A Callar a los nietos a puros cinchazos como a
la vieja escuela!!!!
Este fue, al parecer, el enunciado que
hicieron Suffocation al salir de “La Luz Negra” en la que estaban, para no solo
reventarles el hocico a los monos cerotes que se les rebasaba la arrogancia con
sus breakowns deathmetaleros chafas, sino, también a lustrar todavía más a su
legado de más de 20 años, con la placa hoy presente. Y es que, admitamos los
hechos… Terrance Hobbs y Cía. Nunca más en su puta y cochina existencia harán
otro “Effigy of the Forgotten”, ni aunque le recen a Chuck Schuldinner para
saber el secreto de la divinidad en el Death Metal. Pero pese a ese innegable
reproche que tiene todo mortal, “Suffo” no se satisface con solo el mero hecho
de sacar material vigente. Eso no, Los Newyorkinos en el 2017 no querían
cagarse en su gremio ni con un pobre Deathcore que olfatee pedos de
popularidad, ni macerar el pescado maloliente con los mismos ingredientes en
piloto automático.
La sangre nueva corre tras las vetustas y
míticas arterias aortas (en este “cuerpo” son 2): Frank Mullen y Terrance Hobbs,
en este caso, tenemos a los desconocidísimos: Eric Morotti en la Batería,
Charlie Errigo en la Guitarra, y al ya curtidito Derek Boyer que ha estado
desde el resurgimiento de la banda desde 2004. Con este plantel se disponen a
sacar: “…Of The Dark Light” con una portada moderneta que nos ofrece lo que
todos esperábamos: Un Death Metal Técnico al más puro estilo de la banda. En la
placa está latente la conformidad y la homogeneidad de su archi-conocido sonido
en todo el trayecto… No hay ningún mestizaje de géneros, ni rumbos extraños del
grupo. Con Suffocation solo habrá grava caliente y pesada para despescuezarnos
y aplastarnos en una fracción de segundos.
Hablar del disco, y precisamente de
Suffocation, es hablar, no solo de los grandes maestros inexpugnables del Metal
Extremo, sino también, de una escuela patentada por Dioses, por sonidos que
ellos mismos patentados como propios, y que alumnos de alumnos choricearon la
fórmula sin el sazón autentico del ingrediente que podemos apreciar en: “…Of
The Dark Light”, Y es que esto es así, todo el artilugio se centra en expulsar
una incesante e irrefrenable estampida de brutalidad de parte del Calvorotas
Mullen y Cía.
Tenemos en el menú cosas añejas y machacantes que
todo acérrimo a la brutalidad adora, cosas como: Riffazos sacados del culo del discreto
dragón Terrance Hobbs, el clásico manejo de los tempos y las velocidades; desde
blast-beats hasta cortes densos, y el entrañable calvorotas que espanta a la
manada de osos grizzlys con un vozarrón legible pero sin perder la guturalidad
y la potencia. Pero Ojote, el retoque y la implementación de gente nueva, no están solo para encajar y animar la maquinaria,
no, no y no. De parte del recién contratado Errigo en la guitarra, conjuga un
tono más sombrío y melódico, que hace una dupla más dinámica con Scooby Hobbs,
prueba de ello están “The Warmth Within The Dark” y “Some Things Should Be Left
Alone” para corroborar lo que digo, y de parte de Eric Morotti en las batacas,
en general se ha adaptado al plantel perfectamente. Aclaro, nadie quita el
sello técnico y demoledor que palpita el disco.
Puesto que, la monstruosa conformidad en
ningún momento palidece la creatividad y el ingenio, tenemos destellantes
himnos como: “Clarity Through Deprivation”, abriendo todo de un vergazo en la
mesa, provocando la destrucción de la misma, sin contemplaciones ni
consentimientos para la escena actual. ¿Quién mierdas dijo que el pelonchas
Mullen perdió fuerza con los años? Pues, no, de repente nos hallamos en el
minuto 2:15 y un Break o macabra y densa pausa ingrávida nos ha poseído,
mientras en medio transcurre la atacante y voraz vociferación de un estribillo
atronador que solo el peloncito puede hacer… Ufff.. Ni hablar de cómo se
desplaza la batería hasta concluir en un Solo de Charlie Errigo que nos deja
saboreando cada segundo.
Otro momentazo que destila la carajada, el track
homónimo, que tras empezar con una embestida de Riffazos y metrallazos del Bajo
y la batería, terminan los golpes a nuestro ya débil cráneo con un apoteósico
Slam en toda regla en el minuto 2:10 hasta caducar el minutaje de la pieza.
Pero ESCUCHAR!! Ese entrecortado Riff que se mueve como un gusano venenoso de 3
metros. Esto es hablar de palabras mayores, de manejar los tempos hiper-veloces
con la estampida y la dinámica que nos ofrecen con su técnica hasta finalmente
clavarnos un pedazo de hierro oxidado en nuestro oído con esos momentos
culminantes.
Y para no aburrir en largas y minuciosas
descripciones, tenemos a la orden a Derek Boyer como protagonista principal, y
héroe del tema: “Caught Between Two Worlds”, donde acá, ya no solo la
instrumentación se zigzaguea como quiere, sino, que EL BAJO de Boyer, se trepa
por 4 minutos con una virtuosidad endiablada a las cuatro cuerdas, como si
estuviéramos presenciando una tarántula peluda, fea y grotesca, pero con tal
encanto morboso que nos da gusto saber que existe. Eso sí, el rubio igual que
la batería, se deambulan con una rapidez y técnica sobresaliente en TODO el
puto álbum.
De este ejemplar, podemos extraer la idea de
que cada track, en su homogeneidad se diferencian más que en otros discos
debido a que construyen fácilmente una línea divisoria entre cada una, con una
particularidad que identifica cada canción, ya sea: las recurrentes agresiones
sónicas de la profunda garganta del monstruo Frank Mullen en canciones como: “The
Violation”, “You Last Breaths”, Los catedráticos y gigantescos Breakdowns y
Slam sin rebalsar, el sonido oscuro en el trasfondo con aire armonioso y
sofocante de la mano del nuevo fichaje de Charlie, El asombroso pero discreto
Bajo de un Derek que se viste de campeón y la insignia de Terrance como el jefazo
del sonido junto a un Morotti que marca los ritmos y se acopla perfectamente a
esta mitica bestia que tiene por nombre: SUFFOCATION
Finalizando, Solo cabe escuchar el regreso de
los dioses del Brutal Death Metal en este 2017 que tras 4 años del “Pinnacle Of
Bedlam”, estos gringos solidifican más su notable discografía con este pedazo
de “…Of The Dark Light” que puede parecer muy grumoso y en su conforme sonido
devastador de siempre, pero le rebalsa los destellos de magia, con un tracklist
sólido y extremadamente redondo. ¿Acaso se espera un Rock Folclórico de los
amos del Brutal Death? Pues ahí está…Esto no está en piloto automático, ni
mucho menos para sacarle el jugo a las billeteras de los viejucos anclados, NO,
esto es un regreso en serio, de una de las bandas más representativas del Death
Metal.
Si aprecias el Death Metal, apreciaras este
regreso impoluto de los nada más y nada menos que los Dioses: SUFFOCATION
Nota: 8.3
Publicado Por: Zdzislaw Beksinski
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