Cuando parlamos de Thrash Metal, por obligatoriedad tenemos que remontarnos, ya no solo a la “era dorada”, sino, al “declive”. Supuesto declive patrocinado por la Bay Area que involucionaba –por decirlo suavemente- a la comercialidad de las nuevas mareas del contexto musical de aquellos tiempos. Sin embargo, tenemos que remontarnos al polo opuesto, al otro lado de la moneda, o como mejor se describe: El rostro más feo (en el buen sentido, obviamente) del Thrash Metal. El Death Metal andaba con el garrote suelto desatando obras magnas de la música, el Black Metal estaba dispersándose y erigiéndose como un género ruidoso y majestuoso. Entonces, el Thrash perrón en su esencia, al que todos estábamos acostumbrados opta por dos senderos pedregosos para salir ileso de una muerte prematura: El virtuosismo o la técnica de ejecución y composición en un género aparentemente llano y plano, y, el que nos compete, mis marmotas: La pesadez y la violencia hasta sus confines.
A ver…. Hablamos en teoría de 1989-1990. Mekong Delta, el “Rust in Peace” de MegaDave, Voivod, Coroner y demás pajarracos, daban las pautas para expandir el “tupatupatupatupa” en una fórmula matemática, eso sin perder el ADN. Gigantesco aporte el de los mentados en cuestión del “Thech Thrash”. Ahora bien, las eyaculaciones de la Ola Germánica de Thrash trajo venideros hijos que le levantarían la mano con arrogancia e ímpetu a sus tatas, hablamos de la híper-violenta escena, comandada de bestias como: Sadus, Merciless, Protector, y… MORBID SAINT. Este último, herido de cicatrices, al cual, vamos a desmenuzar.
Oriundos de una cloaca de Wisconsin, Morbid Saint pasarían de ser teloneros de Death y acérrimos a la bolsa escrotal de Slayer, a imponer respeto con su placa: “Spectrum Of Death” lanzado en 1990. Curioso destino arropó a “Los Saint” en el underground como “banda de culto”, gracias al fugaz remolino de sangre y fuego que dejaron en la memoria de todos. Si bien, los chicuelos se formaron en 1982!!!!, pero faltaron 8 años para ver el rostro avejentado y lacerado de la abuela de Eddie en la portada. Y encima, al indagar, uno se da cuenta que la desdicha es aún más grande: Tenían (y tienen) material que no se pudo publicar por cuestiones meramente de productoras, discográficas y demás. Señores, algo lógico y triste que le pasa a los grupos de estos pedigrís, Demo´s en demasía, ideas claras y ganas, pero si no te lo agarran, ve tú a un rincón del baño de tu compaye a grabar un cassette con producción de sótano, a ver si cuela por el mundillo.
Luego de fulminar a la mara subterránea con la Demo “Lock Up Your Children” en 1988, dos años más tarde, los sinvergüenzas meten todas, TODAS las canciones del Demo y las brutalizan más (si es que es posible eso). Amiguitos, eso demuestra la frustración de que no vean a la luz tus MIERDAS en el momento. Lo mismo pasó con “Destruction System” del 2015. ¿Falta de ideas o grabar canciones decentemente que forjaste con esmero y dedicación?, En mi opinión, las dos razones son válidas.
Para los que nunca han escuchado a los endiosados Morbid Saint, dejarlo claro de antemano cipotes: Thrash Perrón de Carnicería Humana. Eso es lo que expresa este trozo de brutalidad. El Thrash llevado a su límite, sin híbridos ni artificios de otros estilos. El Guitarrro: Jay Visser (o mejor conocido como El Tío Cosa del Thrash) ha cargado al monstruo por añetes, y su pulcra idea de machacarnos el cráneo con sus indomables e insistentes Riffs lo dicen todo. No hay presentación más ad hoc para una bestia traga-sangre y huele-mierda como lo es el track: “Look up Your Children”: Cabalgadas, trotes y martilleos de instrumentos incesantes. La Base Rítmica se luce en todo el puto álbum como una sólida tanqueta pulverizadora. Esto es así compayes: Directo, Ruidoso, Brutal y hasta Jugoso si me apuran. 3 minutajos como El Chamuco manda, cerotes.
Acá no hay espacio para Riffs bailones y festivos, ni siquiera para los pesados y pegadizos!!!, estos hijos de puta se ganan la reputación de monstruos gracias a ese “algo” que no tiene mucho grupejo que se hace llamar deudor de lo extremo. Es cierto, el hedor de Petrozza en las vocales existe, el tufillo de esmegma de Slayer en las Guitarras también, la intensidad y el descaro de unos Possessed también; pero OJO, esto no es un vástago ni un homúnculo de los maestros, esto es, sin temor a equivocarme, el hijo y la evolución de la música de los tres mencionados sin siquiera sonar a una puta copia barata, adquiriendo, como todo hijo debe de hacerlo, una personalidad propia que lo distinga entre los demás. Eso lo ha puesto en la mesa Morbid Saint, que no quepa duda de quién carajos estamos hablando.
“Assassin” es la evidencia fehaciente de lo que propugno. Imagínense dentro de 7 minutos, un desquiciado cantando como si estuviera en el mismísimo infierno, junto a un extenso, plano y grueso tono de guitarras que solo se acoplan al martilleo inhumano de Lee Reynolds en las batacas. “Scars” casi más de lo mismo. Dos temas largos, que o bien te atrae esa abrumadora estampida o te muelen los tímpanos a vergazos y los desprecias. Esto es en concreto la esencia de Morbid. Haciendo un paralelismo ridículo, en la misma fecha sale “Altars Of Madness” de Morbid Angel. Y sin discusión alguna, son dos bandos distintos, peroooo… ¿quién suena más mugriento, cochambroso e inasequible para el oyente? Posiblemente los Saint, y si tienes dudas, mira los solos de Vissser, las composiciones que parecen una plasta de mierda fundida con lava que te cae encima sin piedad. Nada de Técnica ni virtuosismo, acá solo existe MATAR al oyente, espantarlo, pulverizarlo con todo lo que tengas. Esa lección la ha aprendido bien “Spectrum Of Death”.
A medida que desmenuzas este cadáver, te topas con joyas como: “Damien”, “Crying for Death” o “Burned At The Steak”, que no hacen más variación alguna, intensifican más la monótona pero exacta palabra: BRUTALIDAD.
Avisados están: Si no eres del gremio te va a costar digerir esta carne cruda, porque las composiciones son 100% aplastantes y casi inmutables, a excepción de algún momento en concreto que puedas paladear. En fin, “Spectrum Of Death”: Ejercicio puro de violencia y masacre Thrashera. Conclusión: Buen Discote, pero que no se nos pierda el rumbo al decir el tópico “Obra Maestra” a cualquiera.
O mosheas hasta que las cervicales te las extirpen o huyes a merendarte un poquito de Pink Floyd para suavizar el tímpano.
Nota: 8.0
Publicado Por: Zdzislaw Beksinski
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