domingo, 29 de diciembre de 2013

Sonny Rollins Quintet - Rollins Plays For Bird [1956]

Sonny Rollins es un saxofonista tenor de Jazz de Estados Unidos, que luego de participar en numerosas ocasiones con artistas como Miles Davis y Thelonious Monk. Inicia su Quinteto Jazzero con el percusionista Max Roach, Kenny Dorham en la Trompeta, Wade Legge en el Piano, George Morrow en el Bajo y como cabeza Sonny Rollins en el Saxo Tenor.




Formados los 5 Jazzman graban un producto artístico llamado: “Rollins Plays For Bird”, en 1956 en honor y homenaje a Charlie Parker que había fallecido un año antes por el expediente heroína, en labor el quinteto Rollins, muy influenciados de Parker, hizo alumbrar los ojos de cada miembro para componer material de la “Ave” que había dejado de volar y otra sustancia propia de la misma idea, en ella se encuentra tres pistas con el cartel con el nombre encima y titulado Rollins como capataz.

Fuera de la inspiración y dedicatoria del álbum, nos encontramos con 40 minutos del Jazz más sólidos entre el Saxo, la Trompeta y la Batería como el núcleo y el factor de esas largas improvisaciones que comienzan con “Medley” con más de 26 minutos y repartidas con un alto volumen de densidad creativa de parte de los vientos y con mucha expresividad, además de ser frecuente el uso de las introducciones a nuevas melodías y varias notas jugosas en que cambian de ritmos cuando Sonny repinta la vena “ruidosa” y llamativa con la Trompeta de Kenny haciendo el labor de conseguir lucidez cuando acompaña la rítmica del Bajo y la batería dando el humillo que no para y mucho menos cuando el piano Wade se presencia con soberbios tonos, además de enseñarnos la parte más cálida y melódica del track, eso hasta que la cosa se pone más alocada que un huracán cuando la Batería de Roach se luce con los espectaculares bombazos que van fuera de limites con los solos imperdibles que hacen tronar e influenciar a muchos con el toque peculiar e inspirador de este baterista al dar una maquinaria percusionista en los años 50s, al escucharlo, cualquiera lo contratará, ya sea para grupos de Jazz, Blues e incluso en el Hard Rock que adelante vería de donde tomar la soga.

Lo antes dicho se muestra en todo el Lp, no solamente en la primeriza pista, más bien cuadra tremendos solos, redobles y la técnica de la batería cuando escuchas prolongadas sesiones de la dupla saxofón-trompeta, que resaltan sonidillos agudos y en ocasiones el prominente sabor a Tenor como si se tratase de una oscura velada o en ocasiones como el pito de un Taxi en pleno trafico, así de irreversible pueden ser las formas que crean las atmosferas los instrumentos de gran fuerza y gran cordura al colar la magnifica emisión del Saxo de Rollins y que aparte de lucirse como un master, nos da a pensar que el sujetillo eligió tamañas piezas para acoplar y pegarse muy bien a su estilo.

Esto para mi criterio no es cuestión de una figura, es cuestión de los principales exponentes que crean la esquizofrenia de medios-tempos al lograr envolverse en el acogedor abrigo del improvisar y trazar un homenaje con versiones y únicos temas en que las prolongaciones son el plato pesado y creativo de todo este experimento, esos miembros principales son: Max Roach, la termita que come su batería completa con todos esos estruendos paralizadores con golpes y mordidas al darle el movimiento más brusco y pesado que se puede encontrar en el disquillo de 40 minutos, el asunto no acaba cuando Rollins evoca sus mayores aportaciones mezcladas con la Trompeta de Dorham que emiten el esplendido combo que gira la cuerda de Legge, para transmitir el sentimiento que faltaba detrás de toda las exposiciones maniobraticas que nos dejaron con el diente flojo.

De lo más chulo y entretenido que puedas enrollar y alistar para ser el siguiente receptor de las ondas de la pasión, libertad y emoción musical a la hora en que ejecutan los principales villanos, sin dejar atrás una presentación más que respetable, un triunfo de lograr captar al oyente sin ninguna molestia, el único bache desquebrajado está en omitir el Bajo de George, que aunque tal vez no haga falta, lo dejan en ridículo por omitir el aporte que pudo dar o que tal vez el miembro a cargo de las únicas cuerdas en el tracklist, no abastece la personalidad de cada instrumento.

Algo para cambiar la rutina y algo para entender porque el Jazz es tan innovador en varios artistas y el porqué muy influyente, captado por algunos. Pero, al oír sementales ritmos y melodías, perfectamente sin aburrir y unirse flexivamente a solo tres pistas, nos hace ver como puede llegar tan lejos un desorden auditivo que se ordena al aura, hasta contradictorio que parezca, es real en todo sentido en que se escuche esos palillos muy bien sudados al momento en que hay que tomar el flash, ese talento que llama a los demás a combatir y que sus notas, hablan por si solas.

Un tanto embriagador y un tanto ideal como musical, pero llenan de satisfacción al tímpano más cercano, dure 100 horas o 3 minutos, el queso no se vuelve rancio, solo se conserva y mantiene su buen sabor, eso nos presenta este quinteto jazzero. Otro asuntillo que informar y redactar, es su portada… Primitiva y decente con los trazos de unos 5 cuerpos que se mantienen en una pared cavernal y que es llamativa la portada cuando se reproduce el monumental.






Nota: 8.3


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


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