Bueno, ¿Qué nos trae este 2014? Cynic,
legendaria banda de Death Metal progresivo, cuyos miembros participarían en la elaboración
del género, tanto en colaboraciones yuxtapuestas, cómo en su propio membrete:
en su legado, es su plenipotenciaria placa tectónica de allá por principios de
los 90s, su incólume y álgido “Focus “hago únicamente esta presentación para
aquellos que no conozcan nadita de la banda, ya que para los fieles zozobrantes
y nostálgicos, la presentación es casi nula e inservible.
Sólo escuchando nombrecitos como: Sean
Malone en el bajo, Sean Reinert en la
batería y Paul Masvidal en las vocales; se nos pone la cabeza como un trombo.
Figurines tragicomédicos de alta e innata estirpe musical. Estos son los
músicos que te sientas, oyes su apelativo y dices en plan seguro: Estos nos ofrecerán
Ropita para el nene….. Sin embargo, qué difícil es tener un nombre, señores, un
nombre que se basó en promesas y altitudes dignas de todo un rey de la
experimentación; y es que si sus músicos son de alto calibre, por consiguiente
tendrán que dar algo de mayor tamaño, no que “Focus” o “Traced Air” pero sí de
igual escala, o por lo menos un sustantivo de esa línea.
Para los fans del ultranza de Cynic,
de aquellos que perdonan todo y dan las nalgas por que Masvidal se masturbe
enfrente del micrófono, pues allá ellos, este trabajo les gustara; aquellos que
mordieron el hilo de los 90s y pasaron a secas el “Traced..” mejor ni se
acerquen a este álbum, lo repelerán absoluta y seguramente; los que no conocen
la banda y les gusta el prog, este disco es exclusivamente para ustedes. Y qué
tipo de escucha soy yo? Pues yo le apuesto a la música, y a su fenética en
general. Aunque tampoco daremos resultaros a posteriori para este punto.
Este disco engloba los caracteres del
rock progresivo puro, “intrincadismos” y progresiones hartas en melodías y armonías
complejas. Los pasajes están inundados de tenues contraluces y contrastes
bajos, como guitarras melódicas parsimoniosas y endebles, también una batería
escueta y salada, que se contonea sin tanta vehemencia, pero las vocales hacen
de este rollo de un facsímil peripatético a sudario “patético completo” como decía, su
categorización dentro del metal se ha perdido afortunadamente/infortunadamente
y se ha dedicado, ahora, a sacar discos similares a sus proyectos alternos como”Gordian
Knot” ahora me pregunto: ¿Qué razón o
virtud tuviera Cynic para sacar trabajos de Goridian en cynic? Por favor explíquenme
porque yo no lo veo claro, será que estoy obnubilado o empiezo a perder
neuronas para disfrutar la “exquisitez” con la que este trabajo ha sido
elogiado.
Con respecto al “Camaleonismo” de la
banda, sugeriría que se le pusiera “Desfachatez” porque los camaleones mutan, cambian, y cada
cambio que hace es especial, inmanente y lujoso, por no decir sutilísimo; yo no
he visto en Cynic a ningún camaleón, más bien vi a un oso perezoso que no deja
de rascarse la panza por la diurna faena. ¿6 Años de espera? Y escuchamos el
rock de cualquier bandita progresiva de nuestra era, por favor, un poco de
seriedad. -Es que usted, reseñista, no entenderá la importancia y trascendencia
de Cynic-…-Pues, a ver, explíquemela, porque lo único que oigo es la banda
sonora de “Los Melodicos” en noche buena, así de insoportable y aburrida.
Pero, ¿acaso
habrá algo destacable para este álbum? El álbum para ser Cynic es una porquería
rellenita y redonda, pero para ser Neo pogre de alguna basurita del 2010, pues
le queda y cumple. Pero, no estamos hablando de una banda “X” sino que la
mítica (Y no quiero ser yo el que venga a poner en tela de juicio este adjetivo
milenario como las dictaduras coreanas) y eso deja mucho que desear… muchísimo.
Sus partes notables -para romper la cadena congojosa que me
causa su otro componente “involitivo”- como referencia de una banda progre están bien
acentuadas, y no volveré a repetir porque lo sugiero de esta manera.
Sí, hay guitarras apacibles como
laguitos manantiales y naturalismos subrayados de pasión, “entrega” y poco
dinamismo…sin ni una puta gota ni de metal, sin ninguna puta y efímera gota de
metal extremo; entonces a que vamos, ¿a crear concatenaciones con esas
maricadas salidas de alguna trifulca sentimentalista y perecedera? Los punteos
del bajo, a mi parecer son buenos, porque de lo poco que tiene este álbum éste
hace que el sonido de la banda resuene aún en sus adentros, en sus sienes y en
el poco espíritu, que a mi parecer ya no le queda. Esto esta sobrellevado con
una producción destacable por pocos y momentánea,
ya que hay muchos requiebros por componente que opacan a otros, algunos que
simplemente se vuelven tan monótonos con la sequedad y bajones de la misma producción.
¿Nos queda aún tela que cortar?
Creo que sí… ¿Dónde esta la variación
experimental, señores? Y hoy no estoy hablando del “Focus” a la par de esta
mierda, sino del “Traced In Air” que no tiene ni 7 años con el “Kindly” … y fácilmente
dicotomizar estos ecuadores, porque lo que hace el Traced… aún suena más plano
que el “Focus”, pero sigue la línea de experimentación por la cuál Cynic fue
notablemente característica. Pero, aquí, ¿dónde encontramos esa vertiente dicharachera,
suelta y naturalmente irregular? Es que están flojos… esto es muy mediocre para
ellos, y atragántense con una sopa de proteínas porque parece como si fuera
intencional (Lo digo por cortesía, porque sí me parece intencionalmente bajo)
Para mi este nuevo trabajo ha sido,
junto con el especial de música moderna, en otras palabras de discos 2014, una
reverenda mierda y perdida de tiempo. Y por último, esa portada: el fondo
perfecto para el sueñito. Para mí esto no es Cynic, y no quiero ser ortodoxo y
cerradón, pero para besarle las patas a esta entrega… no, mejor me pongo a
escuchar salsa la noche del Walpurgis.
Una gran decepción, un trabajo que
sólo hizo que me alejara un poco más del Cynic que una vez defendí.
Nota: Un doloroso 4.1 y duele, pero yo no perdono la traición.
Publicado Por: Albert Spaggiari
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