Gorguts es una banda
canadiense de Death metal (Lo qué muchos llaman o llamaron Death Técnico) de
los años 90s, un demillo en los sacros 80s y su primer álbum, su debut `Considered
Dead´ (Considerado muerto) en los primeros años de la década Cobain. Después de
andar en la rebuscar en Quebec, Roadrunner Records los ficha con los cuales el
grupo sólo lanzaría dos álbumes; después serían despedidos por dicha compañía. Para
estas inmediaciones la banda estuvo formada por: Luc Lemay Guitarro, vocal y
letrista, Stéphane Provencher en la barita de hierro que llamamos batería, Eric
Guigere en el bajucho de bajareque y por ulterior “Sylvain Marcoux” en reprochonas
“guitarras Lead”. Por sí salen algunas
dudas aún no estaría el difunto “Steeve Hurdle” no vayan a saltar antes de
tiempo.
Como pequeño
prefacio. Antes que nada, todos sabemos de la popularidad que hay sobre
Gorguts, bueno no me dejaran mentir, cierta popularidad elitista. Por el
contrario no quiero verme envuelto en el incansable y tedioso debate sobre si
los discos de Gorguts son la hostia o la mierda. Señores, estamos en un espacio
que no vale ¾ de mierda esas pretensiones y criticamos bajo nuestras
percepciones y gustos; así que absténganse de meterme, por lo menos a mi, en
esas escaramuzas milenarias.
Una vez dicho lo
anterior, ¡empecemos! Qué nos ofrece “Considerado Muerto”? sí la etiqueta se
hace muy visible saquémosle un poquito de lustre y empalmémosla de una manera
más objetiva y adecuada conjunto a la reseña. Claro que sí Gorguts y su equipo
de básquetbol (5 Por Barnes que pega 2 que 3 aullidos en algunas partes de las
rolas) cuentan de un derroche de energía muy alto y de mirada fija e
inquietante: nos deja ver una cara muchísimo más técnica por la oleada
canadiense, claro siempre influenciado de las mil maneras de los Gringos. Es
que sí bien los piojillos de los gringos siempre tuvieron una escena más que
solida, y duela a quien duela, son los reyes del género simplemente. Ya podríamos
sacar a postre las influencias clarísimas de los canadienses; sí, acertemos, “Voces
Schuldiner y cuartel”, “Secciones rítmicas Atheist”, “Cortes Suffocation” en
fin una ensalada rusa, más bien gringa, empatronada en los oídos de los de
Quebec.
Como seguimos
hablando de su “hiper-técnica”. Y es cierto, muchachines, aquí nos vemos
sumergidos en una oleada de guitarras desenfrenadas a mucho galope y mecha
encendida, con Blast y bombos excelentes gravemente ejecutados y altivos, con
unos solos magistrales solos de guitarras que circundan la locura y la
catatonia cerval entre secciones rítmicas y “caledonicas” a marcha completa,
pero sin rebasar la rapidez de “Turbo” (No Rob y los suyos, sino el caracolete
ése celuloide). Es muy importante este punto. De las entregas una vez habladas
tuvimos que reseñar gente con machacantes y acompasadas técnicas en destrucción
masiva a Napalm u otras más efímeras y caóticas rosando el Grind y olvidando la
melodía etérea y también los suecos ferrosos y a la vez sublimes en grandes
partes acústicas y melódicas.
Pero, aquí, los
Gorguts nos traen todo lo contrario: ya que no inundan en dichos factores que
las otras escenas caen en suerte de potestad, más bien quieren mitigar estos elementos
que hacen del death metal regional que se mire desde lejos y no se tiñan las
armaduras de los mismos colores. Ahí le pegamos, eso se amerita chabones,
tratar de hacer algo totalmente diferente, teniendo los mismos patrones, como
lo mencioné antes de Suffocation, pero siendo los canadienses ricos en matices
y variaciones más virulentas y viperinas, sin matar a ninguna vaca sagrada,
claro está.
“Spiritual Healing” y
su controversial punto de inflexión en el genero fue sin duda una especie más
en la sopa de los “Obscuras Man” Aunque “Human” no les cayó en sus manos cuando
lanzarían el “Considerado muerto” pero no es una pena total Gorguts se defiende
con garras y dientes filosos, no necesita un centinela que lo acuerpe en
momentos difíciles. Por decir, el muchachito de “Luc” tomando de las anteriores
y ya dichas influencias, en su vocal toma una esclerosis y rasgado volumen en
alaridos y poca profundidad en rango, muy similar a lo que Death estaba
haciendo. Ya de por sí, los chavalines querían tocar como Death, pero no parecerse
a Death. ¿Y lo cumplen? Sin duda alguna, maestro.
¿Por qué? Sí adentramos
claramente al mundo Gorguts, para aquellos que comieron a Obscura, sabrán que
Gorguts junto a su escena libro un Death Metal magno e impecablemente ejecutado, gracias a las
bases, pero no al Copy/Paste. Es un adelanto muy significativo para el género
de la mano de una escena más diluida y con menos apogeo en sus años. También,
lo notable del asunto es que los tipejos construyeron una forma más acompasada
y menos rítmica de cómo tocar Death Metal y eso nadie se lo puede quitar; sin
duda que la banda no tiene falta de imaginación en este disco, sólo con poner a
escuchar su debut lo notas.
Aunque sí bien todo
está construido con el más apestoso sudor y las ansias más sinceras de hacer
bulla plastificada y resonante, sin prestar nada a nadie, ni robar al papa. La queja,
sería su intransigencia. Así es, su falta de movilidad y transcurso en composiciones
certeras.
¡Pero esto es el Death técnico, las cosas se hacen diferentes! No se
me suban a las barbas, los trabajos de Atheist y Death ahí están y esos
trascienden más que un ferroviario a todo vapor por la espesura de una jungla
inacabada, así que no me vengan con gimoteos y llantos. Gorguts toca de la
chingonería, toca a niveles de eyección tremenda y acalorada, pero, en mi
humilde punto de vista tienen faltas en su cabriola; notas muy sincopadas,
técnica apabullante, solos clarinetistas, pero sin ir a ningún lugar “ciruela monótona
y una falta de engrasado en su dinámica”.
¿La producción? Riquísima,
no se puede decir nada: hace sonar a todos robustos y seguros, esos raspeos tan
pirotécnicos y de magnitudes muy profesionales. Me gusta mucho su estilo en
valores cualitativos de producción. Es exactamente lo que distingue a la banda
y la hace sonar potente y emprendedora. No hay pecados que lavar, sin duda la
mejor elección y un acierto seminal para su sonido. Y como no, otro destacable
es su PORTADOTA. “Dan Seagrave” es todo un experto en transmitir a través de
sus horripilantes dibujos ese sentimiento de amargura, de inestabilidad y enmarcar
las emociones más coléricas, que llevan a una idea y a una expresión, como la
música. Tremendo artista, buenas portadas y seguidor férreo del Death, me
imagino yo pues.
Gorguts es una banda
excelente, me gustó su álbum, me gusto el tiempo en que le tome sus escuchadas,
pero hay cosas a favor y otras en contra, repetirlas sería caer en una cacofonía
lingüística, que a lo lejos de agregar validez, solo llamaría al aburrimiento y
se posaría el sueño. Mejor, escuchen sus álbumes, disfrútenlos y analícenlos.
Gorguts tiene una estatus muy alto en el mundo roñero del Metal de la muerte, y
se le valora, pero lo mejor que ellos darían estaría por llegar. Implacable y
buen álbum.
Nota: 7.8 para el
dorso peludo canadiense
Publicado Por: Albert
Spaggiari
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