miércoles, 19 de noviembre de 2014

Broncco - B’Rock [1996]




Uno nunca tiene que olvidar que su principal objetivo como oyente, es el de nunca descuidar la escena de su país. En este caso es lógico que tantos discos que no tuvieron la difusión de bandas actuales, fue porque la radiodifusión estaba muy concentrada en corrientes más populares, asequibles y rentables para el consumidor. Claro está que el rock y todas sus vertientes, nunca fueron aceptados en un país donde la cruenta guerra civil había dejado una desconfiada generación de jóvenes que querían cambiar su condición y proponer un mensaje, si no al mundo sí a su país. El conflicto armado salvadoreño tiene su impronta en los 80’s (No sería hasta los ’92 donde los acuerdos de paz sosegarían situaciones invivibles que la guerra dejó) aunque cabe destacar que, en los 70’s el cogestionado clima político sumado con las injusticias sociales impetradas, permearían El Salvador antes del conflicto que pintan los libros de historia. 

Era, pues, muy difícil que agrupaciones, especialmente rockeras, tuvieran cabida en el panorama; muchos siempre se interrogan con preguntas de la talla de: ¿Por qué el país no tuvo escena como una norteamericana o inglesa? Pues, está más que claro que todas las bandas respiraban el mismo clima de inseguridad, incertidumbre y temor al devenir. No era momento en pensar de qué manera podrían destacar los grupos; era un momento muy constipado el sólo requerimiento de sólo buscar una productora que patrocinara la garantía de un sello discográfico. Broncco es una banda formada en 1974, como bien dije unos párrafos atrás: Grupo que sacara un Lp, siendo rockero, era algo impensable. 

Por ello y por razones sociopolíticas, Broncco, formado por el maestro Chente Sibrián, fundó la banda que hoy nos atañe, después de dejar un proyecto casi ignoto, hasta para la misma escena salvadoreña, como lo fue ‘Thrones’ que, su período de gestación cubrió los años 68-72; año donde se difundía la cumbia, las sonoras, las orquestas, el mariachi, y la música popular del momento, el rock ‘n’ roll. No hablamos de cualquier cosa. Sabiendo, por lo contado que Chente no sólo ha sido el mayor exponente del Salvador en el ámbito rockero, sino uno de los impulsadores actualmente -Entre su labor se añaden colaboraciones y entrevistas radiales que manejan la critica de la industria del rocker Nacional- del conglomerado Rock/Metal. 

El único álbum que sacarían, tardío por las situaciones antes expuestas, de 1996 sería ‘B’Rock’ un Lp de casi 1:15.00… un joyita que suscita el amasijo de canciones que quedaron apelotonadas entre demo y demo o cintas que aún no serían fichadas, versiones de la pura maqueta under: grises y fotocopiadas, pues. 

Lo que acontece B’Rock es una rescatable cinta entre Hardrock y retazos Heavy, muy calcado a veces de unos AC/DC en los segmentos regulares-rítmicos, también un uso manufacturado de la melodía estructural tradicional, como la vieja escuela reclama, y por si fuera poco, una energética propuesta post-bélica en sus temáticas, con un enfoque muy positivista (Entiéndase que este término también puede emplearse tal como un adjetivo ‘idealista’ así que, por si las dudas entran, apartemos el concepto filosófico que tercia otra connotación, para ello véase el positivismo científico-filosófico) Una generación de músicos que se arribaron contra aquel aluvión tradicionalista, costumbrista, religioso, de finales de los 90’s de aquel salvador desvencijado.

Pese a las callosidades que tuvieron que franquear por parte del público, la llegada inesperada de un álbum muy sólido y a la vez prometedor, fue una baldada de agua fría para esos detractores del talento nacional; y por otro lado, fue una formula naciente, visionaria y comprometida para esos jóvenes músicos que sólo bebían de las corrientes americanas y nunca tuvieron un padre (en este caso la primera banda) que les enseñara, cultivara e influenciara, y mayormente, les impulsara a preguntarse: ¿Si una banda compatriota pudo, por qué yo no?
Los primeros siempre son los valientes, siempre serán los que destilarán esas veleidades y cargadas ganas por realizar sueños consigo. 

Lo que se encuentra, más detalladamente, en B’Rock es una ecuación simple, pero exquisita: Solos agradables, ambientes que circulan en los medios tiempos, baladas que suponen ricos matices en armonías bien trabajadas; con ello, he de agregar que su ecuación resultante, es la poética narrativa que se cuece, una emulsión de temas alentadores, un arraigado sentido de la esperanza y  un rechazo, a su vez, por las pugnas territoriales e imperiales. Es un llamado flamígero de libertad, reparo y lealtad, cuyo compromiso no tiene fecha de caducidad en nuestros tiempos. 

Canciones que rutilan por luz propia serían ‘Estamos aquí’ deliciosa y simple composición que empieza con un orfeón que incita a la incesante violencia, desigualdad y egoísmo a desintegrarse  por completo. Los riffs cual sablazos que encuentran reposo entre las líneas de bajo y el incipiente golpeteo de la batería. Canciones que siguen el duelo de riffs muy heavymetalosos y ansiados, pueden citarse tales como ‘Vendedor de Sueños’ ‘Guerra Nuclear’ siendo ésta la más potente e indigesta; Baladas que sitúan más esa encomiable melodía transitan como la juglaresca ‘Asfalto y Tierra’ con ese aroma glammer de los 80’s, una de esa baldas cargadas de un sentimiento de añoranza e intrepidez, de la instrumentación sólo destacar los slides que se ejecutan de manera impecable, y el estribillo cargado del orfeón subsiguiente, llena cualquier expectativa. 

 Siguiendo esa concomía, buceamos ahora al segundo epílogo, también baladesca, que “clarean” todo el concepto letrístico prefigurándose con unas introducciones guitarreras muy al son del Thrash Old school; cuán sorprendente emoción de simpatía y reflejo personal el que éste álbum marca, y no hace falta ser únicamente salvadoreño parar sentirse tan identificado con la hermosa coloquial y balsámica lirica. Las guitarras acústicas reacomodan otro componente, y es el de la sonoridad a tiempos varios y quedos, perfecto ejemplo se da en ‘No es un sueño’ hermosa y pasional composición.
La maidenesca y rainbowniana ‘Preparate’ deja lugar para la unión entre aquel milenario entredicho: “los rockeros tiene que estar unidos, la música tiene que juntarlos” el ambiente Judas y de la escabrosa NWOBHM viene con ‘Miradas a tu Alrededor’ bravía y turbada, ‘No estés solo’ profundiza en ese coqueteo con las corrientes del heavy británico, especialmente por la aclimatada acústica de Saxon, un retintín de Speed, la pieza más rápida, que muestra un unción particular, en el álbum. ‘Ya no estás’ vacilona, algo simbólica, y muy entonada en cada intrumento; no me van a rechazar que esas anegaciones llenas de feeling de las guitarras rítmicas con las acústicas y algún teclado de por medio, gravitan bien en esa aromática andadura, algo trémula, por cierto. 

‘Esa Voz’ se raigambre al concepto esperanzador del álbum, pasa lo mismo con ‘Cielo sobre cielo’ con más clima popero que nada, juguetona a morir. Hasta este punto veamos que los componentes que cargan con el álbum, son diversos y heterodoxos, libres y con mucha baza de por medio. Con ‘Esto es Rock’ termina el álbum, canción muy alambrada y caústica, pero muy hermanada y acogedora en cuestión lirica. 

Una carrera que debió seguir explayándose, debió seguir figurándose en el imaginario colectivo de todo rockero salvadoreño, una carrera que no dejó mucho prolíficamente hablando, pero que dejó un concepto, un enema, un símbolo e imagen de lo que es el rock….

Como nota adicional, he de mencionar que su fundador, Chente Sibrián, desde pequeño sufrió Poliomielitis, o mejor conocido como ‘Polio’; por lo tanto, hablamos de toda una figura que jamás se arredró a las futuras apreciaciones sobre su persona. Eso señores, eso se llama, virtud. Hoy en día eso vale más que millones y millones de dólares…. Broncco en El Mito y La Mita.





Nota: 7.0 



Publicado Por Albert Spaggiari. 

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