Corría el año 1986 y
el Chino de Las Tortas se consagraría un vegete de la basura alimenticia
ambulante, con un bigote y unos ojos similares a un emperador chino, pero no
era más que un vagabundo que paso de comer mierda a vender mierda…Y la escena
musical estallaba en todos los sentidos y casi en todos los géneros…Veíamos el
Heavy más culey, el Thrash más Violento y unas semillas del Metal Extremo… La conclusión:
Todos, pero casi todos querían ser los más rápidos de toda la galaxia. No
obstante en ningún Ring de pelea se encontraba aislado y concentrado, la rama
que daría a todos esos del Death Metal, una razón del combinar su agresividad
con la lentitud, pero que resulta más que solo una mezcla, ese genero se llama
Doom Metal.
Si, desde la partida
del Cuervo Sabbath a principios de los 70s, cambiaron las cosas en la música…Heavy
por un lado y Doom por otro rumbo escondido… Casi más Subterráneo que los
mismos sapos de alcantarillas, Bedemon, Pentagram y otra mariscada serían parte
de los amantes del sonido Sabbathiano y que tocarían en los 70s, luego llegan
los 80s, tenemos los primerizos Saint Vitus, Pentagram, unos Trouble por un
lado y una extrañísima escena Italiana con representantes como los míticos Black
Hole, Dwar, Paul Chain y los suyos y unos pocos derivados más que se unirían a
contradecir la rapidez y revivir ese sentimiento sepulcral que se vivió una década
atrás con los de Iommi y sus Secuaces
Pero no olvidemos a
una pieza fundamental para definir en su totalidad el sonido, ese era Candlemass,
si llegaron unos pocos años más tarde, es porque tenían algo entre manos y algo
muy peligroso, el año preciso es 1986 y había una solución para subsistir entre
la marea Thrash que expulsaba trabajos como Reign in Blood, Obsessed By Cruelty,
Master of Puppets, Pleasure To Kill y un etcétera que tiraba en alto, esa
manera era seguir como oveja al pastor o lanzarse al abismo y ver si podías
volar sin alas. Muy arriesgado no?, pues eso tuvo que tocarle en esa fecha
Candlemass con su primer Lp, “Epicus Doomicus Metallicus”, nombre en latín macarrónico
de Epic Doom Metal, nombre que define el sonido con exactitud de cómo hacer el
Doom Metal y nombre que los definirían toda la vida a este grupo.
Antes de la etapa
Marcolin, existía este eslabón cadavérico oscuro cavernoso Y una cosa hay que
juzgar en este álbum, que no se hizo al estilo Pentagram u otros primos suyos,
para nada…Justo cuando dicen Doom Metal, tu memoria visualiza 2 trabajotes
importantes para la evolución del estilo: Esos son este “Epicus Doomicus
Metallicus” y el “Born To Late” de la era Wino de Los Saint Vitus. Si me
equivoco corríjanme ustedes escuchando lo que se hacia antes del 86´, a lo
mucho verán al dorado “Land Of Mystery” de Measies y sus acompañantes, pero
otros con esa formula que se echaron los de a mediados de los 80s es muy difícil
encontrar.
Desmole la mordida al
cráneo reposado atravesado en cruz… Leif Edling el capataz, jefe y dueño de la
banda sueca, estaba a cargo del Bajo y de las escrituras del álbum, Mats
Ekstrom en la Batería, Mats Bjorkman en la guitarra rítmica y los músicos de sesión
Klas Bergwall en la guitarra principal y Johan Langquist como frontman portavoz.
El sonido son cosas como: Una Maquinaria pesada y lenta, Riffs sombríos,
lamentos que no reconocen la velocidad y una cosa ideal para consagrar la diferencia:
Aniquilar al oyente atormentándolo con una atmosfera deprimente, densa y larga
que recorre los pasillos de los ecos de las habitaciones, transformando el
lugar en que este en una especie de una catedral diabólica y opresiva.
Una cosa hay que
dejar en claro, todavía no existía la oleada Cathedral y ver semejante portada
con maligno sonido era algo más que nuevo, era de otro mundo, porque no te
podías creer que se hacia ese sonido en pleno éxtasis de rapidez agresiva. Pero
el debut no se la jugo sin influencias, tuvo que agarrar los machacantes Riffs
del Thrash, pero con una extensa gama de densos y fúnebres lapsos de medios
tiempos y cambios de ritmos un poco más ralentizados, sin llegar nunca como un
correcaminos y todavía deleitándonos con técnica rítmica, porque es la que más
sobresale, tal vez por ser los miembros oficiales en ese entones, permitiendo
más libertad de tocar a su modo, con su idea.
¿De que manera? Con
el Bajo pastoso de Edling que recorre las pistas con un auditivo golpe que va
galopeando sin ser tan extravagante, la otra cualidad que contiene el
disquillo, es la guitarra rítmica de Bjorkman que simpatiza con el demonio para
lograr el éxtasis y la columna vertebral del recorrido oscuro y maligno con
esos Riffs tan pesados. La Batería con doble bombo y con una espectacular
manera de tocar, una guitarra que reproduce solos teatrales y magníficos con el
rango barítono de Langquist, ese vocalista que complementa con la atmosfera de
una depresiva inquietud, dictando lamentos en frases e inquietudes de la vida.
No resumiré el álbum
por cada pista ya que el rollo oscuro y todo eso, esta adherido en cada track,
por lo tanto solo destacare algunos temas y una que otra pastilla, ya que no me
gusta redundar como pelicano de una forma tan exaltada e idiota con metáforas que
no van al punto para describir el asunto.
Así como Black
Sabbath tuvo su insignia con el tema de mismo nombre en su primer trabajín, Así
también tiene Candlemass con su debutero trabajo, “Solitude”, es la que define
en su totalidad el sonido que se presentaría más a bajo…Es la nota suicida que
narra Langquist con una majestuosa manera de cantar con un tono grave y triste,
con un coro y cambios de ritmos espeluznantes, primero al flecharnos la agonía
ese Tritono majestuoso que parte luego de la acústica guitarra que acompaña al
vocalista en su tétrico verso, pero que volvería al final con ese arpegio
funerario. Un magnifico tema que se debe de escuchar en la historia de los
Suecos y en la historia del Doom Metal.
“Demons Gate” y “Crystal
Ball”, son las que cierran la mitad del trayecto con más ingenio en composiciones
percusionistas, con el alcance de Riffs disfrutables y coros que titulan el
track, con mucho ingenio en separación de ritmos y la versatilidad se hace
presente en los segmentos instrumentales de la batería y el Bajo, pero en sí,
dan un propósito por seguir escuchando un portavoz de las almas lamentándose y
con buena lirica de Edling que con el fantasmagórico plan que incluye a las
letras el vocal, hace que el combo funcione con esa idea. Sin duda alguna un
buen vocalista, tal vez no muy preferido ante los amantes del grupo, gracias a
que más adelante sería Marcolin el que representará Candlemass con otra
perspectiva, pero fijarse en Johan, porque tampoco menospreciemos la labor que
ha hecho en este debut.
Los siguientes temas
serían “Black Stone Wielder”, “Under The Oak” y “A Sorcerer´s Pledge”, que
mostrarían el soporte y el ingenio vocal en estos tres cortes, en vez de
cambiar la tuerca, como muchos pensarían, ya que se estaría haciendo monótono,
pero logran sostener e incluirle más aderezos al estilo del álbum, de esta
manera no nos aburriríamos, mucho menos con estas que parten cambios de ritmos
a lo largo con un extensos trazos de instrumentación rítmica abismal y con unos
ciertos alaridos agudos como prueba de que la formula no a acabado, de nuevo
los acústicos pasajes del inicio y aún nos degusta con virtudes de la lentitud,
que no hace falta la velocidad para sorprendernos, solo como moldear la
lentitud para hacerla agonía pura y a la vez dinámica. Para mí, eso es lo que
representa el final del tracklist y este “Epicus Doomicus Metallicus” que se ha
hecho joya entre joyas e imprescindible para los amantes del Doom.
Es cierto que Candlemass
más adelante fijará la mirada de muchos, pero el que sentó las bases de ese
teatral, diabólico, denso, agónico y espeluznante sonido, es este mítico álbum.
Es hora de que enciendas las velas de tu cráneo de cristal y que apagues la luz
de tu casa o cuarto, con solo el silencio terrenal de la noche y reproducir el
Epic Doom Metal, este que armoniza tu silencio y oscuridad. Que con solo oír ese: I'm sitting here alone in
darkness waiting to be free. Te deja pasmado y cautivado hasta el final
con esos coros femeninos góticos que cierran el álbum.
"Sentado aquí
solo en la oscuridad, esperando ser libre,
Solitario y desolado estoy llorando
Anhelo que llegue mi tiempo, la muerte significa sólo vida
Por favor, déjame morir en soledad."
Solitario y desolado estoy llorando
Anhelo que llegue mi tiempo, la muerte significa sólo vida
Por favor, déjame morir en soledad."
Publicado Por: Zdzislaw Beksinski
¡Discazo!
ResponderEliminarUna de las obras fundamentales para tratar de digerir el sonido más denso y encumbrado del Doom por excelsos atributos farragosos. Este disco levanta el tenue reflejo de la mirada del siniestro y lo catapulta hacía el sudoeste, centrifugándose corrompidamente entre grande de grandes; míticos Candlemass.
-Spaggiari-
Buenos e Importantes, que más se puede pedir...
EliminarMuchas gracias por el disco
ResponderEliminarDe Nada Carlos, espero gustes del material de buena calidad y que felicidad ver un Doomero por aquí. Espero vernos posteriormente y Saludines-ines!
Eliminar