King Crimson - In the Court of the Crimson King [1969]

Directa e indirectamente el Rey Carmesí, ha proporcionado su influencia en todo el mundo. Una Prueba absoluta e inevitable son sus obras, sobretodo “In The Court Of The Crimson King”, que todavía comía de los perros sesenteros, cuando mayor es la sorpresa de ver que su música tampoco era el Tutti Frutti. Quedando plasmado para la historia, una de las primeras obras de lo que se puede denominar Rock Progresivo. ¿En status de dorado o de archivo? En seguida lo averiguaremos…

Robert Fripp en la Guitarra, Greg Lake en Bajo y Voz, Ian McDonald en los Teclados, Flauta, Mellotrón y Michael Giles en la Percusión. Esta sería una de tantas formaciones que tuvo que lidiar Fripp para su banda. Y como nos podemos imaginar: Todos unos virtuosos desde el culo hasta el palo de limón. En este debut tanto de King Crimson como del Rock Progresivo, encontraremos adelantos súper-masivos para esa época, como cualquier gorila de cada estilo naciente o simplemente incomprendidos. ¿De que manera nos volamos las orejas como colibrí con taquicardia por tal innovación que recapitularía del Jazz, la Música Clásica y el Rock, en este álbum?

Primeramente con la entrada de “21st Century Schizoid Man”, nos apabullaría su lección y prueba de su versatilidad y originalidad en ritmos, más si apreciamos la combinación que se ocupa con todos los instrumentos, a una velocidad de canguro huyendo, sin perder esa crudeza distintiva del Rock, más que todo, la voz distorsionada de Lake y esa sincronización a medio paso del tema. Para nada hay tan siquiera una pizca de pretensión por ser hábiles en el tema, sabiendo que lo que nos esperaría con “I Talk To The Wind”, es un giro a una dulce armonía vocal más pura y limpia que la misma agua, sobretodo su mención a las flautas y el ambiente melancólico que sería el papel principal del vinilo, son ya piezas destacables que enrollarían su propósito: Transmitir perfectamente el mensaje de las letras del encargado Peter Sienfield. De que nos habla? De olor a chinche muerta? Solo mirar la portada y escuchar lo siguiente…

“Epitaph” un track conmovedor y de continuo sentimiento melancólico, nos transporta a esa añadidura o especialización que obtiene el grupo: los detalles a fondos, esos toques que dan más teatralidad y realidad al mundo imaginario que quieren realizar. Un efecto de ello son esos tintineos de platillos… Con “Moonchild”, exponen más las improvisaciones, con una cálida base fresca de balada, pero me parece que el único fallo que le anoto, son esas pruebas de sonidos entre instrumentos, el mellotrón en unos segundos y luego el tintineo u otras partes minúsculas que se llevan un sinfín de la calidad demostrada, arrasando el buen inicio del tema y la expresión musical.

“In the Court of the Crimson King”, cierra memorablemente con un estribillo en alto, despejes técnicos de parte de la batería y los teclados, armando un rompecabezas fácil de escuchar, con gran sensibilidad y coherencia a la hora de tocar la idea. Sin perder la línea y con un aura ambiental que empaparía las cuerdas vocales de Lake a un himno del grupo, reflejando el brillo de la temática musical que inspiraría a más de uno. Pero con 5 temas con largas duraciones, son bastante para captar que su inicio es más que prometedor. Guitarra pasiva, enfoque clásico con McDonald a cargo, una Batería Jazzera precisa y directa, un Bajo como los grandes. No se pide nada cuando no esperábamos nada en esos tiempos…

En fin, Dejémoslo aquí para finalizar esta obra, que es Domingo y tampoco se trata de machacarnos tanto.

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Nota: Un 8.8 bajo como una gallina

Publicado Por: Zdzislaw Beksinski