No era de esperarse un logotipo tan
llamativo para estas fechas, tampoco era de esperarse un NEW movimiento. Las
llamaradas de tuza ya no están con nosotros es más se han ido, y ahora lo único
que queda es pescar en este incorruptible e inane mundo, alguna vidriera de
plomo fundido, bajo los termostatos de unos 400º graditos.
Pero, no, no
engañemos al lector con lo que ahora les traigo: una bandita de sexta que
mendiga por las hileras de algún vaho boscoso de nardos y álamos. “The Skull
Defekts” es una banda, under para lo que se dice crema, como para lo que se
dice queso cottage, como para ver a un búho apareándose en el día: se ve, se
está presente, pero nunca se siente. Lema clave para entender este bizcocho.
¿Quienes son los integrantes? Ya de
por sí su música me raja mis intestinos y hace que colisione y expulsen una
masa indómita de caca bien caliente, recordar a los tipos se me hace lo más
idiota del mundo, cuando ya de por sí este trozo de hez, me importa un nabo.
¿Y por qué digo esto? Porque quiero, porque puedo, y porque me sale
de los huevos. Antes de empezar a hacer una reseña, me gusta calificar el
material y diseccionarlo como a muchos, pero, con material tan radial y poco
alentador de lo único que me dan ganas es de postrarme en el sol y morir por
inanición: La hueva eterna ha caído sobre nuestras espaldas.
Me imagino que el
reposo de este álbum tiene que ser eterno, casi sempiterno para nuestros oídos.Señores,
¿Cuántas veces me he quejado del “fanfarronismo” en un álbum? Y por
desgracia la burra más fea, hoy pare unas
de esas amelcochadas, agridulces y enmohecidas pruebas de la fealdad mutante.
¿Primero, por qué “fanfarronismo”? se
me hace de mal gusto promulgarse talentoso, innato, y mucho más hinchado,
llamarse creativo. Porque bajo etiquetas de “Avant Garde”, “Rock Progresivo” y
“Música futurista, adapta para cabezas de colofón enciclopédico” seamos
diplomáticos: Vayan a martillarse los huevos, cabrones, pero no me vengan con
utilitarismos patéticos y sobrantes, y después, sentirse abejorro y desplazarse
a la vanguardia extrapolar… ¡Qué bochorno! De lo único que me arrepiento es de
haber perdido mi tiempo escuchando esta inmundicia, y les recalco que no
pierdan el suyo haciendo lo mismo. Ahora, sigamos perdiendo el tiempo
escribiendo porqué esto es una porquería para mí.
“Inextricable rock” no le queda ni la
manga del saco a éste ensalzado. Ya de por sí esa etiqueta encierra muchas
dolencias y “posserías”, y tan sólo el mínimo y remoto hecho de llamarse
“vanguardia” me revienta los sesos cuando no se cumple ni los primeros
formalismos del contrato, y consecutivamente, las cláusulas más pateadas que estadio
de carreras de caballos, son despojadas de las expectativas que nos aluden. Recomendación:
si nos gustan los pandas, no siempre admiraremos el black metal, si disfrutamos
de Nightwish no tendremos voz operática, si nos gusta el Art rock, no nos
convierte en artistas. Ahora bien, ya separados los Fanboys (TSk), de los
músicos, podemos proseguir ligera y donosamente.
Guitarras que sólo crean una tontita y
picaresca melodía que se repite en las canciones, compases lentos del pop y
usufructos del progresivo. Pero esta vez si hallamos una etiqueta le pondríamos
como es debido: “Pobresivo” la batería da lastima, no sé que demonios hace,
porque golpetear los Toms todo el tiempo se vuelve aburridísimo… y es allí
donde debemos aprovechar para posarnos en alguna colchoneta y dormir
olvidándonos completamente de esta caca. Las vocales totalmente aburridas,
puras y bellacos susurros embrutecedores, que no oscilan más que entre un Indie
factor común, y un poco agrandado y poco fructífero. La experimentación, o
mejor dicho, la dizque experimentación “tribal” es tan simple y básica, que
hasta resulta tortuoso disfrutar un disco sin perspicacia y virtud.
Este es otro motivo para que siga
navegando en las aguas de la marea megalítica y antiquísima del mar negro de
los 80s. Esa visión nos hace tener un criterio más crudo de las realidades, y
de los fenómenos acontecedores, las corrientes entrometidas y pasajeras (Como
este álbum). Y es que mi ánimo está por los suelos, no hallo ni fuerzas para
seguir escribiendo, el sopor es nihilista y monstruoso… y este álbum apesta a
culo de rinoceronte muerto con cáncer. Disco carroña, para la basura y con un rotundo
no de catadura militar. Todas las canciones están horribles, ni siquiera son
reflexivas, me entretiene más el Drone que esta desgracia de rock paupérrimo y
sin nada que hacer.
¿Saben que les recomiendo? Que se abracen
desnudos y se olviden de los problemas, escuchen cualquier reggaetón
movido… y piérdanse, no los quiero ver comentando por aquí. Esto es para estar
de malas,
¡Qué perdida de tiempo!
Nota: ¿Y todavía preguntas? Un 2.0
bien clavado
Publicado Por: Albert Spaggiari
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