Cuando los gansos
pudieron tener la fuerza de un cocodrilo y la fealdad de un campesino, se
enfocaron en un rumbo diferente, haciendo ver fáciles las cosas complejas,
demostrando quien es más emplumado que el otro…Jethro Tull una agrupación inglesa
que supuso para la critica su máxima capacidad creativa en su carrera, con “Aqualung”,
su líder flautista y vocalista Ian Anderson, se reía de tal estupidez, varias razones:
Considerar el material como el punto máximo de la banda, considerarlo
conceptual y por los pocos que se atrevieron a decir que vivirían de la sombra
de tal mencionado álbum. Pues ninguno de ellos es cierto cuando tenemos ante
nuestras escamas a “Thick as a Brick”, un año después de la tirada de pelos de
Anderson, tras parir un cambio de orientación musical con la historia del
vagabundo pedófilo…
Ian Anderson, siendo
el capataz, capitán, sargento, pieza clave del grupo, tuvo que buscar por los
recuerdos de su mente y sus ideas, para que la formula saldría como él la
ideara…Reclutando viejos compañeros desde antes que se iniciará este proyecto
llamado como el agrónomo, resulto ser lo apropiado después de la perdida de algunos
miembros antes de grabar lo que sería su quinto disco. Entrando Barriemore
Barlow en las percusiones, y el que tuvo que aprender a tocar el bajo para
entrar: Jeffrey Hammond. Serían los nuevos-viejos, que tocarían junto al
guitarrista Martin Barre, y el fabuloso tecladista y organista John Evans. Notándose
así, que los ojos locos de Anderson, pedían gente que aportaran a sus ideas, en
vez de apostar en alto con virtuosos desconocidos, con quien tratar de
diferente manera. He aquí, una virtud del greñudo: Preferir sus amistades, que
gente que toque con tres brazos.
Al acecho de las mil
y un bestias chillonas, por quien es más que quien, que la banda escocesa de
1970 sacó un demo sinfonic/polka/prog-rock y más de un billón de tipos que se
dejarán crecer la cabellera de mula, para enaltecer la canción o disco más
Pobresivo del mundo…Yes, King Crimson, Genesis…Todos esos y más, querían su
premio. Y el que le preocupaba una porción de mierda de vaca, resultó ser el
apropiado para denominarse Rock Progresivo de verdad, sin estupideces, ni
llamados del Tío Periquito, ni montañas rusas de composiciones, ni
extravagancias sin ir al frijol y mucho menos sin los estereotipos de las voces
cálidas y frágiles que adoptaron desde Honduras hasta la China. Y con alegría
me he encontrado con el material adecuado, con el que se merece más de un
premio y mil chupadas de burros: Jethro Tull.
Sin irnos tan
deprisa, ni tan lentos, primero viajemos a la lirica de esta odisea que
concluye en más de 40 minutos con una sola canción que se divide a la mitad. “Duro
como un Ladrillo”, trata de sugerir y expresar el motivo del disco: criticar,
poner en evidencia a una sociedad acomodada y manipuladora, que en lugar de
dedicarse a la búsqueda y promoción del talento y la creatividad original, se
esfuerza por corromper tales valores y atributos por el simple hecho de no
coincidir con la forma de pensar que dicha sociedad considera adecuada. Un
ejemplo claro: El periódico-portada que anuncia en primera plana como el premio
del poema de un niño de 8 años llamado Gerald Bostock fue descalificado, porque
éste dijo cosas que no debía decir en un programa de televisión, como también acusado
de embarazar a una joven de 14 años. Un mensaje que se lee en los vinilos con las
doce páginas bien escritas, todo ficticio, pero un poema original que se
invento Anderson para la obra, con un mensaje duro que recomiendo leer. (Más información
sobre el caso y la letra, investigar por su cuenta).
Vamos a la calva del
cuervo si es que es tan piojosa… De influencias Fok Medieval, que no solo es
una vestimenta y apariencia, es constante en el transcurso, pero es más el ingenio
de crear una multitud de rinocerontes que escupen sus notas instrumentales con
tal técnica que pareciera fácil y con mucha espontaneidad. En unos minutos de
arranque tenemos una acústica solitaria con Anderson recitando hermosamente
unas líneas de ese famoso poema, luego una explosión con la guitarra de Barre
con el bajo susurrando, la batería dando los golpes perfectos y sin darnos
cuenta el ambiente cambio hacía un Hard Rock de primera fila. Una de tantas
investigaciones y expediciones dentro de la mar de melodías, ritmos, pausas y
solos que contiene “Thick As A Brick”.
Uno de los
predominantes rasgos que crean una perfección de semejante prolongación, es que
resulta tan enganchador el rango campestre de Ian Y Compañía, que me es muy difícil
saber como pudo tener tan ordenado las secciones y los ingenios que armonizan
con la voz. Otro de esos momentos gloriosos es cuando el órgano de Evans empapa
una línea muy progresiva, siendo este instrumento uno de los que se escuchan
con más facilidad, detrás de una flauta que nos pincha con excelentes notas que
siguen a los demás. La batería de Barlow pareciera una maquinaría Jazzera y muy
versátil, creando un gran circulo atrapante del cual constantemente nos deleita,
sin mencionar ese extenso solo que hay en la segunda parte del titulo.
Pareciera mentira que 40 minutazos te caigan exactos, sin redundar el asunto y
con más pegue en los oídos que cualquier fiestita “The Wall”.
Sus tan memorables
momentos en donde el ambiente domina, son configurados o suplantados por otros,
de manera relajada y apreciable, sin perturbar el momento, sin ser tan abrupto,
pero no nos daremos cuenta cuando lo hagan y mucho menos, nos enojaremos cuando
nos hallemos en tal situación. Una vena resaltante es el galopeo entre el Bajo
y la Batería, como también en ocasiones un piano que no se desprende del muro
de sonido caracterizado del Rock. Son incontables y a la vez recordables la
sudada que nos deja los Tulls con esta obra, de una gran magnitud de
sentimientos llevados en su momento. Hasta cierto aliento a navideño hay en
cierto corte del papel, cuando unos timbales y una voz centrada cantan al son
de la melodía. Los detalles desde una sinfonía en literal casi por el final del
álbum suena cortando el icónico Riff del material entre la
guitarra-teclado-bajo-batería, como un rayo que dispersa su rudeza (ese Riff
tengan por seguro que los matará del gusto).
¿Que nos hace falta
mencionar?, ¿Que sus virtuosismos no son para nada exaltados? O ¿que la figura
central y motivo de marcha de muchos miembros sea por el robo de show del Flautista?, en pocas palabras
ambas son ciertas: Tanto la técnica como el líder, son relacionados cuando las
estructuras grabadas en el jocote, fueron planteadas con ideas reformadas del
comandante, pero aún siendo esa la realidad, no nos mosquearemos con abundantes
solos y protagonismo extremadamente innecesario. Todo está armado auditivamente
en todos los instrumentos, siendo añadiduras como un laúd un violín u otra
creatividad para que no se agote el camino del escarabajo mensajero que
partiría por toda Inglaterra, nada se queda en un componente. Y eso, es una
gran ventaja de maduración y estrategia para que el chicote vuele plenamente
sin recibir una gota de lluvia.
Lo mejor de lo mejor,
sin duda. No quiero redactar los pasos de oso-marmota que ha dejado en este
mundo Jethro Tull con esta quinta placa, porque me llevaría un libro y de insuficiencia
cerebral para explicar la belleza que transmite este periódico sonoro, este
poema magistral y original, esta obra maestra llamada “Thick As A Brick”. Que
desde ese inicio solista que terminaría dictando las palabras del titulo del
álbum, hasta un solo de guitarra desapercibido de un calibre camuflado y
directo, pasando por el cierre que contiene la misma apacible guitarra de
madera, y el vocal terminando con las palabras del vinilo en silencio. Y si no
fuera poco eso, no mencionemos tremendo mensaje compatible con la música que
ronda más de media hora sin ningún aburrimiento encima, con un trote danzante
que es imperdible. Imposible hacerle ojo en tan poco tiempo y en tan desgastada
memoria precoz, pero con tan solo escuchar el álbum no hace falta ni escribir,
ni hablar tanta pendejada.
Nota: 9.9 Altos, Dignos y Majestuosos!!!
Publicado Por: Zdzislaw Beksinski
No hay comentarios:
Publicar un comentario