Caravan
fue de esas bandas de la escena de Canterbury, de finales de los 60´s que se
abrió paso al mundo con su rock psicodelicón, y formó junto a “Soft Machine”
principales ejes motores de dicha estancia, una de las escenas más opíparas y
concluyentes en la historia del mismo rock. A sabiendas que “el psico”, no sólo
sería tomado por los más doctos y fieles concupiscentes, voraces y macilentos
ingenieros del progre, que a medida de sus años mutaron hacía el Lsd y la floricundia,
si no por una gran amalgama de músicos alucinantes y alucinados… tómate la maría
y me cuentas, pedrazo!
Caravan
nace de la extinta “Wilde Flowers” ésta última nunca sacó un lp completo, a
penas se encuentran rolas de ella (para aquél talentoso y afortunado pesquisidor,
por favor, no sea malo y rólense ahí en los comments una que otra rola) como
decía, “Wilde Flowers” dejó dos pequeños embriones a finales de los dorados “hippies60s”
éstos sería: a maquina blanda (Reseñada por mi colega) y hoy la que me toca
embadurnar: “La caravana”.
Ufff,
y mis señores, que gusto, lo digo ya de entrada, me da escuchar estas cosas.
Pero, no nos pongamos libados, antes un poquito más de info.
Puesto,
que las dos esferas, los gemelos malvados, los dos terratenientes y volcánicas milongas del rock
ingles under, tuvieron sólo una óptica: comerse el mundo de un sólo bocado, a
lo snickers, mis amigos; Esto conllevo tomar caminos distintos, con miradas
recelosas y estigmas ajenos sobre cada cual, una tendría que catapultarse como
insigne flamante de la escena del impetuoso “Canterbury” ¿quién lo fue? La caravana sin
duda que siguió en el patio de su casa, a la ribera de estoques y calamitosas esperas. Sí, tu turno sería en otra vida, mi
camaleón.
Ahora
bien, Caravan no ostento del corbatín de su hermano de ojos azueles y un poco
más chulito, pero los “encaravanados” no fueron rechazados por disqueras por
ser parte del cordón umbilical del cuál fue la máquina, sino porque otros se codearon
sin previo aviso antes que ellos, y por desgracia o fortuna su música no despertó
de la noche a la mañana.“En la música o se es competitivo o te tragan las
tortugas del doom” Bien sabido lo tienen la bandas ochenteras del anti-Thrash y
Anti-glam, aún siendo metal. Oh, vaya, me hago mormón.
Lo
dicho estaba, soft machine, a la, a dar todo potencial, lleg´en su momento y en
su lugar, y no por culpa de tal o cuál… volvemos al maldito infortunio,”aquel
te hace llorar y guardar los pertrechos glorioso, para cuando seas famoso.
Nunca” Pero, la máquina de William no tuvo la estampa de los Floyd de cara al
marketing, musicalmente la historia cambia; porque los ingleses (Los dos
volcanes) tienen una calidad incontestable. Eso tiene que dar más claro que el agua.
Nadie es culpable de nada, “sólo los pedos inoportunos, de hacernos quedar mal
frente a la muchacha de ojos canela de la tienda” Eso si es tener una desgracia
intachable, mi colega.
Pero,
hay algo que la máquina tal vez no fundió del todo, y fue su consistencia lastima,
porque aún nos gustaría seguir metiendo mano en lugares que los ojos no pueden
o se les niega ver. En fin, separémonos algo de la familia y entremos de lleno
en el lechuza enamorada, que ha recibido 2 infartos. Formados por: David (órgano
y piano) y Richard Sinclair (Voz, bajo y guitarra), pye (Guitarra, voz y bajo) y
coughlan (Batería). Primera agrupación inglesa en fichar por un sello
norteamericano “Verve Records” y aún así su radiodifusión estaba por las
cloacas, después Decca los amamantaría. Pero, esa es ya otra historia.
De
una vez por todas. El sonido de “La caravana” para su primera entrega son una
serie de excelentes interpretaciones vocales, de una lira finísima y sutil,
acomodada a pequeños cánticos arropadores y cestos infantiles declarados para
una velada hermosa y delicada. Guitarras con tonalidades estándares, sin mucho
virtuosismo y ajenas a una atmósfera barnizada y abovedada por estancados “sinsentidos”
o marchosos y descosidos dictamines de una guitarra buscando la autocomplacencia
y la aclamación personal.
Una
batería que sólo busca el estado de confortabilidad, juega donde se siente
seguro y no apuesta a avalanchas sónicas ni nada por el estilo, mantiene un
perfil bajo y callado, pero tiene, no debemos negarlo en lo absoluto, una
tendencia a crear buenos “dobles” y baquetazos, aunque sean tímidos, de mecha dosificada,
que llenan el sentido musical de pocas experiencias y espontaneas fisuras para
la destilación. Esto quiere decir, que el batero debería de soltarse, pero como
la música aquí ejecutada con una aura pop, lo limita un tanto a no crear sendas
bombas repiqueteadas.
Ese
es otro punto interesante del disco. El sonido del álbum cuenta con una aseveración
“popera” muy similar a lo que hizo Nirvana con su “Story Of Simon Simopath” (No
hablo de la bandita de grunge mierdera, sino de la popesca sesentera) muy
entonado con el pop más refinado y mejor cosechado. Ya, desde aquí, conoceremos
la larga tradición legada por los ingleses en cuento a pop, rock y música en general.
La historia de los anglosajones es inabarcable en tan pocas y diseminadas líneas.
Continuemos.
Por
otra parte el bajo y el órgano son espectaculares, más éste último, porque dan
ese espacio-tiempo que los puede separar del pop espumajeado, y encasillarlos (Que
mal suena esto) en una escena más psicodélica y algo atontada. Son
composiciones que tienen como base jugar sobre un terreno pop, basándose de
efectos en órganos, vocales elípticas, emisoras y armonizadas por veces con ese
aire y vacio espacial. Las letras circundan la parsimonia, el descanso y la disminución
de estado de alerta y escabrosidad.
La
producción es loa, pasa por requisitos de cualquier escucha serio, pero la saturación,
como dije antes, no lleva a sobreponer en tela de juicio los valores de esta emisión
de caracteres individuales, más bien los contrae en la excelsa estereofonía (Con
la versión subsiguiente) haciendo una escucha colosal y nada reprobatoria. Así
que no se me vengan a quejar, porque a pesar del nivel algo polvoroso, no tiene
fallas.
Las
canciones que me gustan y se acoplan muy bien a su ideología o sonido son: “A
place Of My Own” que seria el viaje más boyante y raroso de nuestra visita por aquí;
formidable y trascendente. “Policeman” es algo Beatles, pero su ADN es relajado
y muy poco estrepitoso. “Cecil Rons” cubre la canción estelar en misticismo y “ominosidad”
algo fausta y esotérica, que fue escrita pensando en la esposa del vocal, haciéndole
burla a lo mal que un amigo de la banda escribió su nombre para esa canción.
La
mejor canción, para mi, sería “MAgic Man” careciendo algo de fuerza, pero son cincelando
un ser que retoza en rojizos y veraniegos aires al lado de una ciénaga verde y
desierta, los sonidos que salen de poros y espumas a lontananza.
Para
aquellos locuaces que se queden nulos les dejo aquí un trozo de su canción,
otra vez inquiriendo, para mí su mejor parte:
“I
know That I am Not too far Away for you to come to there aint a storm that my
ship cant carry you through… A magic man on a sea, in the sky” Que vendría
siendo, en mi pobre y escueto inglés (yo sé que no estoy demasiado lejos para
que vengas, no hay una tormenta que mi barco no puede atravesar… un hombre mágico
en el mar, en los cielos) Toda criticar y mejor traducción será bienvenida!
Y
por último, para dar matarile, sería, “Where But For Caravan Would i be “Algo
fatalista y enternecedora, con un despliegue justo de histeria al final.
Mantiene ritmos secos y aletargados órganos menos opresivos. Y de esta manera
cierne, con pegadizas y enrolladlas canciones, que sin ser épicas “rainbownieanas”
son memorables y viscosas, tienen su gracia y bailan por sí solas. No andan
buscando la estancia netamente psicodélica, ya que ese pop hace un ajuste
cómodo y sin muchas alusiones y falsos alicientes “estorbos y sobrantes”
El
arte está medio ridículo, pero su música lo compensa y remienda esas evocaciones
“orfiteistas”, aunque se ven patéticos como gurús embalsamados, “hindús”, “babilónicos”,
“budistas”, “profetas”, “ascetas”, “espiritistas”, “fanfarrones” o algún pelado
“hare-krishna” En fin, es mejor que ver elfos extremadamente altos,
peliparados, y mirones, en alguna calle del centro.
Creo
que ya se habló mucho, mis estimados, y es hora de dejarles en claro, que no
sólo existen dos bandas, ni un género; hay un movimiento y una larga estancia en
este mundo que nos grita: escuchen todo lo que pueden, pero sobre todo tómense
su tiempo y disfrútenlo. Palabras coloquiales, pero con algo de razón. Ya
saben, pínchense, y nos revolotean y nos tiran la ondaza por acá, mis perros sedientos
y cholcos.
Nota: 8.2 y se trenzan las risas y se escapa el tiempo.
Publicado Por: Albert Spaggiari
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