Heavy Metal +
Hardcore = Metalcore, esa es la influencia primaria de grupos jóvenes que
destacarían en alzar la bandera de una generación distinta. No obstante estas raíces
no son obligatorias para unirse al saco. Para nada duendes, varios cortan el listón
por donde les interese, pero siempre con el reglamentario sonido que
caracteriza este género, habiendo Deathcore, Electrocore, Mathcore, Metalcore Melódico
y hasta una regañada por no incluir el Blackcore. Si nos fijamos, ya nos
metimos en toda esta zona y ahora solo queda afrontar con la cabezona.
Sumergiéndosenos por
el ano irritado el 2014 y su servidor rescatando un disquillo que evaporo aguas
e hirvió los gustos de muchos fans de este estilo el año pasado, hablamos de “From
Death To Destiny”, la tercera y ultima placa del grupo ingles Asking Alexandria,
con la formación de Ben Bruce en la guitarra principal, Danny Worsnop en las
voces y sintetizadores, Sam Bettley en el Bajo, James Cassells en las
percusiones y Cameron Liddell en la guitarra rítmica. Si, maldito orejón cabeza
de ladrillo, no estamos para apedrear. Estamos para balbucear y escupir lo que
se ofrece.
Muy bien, ahora hay
que ver claro el álbum: ¿O entraste por el morbo de la portada y un videoclip
en que se ven mujeres semi-desnudas, atrapadas en una maquina con apetito
sexual voraz y mostrando los senos y que tu única inquietud es revelar sus
pezones o entraste porque eres un seguidor de la banda?, cualquiera de las dos
opciones, ya sea musical o depravadamente, terminaste por abrir el compacto y
eso es lo importante después de todo.
Arrancamos y lo
primero que hay es un lúgubre aire en que finalmente la Batería y las Guitarras
lanzan el bombardeo y se crea el maldito, pulido, claro y contundente sonido de
una producción actual, que muchos pueden gustar, una ventaja que les hace el
aperitivo para el sonido ya que sus canciones no consisten ni siquiera en un
corto solo, se basa en la idea de las liricas que muestran el lado más
precavido de su frontman alcohólico y he ahí, porque toda esa fascinación en
mezclar bien la temática (que es más madura que hablar de noviazgos prematuros,
fiestas a lo American Pie y sexo ) con el concreto material que ofrece las
corrientes violentas de las cuerdas vocales de Danny y su melódica parte
llegando a un rock alternativo vendible y radial.
Como bien mencionaban
estos tipos antes de lanzar el producto, advierten que hay pistas de radio y
otras hechas con más puño que pataleo. En Pocas palabras, con que nos chocamos,
es música apta para niñas de 13 años que se masturban con la imagen de los
miembros y para ya experimentados barbones que se tatúan el culo. Ambos gustos
se adhieren y se mezclan para traer una llovizna de sabores cremosos y otra de
paladares más salados y amargos y otra cosa que añadir, es la importancia de
vender masivamente, dicho por los integrantes mismos. El resultado es
satisfactorio, venden hasta en las alcantarillas y logran posicionar en premios
musicales.
Nos quedo clara la
formula de las composiciones y la idea, pero es suficiente como para coronarse?..
No lo creo, es aceptable, entretenido, feroz y accesible, con unos ciertos
retoques de inhóspito ambiente en algunas partes. Pero no va para endiosar o
cultivar el nuevo fruto. Eso sí, es un material de provecho para sacarle hilo y
acoplarlo a tu grupillo de Metalcore. Porque de esa rama extiende lo influyente
que puede ser en ese ámbito, pero no para más
.
Batería y Riff son
gemelos asesinos, un combo que destroza oídos, que penetra esa sección rítmica con
la velocidad y pesadez que puede ser cuando se propone añadir furia hasta en
los calzones. Mucha herencia del Death melódico en guitarras y un cruel kit martillador
que funde los golpes con la desgarrada y aleatoria voz de Worsnop dándole directo
donde debe ir el clavo para sujetar la carga de melodías, coros y un presente
sonido Hard Rock noventero con gotitas alternativas que hacen sudar el
pepinillo e inundar con un tsunami que se aproxima a perder el arranque
violento que tuvo y esperarse un común y corriente corito que te haga famoso
hasta en el baño publico más cercano.
Lo bueno de este
genero es que combina la armonía sensible con el caos, pero la importancia no
radica en eso, más bien en como se equilibrará semejantes ramas, muchos han
muerto en el intento y otros han salido del pozo, Asking Alexandria sale
herido, pero victorioso con un tracklist que deriva desde piezas crudas y
amables muy bien fusionadas, pero en ocasiones esto puede atentar con el interés
de escucharlos nuevamente. No hay perdidas lamentables, hay un consumo adecuado
y que aunque le falte coordinación en afilar el conjunto con un poco más de centralización,
no nos topamos la típica canción Bon Jovi o un estupefacto que narre algo
esperado y eso que son 50 minutos.!
El sintetizador y el
Bajo se escuchan en pequeños gramos, pero al final obtenemos un kilo que
recompensa el atentado. No me queda más que decir que se lo bajen si son
amantes del Core más enganchador y si son de los antiguos fans cerrados que se
quedaron por el inicio del grupo, pues, les aconsejo que no se amarren por este
Lp y finalmente mis cordiales expectativas han sido erróneas y prometedoras al
hallar algo tan vendible como una vagina a un centavo sin perder esa maligna
dosis que nos lleva a regular el sonido preferencial.
No recomendaré
canciones ya que me parece absurdo en este caso, pero recomendaré el disquete
completo. Hablar de la portada es como hablar de Mickey Mouse y el hallazgo por
el SIDA, así que lo omitiré diciendo que me parece correcto y Simple en el tema
que se da a conocer con las canciones.
Nota: 7.0
Publicado Por: Zdzislaw Beksinski
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