Sonny Rollins es un
saxofonista tenor de Jazz de Estados Unidos, que luego de participar en
numerosas ocasiones con artistas como Miles Davis y Thelonious Monk. Inicia su
Quinteto Jazzero con el percusionista Max Roach, Kenny Dorham en la Trompeta,
Wade Legge en el Piano, George Morrow en el Bajo y como cabeza Sonny Rollins en
el Saxo Tenor.
Formados los 5
Jazzman graban un producto artístico llamado: “Rollins Plays For Bird”, en 1956
en honor y homenaje a Charlie Parker que había fallecido un año antes por el
expediente heroína, en labor el quinteto Rollins, muy influenciados de Parker,
hizo alumbrar los ojos de cada miembro para componer material de la “Ave” que
había dejado de volar y otra sustancia propia de la misma idea, en ella se
encuentra tres pistas con el cartel con el nombre encima y titulado Rollins
como capataz.
Fuera de la inspiración
y dedicatoria del álbum, nos encontramos con 40 minutos del Jazz más sólidos
entre el Saxo, la Trompeta y la Batería como el núcleo y el factor de esas
largas improvisaciones que comienzan con “Medley” con más de 26 minutos y
repartidas con un alto volumen de densidad creativa de parte de los vientos y
con mucha expresividad, además de ser frecuente el uso de las introducciones a
nuevas melodías y varias notas jugosas en que cambian de ritmos cuando Sonny
repinta la vena “ruidosa” y llamativa con la Trompeta de Kenny haciendo el
labor de conseguir lucidez cuando acompaña la rítmica del Bajo y la batería
dando el humillo que no para y mucho menos cuando el piano Wade se presencia
con soberbios tonos, además de enseñarnos la parte más cálida y melódica del
track, eso hasta que la cosa se pone más alocada que un huracán cuando la
Batería de Roach se luce con los espectaculares bombazos que van fuera de
limites con los solos imperdibles que hacen tronar e influenciar a muchos con
el toque peculiar e inspirador de este baterista al dar una maquinaria
percusionista en los años 50s, al escucharlo, cualquiera lo contratará, ya sea
para grupos de Jazz, Blues e incluso en el Hard Rock que adelante vería de
donde tomar la soga.
Lo antes dicho se
muestra en todo el Lp, no solamente en la primeriza pista, más bien cuadra
tremendos solos, redobles y la técnica de la batería cuando escuchas
prolongadas sesiones de la dupla saxofón-trompeta, que resaltan sonidillos
agudos y en ocasiones el prominente sabor a Tenor como si se tratase de una
oscura velada o en ocasiones como el pito de un Taxi en pleno trafico, así de
irreversible pueden ser las formas que crean las atmosferas los instrumentos de
gran fuerza y gran cordura al colar la magnifica emisión del Saxo de Rollins y
que aparte de lucirse como un master, nos da a pensar que el sujetillo eligió tamañas
piezas para acoplar y pegarse muy bien a su estilo.
Esto para mi criterio
no es cuestión de una figura, es cuestión de los principales exponentes que
crean la esquizofrenia de medios-tempos al lograr envolverse en el acogedor
abrigo del improvisar y trazar un homenaje con versiones y únicos temas en que
las prolongaciones son el plato pesado y creativo de todo este experimento,
esos miembros principales son: Max Roach, la termita que come su batería completa
con todos esos estruendos paralizadores con golpes y mordidas al darle el
movimiento más brusco y pesado que se puede encontrar en el disquillo de 40
minutos, el asunto no acaba cuando Rollins evoca sus mayores aportaciones
mezcladas con la Trompeta de Dorham que emiten el esplendido combo que gira la
cuerda de Legge, para transmitir el sentimiento que faltaba detrás de toda las
exposiciones maniobraticas que nos dejaron con el diente flojo.
De lo más chulo y
entretenido que puedas enrollar y alistar para ser el siguiente receptor de las
ondas de la pasión, libertad y emoción musical a la hora en que ejecutan los
principales villanos, sin dejar atrás una presentación más que respetable, un
triunfo de lograr captar al oyente sin ninguna molestia, el único bache
desquebrajado está en omitir el Bajo de George, que aunque tal vez no haga falta,
lo dejan en ridículo por omitir el aporte que pudo dar o que tal vez el miembro
a cargo de las únicas cuerdas en el tracklist, no abastece la personalidad de
cada instrumento.
Algo para cambiar la
rutina y algo para entender porque el Jazz es tan innovador en varios artistas
y el porqué muy influyente, captado por algunos. Pero, al oír sementales ritmos
y melodías, perfectamente sin aburrir y unirse flexivamente a solo tres pistas,
nos hace ver como puede llegar tan lejos un desorden auditivo que se ordena al
aura, hasta contradictorio que parezca, es real en todo sentido en que se
escuche esos palillos muy bien sudados al momento en que hay que tomar el
flash, ese talento que llama a los demás a combatir y que sus notas, hablan por
si solas.
Un tanto embriagador
y un tanto ideal como musical, pero llenan de satisfacción al tímpano más
cercano, dure 100 horas o 3 minutos, el queso no se vuelve rancio, solo se
conserva y mantiene su buen sabor, eso nos presenta este quinteto jazzero. Otro
asuntillo que informar y redactar, es su portada… Primitiva y decente con los
trazos de unos 5 cuerpos que se mantienen en una pared cavernal y que es
llamativa la portada cuando se reproduce el monumental.
Nota: 8.3
Publicado Por: Zdzislaw Beksinski
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