La poleada, el calor,
sudor en las patas y un tiempo más corto que un recreo. Es lo que avecina la
salida del lagarto escupe polvo, Un grupo que mereció ser más que un Come On
Feel The Noize y cientos de horrores ortográficos. Birmingham otra vez luciéndose,
ahora nos saca una jugada sencilla para el Glam Rock y el Rock en general. De nombre
Slade con representantes como Noddy Holder en la voz y guitarra, Dave Hill en
la guitarra principal, Jim Lea en el bajo y Don Powell en la batería. De a
mediados de los 60s, pero nada que ver con el sensible Pop ingles de mierda que
afectaba el cerebro a todo el mundo.
Slade más que
etiqueta estúpida de Glam Rock, eran los magos y los hechiceros en poner
singles a lo alto de la montaña, ya para 1972 nos regalan a “Slayed?”, del cual
el manager, productor y puto, Chas Chandler del cual descubrió a Hendrix y toco
en los Animals, estaba cubriendo a los ingleses por un largo tiempo, del cual
se destacaría en la época de los 70s. Uno de ellos es este trabajo que
aprovecho la oportunidad de sacar el lustre después de un Alive rojito que les
estaba garantizando una cierta popularidad. La historia estaba trazada, pero no
por ello se dejaría de seguir en actividad…
Que comience el
deschonge y así se arma el sonido salvaje y coral hasta el velorio del
vocalista...Nos alcanza unos ruidosos y alocados fraseos gritados con la sensación
de otra semana sin trabajar, con esa energía que inspiraría a más de un
grupillo de inexpertos músicos de Hard, tal vez como Ac/Dc, que de seguro tomaron
nota en ese suplemento sencillo que evoca Holder. Pero más que alaridos y
repetidas líneas, tenemos ese levanta-muertos eléctrico que maneja el rubio al
cantar. Del cual lo hace con tal sentimiento que les pelará un guineo sueco que
ganan o no fama, solo el disfrute de unos jóvenes que aprecian tal genero.
El cortometraje es
adrenalina pura y exquisita que en ocasiones puede ser más que un hit suelto
que ande por tu Mp4 en 2 días, es la llama que permanece y distingue al
cuarteto, de tal manera, que me importa un marañón cubano si el sonido del
álbum no encaja a perfección con respecto al especial, ya que de Glam tiene,
pero en minúsculas porciones de las cuales no puedes medir cuando te relajas y
disfrutas de la belleza natural que desprende. Si eres exigente y malandrín,
vete para el Bowie de cada día, que aquí la calidad es lo que cuenta.
El duelo de
guitarras, esa ferocidad en la batería y ese encorvado Blues detrás de ese
Bajo. Más que 2x1, mejores promociones que la Nevería y un resultado cargado y
lleno de melodías sabrosas. Si nos apetece veamos toda la labor guitarresca
resumida en el tracklist, del cual se empapa de guitarras fáciles de recordar
con una memorable gana de partir una sucia y distintiva guitarra que define al
Rock más pesado. Ni que hablar de la actitud del Don batero que nos lanza
platillos y golpes duros a la hora de quedar con el plomazo bien recibido. Pero
para el conjunto hay pistas de medio tiempo y un poco más lentas, de las cuales
el Bajo de Lea es el protagonista de suaves e inventivos toques que crean el aura
Pop detrás de tanto desafío socado en variedad. Piezas ejemplares son los
covers: “Move Over” de Janis Joplin y el corte final “Let The Good Times Roll”
de un Bluesmen.
Hay que dejar claro
algo: Este grupo fue más que una inspiración para los pipianes del Glam Metal y
su cuadrilla de baladas fresonas, ni mierda, aquí no se asoma tal estupidez, se
mezcla el buen Rock And Roll cincuentero, con la esencia Pop, siendo la
vertiente más pesada la que domina al trabajo, exponiendo y patentando quien es
más rudo, después de más de 10 años. Aunque pistas como: “Gudbuy T´jane”, “Look
At Last Nite” y derivados, delatan el secretillo guardado que trae esas filosas
guitarras con tal Bajillo que endulza una cubierta muy grave de Groove elegante,
que no hace falta decir que de ahí y su ambigüedad sexual a la hora de vestir,
nos trae el referente del Glam Rock.
Inglaterra nación de
música popular y underground. Toda envuelta de casos representantes y de
archivos de buen lujo, en pocas palabras de todo un poco: para la entonación de
tímpanos y concentración, hasta para el disfrute bailón. El cual Slade, maneja
ese termino como propio sello del cual te acelera los ánimos y la sangre, pero
de un estilo tan prudente y pegajoso, que de pobre reconocimiento y de gran
maestría en engancharnos con el combo bajo/guitarras, la alocada percusión y la
desenfrenada y peculiar voz del frontman, hacen que se gire el vinilo hasta que
se te quede en el coco.
No le doy más vueltas
al asunto, que él habla por si solo y no da caso discutir que tan rockero es,
pieza recomendable para el amante de Kiss, Ac/Dc u otras bandas que se bebieron
el cuento de Slade, de tan sencilla manera que cuadren todos los instrumentos
en una sola idea.
Nota: 8.5
Publicado Por: Zdzislaw Beksinski
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