viernes, 3 de octubre de 2014

Stanley Kubrick – Flying Padre [1951]





Como lo dije hace poco: no todo gigante muere cansado. Y la segunda parte de documentales, o más categóricamente, el segundo documental de Kubrick, es, irremediablemente una práctica de planos amistosos. Bien, está claro que con 9 minutos no se hace mucho, o no se puede decir mucho acerca de sí. Por ello, aclaro dicho trabajo (Este filme) fue exclusivamente para tantear las formulas como director, y no simplemente como una historia más que formaba la columna vertebral de la mente directriz de Stanley sino como el ensayo del mutante. Lamentablemente para esta mini versión, las cosas en drama ahora sí que están mucho más flojas; y tendremos que compararla, ineluctablemente, con su antecesora ‘Día de Combate’ mismo año, misma producción, marca de la casa. 

En primer lugar, siempre tenemos el entretejido mensaje del director, en esta ocasión Un cura que vuela (En su avioneta, por supuesto) para ir salvando a sus feligreses de mil y un aprietos. Se deja ver el halo esperanzador del joven director para el cortometraje; y una de las mejores sucesiones y la potabilidad que pueda tener el corto, está en sus planos, ya que su historia carece de rigor -más simple- en cambio la estructura simbólica, la hélice que rige el avance argumental –Siempre con la voz en off- primero: la fotografía, segundo el camino de ángulos.
La técnica se deja ver en los encuadres de gran plano, plano general, plano americano, plano entero plano medio, medio corto… y el importantísimo plano de detalle; éste último tan importante para que entendamos sin oír al narrador. Yo entiendo, entonces, que la intensión de Kubrick era recubrir sus yerros técnicos, como los acartonados puntos de vista que tuvo en ‘The Day of fight’. Maese, entienda que el valor que tienen éstos para la realización de obras primas  como Odisea al espacio, son importantísimos; encada era se ha ido marcando la técnica sea montaje, secuencias, espontaneidad… etc Los traveling y movimientos de cámara llegarían después. 

Eso sí, la historia del cura San josé apesta, y a mierda. Sólo es recomendada para los más loados fans del neoyorkino. Porque un cura que salva a un bebé enfermo, como qué bien pues, pero es sólo una práctica cinematográfica.

 (Algo cuáquera, ¿no?)



Nota: 1.9 por el ejercicio

Publicado Por: Albert Spaggiari.

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