domingo, 24 de noviembre de 2013

Budgie – In For The Kill [1974]



Y en toda la espera, llego la Tostada…
Hablar de las épocas y cuales fueron las mejores, me parece de lo más pobre e inútil en la vida, de cuales fueron sus exponentes o bandas que se debieron de escuchar en esa época, ya sea por su importancia, legado o en su música, sí, a eso si le hallo con que sacar y meter el conejo del sombrero. Ni de los gringos, ni de los ingleses, que ya de por sí, estas escenas gobernaban casi la música, hablo del tranquilo, pacifico y ambiental sur de Gales en los años setenteros, sí, el lugar que estaba a 200 kilómetros de un Birmingham muerto casi en todo, excepto por la música que sí pudo florecer alrededor de tanta industrias y humo.

A que punto quiero llegar?
Observar lo antes dicho y mirar la formación Galesa, llamada Budgie, abreviatura de Budgerigar, exactamente de ese maldito periquito de colores que aparecen en las portadas, que muchos las vieron y las usaron para limpiarse el sucio y dilatado orto, más no saben que era parte de un trío, desde un vocalista/Bajista, Burke Shelley, un Guitarrista, Tony Bourge y un Baterista, cual? El de la alineación del 74´al señor Pete Boot. Cuando me refiero a esa fecha me refiero a su cuarto álbum, In For The Kill, producido por la misma banda en MCA Records, que le propinaría un contrato a lo largo de esa época.

Metámonos profundo, muy profundo y oculto.
Esta placa antes mencionada cuenta con los requisitos primordiales para el estatus glorioso y de culto, sin exagerar, ni de los 7 cortes que contiene hay una estupidez de sobra o relieve, lo que se liga a mayor propósito son muchos cambios de ritmos que no te aburren ni una milésima de segundo, los instrumentos que tienen equidad de valor y presencia. Que si nos mostramos de una forma burlona al especificar con estupideces como son las rolas, nunca llegaremos al sentimiento profundo que es en realidad escuchar y parar lo más alto las orejas, lo cual me saltare esa parte por el interés y por las ganas.

Siguiendo con lo dicho… Potencia y Potencia, con una licuadora que lleva en ella a Black Sabbath, Cream y Led Zeppelin y sin duda alguna, una fuerte corteza del Heavy Metal más primario que se podía hojear en esos manuscritos musicales, si no, voltear a otra parte y hallar lo más semejante en los principios de 1970 y que no sea Los Sabbaths. No obstante, muchos tomaban los Riff y los usaban igual y otros los transformaban con manipulaciones a su modo, ellos son estos tres tipos, cosa que no esta de más decir, es que tanto el subterráneo como en las glorias, muchas son las ocasiones para influencias el estilo del apogeo del metal pesado ingles de la nueva década, eso sin duda también los pajarracos estos estaban incluidos.

Aires Progresivos sin llegar al punto cremoso de este estilo, Riff tras Riff de gruesa línea continua con un tono de Blues prominente en un Bajo eléctrico, de un muchacho de rangos correctos, delicados y sin ninguna cosa que pretender, haciendo un material en que las pistas de largo minutaje sean las más especiales por la rotunda lección que encuadra la trinidad instrumentista (ósea, los tres instrumentos y sus dueños) que todos ellos y una voz fuera de lo visto, manejan todo un mar de sintonías de ritmos de melodías macabras con un toque que los diferencia a kilómetros y kilómetros de música, por un estilo que ellos adoptaron e hicieron de él, una maquina de influencias llevadas un contraste magnifico, solo escucha una canción de ellos y sabrás porque se identifican tan fácilmente.

Me sobran palabras con muchos adjetivos, modismos y toda clase de estupefacción al describir esta obra, lo cual solo la abrevio como un material, sin temor a equivocarme de lo mejor que pudo procrear el Heavy Metal, como también la banda. Pete Boot con sus Tambores implacables al estilo sonable y con mucha destreza para competir por la prolongaciones simultáneas llenas de una dureza y firme técnica. Los Solos y Riffs que se repiten muchas veces para hacerlos más dulzosos y consistentes como la música electrónica que entona un ritmo icónico a que se repita varias veces con ciertas introducciones de segmentos nuevos, toda una matemática de notas sin ser lo más virtuoso del mundo y eso lo tiene bien claro Tony Bourge. Al otro extremín y en las rejas tenemos al que recita unas cuantas estrofas sin llenas espacios con su voz legible, singular y muy melódica, hablamos del señor que fundo y el único miembro que sigue en la actualidad con la banda, Burke Shelley y sus Anteojotes, ya con añotes encima y una enfermedad, pero sin duda, escuchar sus rangos varias ocasiones, hacen que los pelos es te ericen hasta el techo.

Recomendado hasta morir, este trabajo que no basta concluirlo con simples palabras, una razón con la cual no introduje cono son las pistas del tracklist, que uf… para morir y no es solo por decirlo, pero esto se debería escuchar atentamente como un orangután en la lluvia. Portada, de la más mierda, pero con la esencia ruda, mala y metalera que lleva en sí y que es lo que cuelga ese pajarraco en sus patas? Podría ser una tacha de cuero en el mismísimo 1974???!!! Solo el que tenga vista de halcón sabrá.






Nota: 10 a lo Master Of Reality


Publicado Por: Zdzislaw Beksinski


2 comentarios:

  1. ¡Buenas Vibras!

    Hace una remolona y aletargada temporada que no escuchó a Budgie, sí ese compilado Sabbathiano de 40 minutejes. "Budgie" como álbum me dejó con una alta expectativa, ya que muchas veces me recordaba a un Iommi en su mejor moment; riffs de guitarras y bajos formando ese sonido tan primitivo, con un estilo Rush a la hora de horadar los halos del sencillo. A ver cuando le pegó una oída a éste trabajet. pero, ya sabes, con la jornada como está en el blog se resulta complicadito sentar los codos. Interesante nota.

    -Spaggiari-

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