Trouble
es la tercera cabeza de las bandas por excelencia de Doom metal americano, la
primera en salir del destajo y roer los lignitos petrificados, pero en su sed
de lid, aguerrida banda que no estrechó lazos con su generación metalera, descubrió (O reinventó)
una nueva forma de tocar música, no necesariamente rápida, pero si rotundamente
pesada. Y es que estos desplomados sujetos, alineados en el 79 como banda de
stoner/psychedelic rock, retornar los riffs oscuros que habían perdido los
primeros 70s para la nueva generación, y siguen el camino fiel a las criaturas
omnipresentes de plañidos rictus.
No
sería de sorprender que mientras gente del thrash y sus féminas (Glameputitas) estuvieran
haciendo un nuevo círculo agresivo y homosexual, los irreverentes trouble así como saint Vitus, eran los pocos en
desapegarse de es maraña de “sinsentidos”, “limitantes” y “precoces” géneros.
Conociendo el desagrado de la comunidad metalero, por ítem agregado, los
Trouble en sus temáticas se desvinculaban totalmente de las centralistas
liricas de muerte y perdición, cambiándola por “redención” y angustias existenciales de carácter religioso.
Esto
no era nuevo, gente como Stripper ya había vacunado esos terrenos a niveles
comerciales, pero, no me dejarán mentir, en aquel entonces una banda con un
sonido oscuro, purulento y malevolente no podía estar haciendo o componiendo en
letras esa clase de ideología (“Por la cuál el metal tanto luchó contra sus
confines y armazones”) entonces, ya nuestros chicos malos de Illinois no sólo
tenían el repudio de los metaleros de dudosa cepa, sino también de los
radicales y los maricas. Vaya jodida la que se buscaron estos camaradas en sus
tiempos.
No
sería con el despertar, en 1984, de unas de las joyas apreciativas y perentorias
del género como: “Psalm 9” con riffs inundados de carnosas secciones rítmicas,
voces áspides y gruesos motores bélicos estancados en agresoras cuerdas densas
y macilentas. Este vendría, no bien a definir el género podrido, pero si a
incorporar un grano a un terreno llano y casi inexplorado en los 80s. La
definición de esta primera faz, se añejaría un año después cuando Metal Blade
Records dejase rienda suelta con las esperanzas de un éxito en ventas casi
inefable y rotundo (Qué mal estaban)
Vendría
“El cráneo” o “La Calavera”, segundo álbum que llevaría ese primer sonido de su
“Psalm 9” a otros lindes, menos
radicales, pero más crudos y orgánicos que nunca antes visto. Para ese entonces
“Saint Vitus” se había ido por las ramas con ese su “Hallows Victim” (Lo siento
señor Raegers, pero usted como que tiraba para el thrash de segunda división), “Pentagram”
si había sacado un costal, tan grande como las esfinges, las pirámides o los
mausoleos griegos; que estuvo en la espera de casi 15 años con su estentóreo
despertar.
Los
Trouble, para estas instancias formados por: Eric Wagner en las vocales, rick
Wartell en guitarras, junto con Franklin en las mismas; Macalister y Olson, el
primero en el bajo y el segundo en la batería. Por allí se rumoreaba los
problemas con la bebida que algunos integrantes ya estaban teniendo. En fin,
esta alineación cambiaría para su tercer albumcillo por dicha problemática.
En resumidas cuentas la banda para este
trabajo cuenta con la incorporación, no del stoner que vino después, sino de
riffs más prolongados y trabajados; en el aspecto compositivo estaban teniendo
un periodo de solidez, con secciones más perdurables en contraataques, pasajes
más dinámicos y esforzados, sañudos y caligráficos;
a su vez, una batería que se refinaría haciéndose mucho más sobria y seria, con
menos abanicos y desenvolturas; Wagner con vocales duales: sus gritillos (A
veces molestos y aburridos) y sus tesituras estándares (Que quedan
perfectamente…. Infortunadamente este recurso no se utiliza mucho) y es aquí
donde les pondría peros a estos descalabrados sujetos.
Aunque,
una potencia aditiva sería más vírica que de costumbre. Como bien, las
secciones o despuntes para llegar siempre a los estribillos, o ritmos térmicos
básicos eran frecuentemente usados por todas la bandas en riffs densos y
portentosos, sencillos y sin mucha elaboración en virtuosismos; lo contrario
ocurre con Trouble, ellos asimismo no quisieron sumergirse entre esa marea de
escamosos riffs, ya que su alineación quería un “sobre-esfuerzo” ágil en las
guitarras: tanto como solos y variadas secciones rítmicas y primeras secuencias
en las iníciales y finales estructuras de las canciones. Esto vendría a ser un
punto importante, porque por momentos tenemos los pasajes apesadumbrados y tan
propios del género, y por otro lado una expositiva apertura de riffs
chirriantes y “heavymetaleros” su rollo era diferente.
Y
como bien lo dijo en una entrevista Lee Dorrian: que esta banda había sido su
principal inspiración, y de paso, The Skull era uno de los discos más puros y
grandiosos que había dado la escena del Doom Metal. Sabias y notorias palabras
para el vocalista de la hoy extinta “Cathedral” y muchos se preguntaran si esto
argumento tiene validez o ¿no? Vaya usted a saber escuchándolo mi calamar. Es
cierto, que la banda incrementó y llenó un espacio que no se conocía, pero, a
mi gusto, el álbum no entra como la joyaza que muchos andan pregonado a los
cielos. Aunque su performance, sus factorías y sus aportaciones son trascendentales
en toda regla, véase como se vea, o mírese como quiera mirarse.
Producción
loa, nada en especial, pero capta lo principal y fundamental de la obra. No hay
mucho de que quejarse en cuanto a esto. Su portada, también esta muy dedicada,
con ese sujeto implorando alguna clase de liberación, o la misma destrucción;
caso muy notabilísimo sería el fantoche que esta en los cielos entre desconcertado e iracundo rescindiéndole
algún reproche o alguna petición universal. Sus letras, como lo mencionábamos antes,
eran muy particulares en este tono y muy antagónicas, pero ya conocen la
historia: una vez que se haga, se repite hasta la extenuación. Aunque ni sus
mayores feligreses se atrevieron a escucharlos, empero no querían que el
mensaje de Deus fuera conllevado con este estilo musical tan antípoda, y la antítesis
más clara de su ideología “salvadora”
Indudablemente
que estos canijos son piezas pilares entre su género. Para todo aquel
incipiente escucha del Doom, sería una bocanada y una sabrosa experiencia
pirrarse a estos “Trouble” tan llanos y mágicos como las hadas de los cuentos y
los dragones de las oscuridades. ¡Descarga obligada!
Nota: Un justo 8.1 y con el tiempo iremos levantando la cabeza.
Publicado
Por: Albert Spaggiari
Why is this link for an exe file? Don't trust that...
ResponderEliminarIs the same as a Rar file. idiot.
ResponderEliminar