Regresamos al hueco
del Power y viajamos por corrientes estadounidenses, finlandesas, germanas y
una vuelta por Europa. Más no saben que no solo Sepultura rompió el culo en su
estilo. Ese alguien o algo, es Angra, un grupo Brasileño formado en 1991, que
tuvo la oportunidad de hacerse espacio entre los grandes con su debut, titulado
“Angels Cry”, con un Andre Matos en las vocales y teclados, Kiko Loureiro y
Rafael Bittencourt en las guitarras, Luis Mariutti en el Bajo y el músico de Sesión:
Alex Holzwarth en la batería (Futuro baterista de Rhapsody).
Por si queda algún
ser humano que no tiene clara la idea en Latinoamérica y que su prejuicio más
grande es optar por su región o nación. Y que se abalanza hacia la Europa u
otros terrenos internacionales. Es de demostrarle la verdad al estupidín. Pero,
cuantas veces hemos rayado el culo por miles y miles de bandas gringas,
canadienses, inglesas, alemanas y un largo etcétera que reduce tu porción de
metal prejuiciado e infantil en una limitación estúpida y subestimar lo que no
te parezca ya sea por vestimenta, nombre, año, lugar… Cuantas veces nos vamos a
encontrar con estos asquerosos casos?. Lo que importa en verdad es lo musical,
lo que en verdad cuenta para apreciar un álbum. No me vengan con que “las
letras son mierdas, el vocalista es feo” o cosas por el estilo. Miserable imbécil
aquel que confunde el arte con otra inutilidad distractora.
Bueno, no nos
desviemos del tema, que se nos puso caliente las orejas…Angra en esta ocasión
presenta una diferencia entre el Power Metal noventero del momento. La cualidad
de entrar en el estrellato con su primerizo trabajo. Gracias a su sonido
variante y con la peculiar formación de 5 sujetos de grandes aportes que
ordenan y combinan con raíces progresivas, barrocas, sinfónicas y unos tildazos
al tribalismo en porciones electrificadas. Veamos que hay para el sopón…
Un Andre Matos que
impulsa sus mayores influencias vocales en un tono rasgando una gran tonalidad,
un gran chorro vocal limpio que alcanza el poderío con la virtuosa voz que
llega de altos gritos y unos agudos perfectos, hasta una solida y baja gravedad
para armar una emisión de grandes melodías sin ningún problema, jugándola entre
los tempos y velocidades, dando una sutil y útil presencia en que se lleva el
galardonado para que eleve hasta en lo alto junto a sus compañeros, el trabajo
de “Angels Cry”.
¿Los guitarristas?
Son unos complejos arquitectos de las secciones rítmicas con toda la intención de
crear Riffs de talla sin pretensiones, con una extensa y disuelta armoniosa de echar
lo Pesado por el colador y crear lo magnifico melodioso con solos repartidos
entre sí, mezclando el influyente neoclásico en algunas orquestaciones cuerdaticas
que puedan pintar la atmosfera de la canción. Grandes trabajos de Loureiro y
Bittencourt, unos infravalorados guitarristas que sobrellevan sus Solos y Riffs
al majestuoso apasionamiento que tiene en incluir notas rápidas, memorables,
cortantes, armoniosas, ambientales y una gran extensión que cubre los dos
instrumentos de seis cuerdas, mostrando sus influencias progresivas,
sofisticadas, delicadas y pesadas.
El pedo aquí está, en
que el Power Metal, un género de alto virtuosismo, fue clonado y muerto por
muchos con la fija intensión de repetir formulas antes hechas. Y ese no es solo
el caso del Power Metal, también le ha pasado eso al Death Metal, al Thrash
Metal, el Heavy Metal y un etcétera que no negaremos la falta de imaginación de
algunos participes del movimiento del Metal. Pero, asemejándose más al trabajo
de los brasileños, parece muy resaltado e ingenioso lo que trajo en mente Angra
ya hace más de 20 años con algo tan sorpresivo como lo es este vinilo.
El Bajo, es el que
galopea y se escucha casi en todo el álbum, el que golpea lo honesto que son
sus notas de importante, nos muestra un lado más trabajado, con la escultura de
trazar su importancia con los demás miembros y el tono más Grave e impecable
que puede servir de apoyo con la batería de Holzwarth que acompaña con un lazo
percusionista ambientado por la línea que lleva cada pista y una fuerte inclinación
de Heavy/Progresivo con picaduras al Power Metal más tradicional.
No se diga más…Son
virtuosos y apasionados, con la gran habilidad de trasmitir ambas cosas en cada
canción... “Unfinished Allegro” un instrumental de un fragmento de la sinfonía inconclusa
de Schubert, como bien pintan las bandas de este estilo. Termina en su momento debido
y cae “Carry On”… ¿que puedo decir de este tema?, más que perfecto, todo esta
ecualizado en la buena producción de Kai Hansen y el formidable, veloz y grupal
que causa el conjunto en cada instrumento donde debe de colocarse, sin duda
alguna la primera vez que la escuchas es asombroso, pero ya le das tiempo y se
vuelve glorioso. Totalmente indiscutible como un himno, no “épico”, más bien
dulzoso.
“Time” y “Angels Cry”,
son la prueba viviente de la emboscada que causa la dupla guitarresca y el colectivismo
por parte de armonías, sementales incursiones totalmente sinfónicas en largos
trazos solistas y un alineamiento que recae reposado en coros magistrales, con
un lado versátil y otro simple. Si la duración es más de 6 minutos, es porque
se demuestran a si mismos a que pueden llegar con formas tan excelsas
estructuras que no se acercan al típico puente-estribillo-solo… Puede que en
cada momento saborees un sabor de cada género influyente para el grupo, esto lo
hace más directo con la voz de Andre Matos emitiendo un rango tan sabroso y juguetón
en cambios de tonos. Por ahí se disuelve un fragmento de Paganini en el track homónimo.
No se haga sufrir con
tantas y tantas pendejadas que le han hecho creer de que el Power es solo Gringo
del 80s o de que solo es de Europa en los 90s, ya déjense de mierdas!, Angra da
un vergazo absoluto presentando a Brasil con una propuesta más inclinada en sus
raíces y sin mucho enredo o pegajoso chicle Pop, y queda claro que es un
DISCAZO y que no es una prepotencia de mierda que se quiere llevar de listo. No
mencionaré más canciones, no quiero aburrir, además ya no basta, todas se
acoplan perfectamente en un orden y minutaje en que hace sobresaliente por la
oportunidad que afortunadamente tuvo este grupo en sacar un material con el
apoyo de Kai Hansen y toda la fila de Gamma Ray de su momento. Por cierto, interesantes
liricas la que se incluyen con una metáfora y manera en que anima a cualquiera
a leerlas (recomendación a la literatura del disquillo).
Gran debut que debe
ser mostrado para aquellos que no pasan de un Stratovarius oxidado y para todos
los amantes de verdad del género y del Metal en general. Se los digo inmediato:
A comprarlo en cualquier oportunidad, sino sufrir de las dolorosas
consecuencias de un cerrado de mente y oídos.
Gran aporte maestro
que hacen los de Matos y los suyos, al pisotear a cualquiera con todo el
permiso debido, ¿Debe de estar en tu estantería un trabajo que lleve acústicas bien
elaboradas, guitarras desde el combo de Angra hasta la participación del trió teutónico
de Dirk Schlachter/Kai Hansen/Sascha Paeth, Batería sencilla y atronadora, un
Bajo del inframundo infringiendo una aplastante cobertura gruesa, un adorno
sofisticado en cada elemento primordial, copos de molduras sinfónicas y una voz
que encapsula un tono tan ágil, acogedor, melódico, furioso y hermoso, es digno
para que se reciba con el debido respeto que debe de tener en tu fea colección?
Pues…Queda claro la respuesta cuando se reproduce el álbum y habla por si solo…
A Callar zapoteca y a disfrutar.
Nota: un 9.0 rozando la corona
Publicado Por: Zdzislaw Beksinski
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