EL MITO HA MUERTO

El fatídico e inexorable día ha llegado: ha muerto El Mito, mejor conocido como El Negro. No sé ni cómo comenzar ni sé cómo se redacta este tipo de cosas porque es vez primera que escribo por intentar expresar algo sobre un fallecido. En mi corta edad nunca experimenté el desahogo u homenaje genuino, por medio de la escritura, hacia la memoria de un ser vivo. Pero, creo que es mejor intentarlo escuetamente a no pronunciarme ante la caída de la última efigie que da nombre a este agónico (en actividad), pero rico musicalmente, blog mierdero.

Repito, me resulta ardua empresa condensar más de una década de vida en mi compañía un gato del cual estuvo durante toda mi adultez, toda una etapa de mi vida. Uno asume vanamente que la presencia es eterna por dictamen de la costumbre, y cuando abruptamente llega la muerte sientes la ausencia y la memoria más fuerte que nunca. La mezcla de emociones, pensamientos, y memoria, confluyen en una honda tristeza que conlleva la muerte de un ser amado, pero que entendemos que el dolor, muy a nuestro pesar, se debe sentir en su plenitud y no tratar inútilmente de eludir los senderos inevitables de la naturaleza.

No quiero extenderme en las exuberantes digresiones, ni en un intento fallido de un homenaje poético, ni mucho menos traducir con palabras el valor primordial que me brindó su mera existencia compartida conmigo. Con un nudo en la garganta, simplemente comunicar el fallecimiento de un baluarte imperecedero, de un ser legendario, de un gigante amable, de un anciano sereno, de todos los apelativos loables que le quedan cortísimos a un grande: ETERNIDAD ABSOLUTA A EL NEGRO, A EL MITO.

Publicado por: Zdzislaw Beksinski