Después de muchas
discrepancias Blackmore termina con los Purple allá por 1975, para formar la mítica “Rainbow “con los miembros de “Elf”
en su primer álbum excepto el guitarro de dicha formación. Para Rising
despediría a todos menos al “Elfo mayor” Ronnie James Dio. La alineación del
Rising se conformaría por: la cabecilla Blackmore en las guitarras, Dios,
perdón, Dio el orador del metal; Cozy Powell (Que tenía escuela de haber tocado
con Jeff Beck) en la batuca, el gran Tony Carey en los teclados y el omiso
Jimmy Bain en su bajo, pero igual de prominente para este álbum.
Cuantas veces no
hemos escuchado mencionar la historia del heavy: principales congéneres o
grandes impulsadores del hierro y serviles acróbatas al mando del malévolo, sin
duda alguna y creo que a muchos les constará, Rainbow es un ente importantísimo
en la historia de los pulimentados riffs de la mano de un
Blackmore tocando los grandes niveles de histrionismo. Es que sí bien, los
guitarros de los 70s estaban forjando trinidades sin mucha hiper-técnica que
resaltar, pero una pasión tan adyacente que nos pega hasta los confines de la
sensibilidad, hasta para cualquier bola cebo con dos patas.
Y un Dio que venía
con la cabeza gacha en popularidad con su “Elf” banda telonera en los años de
Deep Purple. No sería hasta aquí, hasta este “Rising” donde el heavy metal
conocería un nuevo Frontman: el último heredero de las tinieblas. Pero cuando
este señor de una baja estatura se vestiría de un manto negro y colocaría su frondosa
vocal a la par de una cuesta inclinada, llamada “Heaven And Hell” es ahí donde
el género calló, cerró de par en para la boca y vislumbró la llegada de un
mutante, un mutante que todo lo que cantaba plasmaba en bronce, plata y oro.
Pero ¿Qué se
esperaría para este suntuoso Rising? Uno de los discos fundamentales para la
cueva, simplemente. Tenemos un disco perfecto en equilibrio, señores. Sí, bien
el sonido oscila entre el Hardrock a la vieja usanza (Tufito Purple en solitos)
y una amalgama de atronadores canticos del Elfo en su estado puro y dramático
(Como siempre lo supo demostrar, hasta en su banda “H&H”) con teclados
preferencias “Richie”, Todo esto y más con un sonido heavy y potente. Aunque
catalogarlo se me hace estúpido…. Mejor hablemos de su sonido, dejémosle esto a
los Snobs.
No quiero especificar
mucho, se me hace de mal gusto para estos álbumes. No, no es que lo quiera
enaltecer, pero a mi criterio como neófito reseñista, para mi le quita mucho el
sabor. Mejor repasaremos llanamente la química y la recepción.
Escuchamos talento,
vieja escuela, manufactura, de todos aquellos componentes que contó el heavy
metal y su hermano con una áspera barba y ceño reprobatorio. Pero éstos siempre
se llevaron bien, sólo a los garganta profunda les gustó el debate y lo
hicieron decadentista. Como dije antes, hablar del álbum de manera más
descriptivo en canciones se me hace muy vano y fútil. Es mejor que hinquemos
los coditos, no, mejor nos acomodemos en un farragoso sillón con asideros
confortables mientras oímos “Redención,
Gloria, Esfuerzo y Diversión”
Magia de los 70s….
expresionismo, el arte musical más puro, más sincero que barniza los elementos
en verbosidad y sublimidad, contando con un lirismo casi histérico, señorines. “Opíparo
y Pletórico” serían las palabras más descriptivas.
Señores, como diré
hoy y aquí, me niego rotundamente a criticar el álbum como lo hago usualmente,
¿Por qué? Porque quiero que tengan el mejor sexo de su vida, el sexo prohibido
y desconocido, y los disfruten como yo lo he hecho. ¿Recomendaciones? La única
que hay es escucharlo…. Sí, el cliché más vetusto y oxímoron que hay entre los
“palabristas” jajaja.
En fin. Estamos ante
la figura esculpida con bajorrelieves, iridiscentes en capas y capas de
perfección en sus jugos más puros, más grandes que jamás se haya hecho y dicho.
“Todas y un sinfín más de palabras apiladas nunca trataran de definir ésta
gesta, que ni Alejandro Magno hubiera podido combatir”
Nota: 10
Publicado Por: Albert Spaggiari
No hay comentarios:
Publicar un comentario