La concha se abre y nosotros
como muy buenos estúpidos la escupimos, en vez de apreciar su florecimiento…El
Punk un caso firme en que veía el cronometro y no pasaba por los rumbos más
agresivos, andaba en otros asuntillos y seguía pegando fuerte en todos los
sectores. El Thrash era un embrión todavía y solos algunos jefes alteraban las
aguas…
Por un lado extremo
ya andaban unos rasgos sueltos de lo que sería inspiración para el nacimiento
del Hardcore, pero en los más aventuraros y los menospreciados (en ese momento),
estaban Bad Brains, unos afroamericanos que empezaron tocando Jazz hasta que
oyeron los Ramones e hicieron todo lo posible para grabar material, mientras muchos
de ellos pasaban lavando autos, ropas y otros oficios, manteniendo en vida su
música tocando en un garaje, y ya cuando agarraban fuerza, fueron prohibidos en
tocar en su tierra natal Washington D.C.
Pero antes de partir
a una nueva ciudad, dejaron un material gratuito para los que lo veían, ese era
el Black Dots de 1978/79 y después de telonear a The Damned finalmente se
fueron a New York, donde había posibilidades de fichar y de tocar en clubes,
terminando en la oportunidad de oro con la disquera ROIR y sacar su homónimo
debut: “Bad Brains” en pleno 1982 teniendo en su fila a Paul “alias H.R” en las
voces, con su hermano Earl Hudson en la batería, Dr. Know en la guitarra y
Darryl Jenifer en el bajo.
Aclaro que no estamos
hablando de Reggae por si todavía un idiota no se ha dado cuenta, estamos en el
Hardcore, esta vez en la línea de inicio…
La batería y la voz
de los hermanos Hudson son las principales características de un Hardcore
veloz, violento y caótico, estas dos figuras son los que alejan más allá el
Punk que se vivía, dándole más fuerza y carácter en sus estructuras
compositivas, duro hasta no perder la paciencia la tarola y los acompañantes percusionistas
de Earl, presencia el taladrado y compacto sonido que golpea. La voz, de lo más
variado, tonos graves y algunos chirriantes agudos que desafinan y actúan con
mucho poder al ahora de palabrear con agresividad y rapidez. El bajo, se ensancha
en los moldes más lentos (los pocos que hay) y en ciertas situaciones
acompañando de la manera más apropiada para el estilo que ejecutan…Y Llega el
honorario Dr. Know a sacarnos sus literalmente relámpagos: cortos, precisos y
con mucha electricidad.
Y cuando arrancamos
la cabeza de Ajo, se nos para 5 pistas de un cortísimo tiempo con la actitud y
la energía de sacarnos de la silla y pararse los pelos, en plena situación de éxtasis
con muchos sorbos al Punk más clásico en sus momentos corales y algo que
inclina la balanza de la diferencia de estos: los tempos, son lentos y veloces
cambiando radicalmente la base rítmica que seguía el trascurso. Las pausas y
cambios de ritmos literalmente de un segundo para el otro. No es en su
totalidad el uso, pero sirve como inspiración y diferencia de cómo se desenvuelve el álbum, con un poco más de
creatividad.
Lo simple se huele a
montones y borbotones a nivel compositivo, pero el candente circulo que marca
Bad Brains es como para que te enganche en ese ambiente violento, político y
extrovertido. Y exactamente ese es el problema cuando finaliza el cuarteto
explosivo en su inicio, da una vuelta al Reggae, con tres temas: “Jah Calling”,
“Leaving Babylon” e “I luv I Jah”. La incursión de este estilo no se marca en combinación
al Punk, como lo hacia The Clash u otros compatriotas, que lo mezclaban en una misma
estructura del mismo track. No sé si me explico bien, pero lo que deberán de
entender es que si quedaste colgado, te pierdes de las pasivas y calmadas
semi-baldas dedicadas a Jah y con un entorno 100% Reggae. ¿Y por que digo que
es un problema?, porque pierdes la secuencia en la que te ibas adaptando y esa
es una observación importante porque en ambos ámbitos tiene que pegarte bien. Y
aquí, es cuando no comparto ese genero, no porque no me guste, más bien porque
no se resuelve a la medida. Pero, bueno, cada quien con su oveja…
Ya nos dio una cachetada
y una vuelta por las calles más tapizadas del Punk de un minuto y medio rosando
el crossover más extremo y una voltereta que ya veíamos venir con los títulos,
sí, esa especie de Reggae que sirve para aplanar y suavizar el sonido para
aquellos que todavía no soportan ni entienden como gira la tuerca en el
Hardcore, o para otros que simplemente pensaban que era sucio y sin gracia.
Equivocados aquellos que esperaban eso o los que todavía creen que no pasará
nada… Vimos corrientes cortas, directas, corales y rápidas, también vimos pasivas,
relajantes y suaves…
Se extiende el sonido
más caótico y menos digerible al comer el pastel y no nos da opción, nada más
que tragarse la electrificada y cruda guitarra de Dr. Know que enchufa junto al
Bajo en la orbita con más suciedad y golpe con muchas texturas tirándole al
Thrash. La batería y la voz otra vez destacan en aumentar un poco la
agresividad y el minutaje con un collage incluido de melodías frescas y
desenfrenadas.
Señores, todo un clásico
para entender y moldear mejor lo que vendría siendo el Hardcore en su plena menstruación
y creo que estos rastafaris se echaron un plan y una vertiente más influyente
para que no se muriese el Punk. Incluso hasta el orden del tracklist se planteo
adecuadamente para el oyente, dando una visión perfecta de lo que querían
presentar. Canciones
recomendables: “Sallin On”, “Banned In D.C”, “I”, “Attitude” y “Big Take Over”.
La portada y la idea se centra exquisitamente en las liricas, aunque la
portada ya de por sí, da mucho que pensar…Buenaza como el sonido adentro y
sucia como la producción.
Nota: 8.0
Publicado Por: Zdzislaw Beksinski
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