olla rocker.  Pero, jamás –Y muchos nos hemos ido de vergazo al tratar de explorar debidamente las escenas latinoamericanas- imaginaríamos que en Argentina se cosechó material de la índole de Vanilla Fudge, Caravan o incluso los marchitos y dorados Ten Years After. No estoy hablando de pequeñeces, así que ojito blindado, ¿eh? Pero, déjenme decirles que en la Patagonia ya habían antecedentes (Mucho más cimentados que en Uruguay) de bocetos del rock árido… tipo “Cactus” (Uyy, ahí sí que no entremos, ¡Porfis chulis!)

Esos colosos eran en primer lugar los Almendra, (En primer plano la banda fue  una de las efigies del Rock Argentino), los clásicos Manal vena Hendrix y sangre Cream), y seguidos muy de cerca por Los Gatos, que anteriormente se llamaban “Los Gatos Salvajes” alcurnias del ardid más ingénito de las agrupaciones sudamericanas. Pero, dólmenes en los 70´s empezaron a tener problemas personales: muchos por las constantes deserciones del servicio militar, y otras simplemente por búsqueda artística personal.  Pero, de malo no tuvo nada. ¿Por qué? Porque de las cenizas nace el fénix (Acuérdese estimado) y de severos  engüeres (De esa comida que engorda) nacen nuevas alineaciones: Pescado Rabioso (Ineludible influencia para todo aquel escucha serio) Vox Dei (Así como su locución latina lo indica, por unos instantes fueron “La Voz de Dios”) y por  supuesto endémica y acrisolaba Pappo´s Blues. 

Este renacimiento post 60´s de las mismas momias vendría a dar paso (Siempre bajo la sotana de las expertas) a agrupaciones noveles: Color Humano (homenaje más que claro de la rola de “Almendra” primero) y Sui Generis, de la que hoy compete hablar. Pero, para destacar una de las pronunciaciones más notables para Sui Generis fue salir con aquella película del Woodstock de La ciudad de Buenos Aires: “Rock Hasta que se ponga el sol” es ese documental/película saldría S.G con una de las interpretaciones más famosas del grupo: “Canción Para mi muerte”, rola que habla sobre la escapada del Charly, del servicio militar, al intoxicarse con una cantidad desmesurada de narcóticos (El vídeo del metraje está muy recomendable) En fin. Sui Generis formado únicamente por Charly García y Nito Mestre, eso debido a que la mayoría de sus integrantes disentiría por cuestiones personales-artísticas.  

“Vida” salió en 1972, gracias a su éxito anteriormente señalado. Disco que se cierne en un excelente juego de concatenaciones, que abarca la mayor parte de las influencias Folk (hacedoras de Dylan) y la estampa del sello acústico, tonal, armónico y rimbombante (Influencia de los Beatles por antonomasia) El dúo forjó en esta primera entrega una serie destacable de cortes pomposos y refinados en su música, también, portando la influencia de sus coetáneos (O maestros) como la susodicha visión de un Spinetta infeccioso (Qué al principio los criticaría comparándolos con María Elena Walsh, poetisa, escritora y cantautora  argentina del viejo bando de Gardel y los suyos) 

“Vida” al final vendería su porción entre los jóvenes y estudiantes de la época, ya que la temática del Lp no era conceptual, abarcaba gran cantidad de Tracks con temas de atmósfera sutil y expresiva, pero de contenido espontáneo y vivencial. Se aprecia en la mayoría de sus canciones los proyectos futuros, la trascendencia de las eventualidades, los tropiezos vividos, y un torrente de esa índole. Aunque muchas como “Necesito” suenan algo flojita en contexto, pero sabrositas de compostura y mimbreña de complexión. Bien, aquí es donde se percibe esa sutileza que encarga el empapelado, porque las letras, a veces abstractas y pintorescas, están finamente colocadas, dejando muchos vacios o intenciones en las guitarras  y demás instrumentalización. Con esto pudiéramos decir que esta obra es una construcción acústica; poética, pero algo flojea mucho a comparación de la vieja vena. Ya es cosa particular elegir a las preferidas. 

El García loco ése, se luce muy bien en los teclados, también destacar  que él escribió la mayoría de las canciones, orillando a “Nito” a la parte de ejecución vocal y guitarrera. Claro que el bigote de dos tonos tiene una capacidad desbordante y repleta de incursiones solitas que dejan anonadados. Un tema enfático y enérgico como “Toma Dos Blues” la da un cambio de aires a esa aura semi a capela  que concierne. Otros como “Natalio Ruiz…” cosechan la rigidez y melancolía  inherente del álbum, pero en este corte la prominencia es sobresaliente, con una letra y un juego vocal acervado; como uno de los espacios tribulares a la teatralidad, que me hubiese encantado oír más, aunque la pieza ostenta serios y hermosos cambios de ritmos (Por ahí una dicción mexicana que cala)

Otras como “Amigo Vuelve a Casa Pronto” es de aquellas básicas en este álbum, llena de amorfismos textuales, y de cargas emocionales especiales: “Tus palabras ya son muy lejanas, y tu voz de paridad se va, Amigo Mío”  acompañadas de flautas y un García enfermizo en teclados. Es más creo que es la única rolita donde el bajo hace un papel de Machote: preponderante y encumbrado. Las canciones aquí tal vez no estarán bien cuajadas del todo, pero el álbum no tiene mucho desperdicio. Y repitiendo, en el aspecto literario no me llenan mucho, pero con la única que me quedo, haciendo una locuaz excepción, sería con “Cuándo comenzamos a hablar” Para mí la mejor del álbum, sin olvidar la excelente composición confrontativa que se echan estos canijos. 

También aconsejar a chequear la portada que se aventaron: tirando al minimalismo, y alejándose del conceptualismo y abstracciones, como alucinaciones estúpidas  de algunas bandas Post-Prog. Bueno, no queda mucho que decir, sólo que le pongan oídos a este álbum que no panacea albores, pero si prueba los alfajores. Disco para pasear en la moto robada del vigilante de la colonia. Lo demás es  parte de la “Vida”





Nota: Un 7.5 como los aguijones en la madrugada cuando tienes sueño. 



Publicado Por: Albert Spaggiari.

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