Shostakóvich fue un
músico y compositor ruso que vivió durante el periodo soviético de la Rusia de
principios del siglo XX, debido a sus desafiliaciones y desacuerdos con el
partido comunista, su música sería tachada como prohibida para todo el país.
Fue un prolífico y cansino buscador del
arte más puro en sus composiciones, llevándolo a componer una metralla de obras,
que hasta el día de hoy tienen el
reconocimiento de todo el orbe.
Para no adéntranos
mucho en su biografía (Creo que no hace falta) vayamos al grano, al cojotazo de
un pispas. Nombrar una de las principales influencia del músico, a sabiendas de
la ascendencia, región, lugar y ámbito que trabajaba, no es difícil encasillar,
de buenas y malas, al compositor coetáneo, bueno un poco más añejete, “Igor
Stravinsky” creo que no hace falta decir
lo emblemático que fue este señorcito de aquí, ¿eh? Dimitri carga con Tufillo,
bujías, calibre, antorchas y pepinillos;
Tufillo a los
clásicos e inmemorables eruditos del clasicismo más pétreo y embardunado de excelentes
composiciones; bujías: por las chispeantes y elucubradas muestras de trabajados
arreglos coreográficos en tesituras y sequedades nocivas; calibre: por el
escuadrón y vaivenes que nos pueden producir las serpenteantes caminos
coloridos y los despuntes maltrechos y vahados filarmónicos; Antorchas: por la
iridiscencia gobernante y ensanchada, casi unos deliberantes himnos pletóricos
forjados de capas de sobresaltados y sobrecogedores espasmos acústicos; pepinillos:
porque así nos dejara la cabeza, bien alta y delgada o de lo contrario le
apuestas a ser el cabeza de balón de “Nickelodeon”
El señor dimitri es
un experto en lo que hace, y también es un maestro en hacerme dormir.
Perdónenme muchachitos. El señor tiene un talento innegable, pero, compa,
pasate por aquí, nos echamos el cafezazo cargadito de cafeína porque se me
dobla el pico y caigo en sopor absoluto. Harry Potter, en vez de dimitri, de
cariñito, ¿eh? Mantiene una cuerda bien tensa desde su inicio. ¿Y que quiero
decir con esto? Que desde el primer minuto escuchamos música bien hecha, pero
con un contenido ambientalista o para permanecer en el fondo de la tosquedad y
la amargura sinsabor, sin sal, sin chicle y sin picor, en mi clara y notoria
subjetividad. Y eso a mi juicio, en plan divertido y reseñil, no me logra
encajar del todo.
Eso sí, los
instrumentos juegan, corte mudo en vocales (Para redundar un poquitín), da una
ensimismada y atípica música; ¿será por el genio de Potter? Tal parece el tipo
siempre fue un marginado, algo díscolo con lo que hacía, aunque, llano y pleno
en su arte. Y por si fuera poco, reanudamos la conver, citándole sus largaaaas
canciones.
Señor de gafas grandes con bigotillo y canoso:
Estúpido y pueril niño, no sabes que es arte, no sabes que es música, no podes
apreciar la calidad, por eso te aburre.
Niño comiéndose un
sorbete de la nevería: Maitro, agárrela al chuave, estamos entre colegas.
Señores, no sé
ustedes, pero yo me baso en las sensaciones a la hora de escuchar debidamente
un disco, música nueva, o descolocadas y mentadas “obras maestras” y tampoco
nos pondremos en el objetivo de destruir algo que nonos gusta por el simple
hecho que no sea de nuestro agrado. Cuando digo destruir indicó burlarse,
insultar y no aportar nada, claro, las bromillas aquí no faltaran. Bueno,
sigamos.
Quizás, para darle la
medida exacta, como se les ha dado a todos, también, he de mencionar que aquí
no todo es una pasmosa y soporífera somnolencia. Aparte de estar sedados en los
primeros 34 minutos, tenemos un bello y excelso vibrato de 11 minutos que nos
reviven de la sedación, nos quitamos el camisón de hospital, la intravenosa de
un tirón (Algo así como la muchacha de la película del Ciempiés Humano) y correr,
pero esta vez no de espanto o de ensueños, sino de la algarabía, aunque no de
personas cuadradas, sino de violines, flautas, trombones, tubas, contrabajos….
Hasta estallar, reventarnos la careta y darnos el guantazo justo, el que
estábamos pidiendo a gritos, puta!
¿Portada? Puta, que
acaso somos imprentas, enajenados y paupérrimos imitadores de cazadores de
tesoros, si la paradoja del gordo y el flaco…. Váyanse a la chingada.
Acuérdense, amiguetes, que antes los compositores no tenían la idea de hoy en
día, ellos no se decían: eh, ya compuse un disco (En esta caso las obras se
representaban en publico la mayoría de veces y solo quedaron las notas para
interpretarse) ahora buscaré una portada como la de “Atrocity” (Fijise bien que
todo esto es una estúpida e incoherente broma, ni existía la bandita) sí, ahora
formemos un garita presuntuosa y despótica de las reglas de la música… Neles,
échate la cascarita mejor, no escupan mierdas.
Mis estimados, creo
que ya es mucha mierda escrita, pero el papel Word perdona todo lo que se
manche-digite de tal o cual manera. La única y seria recomendación que yo les
puedo hacer es que escuchen a Potter en este tramo, al parecer a mi me deja
secón, pero creo que a mas de alguno, con mucha paciencia de preferencia, le
encontrará gustillo y se chupara los dedos plácidamente. Shostakóvich no podría
faltar, músico importantísimo y de monta, ¿eh? Nada pequeña, mis calabacines.
Nota: 7.1 y la cinta crecerá, se alargará y creará a Allegretto!!!
Publicado Por: Albert Spaggiari
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