domingo, 8 de diciembre de 2013

Dimitri Shostakóvich – Sinfonía Nº 5 [1937]

Shostakóvich fue un músico y compositor ruso que vivió durante el periodo soviético de la Rusia de principios del siglo XX, debido a sus desafiliaciones y desacuerdos con el partido comunista, su música sería tachada como prohibida para todo el país. Fue un prolífico y  cansino buscador del arte más puro en sus composiciones, llevándolo a componer una metralla de obras, que  hasta el día de hoy tienen el reconocimiento de todo el orbe.


Para no adéntranos mucho en su biografía (Creo que no hace falta) vayamos al grano, al cojotazo de un pispas. Nombrar una de las principales influencia del músico, a sabiendas de la ascendencia, región, lugar y ámbito que trabajaba, no es difícil encasillar, de buenas y malas, al compositor coetáneo, bueno un poco más añejete, “Igor Stravinsky”  creo que no hace falta decir lo emblemático que fue este señorcito de aquí, ¿eh? Dimitri carga con Tufillo, bujías, calibre, antorchas y pepinillos;

Tufillo a los clásicos e inmemorables eruditos del clasicismo más pétreo y embardunado de excelentes composiciones; bujías: por las chispeantes y elucubradas muestras de trabajados arreglos coreográficos en tesituras y sequedades nocivas; calibre: por el escuadrón y vaivenes que nos pueden producir las serpenteantes caminos coloridos y los despuntes maltrechos y vahados filarmónicos; Antorchas: por la iridiscencia gobernante y ensanchada, casi unos deliberantes himnos pletóricos forjados de capas de sobresaltados y sobrecogedores espasmos acústicos; pepinillos: porque así nos dejara la cabeza, bien alta y delgada o de lo contrario le apuestas a ser el cabeza de balón de “Nickelodeon”

El señor dimitri es un experto en lo que hace, y también es un maestro en hacerme dormir. Perdónenme muchachitos. El señor tiene un talento innegable, pero, compa, pasate por aquí, nos echamos el cafezazo cargadito de cafeína porque se me dobla el pico y caigo en sopor absoluto. Harry Potter, en vez de dimitri, de cariñito, ¿eh? Mantiene una cuerda bien tensa desde su inicio. ¿Y que quiero decir con esto? Que desde el primer minuto escuchamos música bien hecha, pero con un contenido ambientalista o para permanecer en el fondo de la tosquedad y la amargura sinsabor, sin sal, sin chicle y sin picor, en mi clara y notoria subjetividad. Y eso a mi juicio, en plan divertido y reseñil, no me logra encajar del todo.

Eso sí, los instrumentos juegan, corte mudo en vocales (Para redundar un poquitín), da una ensimismada y atípica música; ¿será por el genio de Potter? Tal parece el tipo siempre fue un marginado, algo díscolo con lo que hacía, aunque, llano y pleno en su arte. Y por si fuera poco, reanudamos la conver, citándole sus largaaaas canciones.

 Señor de gafas grandes con bigotillo y canoso: Estúpido y pueril niño, no sabes que es arte, no sabes que es música, no podes apreciar la calidad, por eso te aburre.
Niño comiéndose un sorbete de la nevería: Maitro, agárrela al chuave, estamos entre colegas.

Señores, no sé ustedes, pero yo me baso en las sensaciones a la hora de escuchar debidamente un disco, música nueva, o descolocadas y mentadas “obras maestras” y tampoco nos pondremos en el objetivo de destruir algo que nonos gusta por el simple hecho que no sea de nuestro agrado. Cuando digo destruir indicó burlarse, insultar y no aportar nada, claro, las bromillas aquí no faltaran. Bueno, sigamos.

Quizás, para darle la medida exacta, como se les ha dado a todos, también, he de mencionar que aquí no todo es una pasmosa y soporífera somnolencia. Aparte de estar sedados en los primeros 34 minutos, tenemos un bello y excelso vibrato de 11 minutos que nos reviven de la sedación, nos quitamos el camisón de hospital, la intravenosa de un tirón (Algo así como la muchacha de la película del Ciempiés Humano) y correr, pero esta vez no de espanto o de ensueños, sino de la algarabía, aunque no de personas cuadradas, sino de violines, flautas, trombones, tubas, contrabajos…. Hasta estallar, reventarnos la careta y darnos el guantazo justo, el que estábamos pidiendo a gritos, puta!

¿Portada? Puta, que acaso somos imprentas, enajenados y paupérrimos imitadores de cazadores de tesoros, si la paradoja del gordo y el flaco…. Váyanse a la chingada. Acuérdense, amiguetes, que antes los compositores no tenían la idea de hoy en día, ellos no se decían: eh, ya compuse un disco (En esta caso las obras se representaban en publico la mayoría de veces y solo quedaron las notas para interpretarse) ahora buscaré una portada como la de “Atrocity” (Fijise bien que todo esto es una estúpida e incoherente broma, ni existía la bandita) sí, ahora formemos un garita presuntuosa y despótica de las reglas de la música… Neles, échate la cascarita mejor, no escupan mierdas.

Mis estimados, creo que ya es mucha mierda escrita, pero el papel Word perdona todo lo que se manche-digite de tal o cual manera. La única y seria recomendación que yo les puedo hacer es que escuchen a Potter en este tramo, al parecer a mi me deja secón, pero creo que a mas de alguno, con mucha paciencia de preferencia, le encontrará gustillo y se chupara los dedos plácidamente. Shostakóvich no podría faltar, músico importantísimo y de monta, ¿eh? Nada pequeña, mis calabacines.





Nota: 7.1  y la cinta crecerá, se alargará y creará a Allegretto!!!      




Publicado Por: Albert Spaggiari

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