Si, Pop del año,
desgastado desde las suelas hasta su estancamiento prolongado. Por lo tanto, es
obvio que no esperemos mucha tela que cortar, pero por obligación del oyente,
tiene que gustar algo del salmón. A estas alturas de la vida no me pasaré la
cronología del Pop hasta nuestros días, pero recordaré que tanto el mainstream
como las aguas sucias se deben de mencionar y escuchar. En miles de ocasiones
se ha provocado la batalla de polémicas con un sinfín de estupideces para
valerle a la persona tan siquiera una octava porción de reconocimiento. Popularidad
= Dinero. Pero hay mínimos casos en donde el artista es popular y su interés no
radica en pintarse el culo para ganarse el salario. Y si hablamos de Pop la
cosa es peor.
Uno de los pocos
extraños gérmenes de la canasta por la superficie de sus ventas sin ser vulgar,
ha sido Elizabeth Grant, mejor conocida por su nombre artístico: Lana Del Rey.
Mejor conocida por algunos escasos productos de personalidad oscura y sin sacar
el cacahuate de la mesa lo sigue haciendo. Para ser sincero no sé si esto es
innovación, no estamos hablando de música gótica, estamos hablando de mixturas
de diferentes estilos musicales que abarcan una gran diversidad de gustos de la
artista, la distinguida vocal que pronuncia fácilmente las palabras, las jovenzuelas
se pueden animar a practicar el ingles con las letras personales y profundas de
Lana y de la claridad sonora de una producción que eclipsa la voz con ecos y un
protagonismo ensoñador. Todo esto, lo chequeamos con la nueva placa:
“Ultraviolence”.
Para aquellos que
creen que el Pop se ha perdido estos años, lo comprometo a chequear lo nuevo de
Lana Del Rey. No cambiará las cosas, pero como vemos el panorama creo que
saldrán satisfechos. Los adornos son precisos y se ajustan a la infinidad de
melodías y tonos que conlleva la garganta. Nada de prostituir la imagen, nada
de corriente y mucho menos nada de sacar salchichas por sacar. En su apogeo con
su “Born To Die”, había dicho que sería su ultimo disco, porque ahí expreso lo
suficientemente lo que ella quería transmitir. Gracias a amistades y ánimos se
revelo la portada oscura que empaparía más su lado deprimente con la colaboración
de Dan Auerbach de los Black Keys. Finalmente lo tenemos ante nuestras manos.
La peculiaridad y el
factor de la artista es el agridulce rango que contiene expresando sus líricas
personales, impregnando con tanta emoción con el ambiente lineal y depresivo
que se nota el sentimiento que quiere lograr con las canciones, el mayor
problema es su casi limitante estilo de cantar, pero a la vez es una maravilla
con lo que se puede extraer estilos jazzeros y Poperos con tanta facilidad y
sin perder el hilo del asunto con unos elevados que conmocionan a cualquier
imbécil que se pasee por una dosis de tranquilidad, aura sentimental, arreglos
perfectos y el sonido acorde a una noche de silencio con el disco rodando y
emitiendo nostalgia y calidad de la manera simple del Pop.
Un punto importante
son las letras que atraviesan su significado hacia nosotros con la melancólica teatralidad que representa en los versos con
un dominio mayor que el otro, es ahí donde los estribillos entran con una
superioridad de lo que representa la pista. Entrando una memorable ejecución donde
se convierte el empalagoso momento que se prolonga con ciertos detalles
instrumentales ayudando a no caer en el aburrimiento y moldeando la voz con la
zigzagueante y creativa formula de encantar de nuevo. La atmosfera envolvente
que no se pierde nunca su fúnebre hecho de aclamar lo que dice cada canción. Si
fuésemos gringos este material se elevaría por un millón, aunque no es un
reproche la sensibilidad que toca cada tema. Uno de ellos fue cuando el difunto
Lou Reed quería trabajar con Del Rey. El resultado de ella fue un viaje
nocturno por 7 horas, llegar en la mañana y que Reed fallezca minutos más tarde
fue un recordatorio en su canción: “Brooklyn Baby”, dedicada al Gran Músico.
La importancia de Dan
y compañía en los adornos, no fue otra cosa que sensibilizar con cuidado las
magnificas melodías y sin ir lejos con la tecnología se ocupan guitarras,
efectos acústicos, armonización dúo con la voz en estilo balada y las texturas
bluseras, jazzeras y orquestales enriquecen las limitantes que se verán al
prolongarse casi la hora del álbum, con casi intacta la calidad. Pero si no
estás en tus cabales te parecerá un Sipi de trago a trago que se traga por
singles y aturdirse en el pastel puede ser posible. Todo se arregla con la
calma, la excesivamente honesta voz de LDR, sin pretensiones y sobretodo el
campo nublado a lo Indie con sustancias que exponen el audio de querer estar
muerto, sin la necesidad de ser un joven idiota de narrar notas suicidas o esas
payasadas que no van a nada.
Y escribiría 10 páginas
de lo transparente y encantadoramente lúgubre y versátil voz de la estadounidense,
pero quedo más que claro que no compite dentro de la basura comercial que baila
con robots y vende sus ideales e imagen por Don Dinero. La propuesta
honestamente se gana un lugar, por el hecho de recrear sus pensamientos, notas
e ideas con el método que caracteriza a la cantante. Llegando siempre la prensa
de metida a declararla como la estrella oscura del Pop. Para mí las etiquetas y el fanfarroneo a otro lado. Sin más que decir y sin recalcar tracks,
les dejo completamente a su disposición “Ultraviolence” con bonus tracks, para
las ardillas que no se cansan de nada. No hace falta mucho que decir con lo
antes mencionado. Notablemente rescatado de las profundidades del abismo del gancho monótono.
Nota: 8.0
Publicado Por: Zdzislaw Beksinski
Sube fotos de es mamasita desnuda, mejor.
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