Polonia, sus
invasiones, sus comarcas, sus sedes futbolísticas (La euro, papá) sus vicisitudes
históricas: “La dinastía Jogalía”, la independencia de la nación en “el tratado
de Versalles”, “La batalla de Varsovia” y
la más famosa de todas: “La batalla de Grunwald”; su expresión y su concepto artístico
arraigado: “Jan Matejko” y su “Stańczyk” pintura revolucionaria, que cundiría
en gestos gráficos e irrecusables. Pero, el trayecto metal que se daba en
Polonia, también tuvo aparte de enfrentamientos bélicos y armados, una fortuna
en bandas de metal extremo.
Carroñas y parásitos como: Vader, Decapitated,
Behemoth, por mencionar algunas piedras volcánicas. Pero, no toda la situación
se yegüería con atizados monumentos reconocibles, algunos u otros, sólo carcomerían
lo que una vez esta primera camada dejó en descomposición, y lo llevarían a la destilación
más purulenta y ciclónica.
“Dead Infection” banda coaligada
a principios de los 90´s, con dos demos en su haber, encerrados en sus rieles encementados,
su idiosincrasia macarra, ideología de tripas e infecciones y malabarismo carquianos; sería
de esas bandas en cosechar uno de los discos más avasalladores y megalíticos,
que una vez dio “Bialystok” (Ciudad donde eran estos muchachines raros)
Estereotipo como:”pelilargos”, “sucios haraposos” o “vagabundos de ruido” eran
los acometidos verbales más evidentes en aquel tiempo para sujetos así, no era
de sorprenderse escuchar a una señora mayor pronunciar cosas así: la música de
estos cabrones asustaba.
Y el mundo metalhead, también como el ejemplo
anterior, seguía portando vestimentas y glorias ajenas en decadencia. Todo
estaba pasando tan rápido, que el metal mismo, ya no era cosa de unos cuentos,
sino hasta tú vecino, el mentecato pelón cristiano ese, oía “lo mejor” de
metallica, y como todos se sentían el mero macho cabrío.
Pero, llegado un punto,
situémonos en el año de la cuca, 1990; donde bandas como Deicide ya estaban
brutalizando la escena, la camada de Atheist envolviendo el futuro del género, Finlandia
descomponía las cuerdas y descosía algo impensable aún, Brasil sembrada el
odio, pero hasta ahí, En Inglaterra se oía bulla de otro calibre, gente que después
se le conoció como “Grind” Pero, ¿de donde venía esto? ¿De donde venía esta
oleada de música extrema? O más bien, ¿cuál era su fin, su cometido, su máxima
principal? La música extrema, de esos entonces, superaba el death metal, los
ingleses Carcass, fueron embriones maléficos importantísimos para el género y
compostura anatómica de la que hablaré enseguida.
Estos cabrones de Liverpool
llevaron el sonido death ingles (Como se le adaptaba antes) hacia nuevos
lindes. Ya todos se pueden la historia, así que no será necesario relatar.
Puesto que era el apogeo indiscutible del género más bestia y salvajes que jamás
se había hecho: Death Metal. El punto de inflexión sería, la herencia
punketoide que llegó a inyectar que de esteroides hasta crear una criatura
nunca antes vista: “Goregrind”, “grindcore” Uffff de la etimología de moler el
centro, destrozar el núcleo, el agujero, y todo lo que se opusiere en su paso. Pero,
es sorprendente como el sonido de carcass llovizno, qué putas, arrasó en maremotos
todo el orbe. Y vader, que sería el punto de partida para todo buen amante del
metal polaco, sólo impulsó el mecanismo dethero. Hasta ahí.
Nunca supo lo que hizo,
lo que sembró, lo que con tanto odio llegaría a crecer, a erguirse, a mutar en
una pelota engusanada de cerumen, lombrices y tejidos muertos con carne negra: Dead
Infection. ¿Qué adjetivo podríamos ponerle a estos enfermos por el gore y la
suciedad, lo más sórdido y nauseabundo de la faz cochina?… esto, porque no
merecer ser mencionado semejante nombre herrumbroso y herético, vendrían a ser un
eslabón amorfo y divino, una cosa que no sale ni a la grisma de haz lumínico. Esta
creatura, de piel escamosa, vomitiva y extremadamente caliginosa, se arrastra
en 35 minutos, en esos malditos minutos nos demuestran que es la desesperación,
lo tembloroso y calamitoso: Plagas y plagas de desechos, una masa tóxica y
radioactiva, un cuerpo mutilado y carrasposo; todo esto es lo único que hay…. Una
lenta y agonía muerte infecciosa.
¿Y de qué manera, mi
estimado? Con guitarras densas, a un tono muy ras de piso, con una producción
robusta y enjuagada, todo nada en jugos efervescentes y venenosos, como una
especie de fundición mefítica, pero esta vez no de plata y cobre, sino de pura
atrofia. Batería estancada, con mucho tremolo (Como a mi me gusta), y bajo que
apenas se oye, y una voz… qué voz esa, ininteligible, inadmisible, oprobiosa,
gravosa y luciferina. Sólo se oye un puto rugido onomatopéyico, su dicción que
está por el lenguaje de las rocas y musgos: así de intragable. Volvemos a los
susurrantes despliegues técnicos, pero más que técnicos, son avalanchas sonoras
en paredes de ruido fangoso y gelatinoso.
Estos seres se proponen
a descomponer lo que está descompuesto, a sacarle el poquito jugo suculento a
la carroña de venado, y ya ni las moscas se acercan, porque esto hace mucho
dejó de ser un pozo opalescente, esto ya rompe la barrera de lo insalubre con
lo psicópata y esquizoide. ¿Sus nombre? Reyes de cucarachas de alcantarina, donde
dominan a los topos alucinógenos y copiosos. Remitiremos el caso al instituto
de oncología más cercano: aporismado y tumoroso individuo que se ha desatado
por nuestro vecindario obrero. Yo en epitome perfecto les dictaría lo
siguiente: Escuchar a Dead infection es como ver la mutación de los Nokia con
la viruela inglesa extrema.
Sacaron el mejor sustrato
de cada hecatombe, ataques con napalm y bombas nucleares. Distorsión a pedal es
lo que hallaras, densidad vibrante, berridos y susurros inhumanos, y secciones monótonas
y poco dilatadas. Ni mierda de melodía, rompen cualquier escenario armónico, y
equilibrado…. Aunque, sus toques Death Metaleros aún son palpitantes y
celuloides luminosos que rodean el empapelado. Las canciones nos las
mencionaré, no quiero caer en ampulosos conjuros canibalescos.
Arte quirúrgico,
obviamente del “Reek of putrefaction” pero estos infection estaban más en su
rollo que en el copy/paste. Pieza rutilante y monárquica del género: “Goregrind”
impúberes, pero napoleónicos emperadores de lo que una vez se llamó: Antimusica
(Alternativa)
(Original Lp)
Nota: 9.0
Publicado Por: Albert
Spaggiari
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