lunes, 17 de junio de 2019

Possessed - Revelations Of Oblivion [2019]





El Ave Fénix ha renacido. Han pasado 33 años tras su muerte, tras las eternas cenizas doradas que dejaron a la posteridad como un jodido modelo de cómo mierdas iba a mutar la música, renace en este 2019, no sólo es un mito y leyenda del Death Metal, si no, un DIOS. Y como sabrán, los dioses tienen algo en particular semejante a la tan mentada ave mitológica, y eso es: LA INMORTALIDAD. Y créanme, escasos lectores que se pasan por este blog, toda la sarta de vómito y mierda que escriba sobre el grupo que nos acontece no hará más que retratarme como un ridículo, y no creo que ni los mil Cervantes hagan justicia, y con todas las de la ley: lo que dejó POSSESSED es de un tamaño bíblico para el Death Metal, quizás más.

Ni hablar: más de 3 décadas de ausencia discográfica, su único integrante original en silla de ruedas, el fichaje de la “Coca-Cola del Metal”: el sello Nuclear Blast (con todo lo que eso implica), el avejentado y aventajado paso del tiempo que pasa factura hasta a los más grandes, las suplencias de artífices compositivos y la presión ciclópea en sus hombros por parte de sus devotos. Como para cagarse y mesurarse un poquitín a la hora de lanzar el tan esperado producto, como cualquier ser humano, pero no fue lo que sucedió… El legendario Jeff Becerra al micro recluta a las ignotas bestias que lo acompañarían en este resucitado y renovado POSSESSED: Robert Cardenas al Bajo, en las hachas de seis cuerdas; Daniel Gonzalez y Claudeous Creamer, y a la bataca el pelonchas de la banda Asesino: Emilo Marquez.

¿Qué obtenemos?
Un Álbum de casi una hora que surte y abastece una desmesurada cantidad homogénea de temas Death/Thrash Old School con el sabor -como era de prever- modernete. Algo que cualquier banducha de refritos de la actualidad colisionaría hacia el olvido, pero el caso, pese a sonar idéntico, no lo es. ¿Por qué?, 1. Así como en el fútbol tiene mayor reflector y peso más la camiseta que lo que haga dicho jugador, también en la música: pesa más el nombre de la “marca” instaurada que la calidad de sí misma. Y 2. “La modernidad” sonora de sellos como Nuclear Blast y el contexto temporal, increíblemente no mancilla lo que comúnmente llamamos a una bandototota como: el núcleo o la identidad. 

Y esto último es el causante de que “Revelations of Oblivion” gane la inmunidad en la impoluta y corta discografía de POSSESSED: Suenan a ellos. Fácil, arremeten contra nuestros tímpanos, no sólo con la incesante ráfaga violenta que disparan los Riffs y el punzante ritmo demoledor como nos tenían acostumbrados hace siglos, si no, que inclusive optan por la modernidad y la nostalgia como “aderezo”. ¿A qué me refiero?, que, así como nos despachan en 5 minutos una demoledora sección rítmica hasta degollarnos, también se da bastante espacio para una sencillez atractiva en los estribillos, un dote más de melodía y las pinceladas o guiños nostálgicos como golpes puntuales en la batería que rememoran a Mike Sus, campanas que recuerdan a “Fallen Angel” o esa lírica ultramegahíper-satánica.

Toda incertidumbre queda resuelta, todo temor embaucado y toda sospecha ausente. Escuchar, tras una Intro mística de casi 2 minutos, “No More Room In Hell” es garantía y afirmación de que los Dioses han vuelto a apabullar a las masas. La tónica compositiva es el reflejo de la llaneza, de la brutalidad y de la eficacia que tornará el sonido de “Revelation of Oblivion”. Y es que, algo que inicie con unos Riffs malévolos, una bataca para abrir con un áspero “canto” icónico para headbangear y hasta seguirle el fraseo desgarrador e intacto a Don Becerra no se puede hacer mucho, solo degustar del diabólico y crujiente manjar de Death/Thrash.

Llega “Dominion”, y junto a: “Damned”, “Abandoned” y “The word” ejemplifica el asunto: la pesadez no faltará ni de broma (incluso por algún tramo de algunas canciones retumba el hedor al Death Metal más pesado), pero se embadurna con una ingesta de excelentes fraseos, ritmo dinámico y estribillos con ganchos junto a una imparable violencia sónica y una atmósfera ritualista. Una conjugación excelente, porque en ningún puto momento del tracklist te quepa duda que las revoluciones de la estampida de Riffs y martillazos menguará.

Y es que, pese a tener una uniformidad latente por más de 50 minutos no muy agraciada de escuchar, POSSESSED la transfiguran a un camino demoledoramente entretenido y dinámico en las diez canciones que rondan los 5 minutajos. Sorprende lo arriesgado y efectivo del invento: TODAS, no miento, TODAS las canciones se disfrutan plenamente, desde las anteriormente mencionadas, el acribillado desenfreno de “Shadowcult”, “Ritual” y “Graven”; o la opresiva, tétrica y endemoniada “Omen” que recolecta todos los aspectos, logrando una simbiosis pirotécnica del disco; Y por recalcar una entre todas, me quedo con el rolón de “Demon” y su medio-tempo jodidamente avasallador a la par de un Becerra rabioso e inigualable junto, como si no fuese posible, a un tramo aún más desollador que inicia en 3:15 y se eleva al ¿infierno?, hasta un jodido solo de Bajo con un subsecuentemente solo de Guitarra para luego regresar a la tralla para que finalmente se me erice los pelos del culo y morir con una sonrisa, para lo que en mi arrogante opinión, exclamar que es un himno nuevo para el repertorio de los (mejor dicho: del) de San Francisco.

Ultimísimo detalle fundamental a recalcar: Emilio Marquez. Puta bestia sinigual, las remembranzas que ocasiona y el estilo caótico y métrico del Pelonchas es digno de alabanzas. Una brutalidad y potencia a la hora de destazar la Batería. Ponerle suma atención a la destreza que tiene y la relevancia presencial a su pegada, doble bombo, y a los platillos. Adquisición muy predominante a diferencia de los guitarros que, no defraudan en ningún instante, pero no sobresalen como el de las baquetas. Y para finalizar con “Revelation Of Oblivion”: Señor y Amo que lleva adelante la resurrección de POSSESSED: Jeff Becerra. ¿Qué decir del ilustre personaje? Los 50 añetes de edad no son carga para una de las gargantas más legendarias dentro del gremio, un registro: áspero, crudo, rabioso y feroz que es ya singular que gracias a Lucifer no ha envejecido, solo retuvo sus imperantes fuerzas para escupir la desgarradora y potente voz que se mantuvo silenciada en grabación durante 33 años y que triunfantemente ha vuelto.

Eso sí, el que piense que “Revelations of Oblivion” demerita por no ser del calibre o ralea del “Seven Churches” y/o “Beyond The Gates” necesita ir a un psiquiátrico urgentemente. Puesto que, atestiguamos el material que sostiene el legado intacto de uno de los pioneros, creadores, fundadores, amos, reyes, maestros, jefes y DIOSES del Death Metal, y como tal, aún con todo, resurgen cuál ave fénix relampaguea su destellante plumaje para imponer su presencia inmortal como un Sol.

Que mejor día para publicar el renacer de uno de los PADRES DEL DEATH METAL, que el propio Día del Padre en mi país.






Nota: 8.0


Publicado por: Zdzislaw Beksinski


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