El simple hecho de sentarme frente a la computadora para escribir en blogger, o lo que es peor aún, en El Mito y La Mita, uno de los blogs que vio desarrollar y profundizar mi gusto y pasión por la música, después de 2 putos años de letargo, coma, y casi extinción del mismo, vuelvo a dignarme después de tanto tiempo de ausencia, discontinuidad entre años previos, y los incipientes añales fecundos, siento extrañeza, rareza, tristeza por ver largos períodos de silencio, y sobre todo, una sensación de estar ausente de una parte de mí mismo. Perdón por redactar con tantas comas el caos hilvanado de la idea que quiero expresar, y de la entrada tan apesadumbra y nostálgica, pero son sensaciones al vuelo que les estoy poniendo palabras de la forma inmediata en la que estoy escribiendo esto.
Una vez aclarado en semejante tostón de párrafo miserable, la ocasión que me mueve los dedos índices y medios de mis manos esqueléticas no es el lloriqueo melancólico, si no, PARA CELEBRAR 12 AÑOS DE EL MITO Y LA MITA, HIJOSDEPUTAAA. Si bien, como dije anteriormente, la ausencia reinó, esta conmemoración de 12 añicos de almacenaje de música de distinta ralea y reseñas pedorras que vierten luz y caca a lo que nos apasiona desde la mirada de un servidor, es una alegría personal por un proyecto que se realizó, pero también, ha inspirado en mí, no sólo anunciar y celebrar la docena, si no, volver de alguna perra manera a pasarme por estos lares, a no dejar en coma a este pútrido y bello lugar, así que, dicho sea de paso: VOLVEREMOS, discontinuos y cojos, seguramente, pero regresaremos algún día para más disquitos que roer, mis cotorras paralíticas, y sobre todo...
QUE SE HAGA LA MÚSICA